miércoles, 22 de marzo de 2023

Telefónica en el recuerdo: cinco años de un adiós, cinco años de una reinvención

Casi seguro que sea este el ultimo post que escribo recordando al que fuera durante algo más de veinticinco años mi 'hogar profesional': Telefónica.

Casi seguro que sea así, y en realidad no tenía especiales planes de hacerlo ahora hasta hace poco, hasta hace unos días en que, no sé pensando en qué, caí en la cuenta de que estaban a punto de cumplirse exactamente cinco años desde que, con el habitual, 'pinchoteo', me despedí de tantos y tantos compañeros. Y me apeteció hacer justo lo que estoy haciendo: escribir este post para recordar a Telefónica.

No es que tenga mucho nuevo que decir, pero es que me apetecía recordarlo.


Telefónica en el recuerdo


Si, lo cierto es que, a pesar del tiempo transcurrido, que ya comienza a ser notable, no dejo de recordar a Telefónica. No dejo de recordar mi muy bonito, a veces casi emocionante, paso por la muy especial e inolvidable Telefónica Investigación y Desarrollo, mis ocho muy esforzados y estimulantes años en Telefónica Soluciones, trabajando para grandes clientes, y mis sufridos y esclarecedores cinco años en la unidad de Operaciones y Red de Telefónica de España

Veinticinco años que, como es natural, tuvieron de todo, bueno y malo, grandes momentos y algún disgusto, incluso algún gran disgusto. Pero soy absolutamente sincero al afirmar que en conjunto estoy contento, satisfecho y orgulloso de mi paso por tan gran empresa y que mi recuerdo general es muy, muy positivo.

Y no es que lo diga a ahora y en este medio, en que sería fácil y seguramente 'políticamente correcto'. Lo dije con frecuencia cuando aún estaba en Telefónica, se lo dije a mis compañeros y también a mis familiares y amigos. Y lo dije también el día de mi despedida.

Como, hay que reconocerlo, mis condiciones de salida fueron muy buenas, en esa despedida casi todos mis compañeros me venían a decir que, 'qué suerte tenía'. Pero en mi especie de discurso de despedida, en las palabras que siempre te hacen pronunciar en estos casos (y que debo reconocer que llevaba más o menos preparadas) tenía un mensaje final para ellos: que eran afortunados de permanecer en Telefónica, que ellos también tenían mucha suerte.


El día de la despedida

Creo que recibieron mis palabras con el escepticismo, el cariño y la cierta condescendencia con que se escuchan este tipo de declaraciones... pero yo lo decía absolutamente en serio. De verdad.

Miro ahora hacia Telefónica, y la sigo recordando con orgullo, cariño y con satisfacción. Y no creo que eso vaya a cambiar ya en los años que han de venir.


Compañeros en el recuerdo


Pero sí hay algo que me supone una cierta 'punzada' de dolor. 

Y es recordar a algunos compañeros que ya no están o que tienen algún problema de envergadura. Mi pensamiento se dirige en concreto a dos personas, dos colaboradores muy cercanos de los cuales no voy a dar el nombre, claro está, pero quien me conozca de cerca puede imaginar de quién hablo.

Cuando, a los pocos meses o incluso pocas semanas de abandonar Telefónica, volvía alguna vez por Distrito T, lo encontraba todo igual. Encontraba el mismo sitio, los mismos compañeros y casi, casi la misma actividad. Es como si nada hubiese cambiado. Y, en realidad, para ser sinceros, es que prácticamente nada había cambiado, y mi ausencia no era más que una anécdota en el devenir de un empresa tan grande y de largo recorrido.

Pero si ahora volviese, sí que algo habría cambiado, no solo por el normal transcurrir empresarial, sino por alguna ausencia dolorosa e irrecuperable. 


Reinvención


Después de mi salida de Telefónica, tocó poner en marcha mi reinvención personal y profesional. Una reinvención todavía en curso, creo que con razonable éxito, y que no fue en absoluto improvisada: se trata de una reinvención que ya había imaginado, y hasta cierto punto planificado, desde años antes.

En esa reinvención creé hace ya más de cinco años mi propia marca 'Reingeniería digital' y mi propio lema 'Innovación y Transformación digital de procesos y modelos de negocio'. He llevado a cabo un puñado de asesorías a empresas, he impartido innumerables horas de formación, he publicado dos libros, he dado alguna charla, moderado algunas mesas redondas y participo en un podcast 'Caminos de Knowmad' donde, con algunos compañeros, por cierto, varios de ellos también ex-telefónicos. de alguna forma, traslado mi experiencia de reinvención. 

Y, en el fondo, también ha cambiado mi situación personal, en el sentido de que ahora tengo mecanismos enormemente más eficaces y realistas de conciliación y de participación en la vida familiar.

Pero la reinvención no finaliza. Aún tengo algunos objetivos no conseguidos, aún se me ocurren nuevos proyectos y nuevas ideas. Y es fantástico que sea así: la reinvención personal es, o conviene que sea, un proceso continuo y de cierta velocidad.


Una realidad que se desvanece


Miro hacia cinco atrás y miro hacia Telefónica. 

Y no solo es que me siga despertando los sentimientos que mencionaba de satisfacción y orgullo, es que todavía la siento como propia y cercana. 

Pero también reconozco que ya voy notando algo el paso del tiempo. A pesar de la cercanía, ya la imagen se me empieza a desvanecer levemente. Porque ya ha pasado tiempo, porque yo he cambiado algo, porque Telefónica también ha cambiado algo y quizá, sobre todo, porque cada vez más personas, cada vez más de los que fueran mis compañeros, ya están también fuera de Telefónica. Y, en buena medida, una empresa son las personas que la componen.

Si, el recuerdo, se desvanece, bien que leve y lentamente.

Pero estoy seguro de que nunca va a desaparecer. Telefónica, desde 1992 y seguro que hasta el fin de mis días, ya forma parte de mi vida y mi experiencia.

Y por suerte, el recuerdo, más vívido o más evanescente, sigue siendo positivo.


A modo de anexo visual: mi vídeo de despedida


Y, para finalizar, no puedo evitar, o no quiero evitar, volver a a publicar, como hice ya en el post de los dos años, el vídeo con el que me despedí haca ya cinco, un 22 de Marzo de 2018. Un vídeo que me sigue gustando mucho, que me sigue trayendo muy buenos recuerdos, y que sigue resumiendo, de forma rápida y musical, mi paso por Telefónica. Suena 'You never can tell'. Letra y música: Chuck Berry. Interpreta Bruce Sprinsteen. Los recuerdos son míos. 


