lunes, 31 de diciembre de 2012

Bibliografía 2012

Siguiendo la costumbre, cierro el año en Blue Chip con un listado y valoración de mis lecturas en las temáticas propias de este blog: economía y sociedad digitales, social media, liderazgo, innovación, tecnología, etc.

En anteriores ocasiones clasificaba los libros en tres bloques: management, tecnología y temas limítrofes, pero dado lo ecléctico y entrelazado de las temáticas, cada vez me resulta menos relevante esa separación. He pensado hacer otra basada en las áreas de conocimiento que he definido en mi página personal (sociedad digital, negocio digital, social media, servicios TIC, dirección de proyectos y liderazgo 2.0) pero lo cierto es que, de nuevo, al intentar traducir este esquema a mis lecturas me resulta algo encorsetado y entiendo que no se adapta del todo. 

Así que renuncio a las clasificaciones y, sin más, aquí va el listado de mis lecturas en 2012:
Si observo las temáticas de esta bibliografía, creo detectar tres áreas predominantes, que no únicas, este año: social media, innovación y la psicología/sociología de la nueva sociedad digital, temáticas que, aparte de enormemente atractivas, encajan muy bien, creo, con el devenir del management tecnológico actual. No quiere ello decir que necesariamente éstas vayan a ser las áreas de lectura y comentario del próximo año, sólo que han caracterizado mi 2012 y que ha habido buenas razones para ello.

Algo que también observo en este repaso es la alta calidad general de las lecturas. He acudido con frecuencia a reconocidos gurús y bestsellers y con frecuencia los he leído en su idioma materno (cada vez incluyo más lecturas en inglés). Y esa estrategia de selección de textos y lectura de los pensadores originales en su idioma original, paga sus dividendos en forma de mayor aprendizaje y, por qué no decirlo, mayor disfrute.

Puedo recomendar la mayor parte de los libros de esa lista sabiendo que, salvo quizá alguna excepción, no defraudarán al menos a lectores con intereses más o menos cercanos a los míos.

Esa alta calidad general me hace muy difícil, eso si, dar el último paso a que suelo proceder en estos artículos recopilatorios de lecturas del año, a saber, seleccionar los mejores. Para las tres primeras posiciones me debato entre no menos de seis o siete candidatos, pero como hay que elegir, aquí va mi podium de lecturas de 2012:

(1) Open Innovation de Henry Chesbrough: Un excelente tratado sobre innovación y una explicación excelente del concepto de innovación abierta que le da título. Uno de los conceptos más avanzados en gestión de la tecnología y la innovación en el mundo de la colaboración 2.0. Altamente recomendable.

(2) The Innovator's dilemma (Clayton M. Christensen): Con una temática cercana al anterior y con una calidad que tampoco le va a la zaga, el autor, partiendo principalmente de un estudio sobre el mercado de discos duros, hace un excelente análisis de la problemática de la innovación y porta valiosas sugerencias de solución.

(3) The art of possibility: (Rosamunde Zander & Benjamin Zander): Aunque con dudas, elijo este título como tercer componente del podium quizá por variar un poco la temática. Un tratado que me fue recomendado durante un proceso de coaching y que nos habla de enfocar el mundo desde la perspectiva de la posibilidad de lo que se puede hacer superando barreras y limitaciones muchas veces autoimpuestas. Un libro difícil de encasillar en cuanto a temática: ¿nos habla de psicología? ¿de liderazgo? ¿de desarrollo personal? Difícil respuesta...pero fácil e inspiradora lectura.

Aunque no los he situado en el podium no quisiera, dejar de nombrar el magnífico sabor de boca que me dejaron otros libros como 'Socionomía', 'The lean startup', 'The net delusion' o 'La tercera revolución industrial'.

Y quizá, mencionar una desilusión: 'Marketing 3.0'. Muy por debajo, en mi opinión, de lo que cabría esperar de un libro en el que figura Phillip Kotler entre sus autores.

Pero no cerremos con mal sabor de boca. El año ha sido muy bueno en cuanto a lecturas, aprendizaje y descubrimiento de conceptos y sólo lamento no haber tenido tiempo para más. 

Ya está en marcha la lectura y en breve los comentarios en este blog del primer libro de 2013...y de momento empieza muy bien...

A ver con qué nos encontramos dentro de un año cuando proceda, de nuevo, a hacer esta valoración.

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miércoles, 26 de diciembre de 2012

El aprendizaje como objetivo de una startup

Los mercados son demasiado complejos para pretender acertar a la primera a base de mera intuición, incluso mera visión, cuál es su verdadera demanda, qué productos y servicios serán exitosos. 

Aunque la disciplina de la estrategia empresarial tomada de un modo teórico nos hace pensar en un proceso planificado y controlado, lo cierto es que el feedback del mercado es fundamental para ajustar nuestra oferta, nuestra estrategia y nuestro acercamiento al mercado.

Y esto que probablemente sea aplicable a cualquier tipo de compañía lo es especialmente cierto en lo relativo a las startups. Dado que, como veíamos en el anterior artículo, una startup se mueve en un ambiente de extrema incertidumbre, su misión es, precisamente, acotar esa incertidumbre, encontrar el camino del éxito.

Así lo expresa Eric Ries en 'The lean startup': 

The goal of a startup is to figure out the right thing to build -the things customers want and will pay for-...

Es por eso que en el método de este autor, el aprendizaje es un objetivo fundamental. Un aprendizaje que no es fundamentalmente tecnológico, sino un entendimiento del mercado y sus necesidades. Por eso, y por el énfasis en medir de forma científica el progreso, el autor afirma:



I've come to believe that learning is the essential unit of progress for startups.

