sábado, 31 de julio de 2010

La gratuidad y el sentido común

Es un placer cuando se combinan la brillantez y la sensatez.

Hacia el final de su libro 'Gratis', Chris Anderson quien, a estas alturas, ya nos ha explicado que vivimos en una economía de la abundancia, que los precios se establecen en base a unos costes marginales que en el caso de los bienes digitales se aproximan a cero, que ya nos ha hablado de la economía del regalo, de los mercados no monetarios como son el de la atención y el de la reputación, que nos ha explicado las motivaciones para la colaboración gratuita en Wikipedia o en las comunidades de software libre, que nos ha valorado económicamente el mercado de lo gratuito, que ha apostado por la viabilidad de los modelos de negocio basados en la gratuidad, y hasta nos los ha explicado...ese mismo Chris Anderson, casi cierra su libro con una frase que es una llamada de atención para incautos, y un toque de sentido común y sensatez:

"Lo Gratis puede ser el mejor precio, pero no puede ser el único".

En efecto, cuando nos ha explicado los modelos de negocio basados en la gratuidad, hemos visto que, en todos ellos, aparece de una forma u otra el pago en la ecuación, bien por terceros en forma de publicidad, bien en versiones avanzadas de un producto o servicio, bien a través de un tercer producto...

Lo que cambian son los modelos y el hecho de que una parte de los productos o servicios sean gratuitos...pero al final el dinero tiene que aparecer por algún lado porque, en caso contrario, simplemente no hablaríamos de negocio y no sería sostenible.

Pudiera parecer ocioso el hacer esta observación...pero creo que a veces es bueno explicitar el sentido común.

viernes, 30 de julio de 2010

Velocidad y empowerment en tiempos de abundancia

No es una política nueva el empowerment, esa técnica de gestión que aumenta la confianza en los empleados, en su capacidad y su responsabilidad y que les habilita para tomar decisiones.

Aunque no forma parte exactamanente del empowerment propiamente dicho, tampoco es nueva la política de estimular a los empleados a la toma de decisiones...incluso aunque en algún caso éstas puedan ser incorrectas. Se considera que es más importante el decidir, y el decidir rápido, que la búsqueda de la perfección en las decisiones que puede conducir a la famosa 'parálisis por el análisis'.

Aunque desde una perspectiva muy diferente, Chris Anderson en su libro 'Gratis', nos da un consejo que en cierto modo es convergente con lo anteriormente mencionado. Pero Anderson lo enfoca desde la perspectiva de la racionalidad económica en una economía de la abundancia. Dice así:

"Allí donde los recursos son escasos, también son caros: hay que tener cuidado de cómo se manejan.... Pero cuando los recursos son baratos, no hay que gestionarlos de la misma forma. Según se van digitalizando las funciones de los negocios, éstas también pueden hacerse más independientes sin riesgo de hundir la casa matriz. La cultura de la empresa puede cambiar del 'No la pifies' al 'Falla rápido'".

En este caso, la digitalización y la abundancia que conlleva, nos ponen aún más fácil optar por esa cultura de gestión que favorece la velocidad, la capacidad de decisión, la delegación, el empowerment...

jueves, 29 de julio de 2010

La recompensa psicológica de la reputación

Vimos en el artículo anterior cómo, entre los mercados no monetarios ligados a Internet, existía una economía de la reputación, una economía de la reputación que, aunque inicialmente gratuita, puede ser monetizable.

Pero también comentamos que para muchos individuos, la recompensa era de tipo psicológico, en forma de motivación y satisfacción y sin contrapartida económica.

Chris Anderson, en su libro 'Gratis', pone en relación de alguna manera esta idea de la reputación con la jerarquía de necesidades de Maslow y afirma:

"Cuando todas las necesidades físicas quedan satisfechas, el bien más importante pasa a ser capital social.".

Ya tuvimos ocasión de señalarlo cuando buscábamos las razones de la compartición en Internet pero ahora se centra más, si se quiere, en el aspecto social

Por si nos faltasen razones de índole práctica, parece que el auge de la Web 2.0 y las redes sociales, está plenamente justificado por motivos psicológicos.

miércoles, 28 de julio de 2010

Mercados no monetarios en Internet

Aparte de la motivación y la autorrealización que supone el participar en Internet y en la Web 2.0, el aportar contenidos y trabajo, hay motivos de carácter más económico que justifican la presencia en Internet y que ayudan a construir modelos de negocio sostenibles.

Parte de esos modelos se sustentan sobre dos mercados no monetarios... pero monetizables. Así lo expresa Chris Anderson en su libro 'Gratis':

"La Red está construida fundamentalmente sobre dos unidades no monetarias: atención (tráfico) y reputación (enlaces)", que se benefician ampliamente de la gratuidad de los contenidos y servicios. Y es una cuestión muy sencilla convertir cualquiera de esas dos monedas en dinero líquido, como pone en claro una ojeada al balance de Google."

Si recordamos algunos conceptos expresados por el propio Anderson, un bien tiene valor económico cuando es escaso (esto nos remite en realidad a las teorías económicas más clásicas) y puede ser gratuito cuando su coste marginal es cero o cercano a cero (lo cual se produce en situación de abundancia o en casos como la producción y distribución de bienes digitales que realmente apenas tienen coste).

Cuando pensamos en esos mercados no monetarios y, en concreto, en el de la atención, parece razonable preguntarse el valor valor económico de la misma y el porqué.