Hasta siempre, Telefónica.

Artículos de este blog relacionados


lunes, 20 de marzo de 2023

Tres democracias: el ciudadano frente a la ética de la tecnología

La ética de la tecnología en general, y de la inteligencia artificial en particular, es un campo de mucho foco actualmente, un área que me interesa, que estudio y que, hasta cierto punto, trabajo.

Ya desde que hace unos pocos años, no muchos, en que comencé a interesarme por el tema y ver cada vez más publicaciones al respecto, me pregunté hasta qué punto se trataba sólo de discurso, atractivo pero discurso, o hasta qué punto se trataba realmente de actuar, de alcanzar conclusiones, de realizar acciones.


Ética de la tecnología y acción


En la ética de la tecnología se identifican problemáticas de impacto moral del uso de la tecnología, un uso tanto malintencionado como no, se analizan escenarios, se advierte de riesgos y se vuelcan opiniones y sugerencias de cómo actuar.

El tema es ahora, cómo conseguir ser concretos y, sobre todo, ejecutivos, que no se trate de meras especulaciones o sesudos debates sin resultados tangibles.

Existen, por suerte, mecanismos para la actuación, para conseguir que las conclusiones de naturaleza moral, lleguen a plasmarse en realidades, y el reglamento europeo sobre la inteligencia artificial lo demuestra.

Pero en este post lo que me pregunto es la forma en que un ciudadano, en tanto que tal ciudadano, puede intentar influir ante administraciones y empresas, para que estas apliquen principios éticos, para que realmente se produzcan esas actuaciones.

Y se me ha ocurrido que tres son las vías principales en que un ciudadano puede, de alguna manera, manifestar sus aspiraciones y deseos y, aunque sea de forma indirecta, y hacer que se actúe en materia ética. Aunque seguro que hay más, he identificado tres mecanismos, tres formas de influir que me ha gustado denominarlos 'democracias' aunque, en el fondo, son más bien tres formas de influencia y las tres son viables sólo en el marco de una democracia representativa y una economía de mercado.


Primera democracia: el voto


La primera forma de influencia es la más evidente, y en teoría la más importante aunque, en el caso concreto de esta ética de la tecnología tengo la sensación que es la de menor impacto. Esa primera forma en que los ciudadanos expresamos nuestras opiniones es el voto. Mediante el voto designamos, de entre las opciones posibles, qué representantes queremos en materia fundamentalmente legislativa e, indirectamente pero muy relacionado, ejecutiva.

Dado que los valores, la ética pues en buena medida, están o deben estar en la inspiración de la ley, tal y como describía en el artículo 'El triángulo ética, tecnología y ley', la elección de nuestros representantes, implica, al menos en teoría, la elección de unos valores éticos que, antes o después deben plasmarse en las leyes que se generen. Y esto podría incluir, claro, leyes que tiendan a garantizar el uso ético de la tecnología.

Es un mecanismo muy serio pero, creo que con una influencia muy lejana e indirecta en la aplicación de esos principios éticos. Dejando al margen otras eventuales críticas, se trata de un mecanismo discontinuo e inespecífico. Discontinuo porque lo que ejercemos solo, en teoría, cada cuatro años. E inespecífico porque mediante un único voto, que compite con otros millones de votos, intentamos elegir a unos representantes, que aspiramos a que, eso, nos representen, trasladen nuestras opiniones y valores a todo tipo de temáticas, no a ninguna concreta.  

Es cierto que la democracia representativa permite otras vías de influencia como la iniciativa popular, la acción del defensor del pueblo o, simplemente, la manifestación en las calles, pero aún así, y a pesar de que si llega a concretarse una ley, estamos ante quizá, la forma más ejecutiva de llevar a cabo prácticas éticas, la sigo viendo como algo alejada de una problemática específica como es la ética de la tecnología.


Segunda democracia: la compra

 

La segunda forma de democracia, o, más bien, la segunda forma en que el ciudadano puede influir en decisiones en este caso fundamentalmente de empresas, es mediante la compra, mediante el uso que hacemos del dinero.

En una economía de mercado, la demanda, que no deja de ser un reflejo económico de los deseos y necesidades de la población,  marca en buena medida lo que las empresas producen.

Mucho de aquello que compramos no tiene connotaciones éticas, lo compramos por pura necesidad (comida, transporte, salud) o por capricho sin mayor reflexión.

Pero es cierto que la compra es un mecanismo muy poderoso de influencia. Si la población deja de comprar, por ejemplo, productos no ecológicos, no sostenibles o producidos en países ausentes de regulación, por ejemplo, del trabajo infantil, o si deja de utilizar redes sociales o productos de los que se sospecha un uso inadecuado de los datos personales o prácticas poco éticas como la influencia política encubierta, la señal ética de cambio que emite es muy poderosa e influyente.

Se trata de un mecanismo continuo y bastante más específico que el voto, aunque es cierto que para que tenga verdadero efecto, necesita de cierto consenso de forma que sea masivo y se note realmente en el mercado. Y precisa, y como se habla muchas veces en economía, de información, de que el ciudadano tenga una información razonablemente veraz de las prácticas de las empresas y de las características, por ejemplo de sostenibilidad, de los diferentes productos para hacer sus decisiones de compra de manera fundamentada. Y esa información, aunque existente, no siempre es veraz.


Tercera democracia: la atención


La tercera democracia, quizá la menos evidente, es la de la atención. Las opiniones y los valores, en este caso éticos, se transmiten mediante la comunicación. Esa comunicación puede ser persona a persona, claro, pero hoy en día, con la enorme presencia de medios de comunicación de todo tipo, pero especialmente los digitales, con la hiper-abundancia de impactos comunicativos y publicitarios, la lucha por la comunicación se produce sobre todo intentando captar la atención de nosotros, de la población, mediante esos canales.

A qué dediquemos tiempo de visualización y lectura, a qué le demos un 'me gusta' o 'una recomendación', lanza mensajes sobre lo que nos interesa, lo que valoramos consciente o inconscientemente, y también sobre nuestra ética y nuestros valores. 

Se trata de un mecanismo continuo, algo inconsciente por parte de los ciudadanos, pero que aporta información muy valiosa desde un punto de vista comercial y político, sobre las preferencias 'reales' de la ciudadanía.