Una actitud de receptividad ante el mercado, de prueba y error, de aprendizaje continuo y de medición de ese aprendizaje son las muy sabias recetas de Eric Ries para las startups. Eso si, aunque la receta es correcta, a la hora de medir ese progreso y ese aprendizaje, nos enfrentamos con una dificultad, que el propio autor reconoce: 

Learning is [...] frustratingly intangible.

Pero eso es sólo una problemática de medición, no un cuestionamiento de la filosofía...

lunes, 24 de diciembre de 2012

¿Qué es una startup?

Existe mucha literatura, mucho 'buzz' y un tanto de mito acerca de los emprendedores y las startups, quizá porque la maltrecha economía occidental precisa de su concurso como ayuda para salir de la crisis.

Pero sería un error, una mirada estrecha y afectada por el mito del garaje, pensar que el emprendimiento y la innovación se producen sólo en pequeñas nuevas compañías formadas por jovenzuelos líderes visionarios. El emprendimiento, por suerte, es una actitud y una necesidad más amplia y que abarca a muchos otros colectivos.

Esta es la definición que propone Eric Ries en su libro 'The lean startup':

A startup is a human institution designed to create a new product or service under conditions of extreme uncertainty.

Dos elementos componen, creo, esta definición: la creación y la incertidumbre. Dos elementos que no son propiedad de unos pocos.

La incertidumbre como contexto y como condición que cada vez será más común, dada la complejidad de los mercados actuales.

La creación como camino y como respuesta.  Una respuesta necesaria, angustiosamente necesaria... y no sólo en manos de genios o visionarios. También en las mías y las tuyas...

¿Nos atrevemos?

viernes, 21 de diciembre de 2012

#macrotweet: La medida del éxito en innovación y emprendimiento

Success is not delivering a feature; success is learning how to solve the customer's problem.
Eric Ries
'The lean startup'

miércoles, 19 de diciembre de 2012

'Just manage it': una receta y dos buenas razones para startups.

La literatura sobre emprendedores y sobre líderes innovadores, en especial en el sector tecnológico, tiende dibujarnos a unos héroes visionarios, carismáticos, persistentes... y anárquicos.

La narratividad que acompaña a sus biografías se complace en su arrojo y su carácter...pero nos habla muy poco de estrategia, de su metodología y de su rigor.

Se trata posiblemente de mera ilusión. 

En el emprendimiento, como en toda actividad difícil, existe la inspiración, pero también mucho trabajo, mucha dedicación, metodología y persistencia, aunque eso suene menos atractivo.

Al principio de su libro 'The lean startup', Eric Ries, concentra en dos los motivos que explican el fracaso de muchas startups.

La primera es la falta de un plan, una estrategia y un estudio de mercado.

La segunda es que, tras ver cómo fracasan otras startups utilizando metodologías tradicionales de 'management', asumen algo así como que todo vale con esfuerzo y, como dice el propio Ries, adoptan una escuela de pensamiento del tipo 'Just do it', todo visión y voluntad, nada de análisis y rigor.

Eric Ries apuesta, por el contrario, por una gestión científica de la innovación y el emprendimiento. Afirma, de hecho, que su metodo se basa en el afamado Lean Management surgido a partir de la experiencia de Toyota.

Podríamos decir que Ries apuesta, en realidad por la receta del 'Just manage it'.

Y si nos daba dos razones para explicar las razones del fracaso de startups, son mucho mejores las dos razones que nos da para seguir este método y obtener el éxito en el mercado.

La primera:
Most people think of process and management as boring and dull, whereas startups are dynamic and exciting. But what is actually exciting is to see startups succeed and change the world.

Y la segunda:
The passion, energy, and vision the people bring to these new ventures are resources too precious to waste.

Buen método seguramente, pero, desde luego, dos excelentes razones para valorarlo.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Los cinco principios del método Lean Startup

'Lean startup' es un método propuesto por Eric Ries que intenta aplicar los principios del Lean Management al mundo de la innovación y el emprendimiento.

Su teoría se recoge en el libro 'The lean startup'. Al principio del mismo el autor nos expone los cinco principios en que se basa este método:
  • Los emprendedores están por todas partes: no sólo son emprendedores los que trabajan en un garaje o se encuentran en una pequeña startup. Una startup es, en el concepto de Ries, cualquier institución diseñada para crear nuevos productos y servicios en condiciones de extrema incertidumbre. Por tanto, el emprendimiento, y el método 'lean startup' se puede aplicar también, por ejemplo, en grandes empresas.

  • El emprendimiento es gestión: una startup es una institución, no un producto, y por tanto debe ser gestionada, si bien mediante una gestión específicamente orientada a sus características.

  • Aprendizaje validado: quizá, en mi opinión, uno de los dos principios más relevantes. La misión principal de una startup es aprender a construir un negocio sostenible, y ese aprendizaje debe ser validado científicamente mediante experimentos.

  • Construye-mide-aprende: el segundo principio más relevante y fuertemente relacionado con el anterior. Las startups deben convertir ideas en productos y eso se hace mediante un ciclo de construcción, medición de resultados y aprendizaje. En función de lo que se encuentre, la startup debe persistir en su estrategia o cambiarla, lo que se denomina pivotar.

