miércoles, 31 de julio de 2019

Creatividad versus conocimiento


Soy un gran defensor de la importancia del conocimiento. Aparte de entenderlo como una forma de desarrollo y realización personales, considero que el conocimiento es una condición necesaria para un trabajo riguroso y de calidad, casi en cualquier ámbito profesional, pero muy en concreto en los ámbitos en que me muevo de tecnología, procesos, proyectos y transformación digital.

De hecho, en mi libro 'La Carrera Digital' defiendo explícitamente el conocimiento como parte de mi 'framework' conceptual y encajo toda una parte, la más tecnológica, dentro de ese ámbito del conocimiento.

Ahora bien, y cambiando ligeramente de tercio, pensando en el ámbito de la innovación y la creatividad: ¿es el conocimiento un factor favorecedor de la creatividad?

Personalmente tiendo a dar una respuesta afirmativa. En primer lugar porque una creatividad que actúa en vacío, sin apoyo ninguno en conocimiento, difícilmente puede proporcionar un resultado factible,  realista e incluso interesante. Además, siempre he pensado que el conocimiento actúa en 'background' de la creatividad, que en muchas ocasiones soluciones aparentemente creativas simplemente explotan el reconocimiento, muchas veces inconsciente, de patrones o soluciones iguales o similares vistas en otro ámbito.

Sin embargo, leyendo el libro 'Strategic Management of Technological Innovation' de Melissa A. Schilling me encuentro una advertencia que me parece interesante. Nos dice esta autora:

The impact of knowledge on creativity is somewhat double-edged. If an individual has too litttle knowledge of a field, he or she is unlikely to understand it well enough to contribute meaningfully to it. On the other hand, if an individual knows a field too well, that person can become traped in the existing logic and paradigms, preventing him or her from coming up with solutions that require an alternative perspective.

La primera frase encaja perfectamente con mi argumentación en favor del conocimiento como sustento de la creatividad. Sin embargo, la segunda frase es una importante advertencia contra una especie de ceguera, e incluso soberbia, que puede provenir de un conocimiento profundo y que impida ver otras posibilidades.

Creo que es una advertencia realista y necesaria.

La propia autora nos proporciona algunos elementos de personalidad que pueden mitigar ese riesgo. Así, nos habla de que la personalidad creativa suele estar dotada de experiencia, apertura y motivación. El factor experiencia creo que actúa en la misma dirección que el conocimiento (de hecho, una buena parte del conocimiento proviene de la experiencia) pero el factor apertura es crucial. Si a un gran conocimiento y experiencia se une una actitud de apertura ante nuevas ideas y oportunidades, estamos poniendo el caldo de cultivo adecuado para desafiar al status quo y buscar sinceramente soluciones nuevas y creativas. Si a esto le añadimos una motivación intrínseca, habremos casi contrarrestado el posible efecto adverso del conocimiento.

Y digo casi porque, a pesar de todo, a la persona con mucha experiencia y conocimiento, a pesar de que su actitud hacia la creatividad y la innovación sea la correcta, plena de apertura y motivación, le puede faltar 'la chispa' que encienda nuevas posibilidades divergentes, disruptivas. Para conseguir esa chispa adicional es para lo que conviene hacer trabajo en equipo y además con equipos diversos y multidisciplinares capaces de aportar perspectivas radicalmente diferentes, ideas que a la persona con más conocimiento o experiencia no se le pasen por la imaginación o incluso que formulen preguntas diferentes y desafiantes que hagan reflexionar a quien tiene más conocimiento.

En ese contexto, con la actitud adecuada y con múltiples perspectivas, creo que el conocimiento es, no sólo una condición imprescindible sino un auténtico tesoro de cara a la creatividad y la innovación.

lunes, 29 de julio de 2019

El vehículo autónomo como robot


¿Qué es realmente un robot?