El propio Anderson se pregunta por las "reservas globales de atención". ¿Son finitas? ¿Escasas o abundantes? En un primer vistazo parecería que la capacidad de atención es muy amplia. Somos millones de seres humanos capaces de prestar atención a contenidos. Esto llevaría a pensar que la atención debería ser un bien gratuito. Lo cierto es que como individuos prestamos esa atención de forma gratuita...pero cuando se considera a nivel empresarial la atención es un bien preciado, escaso. Si se paga por hacer publicidad es porque se considera esa atención como un bien escaso. Quizá lo que ocurra es que la oferta de atención sea muy alta...pero que aún más alta sea la demanda de la misma.

Eso hace que sitios como Google, Facebook o Youtube, capaces de captar de manera masiva la atención del público, sean valiosos y que puedan cobrar por publicidad de diferentes tipos. Lo mismo ocurre con medios más clásicos como la radio o la televisión. Es la capacidad de estos medios de captar la atención la que justifica el precio que cobran a los anunciantes.

En el caso de la reputación, parece que si pensamos, por ejemplo, en los gurús, 'speakers', escritores, consultores, y profesionales similares, el conseguir una notoriedad en la red, una buena reputación, puede ser también monetizable en forma de conferencias, cursos, libros, consultorías, etc

Al final, esos mercados no monetarios son convertibles en dinero, y tanto empresarios como autónomos lo utilizan en ese sentido... aunque a nivel individual muchas personas valoren por sí mismos estos bienes y la satisfacción que de ellos se deriva sea paga suficiente sin intervenir nunca el dinero.

Encauzando los excedentes cognitivos

Comenta Chris Anderson cómo, en el mundo civilizado actual, en que las capas inferiores de la Pirámide de Maslow tienden a estar satisfechas, y donde eso sucede sin necesidad de trabajar de sol a sol, se producen dos efectos de amplio interés para entender el mundo 2.0, de la colaboración y el altruismo.

Por una parte, al liberarse el ser humano de la necesidad de ese trabajo incansable para satisfacer las necesidades básicas, se producen tiempos de ocio y la capacidad de dedicar la mente a otras tareas menos rutinarias o inmediatas. Eso serían los excedentes cognitivos, ciclos sin utilizar de la CPU que es nuestro cerebro.

Por otro lado, y al encontrarse satisfechas las capas inferiores de la pirámide, las relacionadas con las necesidades fisiológicas o de seguridad, ganan protagonismo las necesidades de afiliación, estima y, sobre todo, autorrealización.

El mundo de la Web 2.0 y las redes sociales, ofrece un excelente vehículo para encauzar los excedentes cognitivos hacia labores que, además, producen esa grata sensación de autorrealización.

Esto podría explicar muy bien el porqué del auge de blogs o el éxito de la Wikipedia

martes, 27 de julio de 2010

El negocio de los activos virtuales

Si pensábamos que la economía de la atención era un tanto intangible, algo inasible y poco sólido, ¿qué podemos decir cuando descubrimos el jugoso negocio de los activos virtuales?

Chris Anderson, ¿quién si no?, nos ofrece una sorprendente lista de ejemplos en su libro 'Gratis'.

Así, nos habla de la venta de "piedras transportadoras" o "ángeles de la guardia" para el juego Maple Story o el mercado de oro, más exactamente de WOW, la moneda de Wold of Warcraft, a razón de 20 WOWs por dólar americano.

¿Y qué decir del negocio de bienes raíces en Second Life, donde se gestionan alquileres, se compran islas, se revenden terrenos construidos y existe, incluso, un mercado secundario de este tipo de bienes? Y el precio es en dólares, dólares reales por activos virtuales.

Un último ejemplo, aunque el autor señala más: el uso de publicidad, nada más y nada menos que por parte de Barack Obama durante la campaña electoral que le elevó a presidente de los EEUU, en juegos como Burnout Paradise.

Negocios de activos virtuales con los que hay quien afirma que se ha hecho millonario.

Pero ¿es que nos hemos vuelto todos locos?

Esa puede ser, desde luego, la primera impresión... pero pensémoslo un poco más.

En lo relativo a la publicidad en videojuegos, lo cierto es que este tipo de programas compite de manera muy efectiva en la economía de la atención y atención es precisamente lo que busca la publicidad. La cosa tiene mucho sentido.

En cuanto al resto, ¿no es cierto que incluso en el mundo analógico, el que consideramos real, pagamos por intangibles como la diversión o el ocio? ¿Y qué son, en el fondo, la cultura y el arte más que intangibles?

Pagamos por aquello que nos satisface y parece claro que, a medida que ascendemos por la Pirámide de Maslow, a medida que aseguramos el sustento, la estabilidad y la seguridad, nuestras necesidades y deseos se vuelven más y más intangibles.

No parace tan raro, pues, que en una economía de abundancia, ganen terreno los intangibles y, entre ellos, los novedosos activos virtuales.

El precio de las ideas

¿Cuánto vale una idea? Seguro que si pensamos en nuestras propias ideas, en nuestros razonamientos, en nuestras invenciones, tendremos la sensación de que son algo muy valioso.

Y, en cierto sentido, creo que es así, que nuestro pensamiento, nuestro intelecto, nuestras ideas, nuestras producciones artísticas, científicas o técnicas, son lo mejor de nosotros.

Bien, pero ¿qué dice el mercado al respecto? ¿En cuanto valora las ideas?

Según razona Chris Anderson en 'Gratis', no parece que las ideas, en este mundo de Internet y Web 2.0, tengan un alto valor de mercado.