  • Contabilidad de la innovación: si el emprendimiento es gestión parece una consecuencia lógica que ese aprendizaje y esa innovación, fundamentales para su desarrollo, deben ser medidos, se deben establecer hitos y se deben priorizar trabajos. Puede sonar aburrido y alejado de una visión idealizada de la innovación y el emprendimiento, pero forma parte de esa gestión profesional y método científico que propugna Lean Startup.
De alguna forma, creo que el método se resumen en ir creando el negocio mediante pequeños incrementos en forma de lanzamiento de versiones del producto (lo que denomina el MVP, 'Minimum Viable Product'), medición de resultados y progreso y toma rápida de decisiones acerca de si persistir en la estrategia o cambiarla.

Nada demasiado diferente, en el fondo, de una gestión, digamos normal, salvo, eso si, la insistencia en los ciclos cortos y en el aprendizaje y decisión continuas.

viernes, 14 de diciembre de 2012

La mirada agnóstica a Internet de Evgeny Morozov

'The net delusion' es una mirada pesimista, el autor la califica en realidad como agnóstica, al papel de Internet y los medios sociales como protagonistas de un movimiento de liberación del individuo, desde un punto de vista esencialmente político.

El autor intenta desmontar lo que él denomina ciber-optimismo o ciber-utopía, esa corriente de pensamiento, dominante en el entorno de Internet, que sostiene que Internet y muy especialmente los medios sociales como Twitter, actúan como liberadores al permitir que las personas compartan información, noticias e ideas de forma libre y al facilitar la coordinación de movimientos ciudadanos.

Morozov considera esa filosofía como heredera de la estrategia occidental durante la Guerra Fría en que como arma política los gobiernos occidentales o la propia resistencia interna, utilizaron la radio libre o los panfletos para difundir información, en el entendimiento de que el conocimiento por parte de las poblaciones sometidas a regímenes totalitarios, de otros pensamientos, otros esquemas políticos y otro mundo de progreso, les impulsaría a la acción.

Frente a esta idea, Morozov opone numerosos ejemplos, centrados principalmente, aunque no exclusivamente, en China y Rusia, de cómo estos gobiernos no sólo no se ven claramente amenazados por la libertad que ofrece Internet sino que, en ocasiones, lo utilizan incluso para sus propios fines. Piensa el autor que, además, precisamente el énfasis del mundo occidental en presentar Internet como herramienta de liberación ha hecho que los gobiernos totalitarios reacciones y le presten atención, y que además, han ido mucho más allá de la simple censura o control de contenidos sino que los utilizan y explotan de forma muy inteligente para lograr sus propios fines que no son, evidentemente, liberadores.

'The net delusion' es un libro largo, quizá en exceso, y ligeramente denso, muy enfocado en la política y las implicaciones en la misma de Internet, con mucho foco en concreto en la política al respecto del gobierno norteamericano y las estrategias adoptadas, fundamentalmente, en China y Rusia. No es el típico libro a leer por un aficionado a Internet y social media. Es un libro de carácter más sociológico y político y para lectores a los que esa perspectiva les interese. Un interesante contrapeso, además, para el pensamiento fácil y optimista alrededor de la red.

Evgeny Morozov

(Fuente: Traducción propia de la entrada en la versión inglesa de Wikipedia)

Evgeny Morozov, nacido 1984 en Soligorsk, Bielorrusia,es un escritor e investigador que estudia las implicaciones políticas y sociales de la tecnología.

Morozov asistió a la Universidad Americana de Bulgaria y más tarde vivió en Berlín antes de trasladarse definitivamente a los Estados Unidos.

Morozov es investigador visitante en la Universidad de Stanford, miembro la New America Foundation y editor colaborador así como blogger para la revista 'Foreing Policy', para la que escribe el blog 'Net Effect'. Anteriormente ha sido miembro Yahoo! en la Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown, miembro de la Open Society Institute, director de nuevos medios de comunicación en las ONG 'Transitions Online' y columnista para el periódico ruso Akzia. En 2009 fue elegido como miembro de TED donde habló sobre cómo la Web influye en el compromiso cívico y la estabilidad en regímenes autoritarios, sociedades cerradas o en los países "en transición".

Los escritos Morozov han aparecido en diversos periódicos y revistas de todo el mundo, entre ellos The New York Times, el Wall Street Journal, Financial Times, The Economist, The Guardian, New Scientist, The New Republic, Times Literary Supplement, Internacional Newsweek, International Herald Tribune, Boston Review, Slate y el San Francisco Chronicle.

Morozov expresa escepticismo sobre la opinión popular de que Internet está ayudando a democratizar los regímenes autoritarios, con el argumento de que también podría ser una herramienta poderosa para el ejercicio de la vigilancia masiva, la represión política, y la difusión y propaganda nacionalista extremista. Asimismo, ha criticado lo que él llama "La Agenda de la Libertad en Internet" del gobierno de EE.UU., que él comnsidera ingenua y hasta contraproducente para el objetivo mismo de la promoción de la democracia a través de la Web.

En enero de 2011 Morozov publicó su primer libro 'The net delusion' ( ISBN 978-1586488741 ). Además de explorar el impacto de Internet en los Estados autoritarios, el libro investiga los orígenes intelectuales de la emoción cada vez mayor sobre el potencial liberador de Internet y lo relaciona con el triunfalismo que siguió al fin de la Guerra Fría. Morozov también argumenta en contra de las ideas de lo que él llama ciber-utopía (la incapacidad de ver el lado más oscuro de Internet) e Internet-centrismo (la propensión creciente para ver todo el cambio político y social a través del prisma de la Internet).