Aunque a nivel intuitivo parece que todos entendemos lo que es un robot, lo cierto es que no es tan sencilla su definición si queremos que tenga una validez universal. Además, el panorama se complica porque, afortunadamente hay que decir, cada vez aparecen más nuevas tecnologías e ingenios dotados de inteligencia y capacidad de actuación que nos hacen dudar de si debemos clasificarlos o no como robots.

Es posible que, como hago con otros términos 'confusos' del mundo de la tecnología, empiece a recopilar en este blog definiciones que me vaya encontrando del término robot. De momento, y sin pretender dar una definición definitiva, creo que podríamos considerar un robot como:

Un ingenio artificial capaz de interactuar de forma autónoma con el mundo que le rodea

En esa definición 'me cabe' perfectamente el robot industrial tradicional, el que vemos en las cadenas de producción de automóviles, por ejemplo, y 'caben' también los vehículos autoguiados. Parece, pues que me cabe la robótica industrial. También 'me caben' los robots androides de ciencia ficción y los desarrollos que, al menos a nivel de vídeo, podemos ver de Boston Dynamics.

Y también 'me caben', y esto es interesante, los bots software como RPA y chatbots aunque ahí, en el mundo de los robots software,  podríamos entrar en un territorio resbaladizo en cuanto a delimitación de fronteras.

En cualquier caso, los ingenios que responden a la definición que he propuesto, deben tener, en primer lugar, sensores que les permitan conocer el estado del mundo exterior de forma que puedan realmente ofrecer un comportamiento autónomo adaptado a las circunstancias.  

Y deben poseer alguna forma de actuadores, es decir, mecanismos que les permitan alterar el mundo. Esa alteración del mundo en el caso industrial puede ser, por ejemplo, el transporte de objetos o el soldado de piezas. Para ello el robot debe de tener forma de actuar sobre el exterior. En unos casos, manipulación, pueden ser las típicas 'garras' del robot industrial pero, en cierto sentido, un motor y unas ruedas que te permiten moverte también son actuadores en sentido amplio. En el caso de los robots software, su forma de relacionarse con el exterior, sus actuadores, son, en el caso de los robots RPA a través de mecanismos software que les permiten interactuar con aplicaciones y documentos.y en el caso de los chatbots parecidos mecanismos software o, en otros casos, como los voicebots a través de hardware de reproducción de sonido.

Y, además, el robot debe de tener un nivel, normalmente avanzado, de inteligencia. Una inteligencia que le permite procesar y 'comprender' lo que está ocurriendo en el mundo que le rodea y una inteligencia que le permite decidir qué debe hacer a continuación para  conseguir el objetivo que tiene que conseguir en el contexto de ese mundo exterior. Una inteligencia que, de todas formas hay que advertir que no siempre necesita adoptar la forma de inteligencia artificial. En algunos, casos se puede obtener una inteligencia suficiente con algoritmos más tradicionales aunque cada vez más, los robots más inteligentes hagan uso de la inteligencia artificial.

Hemos visto que los robots industriales e incluso los robots software 'me caben' en la definición de robot.

¿Y el vehículo autónomo?

Pues también. 

Los vehículos autónomos están dotados de variedad de sensores, como veíamos en el artículo 'Tecnologías para la localización de vehículos autónomos'  y también tienen unos actuadores que son fundamentalmente el motor, las ruedas, la dirección y las luces, es decir, todo aquello que les permite moverse y avisar a otros vehículos de lo que están haciendo o van a hacer.Y los vehículos autónomos tiene, sobre todo, una sofisticada inteligencia para entender lo que sus sensores les informan y para decidir sus siguientes acciones, como también vimos parcialmente (en su faceta de 'comprensión' del entorno), en el post 'La percepción en los vehículos autónomos'.

Parece, pues, que el vehículo autónomo encaja perfectamente en la definición de robot.