¿Por qué?

Por dos motivos. En primer lugar, ahora que todos nos podemos comunicar con todos, ahora que la expresión y difusión de ideas se ha hecho fácil y sencilla para todo aquel que desee hacerlo, las ideas han dejado de ser un bien escaso para pasar a ser un bien abundante. Y es una regla de la economía que lo abundante ve rebajado su precio pudiendo llegar, incluso, a la gratuidad.

Por otro lado, el coste marginal de transmitir las ideas, en este mundo digital, es prácticamente nulo. Y esto apunta, igualmente a un precio nulo, a la gratuidad.

Así lo expresa Anderson:

"...las ideas son el último producto abundante que se propaga a coste marginal cero".

Así que ya lo sabemos: el precio por nuestras ideas es cero.

¿Triste?

Puede parecerlo en un primer vistazo, pero más adelante podremos ver que la cosa no es tan grave, que las ideas, como cualquier otro producto gratuito, tiene su forma indirecta de ser valorados y que reporten a quien sepa cómo hacerlo, la compensación que merece.

Por ahora, sigamos pensando y generando ideas...

lunes, 26 de julio de 2010

Las razones del pirata

Rios de tinta, de tinta digital principalmente, han corrido a propósito de la piratería en Internet. No es un tema que me guste especialmente, aunque lo reconozco como de capital importancia.

Sin embargo, sin tomar una verdadera posición, pero al hilo de la lectura de 'Gratis' de Chris Anderson al que me estoy refiriendo con mucha frecuencia en los últimos artículos, quería hacer constar dos comentarios que hace este autor acerca de la piratería.

El primero es de orden psicológico, y pretende explicar la forma de pensar de aquel que se descarga contenidos teóricamente protegidos. Razona que 'los piratas' ven estos actos como un "delito sin víctimas" ya que, al contrario de lo que sucede en la 'economía de los átomos', en la 'economía de los bits', en la economía digital en que se comercia con información digitalizada, no arrebatan ni sustituyen el bien a su propietario, sólamente reproducen ese bien. En ese sentido, parece que 'los piratas' considerarían las descargas o copias ilegales como un 'delito menor'.

Mi sensación es que la cosa va más allá y que, con razón o sin ella (que éste es un debate muy complejo y apasionado), 'los piratas' creo que, mayoritariamente, no sienten siquiera que estén cometiendo ningún tipo de delito o falta. Probablemente, tanto la relativa intangibilidad de los bienes pirateados, como el hecho de que los costes marginales de reproducción sean casi nulos, refuerzan esa imagen de no estar arrebatando nada.

Y esta sensación, real o falsa, de inocencia, creo que es crucial para explicar la amplísima difusión del fenómeno de la piratería.

El otro razonamiento tiene que ver más con el negocio y los modelos de negocio. Chris Anderson considera a la piratería como un caso especial de modelo de lo gratis. En concreto afirma que:

"La piratería es una forma impuesta de lo Gratis".

Muchas veces se ha dicho que los precios no se fijan por los costes sino que los fija el mercado. Pues bien, si eso es así, estamos ante una situación en que la empresa o el creador no pretendían ofrecer gratuitamente sus productos, sino imponer un cierto precio pero la piratería actúa como una fuerza más de mercado forzando un precio... un precio que, en este caso, resulta ser cero.

Sea todo esto cierto o no, se compartan o no las razones del 'pirata', lo cierto es que no parece realista pensar que el fenómeno de la piratería pueda ser erradicado. Hay demasiados incentivos psicológicos, económicos y hasta ideológicos para que continúe y es demasiado difícil técnica y legalmente impedirlo. Por ello, el camino está en encontrar modelos de negocio y modelos culturales compartidos que, de forma realista, permitan la supervivencia de los negocios digitales y la creación artística e intelectual sin impedir el libre tráfico de copias gratuitas.

Redes sociales virtuales y la economía del regalo

La economía del regalo o economía del don no es en realidad un concepto nuevo. Esa idea altruista de aportar gratuitamente a una comunidad, que parece ponerse de moda por mor del desarrollo de la Web 2.0 o la expansión del software libre es, en realidad, una teoría social y una utopía que, de una forma u otra, han estado presentes desde muy antiguo, puede que desde siempre.

Según razona Chris Anderson en su libro 'Gratis', parece que, de alguna manera, ésta podía ser hasta la forma más natural de economía en los tiempos remotos. Fue hacia el siglo XVII cuando se establecieron definitivamente el mercado y el dinero y una economía más cercana a la actual en que el dinero juega un papel esencial. Las teorías de Adam Smith y el triunfo del capitalismo, apuntalaron aún más esa situación.

Prosigue Anderson indicando que hubo resistencias a ese auge del capitalismo, señalando como casos notables los de Karl Marx o anarquistas como Piotr Kropotkin.

Sin restarle importancia a la visión histórica que, evidentemente la tiene, lo que más me interesa señalar viene a continuación.

Opina Anderson que si estos intentos utópicos fallaron fué, fundamentalmente, 'por culpa' del número de Dunbar. Como ya mencionamos en alguna otra ocasión, este número indica el tamaño de los grupos sociales humanos y su valor es de 150. Por grupo se entiende el conjunto máximo de humanos en que todos y cada uno de sus miembros se conocen entre sí y saben sus relaciones entre ellos y si son amistosos u hostiles. Este número parece guardar relación con el tamaño del neocórtex cerebral y, por tanto, es de alguna manera, una característica humana.