No es fácil, pero si queremos transmitir unos ciertos valores deberíamos abstenernos de prestar atención a ciertos contenidos poco constructivos, no deberíamos retransmitirlos ni amplificarlos y a cambio deberíamos prestar mayor atención a contenidos más constructivos, más reflexivos y con mayor dosis de valores. 

Sin duda, empresas y autoridades públicas tomarán buena nota de ello.


El lado de la demanda


Los mecanismos que he expuesto, actúan, como se diría en teoría económica, por el lado de la demanda, por lo que expresamos y deseamos los ciudadanos que, a estos efectos, somos el mercado. 

Faltaría por contemplar los mecanismos del 'lado de la oferta', del lado de administraciones, empresas, e incluso líderes de opinión que, en el fondo, son los que tienen que implementar la mayoría de las medidas de aplicación de principios éticos en el uso de la tecnología. No estoy seguro, pero a lo mejor hago un post complementario de este en que comente esos mecanismos


Alguna consideración adicional


Antes de cerrar, sólo hacer alguna consideración adicional.

La motivación de este post es el pensamiento en materia de ética de la tecnología en genera y de ética de la inteligencia artificial en particular y el cuestionamiento de qué podemos hacer como ciudadanos para que avance en la dirección correcta. Sin embargo, creo que a ningún lector se le escapa que los mecanismos que he propuesto son mucho más generales y de mayor alcance que la ética de la tecnología.

En el fondo, son mecanismos mediante los cuales los ciudadanos podemos expresar nuestra manera de pensar e influir, de alguna forma, en que la administración y la política, el tejido productivo y empresarial, actúen en la dirección que consideramos más adecuada como ciudadanos.

No reclamo especial originalidad en la identificación de estos mecanismos, todos ellos descritos de una forma u otra en diferentes medios. Y tampoco reclamo la exhaustividad, porque son fruto de una reflexión rápida. Es posible que el lector identifique otros mecanismos, aunque creo que realmente estos son los más claros y poderosos.


Conclusión


El mensaje final para el lector, en tanto que ciudadano, ciudadano de a pie que se suele decir, es que tienes algo que decir en materia de ética de la tecnología, y en materia de casi de cualquier aspecto que consideres valioso. 

Tienes algo que decir.

Aunque sea por vía indirecta, tienes formas de influir en un uso más ético de la tecnología y, entre esa formas de influir se incluye el uso motivado, reflexivo y responsable de tu voto, tu dinero y tu atención.

 

viernes, 10 de marzo de 2023

ChatGPT o el panal de rica miel

Es bien conocida la fábula de Félix María Samaniego 'Las moscas', quizá más que por su título y por sus dos primeros versos que nos hablan de un panal de rica miel al que "dos mil moscas acudieron".

Y ante la omnipresencia de ChatGPT en todo tipo de eventos tecnológicos o que guarden algún tipo de relación, aunque sea lejana, con la tecnología, ante la inflación, no sólo de usuarios sino sobre todo mediática que ¿sufre? esta solución tecnológica, he tenido el capricho de hacer alguna reflexión sobre el fenómeno de ChatGPT tomando como hilo conductor la famosa fábula.


La fábula de Samaniego


Este es el texto de la fábula completa:


Las moscas

A un panal de rica miel

dos mil moscas acudieron,

que por golosas murieron

presas de patas en él.

Otra dentro de un pastel

enterró su golosina.

Así, si bien se examina,

los humanos corazones

perecen en las prisiones

del vicio que los domina.


Teniendo esta referencia, veamos alguna reflexión.


El panal de rica miel


Es absolutamente innegable el efecto atractivo que ha tenido ChatGPT. Es evidente que ofrece una miel rica, muy rica.

Pero ¿por qué la miel de ChatGPT es tan rica?

Desde un punto de vista técnico, tengo que decir, que es todo un alarde, que pese a las limitaciones evidentes que exhibe a poco que 'se rasque', demuestra un grandísimo avance en lo que tiene que ver con procesamiento del lenguaje, aunque lo trasciende para hacer visible el poder transversal de la inteligencia artificial generativa basada en la arquitectura transformador y grandes modelos de lenguaje. Sin embargo, aunque personalmente eso me interesa muchísimo, me inspira, me alienta, y aumenta mi confianza no sólo en la tecnología, sino principalmente en el ingenio humano, para ser sincero, no creo que eso sea lo que atrae realmente a 'dos mil moscas'.

Ese atractivo generalizado tiene que ver con otros factores como, por ejemplo, la enorme simplicidad de su uso y acceso que lo pone al alcance de cualquiera, absolutamente de cualquiera.

Además es útil, y con muy, muy poco esfuerzo se pueden obtener montañas y montañas de soluciones válidas para todo tipo de actividades.

Y, también hay que reconocerlo, es divertido. En parte por la propia facilidad, en parte por la novedad y cierto 'efecto wow'  y en parte, incluso, por los errores o comportamientos curiosos que muestra de tanto en tanto y que hacen sonreír.

Y si, también permite presumir, permite hacer demostraciones en eventos, en clases, en charlas. Permite, como comentaba hace poco a propósito de la educación, dar espectáculo. Y como está al alcance de cualquiera, sirve para intentar demostrar modernidad, conocimiento, para 'dárselas de enterado' si se me permite la licencia.  

Así que, sí, hay que reconocer que el ChatGPT es una miel rica, muy rica.


Las dos mil moscas


¿Y las dos mil moscas?

Pues todos lo que nos interesamos por el fenómeno y todos los que lo usamos o publicamos sobre él. 

Pero, hablamos de dos mil moscas, metafóricamente claro, porque en realidad serían cientos de miles, o más bien millones, porque en este caso, aparte del público habitual de los avances tecnológicos, aparte de técnicos, consultores, analistas o empresas especializadas, apenas una decena o así de moscas, el fenómeno, dado su especial atractivo y simplicidad, dada su facilidad para la explotación desde la superficialidad y el 'postureo digital', atrae a esas dos mil moscas, que incluye a curiosos sinceros, a verdaderos innovadores y 'early adopters',  y también, es preciso y triste reconocerlo, a una buena dosis de, perdón de nuevo, advenedizos y charlatanes.

Es evidente que, al menos a corto plazo, OpenAI e, indirectamente, Microsoft, han obtenido un enorme beneficio comercial, al menos, a corto plazo y en materia de notoriedad de marca

En cierto sentido, podemos pensar que toda la comunidad científica y tecnológica alrededor de la inteligencia artificial en general y de la inteligencia artificial generativa en particular, obtienen de alguna forma también su particular victoria en forma de reconocimiento, admiración e interés, quizá también de orgullo y satisfacción.. 