Puedes conocer más sobre el autor en 'su página oficial' o seguirle en Twitter en la cuenta @evgenymorozov.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Un axioma necesario para emprendedores

Por suerte, empieza a ser reconocido, quizá todavía no del todo aplicado en el mundo corporativo, el hecho de que el error, o mejor, el ciclo ensayo-error-aprendizaje, es el mejor mecanismo para la adquisición de conocimiento, para la innovación y para el desarrollo de nuevas ideas, nuevos productos, nuevos servicios, nuevas empresas...

Así nos lo recuerda Eric Ries en el comienzo de su famoso libro 'Lean startup' cuando, a despecho de lo que normalmente figura en la literatura sobre grandes directivos y afamados emprendedores, a los que si dibujan como una especie de visionarios con un camino trazado, nos hace ver que la realidad es muy otra, que el fracaso existe...y abunda, que las visiones no siempre se realizan, que los emprendedores muchas veces no triunfan.

Tan crudo como esto:
The grim reality is that most startups fail. Most new products are not successful. Most new ventures do not live up to their potential.

No es ésta una visión pesimista en absoluto, aunque lo pueda parecer. Es sólo un axioma. Un axioma... y un baño de realidad. 

La innovación y el emprendimiento vienen acompañados con frecuencia por fracasos puntuales. Pero, si se reconoce y gestiona este axioma, esos fracasos son sólo jalones en el camino, pequeñas batallas perdidas que refuerzan la voluntad, la visión y el método para ganar la guerra.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Nuevas tecnologías: de promesas y predicciones

Las nuevas tecnologías, los nuevos logros de las ciencias aplicadas y de la ingeniería, tienden a disparar nuestra imaginación y nuestro optimismo.

A veces esa euforia pudiera ser producto, simplemente, del entusiasmo, quizá algo irreflexivo y, en otras ocasiones, pudiera tratarse de una euforia forzada con fines publicitarios o de marketing. 

El caso es que cuando surge una nueva tecnología la literatura especializada, la conversación y la publicidad tienden a sobrevalorarla, a asignarle posibilidades casi milagrosas para la transformación de la economía y el sistema productivo, para la mejora de la sociedad y, casi, casi, para salvar al mundo.

Pasados unos años, y aunque es evidente que la tecnología contribuye de forma decisiva al impulso económico y a la mejora material de la humanidad, las esperanzas sólo en parte se alcanzan, los sueños sólo parcialmente se cumplen.

Me ha gustado cómo lo expresa Evgeny Morozov en su libro 'The net delusion':
Technologies, it seems, tend to overpromise and under-deliver, at least on their initial promises.

En otras casos, y en una visión algo más optimista, ocurre justo lo contrario: nos encontramos que ciertas tecnologías o ciertos productos y servicios gozan de una explosiva adopción e influencia en el mercado y en la vida diaria, mucho más allá de lo que nadie pudo imaginar cuando esa tecnología, producto o servicio se concibieron.

¿Por qué sucede esto?

Recurro al mismo autor, Evgeny Morozov, para encontrar una explicación plausible: juzgamos una tecnología conforme al mundo que conocemos, conforme a un entorno económico, social y técnico dado. Así lo expresa Morozov:

The biggest problem with most predictions about technology is that they are invariably made based on how the world works today rather than on how it will work tomorrow.

El mundo en que se desenvolverá una tecnología pudiera ser diferente del que conocemos y nuestra habitual incapacidad para situarnos en ese nuevo mundo, nos puede conducir a errores en cuanto al verdadero impacto de una tecnología, sus usos, sus aplicaciones, su aceptación y su verdadero alcance.

Este error, digamos de imaginación, nos puede conducir a importantes desviaciones entre la realidad de una tecnología y aquello que se predijo para la misma.

Difícil equilibrio el conjugar la imaginación para prever el mundo en que una nueva tecnología se desenvolverá y el rigor propio de un análisis científico o de negocio y es que, como dice el popular aserto:

Predecir siempre es complicado...especialmente si es a futuro.

Ante la dificultad de la predicción, quizá se imponga, entonces, la prudencia en la promesa.

viernes, 7 de diciembre de 2012

#macrotweet: Relativizando el valor de un éxito en twitter

Every new article or book about a Twitter Revolution is not a triumph of humanity; it is a triumph of Twitter's marketing department.

Evgeny Morozov 
'The net delusion'

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Personalidad implícita en la red

Una de las preocupaciones más frecuentes respecto al uso de Internet y los medios sociales es todo lo que tiene que ver con la privacidad y la seguridad.

Siendo ciertos ambos, con frecuencia tengo la sensación de que se magnifican un tanto ambos y no porque técnicamente no existan ambas problemáticas, que existen, sino porque quizá se les da una dimensión relativa superior al impacto real lo que tiende a demonizar Internet.

Cuando se reflexiona de forma simplista sobre los posibles problemas de privacidad, podemos pensar que éstos pueden eliminarse o minimizarse simplemente evitando el proporcionar datos explícitos sobre nosotros mismos tales como nuestro teléfono, nuestro DNI, nuestra dirección postal, etc. 

Es cierto que no proporcionar esos datos añade algún nivel de privacidad...sin embargo, probablemente muchísimo menor del que pensamos.

Con los pocos datos disponibles, pero cruzando la información que sobre nosotros puede existir en tantos y tantos lugares de la red, es posible llegar a unir mucha información sobre una persona.

Pero el punto más interesante, quizá el más preocupante, no es tanto el que tiene que ver con nuestra información explícita sino en todo lo que revelan, de forma implícita, nuestros usos de la red...que también quedan registrados y sobre cuya información poco control tenemos.