Si los seres humanos no son capaces de establecer fuertes vínculos más que con 150 personas, parecería muy difícil generalizar una economía del regalo, orientada al bien de la comunidad, en los tiempos modernos fuertemente globalizados.

A partir de aquí se abren interrogantes y posibilidades. Opina Anderson que el mundo virtual (supongo que, sobre todo, las redes sociales virtuales) podrían permitir romper esa limitación impuesta por el número de Dunbar.

Hay factores a favor de opinar así. Quizá, la existencia de la Wikipedia pueda ser la mejor prueba. Sin embargo, si el número de Dunbar está ligado a nuestro tamaño y estructura cerebrales, no queda claro (tampoco aseguro lo contrario) que el apoyo de los medios virtuales nos vaya a permitir salvar la limitación que este número pueda suponer.

También vimos que, en opinión de Nicholas Christakis y James Fowler, las redes sociales virtuales actúan a modo reflejo de la realidad social y que, incluso, el número de Dunbar, parece estar presente en nuestro comportamiento en, por ejemplo, Facebook, donde el número medio de amigos parece aproximarse al famoso 150 de Dunbar.

Todavía estamos empezando a entender lo que esta revolución 2.0 y toda la nueva economía y cultura asociada están suponiendo realmente. Ahora mismo parece que los medios 2.0 están favoreciendo la emergencia de economías del regalo pero, en cierto sentido, sólo para nichos, especialmente ligados a la creación de carácter intelectual, a esa 'economía de los bits' que nos dice Anderson donde, por ser el coste marginal de producción y distribución cercano a cero, parece viable la gratuidad, el regalo y todo lo que éste lleva consigo.

Tema interesante donde los haya y sobre el que no sabemos muy bien qué nos puede deparar el futuro.

domingo, 25 de julio de 2010

Modelos de negocio reversibles o el precio negativo

Explica Chris Anderson en su libro 'Gratis', el significado e importancia del precio negativo o, si se prefiere, de lo que Derek Sivers bautizó como modelos de negocio reversibles (reversible business models).

Se trata del caso en que se invierte el flujo esperado de dinero, y el pagador es el que normalmente cobraría, y el cobrador el que en otro caso pagaría.

Chris Anderson lo ejemplifica haciendo uso de un clásico de la literatura, Tom Sawyer, y el célebre episodio de la valla.

En esta aventura, Tom Sawyer es castigado, por una de sus múltiples travesuras, a pintar de blanco una valla. Tom, evidentemente, no desea hacerlo...e idea una estratagema.

Cuando ve pasar a algún otro niño, se pone a pintar la valla, cantando, silbando, haciendo ver que se lo está 'pasando bomba'. Los niños se detienen, le observan con envidia y le piden que les deje pintar también a ellos.

Al final, Tom acaba hasta cobrando entrada. Un montón de niños felices pintan la valla, Tom no tiene que esforzarse y, además, se lucra con ello.

Probablemente Mark Twain no era consciente de ello, pero acababa de inmortalizar el precio negativo y los modelos de negocio reversibles.

Como se ve, los modelos de negocio reversibles vienen ya de antiguo. Derek Sivers nos pone algunos ejemplos: clubes de música de Los Angeles que cobran alos grupos por tocar en ellos recibiendo como compensación el público que el club les ofrece, médicos de China que cobran cuando los pacientes están sanos y no cuando se encuentran enfermos o FreeConferenceCall.com, que cobra a los operadores de telecomunciaciones en lugar de a los clientes.

La estrategia y la inteligencia en los negocios siempre es, siempre ha sido, muy importante, pero ahora que la revolución digital trae consigo tanta incertidumbre en cuanto a modelos de negocio, ahora que lo gratuito compite abiertamente con el pago tradicional, es importante, más que nunca, tener los ojos muy abiertos y ser más inteligente que nunca planteando modelos de negocio que sean viables y sostenibles.

La burbuja tecnológica no existió

No. No se trata de negar evidencias ni de reescribir la historia. Se trata de, ahora que tenemos el privilegio de la perspectiva, poner en contexto y analizar lo que sucedió en la famosa burbuja de las puntocom.

Ya hace unos meses, en un artículo en este mismo blog titulado 'Internet: la promesa diferida', reflexionaba sobre el particular y concluía que no es que Internet y las nuevas tecnologías no hubiesen cumplido sus promesas. Simplemente las expectativas de los mercados en cuanto al 'timing' de esa revolución eran exageradas y, por tanto, se hicieron apuestas financieras desproporcionadas.

Traigo a colación de nuevo el tema porque tengo el placer de comprobar que alguien mucho más autorizado que yo, Chris Anderson, el autor de 'La economía Long Tail', en su último libro 'Gratis' también ataca el asunto y hace unos razonamientos parecidos a los míos.

Anderson comenta que el crecimiento de Internet apenas se vió afectado por el crack bursátil. Así nos lo explica:

"Unos años más tarde, cuando se recuperó el mercado y miramos hacia atrás, comprobamos con asombro que era prácticamente imposible apreciar el efecto del crash en el crecimiento de Internet. Había continuado extendiéndose exactamente como antes, con apenas un bache, mientras los mercados públicos se hundían. La 'revolución digital' no había sido un espejismo o, peor aún, un engaño. El número de gente que se conectaba online habia subido al mismo ritmo en todas partes, lo mismo que el tráfico, y también cualquier otra vía para medir el impacto."