El vicio


¿Cuál es el eventual vicio de todo esto?

Bueno, algún riesgo es que, pasada la excitación inicial, y un poco como lo que predicen los 'hype cycle' de Gartner, tras el famoso pico de expectativas infladas se caiga en la desilusión y el rotundo interés despertado por la inteligencia artificial generativa lleve a un desinterés, no sé si a un invierno, pero quizá sí a una borrasca. 

La forma más inocua, puede que, paradójicamente, beneficiosa, de ese vicio sería que, simplemente, 'se pasase de moda' y ya no fuese tan 'cool' para aquella parte de las moscas más sensibles a lo superficial y mediático y ya no se mencionase tanto en artículos sencillos, en eventos, en charlas y cursos..


Las patas apresadas


La más peligrosos sería, sin embargo que, ante las limitaciones y fallos que aún puedan existir, ante, quizá, la dificultad para obtener una rentabilidad real, decrezca el interés ya no mediático, sino de adopción real y de investigación y desarrollo reales o que ante los peligros de naturaleza práctica, legal o ética que se puedan detectar se puedan adoptar medidas que limiten o dificulten el desarrollo y adopción de este tipo de tecnologías y soluciones. 


Re-escritura de la fábula. La perspectiva de las abejas


Sin embargo, debo decir que, a pesar de que percibo, e incluso a veces casi me enerva un poco, ese ruido mediático y esa cierta superficialidad, en realidad soy bastante optimista respecto a este panel de rica miel que es ChatGPT, entendiendo en realidad que ChatGPT es la punta del iceberg de la inteligencia artificial generativa y los grandes modelos de lenguaje (LLM, 'Large Language Models').

Quizá, y eso se le olvidó a Samaniego, conviene que lo veamos, no bajo la perspectiva de las moscas,  sino como pueden contemplarlo las abejas, las creadoras del panel.

ChatGPT hace patente, para el gran público, lo que ya sabían los especialistas de la inteligencia artificial generativa: el enorme avance conseguido en los dos o tres últimos años en este campo y las posibilidades inmensas que se abren. Que ChatGPT es sólo un hito en el camino  y que no parece que, ni de lejos, 'hayamos tocado techo'. 

Creo que, en muy breve, OpenAI lanza, de hecho, GPT-4 mientras Google trabaja en su alternativa, BARD, y seguro que hay más alternativas y avances en camino. Creo que 2023 todavía nos dará mucho que ver y hablar. 

Así que, visto desde el punto de vista de las abejas, no importa mucho si alguna mosca se va a otro sitio, quizá una tarta, a enterrar su golosina. No importa si algunas moscas, como si son las dos mil, se quedan presas de patas.

Porque las abejas siguen aumentando el panal y siguen construyendo otros nuevos a los que, quizá, quizá, acudan no dos mil, sino cuatro mil, ocho mil o quien sabe cuantas moscas.

Si vemos la fábula desde el punto de vista de las abejas, no tiene tal vez el efecto moralizante perseguido por Samaniego, pero si nos da buenas razones para el optimismo.


Conclusión


No me cabe duda que ChatGPT es un panal de rica miel, al que acuden moscas y moscones, y que muchos se quedarán presos de patas en él.

Pero en este caso, y no puedo decir lo mismo de todas las tecnologías de moda, confío en las abejas, confío mucho en las abejas, confío plenamente en las abejas.

 

miércoles, 8 de marzo de 2023

Tiempos de hipérbole: ChatGPT, el metaverso y la distancia

Vivimos, creo, en tiempos de mito y de hipérbole, tiempos en que, en muchos campos, pero particularmente en el ámbito de las tecnologías y su capacidad transformadora, se ofrece una visión con frecuencia exagerada, poco anclada en la realidad, carente de conocimiento, publicitaria, superficial.


El mito y la hipérbole


Creo que se trata de un fenómeno generalizado, que va más allá de la tecnología, que incluye lo político, lo social, e incluso lo privado y para el cual no tengo un diagnóstico claro, aunque sospecho que, entre otras cosas, tiene que ver con la necesidad de captar la atención en un mundo hiperconectado y con superabundancia de información e impactos. 

Una captación de la atención que enlaza a su vez con motivos electorales en lo político, de auto-afirmación y satisfacción en lo personal y comerciales/publicitarios en lo profesional y empresarial.

El caso es que, seguramente por esa necesidad de llamar la atención, real o sentida, se generan grandes mitos, grandes exageraciones, mitos y exageraciones a las que nos apuntamos de manera inmediata y bastante superficial con lo que, en el fondo, no hacemos otra cosa más que contribuir a alimentar esa hipérbole, ese mito. 

Unos mitos y exageraciones que suelen acabar desapareciendo cuando, o bien no alcanzan lo prometido, cosa muy frecuente, o cuando, simplemente, una vez nos hemos aburrido del nombre, que ya no es llamativo, alguna gran consultora le da un nombre nuevo añadiendo algún matiz para explicar que hablamos de algo diferente aunque mcuhas veces no es cierto, o no del todo.

No deja de ser revelador e interesante que una de esas grandes consultoras, Gartner, publique todos los años su famoso ('hype cycle') de tecnologías emergentes o de ámbitos tecnológicos más especializados. La sola existencia de un diagrama ampliamente conocido y consultado (yo mismo lo consulto y utilizo de vez en cuando en formaciones) con ese nombre 'hype cycle' (algo así como ciclo de vida de la hipérbole, o del 'bombo publicitario') es más que indicativo. Y la falta de continuidad que existe entre los diagramas de diferentes años, aún más.

Dos de los que consideraría 'grandes éxitos' de los últimos meses en ese campo son el Metaverso y ChatGPT


Sobre el metaverso


En el fondo, no sabemos lo que es el metaverso, pero cuando Mark Zuckerberg anunció que esta idea, el metaverso, creada y bautizada hace ya décadas por Neal Stephenson en su novela futurista 'Snow Crash', pasaba a ser la piedra angular de su estrategia de futuro, pasaba a recibir inversiones millonarias hasta la exageración e incluso estimulaba el cambio de nombre de la empresa matriz, de Facebook a Meta, todo el mundo pareció obligado a apuntarse a este concepto... tan vagamente definido y de tan incierta proyección técnica y comercial.