Nuestros usos, los grupos a que nos podemos unir en una red social, las compras que podemos realizar online, las páginas que visitamos, etc, permiten elaborar un perfil sobre nuestra personalidad, ideología, opiniones, gustos, inclinaciones...

Usado desde un punto de vista comercial y positivo, eso puede permitir ofrecer las ofertas que mejor se adaptan a nuestros gustos o personalizar nuestra experiencia de uso de la red.

Manejada esa información, sin embargo, con otro tipo de fines no tan bienintencionados... la cosa puede llegar a producir miedo.

En su libro 'The net delusion', Evgeny Morozov hace mención a este asunto, que me he tomado la libertad de bautizar como 'personalidad implícita', haciendo referencia a los estudios de Sherri Grasmuk o de Colding-Jorgensen y nos dice:

Facebook users shape their online identities in implicit rather than explicit ways. That is, they believe that the kinds of Facebook campaigns and groups they join reveal more about them  than whatever they put on the dull 'about me' pages.

Las formas más insidiosas e inmanejables de problemas de privacidad podrían venir de esta personalidad que implícitamente revelamos y no tanto de la información explícita que desvelamos.

Quiero pensar que su impacto real, en términos relativos, es menor del que se puede pensar y eso permite mayoritariamente un uso sano, creativo y productivo de la red.

Pero el peligro esta ahí...

lunes, 3 de diciembre de 2012

De la displicencia a la adopción: actitudes autoritarias ante Internet

La orientación del estudio de Evgeny Morozov recogido en 'The net delusion' es de cariz claramente político. Al final del libro él mismo reconoce que podría haber estudiado otros aspectos de las repercusiones de Internet pero su interés se centra en sus implicaciones políticas y en su facultad, o no, de servir como elemento liberador.

Las conclusiones, ya lo hemos ido viendo, no son demasiado optimistas.

En un momento del libro, y ejemplificándolo con la evolución del comportamiento del venezolano Hugo Chavez, Evgeny Morozov identifica una evolución típica de la actitud de los regímenes autoritarios ante Internet.

Tras leer la propuesta con cierta detención, creo que se identifican tres fases (aunque el autor no las separa de forma tan clara). Serían estas:
  • Fase 1 - Displicencia o ignorancia: entienden Internet como algo frívolo que desaparecerá tan rápido como ha aparecido. Lógicamente, y para su decepción, luego comprueban que no es así, que Internet no desaparece y que, incluso, es adoptado por la oposición al régimen como una forma de burlar el estrecho control sobre otros medios.

  • Fase 2 - Censura: aplicada de forma muy diferente según las circunstancias de cada país y régimen, va desde una verdadera y estricta censura hasta sólo un cierto hostigamiento con impuestos o inspecciones.

  • Fase 3 - Adopción: Cuando se demuestra que la censura no es efectiva ni práctica, se pasa a la propaganda a través de Internet y los medios sociales y/o a la investigación exhaustiva.
No es algo muy diferente, quizá si eliminamos o matizamos la fase de la censura (tal vez asimilable a una fase de negación, resistencia o crítica), de las fases que conforman la actitud de empresas, instituciones e incluso individuos ante innovaciones y nuevas tecnologías.

Tal vez sea un patrón de conducta ante todo lo novedoso (ignorancia, negación, adopción). Lo preocupante de este caso, supuesto que damos por ciertas las tesis de Evgeny Morozov, es que desmontan, siquiera parcialmente, las esperanzas de que Internet sea un instrumento para la libertad, al menos la libertad política y al menos también en ciertos regímenes o contextos.

No quisiéramos que fuese cierto.

viernes, 30 de noviembre de 2012

34 Gigabytes al día

34 Gygabytes al día. Esa es la cantidad de datos que, según un estudio realizado en 2009 por la Universidad de California en San Diego (estudio que cita Evgeny Morozov en su libro 'The net delusion'), consume un norteamericano medio al día.

Es una cantidad que es difícil poner en contexto para evaluarla correctamente...pero que sin duda parece alta, muy alta.

Probablemente esa cantidad incluya el consumo de vídeo, lo cual restaría algo de su espectacular naturaleza. Pero si ahora le añadimos otro dato más, que el crecimiento de ese consumo es de 350 veces el correspondiente a 1980, la cosa parece que ya se empieza a poner seria.

Signifiquen lo que signifiquen exactamente 34 Gigabytes, la cantidad está ahí... y la tendencia, también.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

El reverso tenebroso de la viralidad

Cuando se ama el fenómeno de Internet, cuando se disfruta utilizándolo, cuando se tienen puestas esperanzas en su contribución al desarrollo económico y social, resulta duro reconocer que también existe su reverso tenebroso, su particular lado oscuro.

Evgeny Morozov, en su famoso libro 'The net delusion', se dedica a desmontar buena parte de los optimismos que al respecto del potencial liberador político de Internet circulan por los medios, por los discursos y, especialmente, por la propia Red.

Ya vimos en el artículo anterior, 'Internet, panem et circenses' cómo algunos estados totalitarios pueden utilizar Internet y los medios sociales como elemento distractor, como una suerte de opio que abstraiga a la población civil de eventuales problemáticas de libertad o bienestar.

Poco más adelante nos brinda otro jarro de agua fría, arguyendo que Internet es un medio excelente para que los regímenes totalitarios hagan su propia propaganda, para utilizar el alcance y la viralidad del medio para propagar sus propios mensajes.

Así nos dice:
The decentralized nature of the Internet may have made comprehensive censorship much harder, but it may also have made propaganda more effective.