Y continúa en la misma línea, haciendo la afirmación que me sirve como base para el título de este post:

"No había sido una burbuja tecnológica, sino una burbuja de Wall Street. Cada bit de la red seguía siendo tan importante como incluso el más optimista de los pronósticos lo había predicho; lo único es que llegar allí fue un poco más costoso de lo que los valores del mercado habían dado por hecho."

La perspectiva histórica nos explica lo que realmente sucedió y, de paso, nos reconcilia, si hacía falta, con la tecnología y con Internet, un Internet que, casi diez años después del estallido de la burbuja, sigue más vivo que nunca y con un creciente impacto en la economía y la sociedad.

sábado, 24 de julio de 2010

Pilar Jericó contra el miedo

'NoMiedo' es un viaje por las diferentes motivaciones y manifestaciones del miedo (entre las que se encuentran, según la autora, el pánico, la fobia, el sobresalto, el estrés y la ansiedad) así como una serie de recomendaciones para gestionar ese miedo.

Pilar Jericó distingue entre el miedo equilibrante y el miedo tóxico. El primero es necesario y hasta positivo, puesto que nos ayuda a evitar peligros y amenazas y se traduce en la virtud de la prudencia. El segundo, sin embargo, es un miedo paralizante que nos impide actuar o condiciona negativamente nuestra conducta.

La autora defiende que el miedo tóxico influye negativamente no sólo en las personas sino también en la cuenta de resultados de las empresas y realiza algunas sugerencias para gestionar este miedo.

La obra se estructura en cortos cuadros (una página o dos como mucho) y abundan las citas de diferentes personajes. En ocasiones esta estructura me ha hecho pensar en la conversión a libro de una presentación PowerPoint. Sin embargo, es cierto que es una estrategia que facilita mucho la lectura, especialmente cuando se está falto de tiempo, y la hace muy sencilla y llevadera.

Tanto por el estilo, como por el contenido y por esa estructura, 'NoMiedo' es un libro ameno y fácil de leer, interesante y aleccionador, pero que me deja la sensación de que podía ir más lejos. Creo que la autora, en aras de conseguir esa amenidad, esa sencillez de lectura, se deja en el tintero una parte importante de las consideraciones teóricas y los datos que avalan las tesis expuestas. Tengo pocas dudas de que ese 'background' teórico existe...pero apenas se manifiesta.

Pilar Jericó
Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales y doctora en Organización de Empresas. Ha realizado también estudios de especialización en estrategia en Harvard University y de Comportamiento Organizativo en UCLA y en la Universidad de Florencia.

Es profesora en diversas universidades y escuelas de negocios, es consultora y coach y ha dirigido proyectos de consultoría y planes de transformación. Es conferenciante habitual en foros y seminarios profesionales.

Además, es socia-directora de la firma Innopersonas y autora de varios libros.

Puedes conocer más sobre la autora accediendo a su blog.

Ficha técnica:
TITULO: NoMiedo en la empresa y en la vida.
AUTOR: Pilar Jericó
EDITORIAL: Booket
AÑO: 2006
ISBN: 978-84-93485-90-0
PAGINAS: 174

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La felicidad aplazada

Hace algunos años leí, supongo que en algún manual de psicología que no recuerdo, que una característica que diferenciaba a los individuos adultos de los niños era que mientras los niños buscan la recompensa inmediata, la satisfacción instantánea de sus necesidades y deseos, los adultos son capaces de diferir esa recompensa. Los adultos, sabiendo que en el futuro pueden conseguir algo mejor, son capaces de invertir esfuerzo, soportar incomodidades y sinsabores o, simplemente, son capaces de esperar, con la certeza, quizá la esperanza, de que el futuro traerá consigo una recompensa mayor.

Parece, en efecto, una señal de madurez. Sin embargo, en nuestra acelerada y exigente vida actual, especialmente en el ámbito laboral, y más especialmente aún en el caso de mandos y directivos, esta estrategia puede ser llevada hasta un extremo contraproducente y tóxico para la vida personal e, incluso, profesional.

Pilar Jericó en su libro 'NoMiedo', nos habla del síndrome de la felicidad aplazada ('deferred happiness syndrome' en inglés). Este síntoma afecta, al parecer, al 40% de los profesionales de países desarrollados. Pilar Jericó propone algunos síntomas:
  • Trabajar muchas horas y muy duramente para conseguir más comodidades (mejor casa, mejor automóvil, mejores vacaciones...)
  • Ahorrar compulsivamente para la jubilación, sublimando ese estadío vital
  • Mantener el estrés actual por miedo a cambiar a otro trabajo
La autora también nos indica algunas de las consecuencias que esto puede generar.

En primer lugar, la más evidente y la que da nombre al síndrome, es el sacrificio de la felicidad actual.

Otra consecuencia es el miedo a asumir riesgos que impliquen perder la seguridad, para no poner en peligro el estilo de vida actual. Este miedo también se traslada al mundo de la empresa y puede generar, por ejemplo, aversión al riesgo en lo tocante a inversiones.

La última, quizá la gran víctima, es el entorno familiar y muy especialmente los hijos, cuya felicidad, comodidad y futuro parecen ser la excusa perfecta para el sobreesfuerzo de sus progenitores...un sobreesfuerzo que va en detrimento, no obstante, de la vida en común, de la compartición de juegos y actividades, con esos niños. Una vida en común que, seguramente, los niños valorarían mucho más que el esfuerzo por su futuro.