Decenas, seguramente cientos y miles de posts en todo tipo de medios digitales, eventos, charlas e incluso reflexiones sobre sus implicaciones éticas.

En esta confusión, y 'surfeando' la ola, han aprovechado numerosas empresas y organizaciones para decir que hacen cosas ya en el metaverso utilizando tecnologías o soluciones como la realidad virtual, la realidad aumentada o los videojuegos, que ya existían hace muchos años (aunque se encuentren en evolución). Una forma de aprovechar el tirón publicitario, muy comprensible en realidad, pero que suma confusión, en aras de obtener rédito comercial o al menos publicitario del nuevo mito: el metaverso.

Como metaverso es un concepto vagamente definido, a ver quién les dice que no están en el metaverso. Pero lo cierto es que ese 'metaverso 'de andar por casa', poco tiene que ver con el, llamémosle, "verdadero metaverso", si como tal entendemos el que sugiere la novela de Neal Stephenson, los vídeos de Meta o incluso algún artículo relevante de Gartner. 

Pero, en tiempos de hipérbole ¿a quién le importa? Lo importante es ganar esa atención de que hablábamos antes.

Lo cierto es que, ese "verdadero metaverso" parece lejano, suponiendo que sea viable y suponiendo que tenga atractivo comercial real. Respecto a lo del atractivo, sólo recuerdo que ya lleva años existiendo la realidad virtual y aumentada y que, pese a su extraordinario interés técnico, y pese a la natural fascinación que puede producir (me apunto a esa fascinación), no acaba de despegar comercialmente de manera masiva, no acaba de encontrar su 'killer application'. Respecto a las dificultades técnicas me remitiría al extraordinario libro 'The metaverse: and how it will revolutionize everything' de Mathew Ball, que me leí hace ya unos meses, aunque aún tenga pendiente de reseñar.


Sobre ChatGPT


Muchísimo más sólido y más aplicable de manera inmediata resulta, en mi opinión, todo lo que tiene que ver con ChatGPT o, por mejor decirlo, la Inteligencia Artificial generativa en general y los grandes modelos de lenguaje (LLM. 'Large Language Models') en particular.

No quiere eso decir que no se haya producido también un efecto hipérbole. De repente, todo el mundo opina sobre ChatGPT y como es abierto, espectacular en sus resultados y tan, tan sencillo de utilizar (al menos un empleo básico) ya tenemos inundación en medios, especializados y no especializados, de comentarios, opiniones, explicaciones (superficiales casi todas, por supuesto) sobre ChatGPT y parece que 'todo el mundo' se siente obligado' a publicar en sus redes, en LinkedIn, en Instagram, en Twitter o donde sea, la última pruebecita que ha hecho, el último resultado obtenido o destacar cualquier fallo que encuentre.

En este caso, y como digo, creo que la aplicación es real y casi inmediata, y un cierto impacto, puede que un gran impacto, también, así que, aunque el mecanismo de la hipérbole es similar al del caso del metaverso, en este caso, probablemente las conclusiones sean más acertadas y realistas.


La distancia


A nivel personal, puedo decir que, por un lado me fascina la tecnología, y por otro, es la materia prima sobre la que trabajo en mi actividad profesional en materia de consultoría, docencia, escritura y comunicación, así que, por supuesto, me he interesado, y mucho, por estos dos fenómenos. 

Aparte de lo que ya llevaba investigado hasta el momento de sus 'boom' respectivos, desde ese boom me he leído ya, a parte de muchos artículos y posts, dos libros sobre el metaverso y tres sobre inteligencia artificial generativa.

Sin embargo, y aunque quizá me haga desaprovechar muchas posibilidades de impactos mediáticos y publicitarios, quizá de auto-promoción, mantengo una cierta distancia con ambos fenómenos, especialmente en el caso del metaverso.

Distancia porque, antes de dar una opinión, me gusta formularla con 'conocimiento de causa' y haber entendido bien, primero la tecnología y luego su posible impacto comercial, social e incluso ético. En fenómenos técnicamente complejos, como son tanto el metaverso como la inteligencia artificial generativa, tan difusos, al menos en el caso del metaverso, y tan sometidos, como todos, al veredicto del mercado y de la sociedad, aún pendientes, conviene una cierta prudencia intelectual.


Distancia e innovación

 

Si ahora lo pienso no para mi, sino para empresas y organizaciones, creo que también tienen que mantener esa cierta distancia, aunque una distancia muy activa, en absoluto pasiva o reactiva. 

Quiero decir, que las empresas deben mantener una muy activa y muy ágil vigilancia tecnológica que les permita estar al tanto de las novedades, entender si constituyen oportunidades o amenazas para su modelo de negocio y conocer su verdadero estado del arte e implicaciones. En ese sentido, les conviene 'estar a la última' y, en la medida de lo posible, 'tangibilizar' las posibilidades mediante demostraciones de fabricantes y proveedores, pruebas piloto de pequeño alcance, productos mínimos viables, etc

Pero, a la vez, creo que deben tener un cierto criterio y no lanzarse 'como locos' a la última moda, el último 'palabro', la última hipérbole. Con mucha agilidad, porque vivimos en un mundo en rápido cambio, pero con criterio y, probablemente, aplicando los métodos modernos e iterativos de innovación que minimizan el riesgo, porque también vivimos en tiempo de mito e hipérbole.

El uso publicitario que hagan de sus avances, su propia contribución a la hipérbole, eso lo dejo ya a su propia responsabilidad y decisión.


Conclusiones


Como conclusión, y aunque no es difícil de deducir de lo anteriormente expuesto, en tiempos de hipérbole, aconsejo esa distancia activa, activa para estar realmente actualizado de las últimas novedades y tendencias en tecnología, pero distancia para no dejarse arrastrar, para adquirir conocimiento y decidir con criterio y no al calor de la última moda.


viernes, 3 de marzo de 2023

Cuatro ventajas de los sistemas multi-robot y una digresión sobre la complejidad

Cuando hablamos de robots, solemos pensar en robots aislados, robots con autonomía individual y que realizan las tareas que tengan encomendadas por sí mismos. 

Incluso los robots que vemos en cadenas de producción, aunque en cierto modo colaboran en su labor, lo hacen trabajando de forma casi independiente, y es el diseño de la propia cadena productiva (diseño realizado por los humanos en tiempo de diseño, y no por los robots en tiempo de ejecución), la que consigue la coordinación de esfuerzos para alcanzar un resultado final, por ejemplo, el ensamblado de un coche.