Eso es lo que me parece a mi pero me alegra ver que no soy el único. Angel Bonet en su libro 'El tsunami tecnológico', en el capítulo dedicado al vehículo autónomo dice:

El vehículo autónomo [] no es más que el fruto de la robotización del vehículo tradicional, lo que consiste en dotar al coche de una multitud de sensores y sistemas inteligentes para que pueda realizar un trayecto determinado previamente sin necesidad de conductor.

Que concuerda con lo que he expuesto más arriba.

Así que, y como conclusión, a la espera de una eventual investigación más profunda acerca del verdadero significado del término 'robot', creo que estamos perfectamente 'autorizados' para considerar al vehículo autónomo como un robot.

viernes, 26 de julio de 2019

Sobre el funnel de la innovación


Cuando hablamos de 'funnel' (embudo) en el ámbito empresarial, solemos estar pensando en el funnel comercial, el mecanismo por el que un 'prospecto' o 'lead' poco a poco va avanzando en la gestión comercial, aumentando el interés del cliente, convirtiéndose en oportunidad y culiminando, si todo va bien, en una venta y un contrato. Esa es la idea de funnel, creo, más común, y el campo donde por primera vez oí ese término cuando, hace ya muchos años, me adentraba en el mundo del CRM (Customer Relationship Management).

Pero la idea del embudo es aplicable a más entornos, todos aquellos, probablemente, en que se produce una suerte de selección de forma que de unos candidatos iniciales abundantes, acabanos teniendo un numero reducido de elementos exitosos finales que completan todo el ciclo.

Leyendo el libro 'Strategic Management of Technological Innovation' de Melissa A. Schilling encuentro esa idea aplicada al mundo de la innovación. Y es bastante lógico y bastante usado, por otra parte.



En efecto, aunque la mecánica interna sea diferente, el fenómeno externo es muy similar: partimos de una serie, deseablemente larga, de ideas creativas e innovadoras que son candidatas a ser convertidas en verdaderas innovaciones buscando alcanzar una aplicación efectiva y con resultados e impacto real, normalmente de naturaleza comercial. Pero para llegar a ese punto hay que pasar filtros internos, análisis de viabilidad, pruebas de concepto y, si hablamos por ejemplo de productos, las experiencias derivadas de la fabricación (viabilidad técnica y económica).

Es decir, estamos ante el típico embudo con muchas entradas y pocas salidas.

Es un comportamiento natural. No hay muchas sorpresas hasta aquí.

El 'truco', para hacer una buena innovación, será gestionar adecuadamente este funnel. Empezando por estimular la creatividad interna y externa de forma que las entradas en el embudo sean los más abundantes posible y afinando luego los mecanismos de selección, de forma que no eliminemos buenas ideas por meras trabas burocráticas o de resistencia al cambio (una especie de 'falsos negativos') y, por contra, estrechando algunos filtros necesarios como la viabilidad comercial (es decir, intentando eliminar algo así como los 'falsos positivos'). Este último empeño, la viabilidad  comercial, la podemos afrontar, por ejemplo, afrontar al modo Lean Startup, definiendo y probando en el mercado los famosos Productos Mínimos Viables.

En resumen: el embudo parece bastante natural y casi inevitable. Simplemente, seamos conscientes de su existencia y, no tan simplemente, gestionémoslo adecuadamente.

miércoles, 24 de julio de 2019

Innovación: el método y la estrategia


En mi libro 'La Carrera Digital', defiendo la importancia del método, es decir, la gestión sistematizada en este caso de la transformación digital y de las iniciativas que lleva consigo. De hecho, toda la segunda parte ('LISTOS') está dedicada al método, abordando el análisis estratégico, la definición del programa de transformación y su gestión basada en la dirección de proyectos..

Pero se trata de un principio de actuación, de un framework conceptual, que va más allá de la transformación digital y se extiende, en el fondo, a cualquier ámbito de gestión.