No resulta difícil reconocernos en este síndrome ¿verdad?

viernes, 23 de julio de 2010

Obsolescencia y renovación

Menciona Pilar Jericó en su libro 'NoMiedo', la siguiente cita de Bill Joy, a la sazón, científico jefe en Sun Microsystems:

"El 20 por ciento del conocimiento técnico de la empresa se queda obsoleto en un año."

El 20 por ciento en un año. Según eso, en 5 años todo el conocimiento técnico está obsoleto.

Buena razón, por si nos faltaba alguna, para la autoformación y para el cambio.

jueves, 22 de julio de 2010

Re-thinking party (y VI): El fin de la fiesta

He dejado para el final comentar la intervención de Eduardo Punset en la Thinking Party organizada por Fundación Telefónica el pasado 9 de Julio.

Y aunque el dejarla para el final ha sido no intencionado, lo cierto es que me puede venir bien para cerrar y resumir de alguna manera mis impresiones sobre este evento.

Muchas e interesantes ideas manejó Punset, con la profesionalidad y saber estar que cabía esperar. Sin extenderme demasiado en esta ocasión, la primera afirmación interesante es que la intuición es una fuente tan buena de conocimiento como la razón. "Intuyo" que es cierto, que la intuición es una fuente de conocimiento de la que, simplemente, lo que ocurre es que no acabamos de conocer su mecanismo y por eso parece tener un carácter más mágico y casual.

Me gustó también la afirmación, con independencia de que pueda o no ser discutible, de que "quizá no podamos cambiar el mundo, pero sí podemos cambiar el cerebro."

Interesantes, aunque quizá más conocidas, las apuestas por la inteligencia social o por el aprendizaje social y emocional. En esa línea, me quedé también con la propuesta de competencias que propone a desarrollar en nuestros jóvenes como parte de su educación, a saber:
  • focalizar la atención
  • trabajar de manera cooperativa y no competitiva
  • solucionar conflictos
  • generosidad
Pero lo que mejor me sirve como broche a esta serie de artículos, y como valoración final del evento, es el consejo, la exhortación que incluye entre sus propuestas finales de actuación: "No estar parados".

Repaso mentalmente todas las ponencias.

Todas ellas muy dignamente presentadas (por cierto, un hallazgo esto de los 15 minutos), todas ellas henchidas de idealismo y ganas. Algunas me gustaron, otras me dejaron frío y con algunas, finalmente, tengo puntos de desacuerdo.

Y no es concebible que sea de otra manera en una fiesta del pensamiento, de la innovación, del emprendimiento.

Lo que importa, lo que realmente importa, no es el estar de acuerdo o no, no importa, casi, cada idea concreta. Lo que realmente importa es seguir pensando, seguir comunicando el pensamiento y, como nos dice Punset, seguir continuamente en movimiento.

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Miedo al éxito

El miedo al éxito...

Hace ya bastantes años, siendo yo apenas un adolescente, y no recuerdo muy bien a cuento de qué, un profesor de mi colegio decía en su clase que había que tener cuidado para evitar, por causa de una reprimenda pública inadecuada, herir a un alumno en su orgullo. Pero luego dijo que también había que cuidar de evitar, por un halago público excesivo, herir a un alumno en su humildad.

Fue hace muchos años...pero se me quedó grabado y aún lo recuerdo: "herir a un alumno en su humildad..."

En el mundo deportivo también se habla, cuando un equipo pequeño tiene en su mano 'dar la campanada' ante un equipo grande, que a veces le entra "el miedo a ganar"...y, de hecho, con frecuencia acaba perdiendo, en parte debido a ese miedo a ganar.

Tendemos a creer que el éxito, la victoria, son objetos de deseo, que son algo bueno y deseable en sí mismo. Sin embargo, no siempre es así. Depende de nuestras motivaciones, de nuestras aspiraciones.

Pilar Jericó, en su libro 'NoMiedo', nos habla de algo parecido, pero en el entorno de la empresa.

Enlazando con la teoría de la motivación de McClelland que ya vimos en un post anterior sobre miedos directivos, esto sucedería cuando los elementos fundamentales de la motivación no son el poder o el logro, como se supone sucede en los directivos, sino cuando el eje principal de la motivación es la afiliación.

Para las personas con este tipo de motivación, un ascenso, un éxito aparente, puede ser, en realidad, un fracaso. El ascenso aleja al nuevo jefe de sus antiguos compañeros, crea distancias, y, eventualmente, le obligará a exigir, reprender o dar feedback negativo a esos antiguos compañeros, quizá amigos. Nada más duro para un carácter predominantemente afiliativo.

El presunto éxito se percibe, en realidad, como un fracaso para la persona afectada. Quizá no en lo profesional, pero sí en lo personal.

A lo mejor, al menos en este caso, el miedo al éxito es, en realidad, un intuitivo y en el fondo muy razonable miedo al fracaso.

miércoles, 21 de julio de 2010

Más listos, más rápidos y más sociables, los jóvenes de la Generación Einstein

"Más listos, más rápidos y más sociables". Así describe Jeroen Boschma a los jóvenes nacidos desde 1988 hasta ahora y que constituyen lo que el autor denomina la Generación Einstein, nombre que también da título al libro que nos ocupa.

Boschma contrapone esta generación a la de sus padres, la Generación X, y la de sus abuelos, la Generación del babyboom.

La primera parte del libro es más, si se quiere, de corte sociológico, analizando a esta nueva generación y contraponiéndola a las precedentes.