Y, probablemente, esta forma de actuar y diseñar sistemas robóticos sea la más común. 

Pero existe otra forma de enfocar las soluciones robotizadas, un enfoque en que un conjunto más o menos amplio de robots, en general iguales, interactúan entre sí para conseguir, conjuntamente, y con base en dicha colaboración, el objetivo final.

Hablamos de sistemas multi-robot.


Sistemas multi-robot


Los sistemas multirobot (MRS, 'Multi Robot Systems'), son, según nos indica Robin R. Murphy en su  libro 'Introduction to AI robotics':


Collections of two or more mobile robots working together


es decir, grupos de robots que, de forma colaborativa, realizan, como decíamos, una cierta labor. 

Un campo de trabajo en robótica que, dada su similitud con el comportamiento de insectos sociales como hormigas o abejas, se ha denominado 'swarm robotics', algo así como robótica de enjambre, y un campo muy interesante sobre el cual aún tengo pendiente una investigación más profunda. 


Las cuatro ventajas de los sistemas multi-robot


¿Por qué utilizar este tipo de configuraciones robóticas, de robots que trabajan conjuntamente y que, eventualmente, parecen más complejos de controlar? La autora, en la misma fuente, nos aporta cuatro ventajas de este tipo de sistemas frente a opciones 'mono-robot'. Son las siguientes:


  • Más rápido y barato: En ciertos casos, en lugar de hacer un robot complejo, que sería caro, se puede conseguir los mismos resultados mediante robots mucho más sencillos que trabajan en grupo. En otras tareas, como, por ejemplo, la exploración planetaria o la búsqueda de minas, un conjunto de robots serían capaces de 'barrer' un cierto área mucho más rápidamente que un sólo robot funcionando aisladamente..

  • Reducción de la complejidad: La realización de tareas en paralelo puede a pesar de lo que parece a primera vista, reducir en ciertos casos su complejidad. El caso de la exploración planetaria, el cartografiado de su superficie, es una labor que es mucho más sencilla, no solo más rápida, usando enjambres de robots.

  • Robustez: Un enjambre de robots consigue robustez mediante redundancia. Al existir muchos robots en paralelo, el fallo o accidente de uno de ellos apenas afecta a la tarea en su conjunto. Imagínese, a modo de ejemplo, este concepto aplicado al caso de robots que buscan minas antipersonas.

  • Tareas distribuidas: Es decir, se trata del caso de tareas que son, inherentemente, distribuidas. La autora nos propone un ejemplo, algo sintético pero muy gráfico, como la conformación de un equipo robótico de fútbol que, evidentemente, aborda una tarea, disputar un partido de fútbol, que es en sí misma distribuida.

Existen también retos y problemáticas, no todo son ventajas, pero de ello hablaremos en otro post.


La digresión sobre la complejidad


Y aunque se trate de una digresión, no muy científica, al menos por el momento, sino solo un 'flash' que se me vino a la mente, no puedo evitar comentar cómo, el hablar de enjambres de robots me hizo pensar en la teoría de la complejidad y en los comportamientos emergentes.

Pensé en cómo es un patrón muy común en la naturaleza conseguir comportamientos complejos y emergentes a partir de la combinación masiva de elementos simples de comportamiento sencillo o muy sencillo. 

Un patrón que podemos observar en la naturaleza a nivel macroscópico, como puede ser en los propios enjambres de insectos o bancos de peces o, en cierto sentido, en todo tipo de sociedades de seres vivos incluyendo la humana.

Y un patrón que también podemos observar en un nivel microscópico, comenzando por el propio funcionamiento del cerebro humano que a partir de unos elementos computacionales relativamente simples. como son las neuronas, construye todo un mundo cognitivo consciente e inconsciente. En el fondo la misma idea es aplicable, en cierto sentido, a todo ser multicelular en todas las facetas, no sólo la cognitiva.

Y más allá, a nivel nanoscópico, podríamos considerar que ese patrón se aplica a nivel atómico o molecular. Todo nuestro mundo se construye, según parece, con base a la combinación de esos elementos mínimos.

Parece tener sentido, pues, intentar abordar la solución a problemas técnicos y de ingeniería con esa misma estrategia. Ya lo hacemos, sin ir mas lejos con el caso de las redes neuronales artificiales. Y los sistemas multi-robot, la robótica de enjambres, podría ser otro caso de, simplemente, aplicar en cierto sentido, la teoría de la complejidad a nivel técnico macroscópico y, quien sabe qué sofisticadas soluciones podríamos conseguir así o, si queremos fantasear e incluso preocuparnos, qué comportamientos, quizá inesperados, podrían 'emerger' de estas configuraciones.


Conclusión


Más allá de la digresión final, el campo de la robótica de enjambres parece interesante y prometedora, aunque, a falta de mayor profundización por mi parte, creo que todavía no está tan desarrollada como la robótica, digamos, normal.

Intentaré seguirle la pista...


miércoles, 1 de marzo de 2023

La equivocada mitología del fracaso

Bueno, equivocada en mi muy personal pero también muy convencida opinión.

Se ha puesto de moda desde hace algunos años, la verdad es que no sé cuándo empezó la cosa, la que denomino mitología del fracaso, casi diría la apología del fracaso.

Directivos, gurús del management, deportistas, y por qué no decirlo, también meros charlatanes o cajas de resonancia, nos intentan convencer de que fracasar 'es fantástico' (perdón por la ironía).

Los personajes más admirados y triunfadores, nos quieren convencer de que triunfaron porque fracasaron mucho, y pretenden quitarnos el miedo al fracaso, e invitan a él, al fracaso, aunque preciso es reconocerlo, con alguna salvaguarda, no menor hay que reconocerlo, de que fracasemos 'rápido', fracasemos 'barato' y, por supuesto, que aprendamos del fracaso.


Los motivos corporativos para la mitología del fracaso


Hay motivos, y diría que justificados, e incluso muy justificados e interesantes, para esa defensa del fracaso

Los hay desde un punto de vista empresarial y pensando, especialmente, en el campo de la innovación. Una organización conservadora y temerosa, temerosa del fracaso, nunca será una organización innovadora. Una organización que no se atreva a intentar cosas por miedo a fracasar está seguramente, y paradójicamente, abocada al fracaso como organización a corto o medio plazo. 

Y más en el mundo digital y cada vez más acelerado en que vivimos. 