Cierto, como se explicita en el párrafo, que también hace más difícil una censura absoluta...pero con un coste doloroso en forma de propaganda.

La lectura de este interesante libro aún nos deparará, seguro, algún otro jarro de agua fría. De momento llevamos dos...pero prometo retornar a una visión más optimista en algunos días :-)

lunes, 26 de noviembre de 2012

Internet, panem et circenses

Parece que la literatura sobre Internet y su efecto sobre la sociedad tiende a extremarse. 

Por un lado tenemos a los que vierten todo tipo de sospechas sobre la Red, especialmente en lo que a seguridad, privacidad y moralidad se refiere.

Por otro, nos encontramos a aquellos que ven en Internet no sólo un motor de progreso económico sino también el catalizador de importantes mejoras sociales y políticas, el detonante o vehículo de movimientos de expresión y liberación.

A estos últimos Evgeny Morozov los denomina ciber-utópicos y contra su posición confiada y optimista (casi eufórica), opone una serie de profundas críticas.

Frente a ese idea de una Internet liberadora y opuesta a regímenes autoritarios, Morozov ofrece una perspectiva mucho más pesimista, agnóstica argumenta él, en que cuestiona la efectividad de Internet para esas causas y ofrece ejemplos del uso de la misma Internet por parte de gobiernos autoritarios, justo para los objetivos contrarios al de la libertad.

Quizá no sea el argumento principal, pero aún así quisiera destacar en este artículo el que se refiere al uso de Internet en su vertiente social y lúdica como una herramienta de distracción de la sociedad civil, como una vía para apartar su atención de ideales más altos o más altas luchas.

Así lo expresa en un párrafo de su conocido libro 'The net delusion':
The Internet has provided so many cheap and easily available entertainment fixes to those living under authoritarianism that it has become considerably harder to get people to care about politics at all.

No puedo evitar pensar que éste presunto uso por parte de gobiernos, de producirse, sería en realidad 'un truco muy viejo', una treta casi milenaria.

Se trataría, en definitiva, de la reedición, en versión digital y moderna, del conocido 'panem et circenses' que ya articularan los emperadores romanos.

Y es que hay cosas que parecen no cambiar...

viernes, 23 de noviembre de 2012

Las paradojas de la innovación según Clayton M. Christensen

'The innovator's dilemma', se ha convertido en un clásico en lo relativo a literatura sobre innovación, si es que la palabra 'clásico' se puede aplicar a un libro con menos de diez años de vida.

En él, Clayton Christensen, profesor de Harvard, y partiendo fundamentalmente, aunque no exclusivamente, de un detallado análisis del sector de los discos duros, llega a una serie de conclusiones acerca de los procesos de innovación en las empresas.

Primero realiza una distinción entre tecnologías sostenidas y tecnologías disruptivas. Las primeras son evoluciones de tecnologías existentes pero dentro de un mismo marco en cuanto a cadena de valor, clientes, etc. Las tecnologías disruptivas, por el contrario, cambian las reglas del juego. Se caracterizan porque inicialmente suelen ser menos funcionales pero sí más baratas y cómodas. Aunque de partida resultan relativamente poco atractivas, poco a poco acaban desplazando a las anteriores.

Sostiene el profesor Christensen que las empresas de éxito están poco preparadas para afrontar tecnologías disruptivas. Y lo paradójico es que esa incapacidad parte en realidad de una excelente gestión. No es que los directivos de estas empresas gestionen mal, sino que los enfoques que son exitosos para tecnologías sostenidas no lo son para las disruptivas.

En el caso de tecnologías disruptivas los análisis de mercado, el escuchar la voz del cliente o el hacer un análisis de inversión llevan a conclusiones equivocadas: el mercado potencial de estas tecnologías no se puede medir ni evaluar porque aún no existen, los clientes de la compañía no son válidos para entender las nuevas necesidades porque, probablemente, la tecnología disruptiva se dirija a otro segmento de clientes y el análisis de inversión puede dar resultados poco atractivos para las nuevas tecnologías cuando se comparan, en el momento de su nacimiento, con las consolidadas.

Por todo ello, en este libro Clayton Christensen propone algunas acciones. Aporta, por ejemplo, alguna herramienta para intentar detectar tecnologías disruptivas. Propone, también, concentrar en unidades de negocio especializadas (o incluso spin-off) el desarrollo de las nuevas tecnologías para evitar que las inversiones en evolución de tecnologías sostenidas detraigan recursos necesarios para el desarrollo de las nuevas y para que los éxitos, inicialmente modestos de las nuevas tecnologías, sean apreciados por los directivos que las gestionan.

El libro se estructura en dos partes y once capítulos.

La primera parte 'WHY GREAT COMPANIES FAIL' explica los motivos del fracaso de las compañías de éxito para tratar con tecnologías disruptivas. Se compone de cuatro capítulos 'How can great firms fail? Insights from de Hard Disk Drive Industry', 'Value networks and Impetus to innovate', 'Disruptive technological change in the Mechanical excavator industry' y 'What goes up, can't go down'. En estos cuatro capítulos analiza detalladamente el sector de los discos duros y de las excavadoras mecánicas, introduce la distinción entre tecnologías sostenidas y disruptivas, así como el concepto de redes de valor y explica, en fin, sus conclusiones acerca del porqué del fracaso de las grandes compañías para gestionar las disrupciones tecnológicas.

La segunda parte, 'MANAGING DISRUPTIVE TECHNOLOGICAL CHANGE' ofrece ideas y consejos acerca de cómo se deberían gestionar este tipo de tecnologías.