Nos habla de una generación positiva y muy sociable, que hace un uso natural de la tecnología y que se encuentra en un modo 7x24 de comunicación, información y conexión, que gustan de la amistad y la familia, que valoran la honestidad y la autorrealización, pero también la comodidad y la armonía.

En la segunda parte del libro, Boschma torna sus ojos hacia el marketing, partiendo del hecho de que, como es bien conocido, se trata de un mercado muy interesante, no sólo por su poder de compra y el la influencia en las decisiones de sus padres, sino también por constituir en pocos años el futuro mercado de adultos. En esta apartado Boschma escribe sobre cómo se puede llegar a esta generación, cómo se les pueden vender marcas y productos. Y nos habla de nuevo de la honestidad, de la reputación, del diálogo...

Se trata de un libro interesante aunque creo que casi más como un medio para que los padres o, en general, los adultos de hoy, comprendan a sus hijos y a esta nueva generación, que como un sesudo tratado de marketing.

Las ideas son interesantes y, probablemente, ciertas, pero he echado en falta algo más de base teórica, documental o experimental para las afirmaciones vertidas.

Y, bueno, tampoco me he acabado de identificar del todo con la descripción, creo que algo negativa, de la Generación X. En algunos momentos he recordado el famoso anuncio de Coca-Cola y he querido recordarle que nosotros vimos jugar a Gordillo y que inventamos el vocablo "güai"... :-)

Jeroen Boschma Es licenciado en Arte. Trabajó como consultor creativo y estratégico en diferentes ciudades de EEUU y Europa.

En 1988 co-fundó la agencia Kessie especializada en comunicación para el público infantil y juvenil.

Posee también una amplia experiencia como conferenciante en universidades y congresos.

Ficha técnica:
TITULO: Generación Einstein. Más listos, más rápidos y más sociables.
AUTOR: Jeroen Boschma
EDITORIAL: Gestión 2000
AÑO: 2007
ISBN: 978-84-96612-97-6
PAGINAS: 320

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martes, 20 de julio de 2010

Miedos directivos

Afirma Pilar Jericó en su libro NoMiedo que, asociados a las distintas motivaciones del ser humano, existen sus miedos correspondientes.

Las motivaciones que considera, y sobre las que actúan los diferentes miedos, serían las siguientes, siempre según la autora:
  • Necesidades básicas
  • Afiliación
  • Logro
  • Poder - influencia
  • Todas las anteriores
Supongo que de forma intencionada, la base de la lista de motivaciones se apoya en el modelo de David McClelland.

Hace unos meses, quizá algún año, con base en esta teoría de la motivación y considerando las motivaciones de Logro, Poder y Afiliación, nos contaron en un curso que en los perfiles típicamente directivos tenían en cuanto a su perfil de motivación, una alta componente de Poder y una también bastante alta componente de Logro...siendo comparativamente baja la componente de Afiliación.

Si esto es así, y si la teoría de Pilar Jericó es cierta, los miedos típicos de un directivo serían los derivados de su motivación de poder y de logro.

Por tanto, el principal miedo sería la pérdida de poder (que se traduciría en el miedo a perder el puesto o a no ser reconocido) y el siguiente miedo sería al fracaso (miedo al error, miedo a tomar decisiones, miedo a sumir riesgos).

El primero encaja con mi experiencia y percepción. El segundo me cuadra menos.

Pero me da miedo llevar demasiado lejos mis conclusiones... :-)

Re-thinking-party (V): Criticar el futuro

"Criticar el futuro", esa fue la expresión que utilizó, la causa por la que abogó, Javier Celaya en su intervención en la Thinking Party organizada por Fundación Telefónica el pasado 9 de Julio.

Una intervención que inicialmente se centró en explicar las posibilidades de lo que denominaba los 'libros enriquecidos', libros que mejoran la experiencia lectora con acceso a mapas, a vídeo y audio, a comentarios y recomendaciones de otros lectores (incluyendo amigos en redes sociales), etc, etc, etc

Pero aunque muy interesante, sin duda, todo lo relativo a esta nueva generación de libros, mejor fue, creo, su llamada a una visión crítica del futuro y a cómo las tecnologías y el mundo 2.0 están transformando la sociedad.

Por apuntar algunos hechos, recordar que consideró como una evolución negativa de esta nueva sociedad tecnológica, el hecho de que, por ejemplo, en España el 95% de los usuarios de Internet accedan a contenidos únicamente a través de Google y que, además, se preste atención muy mayoritariamente sólo a los tres primeros resultados del buscador. Otros hechos apuntados fueron, por ejemplo, que en media no se dedica más de 22 segundos a la lectura en pantalla de una entrada o al fenómeno de los retweets sin aportación ni crítica adicional.

Fenómenos todos ellos que parecen empobrecer este mundo 2.0 que se enorgullece justamente de lo contrario, de ser un vehículo de transmisión y difusión de ideas y de generar un conocimiento impensable por otros medios.