Un ámbito de gestión muy de mi interés, y muy relacionado en mi opinión con la transformación digital es la innovación. Un área de trabajo en que, dado que la asociamos, bastante correctamente, a la creatividad, a la divergencia y a las nuevas ideas, parece que tiene una cierta 'bula' y que no está sometida a una gestión rigurosa.

Nada más lejos de la realidad. 

Es cierto que la creatividad es libre, pero también que la innovación es un ámbito de gestión y, como tal, también necesita rigor y método.

Y me alegra ver que la profesora Melissa A. Schilling, en su libro 'Strategic Management of Technological Innovation', apunta en este sentido cuando nos dice:

While innovation is popularly depicted as a freewheeling process that is unconstrained by rules and plans, study after study has revealed that successful innovators have clearly defined innovation strategies and management processes.

Es decir, hay una estrategia y hay procesos de gestión (es decir, método).

Existe la creatividad y existe la divergencia e incluso existe, estoy seguro, espacio para la sorpresa y la disrupción, pero al final, si queremos ser efectivos y eficientes necesitamos una estrategia y una visión y luego, gestión y método.

lunes, 22 de julio de 2019

Una definición de innovación tecnológica por Melissa Schilling


Intuitivamente sabemos bastante lo que es la innovación. A nivel conceptual, sin embargo, no lo deslindamos tan claramente de otros aspectos relacionados como la investigación o la creatividad.

Por eso, y como otros conceptos que me interesan pero son de una conceptualización algo borrosa, voy a intentar ir recogiendo en este blog algunas definiciones que me salen al paso en mis investigaciones y lecturas.

En este caso, y dado que estoy comenzando la lectura del libro 'Strategic Management of Technological Innovation' de la profesora Melissa A. Schilling empiezo por ahí, por la definición que se aporta en este libro desde la mismísima primera página. Nos dice que innovación tecnológica es:

The act of introducing a new device, method or material for application to commercial or practical objectives.

Es una definición simple y no demasiado erudita pero que contiene algunos elementos relevantes. Desde luego, por un lado, la novedad, una novedad que centra en tres posibilidades; dispositivo, material o método (y me quedo dándole vueltas a si no se ha limitado en exceso con esas tres posibilidades). Por otro, el foco en la aplicación práctica.  Esos dos factores: novedad y aplicación práctica definen bastante bien, aunque sea de forma simple, lo que es innovación. Quizá sea menos clara en esta definición el hecho de que hablemos de innovación tecnológica, es decir, una innovación que se basa en la aplicación de tecnología. Tal vez la autora considere que queda implícito en el hecho de que la novedad de que hablamos se oriente a nuevos dispositivos, materiales (donde claramente necesitamos tecnologías)  y métodos (donde me parece más discutible que se implique el uso de tecnología).

En fin, que la definición aportada orienta bien pero no me parece que cierre del todo un concepto riguroso de innovación tecnológica. Sospecho que es que la autora no ha tenido especial interés en esa definición rigurosa sino sólo en centrar el tema. 

Seguiremos avanzando en el libro, que parece muy interesante y buscando y recopilando otras definiciones.

martes, 16 de julio de 2019

La nueva definición de Transformación Digital de Brian Solís


Cuando hace ya más o menos año y medio comencé a recopilar definiciones de Transformación Digital, una de las primeras aportaciones fue la de Brian Solís que recogía junto con otras dos en el artículo titulado "Tres definiciones de transformación digital y una lista de objetivos"

En aquella ocasión, la definición que nos ofrecía Solís era la siguiente:

el realineamiento de tecnología, modelos de negocio y procesos con el fin de crear valor a los clientes y empleados en una economía digital cambiante.