En 'Give responsibility for disruptive technologies to organizations whose customers need them' aboga, como queda claro por el título, en concentrar el desarrollo del nuevo mercado en unidades de negocio cuyos clientes las necesiten y que, típicamente, no son las unidades de negocio tradicionales cuyos clientes, en general, despreciarán la nueva tecnología.

En el siguiente capítulo 'Match the size of the organization to the size of the market' la idea que desarrolla es que las nuevas tecnologías deben sacarse adelante en unidades de negocio que típicamente serán inicialmente pequeñas, tanto porque así se detraen escasos recursos para atender a un mercado todavía reducido y titubeante, como por el factor motivación: para una gran unidad de negocio, unos resultados modestos son decepcionantes; sin embargo para una unidad de negocio pequeña y concentrada, esos mismos resultados pueden ser muy valiosos e impulsar y motivar para seguir hacia adelante.

'Discovering new and emerging markets' analiza brevemente el hecho de que un mercado emergente, el propio de las tecnologías disruptivas no puedeser realmente analizado, puesto que no existe, sino de alguna forma, descubierto y creado.

'How to appraise your organization's capabilities and disabilities ' distingue tres factores en los que residen las capacidades. Uno de ellos son las personas, factor relativamente maleable mediante la contratación de talento. Pero otros dos: procesos y valores, son propiamente corporativos y de evolución lenta. Los valores, además, condicionan el modo en que los mandos y los trabajadores toman sus decisiones. Y se aportan algunas ideas sobre como crear capacidades tanto mediante adquisiciones, como desarrollo orgánico o mediante spin-off.

'Performance provided, market demand and the product lifecycle' introduce la idea de la sobreoferta de funcionalidades y cómo tratar con ella.

Los dos últimos capítulos funcionan a modo de resumen y son realmente valiosos. En el capítulo diez, 'Managing disruptive technological change: a case study' el autor intenta utilizar sus propias teorías para analizar el emergente mercado de los coches eléctricos. El capítulo once,'The dilemmas of innovation: a summary' es un resumen conciso y acertado de todas las ideas expuestas a lo largo del libro.

'The innovator's dilemma' es, creo, un libro excelente sobre gestión de la innovación, y que se tiene bien merecida la fama que le acompaña.

Clayton M. Christensen

(Fuente: Traducción de la entrada en Wikipedia)

Clayton M. Christensen (nacido el 06 de abril 1952) es el profesor Kim B. Clark de Administración de Empresas en la Escuela de Negocios de Harvard, con un nombramiento conjunto en la Tecnología y Dirección de Operaciones y Gestión de grupos de profesores generales. És conocido sobre todo por su estudio de la innovación en las empresas comerciales. Su primer libro, 'El dilema del innovador', articula su teoría de la innovación disruptiva . Christensen es también co-fundador de Innosight, una firma de consultoría de gestión y de inversión especializado en la innovación.

Christensen nació en Salt Lake City, Utah , siendo el segundo de ocho hijos. Tiene una licenciatura con honores en Economía en la Universidad Brigham Young (1975), una Maestría en econometría aplicada y economía de los países subdesarrollados en la Universidad de Oxford (1977, Rhodes Scholar), un MBA con Alta Distinción de la Escuela de Negocios de Harvard (1979, George F. Baker Scholar), y un DBA en la Escuela de Negocios de Harvard (1992).

Antes de unirse a la facultad de Harvard Business School (HBS) en 1992, Christensen trabajó para el Boston Consulting Group y luego fue presidente de Ceramics Process Systems Corporation (ahora CPS Holdings), una empresa que co-fundó con varios MIT profesores en 1984. En 2000, fundó Innosight LLC, una empresa de consultoría y capacitación que se describe como "centrarse en la generación de ideas, desarrollo de estrategias, la comercialización y el desarrollo de procesos innovadores". En 2005, junto con sus colegas de Innosight lanzó Innosight Ventures, una empresa de capital-riesgo centrada en invertir en la India. En 2007, después de la incubación de los procesos durante seis años, Christensen fundó de Rose Park Advisors LLC (llamada así por el barrio de Salt Lake City, donde se crió), una sociedad de inversión que aplica su investigación como una estrategia de inversión.

Es miembro de la junta directiva de Tata Consultancy Services (NYSE: ASR), Franklin Covey (NYSE: CF), y Vanu Inc.,

Trabajó como consultor y director de proyecto con el Boston Consulting Group (BCG) (1979-1984). Pidió una excedencia para ausentarse de BCG y servir como becario en la Casa Blanca (1982-1983) como asistente de Secretarios de Transporte de Estados Unidos a Drew Lewis y Elizabeth Dole .

El profesor Christensen se convirtió en un miembro del profesorado de la Escuela de Negocios de Harvard en 1992. Actualmente es profesor de una asignatura optativa que diseñó llamado "construir y sostener una empresa exitosa", que enseña a los directivos cómo construir y gestionar una empresa duradera, exitosa o transformar una organización existente. Christensen recibió un Premio Extraordinario de Enseñanza por la clase MBA de 2010. También enseña en muchos programas de educación ejecutiva HBS. Christensen obtuvo una cátedra con titularidad en 1998, y actualmente cuenta con cinco doctorados honoris causa y profesor honorario presidido en la Universidad Nacional Tsinghua en Taiwán.

