Hace unas semanas recordábamos la famosa primera proposición del manifiesto cluetrain:
"los mercados son conversaciones".
Ahora, y avanzando esta vez en la lectura de 'Conectados' el libro de Nicholas Christakis y James Fowler, me encuentro esta otra:
"los mercados ... tienen estado de ánimo económicos".
Creo que ya había oído hablar del 'sentimiento de mercado', concepto que quizá no sea especialmente novedoso. Con la crisis actual hemos visto con frecuencia como los políticos intentaban dar mensajes para generar 'confianza' en el mercado, un mercado 'retraído', quizá en 'depresión'. Confianza, retraimiento, depresión...
¿No estamos, en efecto, hablando de sentimientos, de mercados que, de alguna forma,son emocionales?
Quizá lo más novedoso e interesante de la aportación de Christakis y Fowler sea que ponen en relación este sentimiento de mercado con las redes sociales.
Al fin y al cabo, los mercados están formados por personas. Si los mercados son conversaciones es porque las personas que forman las empresas y el público, los clientes potenciales, conversan entre sí.
Y los posibles clientes, y los profesionales que constituyen las empresas, se relacionan entre sí formando redes sociales...y se influyen entre sí. Según la regla de los tres grados de influencia que comentábamos en el post anterior, si una persona tiene desconfianza en la evolución de los mercados trasmitirá esta desconfianza a sus amigos, y a los amigos de sus amigos, y a los amigos de los amigos de sus amigos. Lo mismo ocurrirá si hablamos de optimismo o de pánico, de prudencia o de euforia.
Las emociones que anidan en las personas, se difunden e impregnan las redes sociales, las redes de personas y, por tanto, los mercados. Y el sentimiento individual se convierte en social.
Los mercados son personas y, por ello, y por las redes que vinculan a las personas, son profundamente emocionales.
jueves, 1 de julio de 2010
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