Ayer 15 de Julio, Brian Solís ha publicado en su blog un sencillo artículo titulado "Digital Transformation 101" y en él nos ofrece una nueva definición de Transformación Digital. Su nueva propuesta es ésta:

Digital transformation is the evolving pursuit of innovative and agile business and operational models — fueled by evolving technologies, processes, analytics and talent — to create new value and experiences for customers, employees and stakeholders

En el fondo mantiene la filosofía de la anterior, resaltando el uso de la tecnología para aportar al negocio aunque, en esta ocasión indica alguna de las formas de transformar el negocio (innovación, agilidad, nuevos modelos operativos y nuevas experiencias no sólo para clientes sino también empleados y stakeholders) y hace que a la tecnología le acompañen en el viaje de la transformación otros elementos como los procesos y el talento.

Una definición, en mi opinión, bastante acertada aunque quizá, yo prescindiría de esa mezcla de elementos no tecnológicos, no porque no existan y aporten, y no porque a esos elementos no les favorezca también la tecnología digital, sino porque considero que no son diferenciales de la transformación digital sino propios de cualquier transformación.

En cualquier caso, Brian Solís es una autoridad y un divulgador en la materia, así que vale la pena prestarle atención.

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viernes, 12 de julio de 2019

Sin software no hay paraíso: razones de la disrupción digital


La existencia del software es clave para la disrupción digital

En el primer capítulo de mi libro, 'La Carrera Digital', hago un ejercicio de identificación las características propias de lo digital que explican su explosión y aportan las razones de su naturaleza disruptiva.

Son estas:

  • Uniformidad
  • Ductilidad
  • Incorporeidad
  • Replicabilidad
  • Gratuidad
  • Exponencialidad

Para entender más en detalle lo que esos términos significan aconsejo, evidentemente, leer el libro. Pero sí quisiera destacar en este artículo que de esas seis características, salvo la primera, uniformidad, las otras cinco (ductilidad, incorporeidad, replicabilidad, gratuidad y exponencialidad) se dan gracias a la existencia del software, es decir a la clara separación entre una parte con realidad física, el hardware, y otra con realidad lógica, el software.

Es la inmaterialidad y la maleabilidad del software lo que explica, en una gran medida, la explosión digital.

Sin despreciar para nada la aportación del hardware, es el software lo que aporta con claridad un mayor valor diferencial y disruptivo.

Sin software no habría transformación digital. Sin software no habría disrupción digital. Sin software, en definitiva, no hay paraíso.

Otros artículos en este blog sobre mi libro "La Carrera Digital"

jueves, 4 de julio de 2019

El contexto de los procesos de negocio


Cuando trabajamos con procesos de negocio, una de las actividades típicas es el descubrimiento y el modelado del proceso, es decir, la recopilación de la forma en que se ejecuta un proceso y su plasmación en un lenguaje formal, normalmente de naturaleza gráfica.

El modelo de un proceso de negocio describe, de alguna forma, un prototipo, un patrón de cómo se debe ejecutar luego cada instancia concreta (caso) de ese proceso. Si,por ejemplo, hemos modelado la gestión de pedidos de una empresa eCommerce, lo que define el modelo de proceso es, de forma general, cómo se trata un pedido, mientras que, cuando un cliente concreto hace un pedido concreto, estamos ante un caso de ese proceso.

Asumimos, y es bastante lógico, que el caso real se ajusta al modelo de proceso y, en cierto sentido, esas es la intención.

Sin embargo, la realidad tiende a matizar los modelos teóricos.

He retomado la lectura del libro 'Process Mining. Data Science in action' de Wil van der Aalst que, por diversos motivos, tuve que detener hacia la mitad. Y, en un momento dado, el autor se detiene a hablar de lo que denomina el contexto del proceso, es decir, factores que rodean al proceso y que hacen que la ejecución real de un caso puede estar matizada de alguna manera respecto al comportamiento prototípico del modelo. Cierto que van der Aalst nos habla del contexto en relación al Process Mining, pero creo que el planteamiento de ese contexto es relevante en cualquier caso. siquiera como advertencia.