Por eso, para conseguir organizaciones innovadoras, es preciso que tanto a nivel de gestión como cultural, se sea consciente de que la innovación y el emprendimiento van a conducir a una proporción, seguramente no menor de fracasos o, mejor digamos, cosas que no funcionaron técnicamente, o mucho mas importante y frecuente, que no funcionaron en el mercado.

Y por eso, gurús tan relevantes como Tom Peters, nos dicen que probemos y que fallemos y que luego ya ajustaremos. Eso sí, rápido.

Y, por eso, y siguiendo la filosofía derivada de modelos como 'agile' o 'lean startup' se anima a fracasar aunque invirtiendo poco tiempo y esfuerzo en cada intento (de ahí los modelos iterativos que promulgan, y conceptos como el producto mínimo viable). La idea es buena aunque, más que animar a fracasar, habría que animar a intentar...que en el fondo es lo que quieren decir, lo que pasa es que es más espectacular y mediático el animar a fracasar que a intentar. 


Tom Peters

Pero, seamos claros, incluso aunque apliquemos este tipo de metodologías, en cada iteración, con cada producto mínimo viable, con cada prototipo, se busca el éxito y la confirmación de tus hipótesis y tu modelo de negocio. 

Buscamos el éxito, sin duda, sin duda, lo que ocurre es que somos conscientes de que es probable que no no lo alcancemos a la primera, y queremos estar preparados para ello y para gestionarlo.


Los motivos personales para la mitología del fracaso


Desde un punto de vista personal, digamos que de formación del carácter, el mensaje acertado que trae consigo la mitología del fracaso es hacer consciente a las personas de que el fracaso existe, está omnipresente, y que se deben mentalizar para reconocerlo, aceptarlo, aprender de él, y sobre todo, para superarlo..

El miedo al fracaso es inmovilizador, no sólo para las organizaciones, también para las personas.


Sir Ken Robinson

Y por eso, personajes tan notorios como el malogrado Sir Ken Robinson, nos invitan a prepararnos para estar equivocados


Los motivos deportivos para la mitología del fracaso


Desde el punto de vista deportivo...bueno, creo que los motivos tienen más que ver con el marketing, con el apoyo por parte de personalidades relevantes, atractivas y llamativas para los jóvenes, de esa especie de apología del fracaso.

Es cierto que, claro, la NBA la gana un sólo equipo cada año y el resto, de alguna forma, fracasan. Y lo mismo sucede con el Mundial, con 'la Champions' o con La Liga. Y es cierto que sólo un atleta puede ganar la carrera o tener el record del mundo y el resto, de alguna manera, fracasan.

Y, claro también, si el mismísimo Michael Jordan, al que muchos consideran el mejor jugador de la historia del baloncesto, te dice, como reza el cartel de cabecera, que triunfó gracias a haber fracasado muchas veces...pues el mensaje tiene fuerza, no vamos a decir que no.

Y los expertos en marketing y comunicación (tanto empresariales como deportivos), no parece fácil que desaprovechen tamaña ocasión.


Los aprovechable de la mitología del fracaso


Hay, pues, motivos más que justificados, para defender la casi inevitabilidad del fracaso en los ámbitos tanto corporativo como personal. 

Hay motivos para invitar a ser conscientes de esa realidad y a aceptarla. 

Hay motivos para invitar a gestionar ese fracaso casi inevitable, para que no nos paralice, sino todo lo contrario. 

Hay motivos para invitar a a aprender de él. 

Y hay motivos para, ante la inevitabilidad del fracaso, intentar forjar un carácter resiliente que nos permita superarlos, tanto a nivel individual como grupal o empresarial.


Un mensaje equivocado


Pero creo que el mensaje es equivocado. Y creo es especialmente equivocado si pensamos en las generaciones jóvenes, las que están acabando sus estudios o, mejor aún, iniciando su carrera profesional.

El mensaje, repetido insistentemente, y repetido de manera superficial, y sin entender lo que hay detrás, sin entender el mundo empresarial, sin entender los mecanismos de la innovación y el emprendimiento, sin entender las filosofías agile o lean startup, convertido en un mero slogan que anuncia Michael Jordan, como bien pudiera anunciar unas deportivas de Nike, es equívoco y puede que peligroso.

Puede transmitir la falsa idea de que el fracaso no importa, de que no pasa nada. Y como el fracaso no importa, puede invitar a la complacencia, a la mediocridad, a la pasividad. 

Puede invitar a hacer las cosas superficialmente, sin análisis y sin rigor. ¡Total, si fracaso no pasa nada! ¡Fracaso rápido, fracaso barato y aprendo! ¡Qué fácil! ¡Cómo mola!

Y puede invitar a la desidia y ausencia de esfuerzo. ¡Total, para qué esforzarme! Ya aprenderé y ya triunfaré después de haber fracasado n-mil veces ¿no?

****

Pues no.

Las cosas no funcionan así.

No, tampoco para Michael Jordan.


El riesgo del fracaso


¡Por supuesto que pasa algo si fracasas! No es inocuo en absoluto. No te lo creas

Cualquier fracaso en el mundo empresarial, cuesta tiempo, cuesta recursos, cuesta dinero. Ninguna empresa se puede permitir continuos fracasos. Ninguna. Por mucho que innove. Por mucho que aprenda. Que nadie se engañe ni os engañe.

E, incluso la empresa con la cultura más abierta e innovadora que te puedas imaginar, no permitirá, no te permitirá en concreto a ti, si eres el profesional que lo lidera, el fracaso repetido y mucho menos si la iniciativa fracasada no ha sido gestionada con extremo rigor, con extremo esfuerzo y con mucho criterio.

Y el fracaso también tiene coste personal. Por más consciente que seas de que el fracaso existe, por más que ya lo hayas experimentado, por más que aprendas de él y se te abran nuevas posibilidades, el fracaso duele y desgasta. Si tienes un poco de sangre en las venas, no te va a dejar indiferente.

Y ¡por favor! que nadie te ponga a Michael Jordan como ejemplo de fracaso. ¿Jordan? ¡Por Dios bendito! ¿Pero has visto jugar a Michael Jordan? ¿De verdad te crees que triunfó por sus fracasos? ¿De verdad te crees que no le importaba fracasar? ¿De verdad te crees que no se esforzaba? ¿De verdad te crees que no buscaba el éxito casi desesperadamente?