Aunque en un ámbito bastante diferente, el siguiente ponente, Alfonso Alcántara (más conocido en el mundillo como Yoriento), haciendo gala de una enorme gracia y sentido del humor, desmitificó en su intervención algunas ideas concernientes al coaching, los emprendedores, el management, etc

Ya comenté algo al respecto en lo relativo a la intervención de Genís Roca, también de las de bajar a tierra, pero lo cierto es que a mí, aunque comparta el interés y el entusiasmo por las nuevas tecnologías y, en especial, por la Web 2.0, aunque me atraiga el mundo de la iniciativa individual y la democratización de accesos y contenidos, aunque me subyugue la economía de la larga cola, no deja de producirme una cierta tranquilidad intelectual, un incremento de fe en lo que tenemos y lo que haya de venir, el observar que existen pensadores de este mundillo 2.0 con apertura de miras, que no eluden reconocer los errores y las problemáticas, capaces de bajar de la nube y ser críticos no sólo con el pasado sino, como nos aconseja Celaya, con el presente y más aún con el futuro.

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lunes, 19 de julio de 2010

Marketing: emoción y contexto

En la parte más 'marketiniana' de su libro 'Generación Einstein', Jeroen Boschma nos habla de la importancia del contexto, el uso y el impacto emocional de los productos, especialmente los tecnológicos, y cómo esta faceta tanto emocional como contextual tiende a ser olvidada o minusvalorada.

Nos lo ejemplifica con el caso de los videojuegos. Así, sostiene que si un joven de esta generación está en el sofá frente al televisor, la emoción predominante será la de compartir el tiempo con los amigos, divertirse juntos, y preferirán el videojuego sobre el soporte de una videoconsola tipo PlayStation y con un juego rico en imágenes y acción. Por el contrario, para otro contexto, como es la distracción durante un trayecto en autobús, puede preferir un juego sobre un teléfono móvil. En este caso la emoción tiene que ver con vencer el aburrimiento y el contexto llevará a preferir juegos sencillos, cortos y simples.

Sin embargo, y como afirma Boschma,

"Lo que de verdad sorprende es que los especialistas en comunicación sigan pensando desde las posibilidades técnicas del aparato y no tengan en cuenta el contexto emocional."

Tiendo a pensar que, ahora que la novedad tecnológica es menos impactante, ahora que las nuevas tecnologías ya no lo son tanto, ahora que esta nueva generación ya no se sorprende de los avances técnicos, de forma natural se están volviendo los ojos a la emoción, la utilidad y el contexto pero, probablemente, aún quede camino por recorrer y sentido común por aplicar...

Tecnología y creatividad

"El ordenador debe ser una extensión de la creatividad humana"

Steve Jobs

Jeroen Boschma nos regala esta cita del mandatario de Apple en su libro 'Generación Einstein'.

Algunos artículos atrás, comentamos el papel del ordenador como máquina social, citado en este mismo libro.

En el fondo, la idea subyacente es la misma: la tecnología, no como un objetivo en sí misma, sino como instrumento, como un medio para la consecución de los objetivos humanos, sean éstos de socialización, de creatividad... o de algún otro que, seguramente, tendremos ocasión de comentar en el futuro.

domingo, 18 de julio de 2010

Gestionar crisis personales según Ignacio Álvarez de Mon

'Eduardo, estás despedido!' es una forma novelada de acometer las ideas fundamentales de la gestión personal, la lucha por la autorrealización y la superación de las crisis que el entorno nos puede generar.

Se presenta como el diario de un directivo que es despedido y este hecho le fuerza, no sólo a encontrar un nuevo empleo, sino a encontrarse a sí mismo, a entender quién es realmente, cómo le ven los demás, qué es lo que le interesa y cómo conseguirlo.

Aunque el título y su presentación, así como una falsa sensación de simplicidad,pueden hacernos pensar en un libro de la denostada 'autoayuda', una lectura serena y algo conocedora nos saca del error.

De una forma sencilla, casi subliminal, el autor despliega todo un arsenal de ideas para el autoanálisis y el desarrollo personal, todo un conjunto de técnicas de 'coaching' (donde el 'coach', en este caso, está encarnado por el psicólogo Mario y el 'coachee' por Eduardo, el protagonista).

He tenido el placer de conocer a Ignacio Álvarez de Mon personalmente y de comentarle en directo mi opinión sobre esta obra. Dos ideas que entonces le comenté fueron, en primer lugar, que me parecía que este libro reclamaba una segunda lectura, que la aparente sencillez era eso, sólo apariencia, que el libro era mucho más profundo y cuidado de lo que parecía en una lectura rápida...y eso habla muy bien del autor. La segunda es que observando el comportamiento, preguntas y recomendaciones de Mario, el psicólogo, observando las técnicas que aplica a Eduardo...me parecía estar oyendo al propio Ignacio Alvarez de Mon ejerciendo de 'coach'. Un placer adicional...

Un libro, pues, y al contrrario de lo que puede parecer, para leer despacio, fijándose bien o, en su defecto, concediéndole el beneficio de una segunda lectura más reflexiva.

Ignacio Álvarez de Mon
Doctor en Sociología y Ciencias Políticas por la Universidad de Salamanca, Licenciado en Derecho por ICADE y MBA por la Universidad de Houston, Ignacio Álvarez de Mon es, en la actualidad, director del área académica de Dirección de Recursos Humanos del Instituto de Empresa. Sus áreas de interés son el liderazgo, la motivación, el trabajo en equipo, la gestión del conflicto, el desarrollo de personas y el coaching, especialmente éstas dos últimas. Además de numerosos casos y artículos, es autor también del libro "De ti depende".

Ficha técnica:
TITULO: ¡Eduardo, estás despedido! Un relato sobre cómo superar una crisis personal.
AUTOR: Ignacio Álvarez de Mon
EDITORIAL: Alienta
AÑO: 2010
ISBN: 978-84-92414-16-1
PAGINAS: 127