Para este autor, hay cuatro niveles de contexto:

  • Contexto del caso propiedades específicas del caso que pueden cambiar el comportamiento. Así, por ejemplo, en el caso de los pedidos, el comportamiento se puede ver alterado en el caso, por ejemplo, de clientes muy importantes (pueden recibir mayor atención o prioridad) o pedidos muy grandes.

  • Contexto del proceso En este caso, hablamos de interacciones entre instancias del mismo proceso. Así, por ejemplo, esas instancias pueden competir por los mismos recursos, por ejemplo, el equipo humano que ejecuta alguna tarea o, en el caso de los pedidos, las existencias en almacén. Y eso puede hacer que diferentes instancias del mismo proceso, no se comporten de una forma completamente similar.

  • Contexto social Se refiere a aspectos que afectan a personas y organizaciones y que recoge influencias como las derivadas de que las mismas personas o grupos puedan trabajar en diferentes procesos o a que puedan existir roces de todo tipo entre esas personas y organizaciones.

  • Contexto externo Finalmente, este contexto abarca elementos de un ecosistema que supera las barreras de la organización. Hablamos, por ejemplo, de la situación económica, regulatoria o incluso climática.

La existencia de estos contextos hace que el valor del modelo de proceso como prototipo, siendo muy alto, no sea completamente definitorio y debamos estar advertidos de que las diferentes instancias de un procesos seguirán comportamientos algo diferenciados. Es importante para process mining, pero también para análisis de tiempos, para indicadores, etc


lunes, 1 de julio de 2019

Mi definición de Transformación Digital


Hace ya algún tiempo, comencé a recopilar definiciones de 'Transformación Digital' y registrarlas con un breve comentario en este blog.

Ahora que acabo de publicar 'La Carrera Digital', mi primer libro que versa, precisamente, sobre Transformación Digital, parece lógico que recoja y comente aquí mi propia definición.

Pues bien, la definición que yo propongo es la siguiente:

Transformación digital es un cambio profundo que realiza una organización para adaptarse a los retos y aprovechar las oportunidades que genera la tecnología digital.

En el libro comento cinco aspectos que contiene esta definición: cambio profundo, organización, tecnología digital, adaptarse y aprovechar.

Pero aquí voy a comentar algún otro punto quizá más implícito en esta definición.

Por un lado, centro la Transformación Digital fundamentalmente en el entorno de las empresas, ya que concibo la transformación como un programa de cambio decido dentro de una organización (normalmente una empresa). De esta forma dejo al margen una eventual transformación digital de una sociedad en su conjunto o de la persona a nivel individual. Me gustaría dejar claro que hacerlo así, es una cuestión de foco, no de descalificación. Mi interés se centra fundamentalmente en la transformación de empresas y ahí es donde me centro, pero dejo abierto como interesante campo de trabajo la transformación tanto personal como social.

Por otro lado, doto a la transformación digital de un carácter estratégico, ya que se trata de un programa que responde a amenazas y sobre todo oportunidades del entorno, en este caso un entorno que viene dado por las posibilidades de la tecnología digital.

Ese carácter estratégico lleva aparejado el carácter personalizado de la transformación. No creo en fórmulas generales de transformación digital sino en la respuesta individualizada de cada empresa adaptada a su realidad y la de su entorno competitivo.

Por lo demás, sólo insistir en la importancia que para mi tiene la tecnología como medio y habilitador de la transformación, huyendo de concepciones que, queriendo destacar los aspectos estratégicos y humanos, que no niego sino todo lo contrario, banalizan e incluso niegan el papel de la tecnología. No es esa mi posición: defiendo como clave la estrategia y el papel de las personas, pero afirmo igualmente la importancia innegable de la tecnología y la necesidad de su conocimiento y dominio.

Para conocer más de mi enfoque sobre la Transformación Digital deberíais leeros el libro o, al menos, poco a poco ir siguiendo algunos aspectos que desgranaré en este blog.


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