El profesor Christensen es un autor de éxito de cinco libros, incluyendo su obra fundamental 'The innovator's dilemma' (1997), que recibió el Premio a la Empresa Global Book al mejor libro de negocios del año, 'The innovator's solution' (2003), y 'Seeing what's next' (2004). Recientemente, Christensen se ha enfocado en la innovación disruptiva en temas sociales como la educación y la salud. 'Disrupting class' (2008) analiza las causas de por qué las escuelas luchan y ofrece soluciones, mientras prescripción del innovador (2009) examina cómo arreglar el sistema de salud estadounidense. Los dos últimos libros han recibido numerosos premios como los mejores libros sobre la educación y el cuidado de la salud en sus respectivos años de publicación. 'The innovator's prescription' también fue galardonado con el Premio 2010 James A. Hamilton, por el Colegio de Ejecutivos de la Salud.

Puedes conocer más sobre el autor en 'su página oficial' o seguirle en Twitter donde se presenta con la cuenta @ClayChristensen.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

¿Hacia donde vas, Internet?

Nadie puede dudar hoy en día de la importancia de Internet.

Nadie puede dudar de su impacto en los negocios y en nuestras vidas privadas, en los medios de comunicación y en la forma en que nos relacionamos.

Nadie puede dudar, en definitiva, que Internet es importante, muy importante.

Pero hacia finales del siglo XX se creó un optimismo seguramente exagerado acerca de la velocidad en que Internet cambiaría la economía...y esto condujo a la burbuja de las dotcom y su posterior estallido. Lo cierto es que la transformación económica se produjo, pero quizá no al ritmo previsto o en la forma esperada.

Ahora vivimos la efervescencia de los medios sociales y la Web 2.0, y el optimismo alcanza no sólo a lo económico sino también a lo ético, a lo político y lo social. 

Los que usamos y apreciamos las nuevas herramientas sociales, creemos, o queremos creer, en los valores que se esconden tras el concepto 2.0: la colaboración, la meritocracia, la inteligencia colectiva, la honestidad...

¿Pero es esa otra burbuja? ¿Una burbuja ética y social en este caso?

Igual que nadie puede dudar de la importancia económica de Internet, tampoco parece razonable dudar de su creciente importancia social. Pero ¿a dónde se dirige este nuevo fenómeno social de la red?

Evgeny Morozov, uno de los autores más escépticos en cuanto al poder ético y político de Internet, lo expresa de esta forma en su famoso libro 'The net delusion':

The internet does matter, but we simply don't know how it matters.

¿Herramienta liberadora, opresora o neutral?

¿Hacia dónde se dirige Internet?

lunes, 19 de noviembre de 2012

Siete lecciones sobre innovación disruptiva

Ya hemos visto a través de varios artículos, basados en buena parte en las reflexiones de Clayton Christensen, cómo la gestión de la innovación disruptiva es diferente de la gestión de innovaciones sostenidas y, por supuesto, de la gestión del 'business as usual'.

A lo largo de su libro 'The innovator's dilemma', Christensen va desgranando y analizando algunas paradojas que afectan a la innovación disruptiva y que aconsejan esa diferente gestión.

Hacia el final de su libro, resume en siete lecciones los hallazgos más relevantes.

He creído que vale la pena recogerlos. Son estos:
  • El progreso de los mercados, en lo que a demanda de nueva tecnología se refiere, puede ser diferente, típicamente inferior, al progreso tecnológico. Eso hace que una innovación disruptiva pueda, inicialmente, parecer poco atractiva comercialmente.

  • La gestión de la tecnología tiende a mimetizar el proceso de asignación de recursos e inversión. El peligro es que las iniciativas disruptivas se queden sin recursos dado su poco atractivo inicial o la falta de interés de los clientes actuales.

  • El encaje con el mercado puede conducir a errores en innovación. El motivo: las innovaciones disruptivas encontrarán en general su mercado fuera del segmento de los mayores clientes actuales. Paradójicamente, guiar la innovación con base en los deseos expresados por los principales clientes puede conducir, pues, a desestimar importantes innovaciones disruptivas.

  • Las capacidades de la mayoría de las organizaciones son mucho más especializadas y adaptadas a un contexto específico de lo que sus directivos son capaces de identificar o reconocer. Eso es debido a que se mueven dentro de determinadas redes de valor. Una innovación que caiga fuera de esas redes, se encuentra en peligro.

  • Con frecuencia, la información que sería necesaria para tomar grandes decisiones simplemente no existe. En innovaciones sostenidas el fracaso no es admisible y es necesaria esa información. Para innovaciones disruptivas, sin embargo, es preferible un enfoque de ensayo, error y adaptación... a una escala adecuada, claro.

  • No es una buena estrategia en lo que a tecnología se refiere, intentar adoptar siempre el papel de líder o el papel de seguidor. El enfoque puede ser diferente según se trate de una tecnología sostenida o disruptiva. El liderazgo es importante en las disruptivas, pero no así en las sostenidas.

  • Aunque existen importantes barreras de entrada y movilidad en lo que a innovación se refiere, éstas pueden no ser las tradicionalmente estudiadas en la economía tradicional centrada en activos, recursos, etc, sino, más bien, el hecho de que, debido precisamente al cambio de paradigma que suponen, las tecnologías disruptivas, simplemente, parecen no tener sentido inicialmente para los directivos dentro de los marcos de referencia en que éstos se mueven.
Siete lecciones y siete advertencias. 

Queda claro que la innovación disruptiva debe gestionarse de forma diferencial. Lo hemos entendido. Lo difícil, donde parece todavía existir un mucho de olfato, es en la identificación de qué tecnologías suponen innovaciones sostenidas, cuáles disruptivas y cuales, simplemente, no tienen sentido.