Un cambio de valores o al menos de mensaje


Aunque, como he dicho, hay motivos, y perfectamente justificados e interesantes, para cierta teoría del fracaso, muy especialmente, como también decía, en los ámbitos de la innovación y del desarrollo de la personalidad, creo que los valores, y el mensaje que los promueve, deben cambiar. Cambiar radicalmente.

Y muy especialmente, insisto, si estamos hablando a los jóvenes.

Hay que volver a invitar al éxito y la búsqueda del éxito. Una búsqueda, eso sí, respetuosa con los valores éticos, y consciente de la realidad casi inevitable del fracaso

Pero éxito. no fracaso. Unos valores donde se busque el éxito, y un éxito apoyado en el foco, en el rigor y el esfuerzo.

Sin ninguna duda.


Un mensaje para Michael Jordan


Y, aunque sé que, evidentemente, no vas a leer este artículo, tengo un mensaje para ti, mi muy admirado Michael Jordan. Y el mensaje es:


No me vendas una moto


Y por si no queda claro, te digo aún más: 


No intentes convencerme de que triunfaste gracias a todo lo que fallaste. 'De eso nada, limonada'. Triunfaste porque tenías unas capacidades físicas extraordinarias. Triunfaste porque te esforzaste y entrenaste 'como si no hubiera un mañana'. Y triunfaste porque tenías una enorme confianza en ti mismo y tus posibilidades y una mentalidad ganadora fuera de lo común. Vale, y también un buen equipo. Fue por eso, no por los fallos. Seguro. No me vendas motos.


Conclusión: un mensaje para los jóvenes


Y para cualquier lector, pero muy especialmente para los jóvenes que puedan leer esto, mi mensaje es que te olvides de tanto fracaso y tanto fallo y te prepares y luches para triunfar y tener éxito, signifique el éxito lo que signifique para ti. Deja de buscar el fracaso, aunque sea rápido y barato, y busca el éxito. Y búscalo con conocimiento, con rigor y con esfuerzo.

Personalmente, estoy completamente seguro, de que te estoy dando el mensaje adecuado.

Michael Jordan. Finales 1998 

Sé que es atrevido por mi parte pedírtelo. Se que es difícil que me creas, cuando te estoy diciendo cosas diferentes a las que te dicen Tom Peters, Ken Robinson o el mismísimo Michael Jordan. Cuando te hablo desde mi blog personal cuando ellos te hablan desde anuncios, desde charlas y grandes eventos, desde libros, desde medios de comunicación masivos.

Pero tengo un último arma, un último argumento.

Si todavía no me crees, haz el siguiente ejercicio: visualiza un partido de Michel Jordan. A poder ser de  playoffs y con los Bulls. A poder ser unas finales. Compara sus palabras, las que aparecen en la cabecera de este post, con lo que vean tus ojos que dice 'de verdad' Jordan en la cancha.

Ya me contarás. 


miércoles, 22 de febrero de 2023

Una lección de la navegación robótica acerca de inteligencia artificial y datos

El panorama actual de la inteligencia artificial está claramente dominada por el machine learning y una inteligencia artificial basada en datos. Eso es innegabl<<<<e.


Sobre la inteligencia artificial y los datos


Sin embargo, defiendo cuando tenga ocasión, y para quien quiera escucharlo (que no me parece que sea mucha gente, por cierto), que es un error conceptual la habitual y poco reflexiva identificación de la inteligencia artificial con el manejo de datos. Ya expliqué en un post que titulé, significativamente, 'La equívoca relación de inteligencia artificial y datos: cinco mitos comunes' que no sólo esa identificación es equívoca es que, además conduce a otros equívocos como pensar que cualquier tratamiento de datos es inteligencia artificial.

No niego, es imposible negarlo y además no tengo el más mínimo interés en hacerlo, que los avances más notorios de la inteligencia artificial moderna provienen del campo del machine learning, en especial el deep learning y, casi siempre, con algoritmos apoyados para su entrenamiento, en el uso de muchos datos, que en muchos casos, y muy importantes, tanto el entrenamiento de algoritmos como su aplicación tiene que ver con ese procesamiento de abundantes datos.

Eso es cierto.

El problema, lo que es un error, es identificarlo como concepto y tomar la parte por el todo, creer que no hay y no puede haber formas de inteligencia artificial que no tengan que ver, al menos no de manera fundamental, con el uso de muchos datos.


Inteligencia artificial simbólica y representación del conocimiento


La inteligencia artificial simbólica no los empleaba (no en abundancia, quiero decir) y dio lugar a ciertos avances significativos, aunque hoy en día en desuso como los sistemas expertos y a disciplinas que recibieron mucha atención, como la representación del conocimiento.

Es cierto que hoy en día no se habla mucho de esto...pero no mucho no es lo mismo que nada.

No sólo no es nada sino que algunas de las áreas más avanzadas que se investigan es, por ejemplo, modelos mixtos conexionistas-simbólicos que, en principio, pudieran ser un buen correlato del funcionamiento de nuestro cerebro donde es innegable su base neuronal pero en el que de alguna forma, que ni conocemos ni entendemos, surgen símbolos que, entre otras cosas, representan nuestro propio conocimiento del mundo y de nosotros mismos.


La lección de la navegación robótica


Pero no es sólo que la inteligencia artificial simbólica o la representación del conocimiento puedan volver en algún momento. Es que, aunque no de forma muy notoria, siguen entre las soluciones existentes actualmente.

En efecto, continuando con comentarios inspirados en el libro 'Introduction to AI robotics' de Robin R. Murphy, y hablando todavía de la navegación robótica, que ya nos ocupó en el post anterior, nos dice:


AI robotics approaches to navigation have been focused on path planning and simultaneous localization and mapping. These topics rely heavily on the AI areas of knowledge representation, search and planning.


Destaco la mención a la representación del conocimiento, que en el caso de la navegación toma en buena medida la forma de mapas, y la mención a algoritmos de búsqueda que, claramente, no son del tipo conexionista, ni siquiera de machine learning.

No quiero engañar a nadie. En bastantes casos los mapas se construyen con base en información de percepción, típicamente visión artificial, que fácilmente están basados en redes neuronales entrenadas con muchos datos.

Pero lo relevante, lo que quiero destacar, es que se sigue hablando de representación del conocimiento o de algoritmos de búsqueda que no se basan de forma especial en datos.


Conclusión


La conclusión es casi el mismo inicio del artículo. Gran parte de la Inteligencia Artificial actual se apoya en algoritmos de machine learning y en especial deep learning, que necesitan de muchos datos para su entrenamiento. Pero es un error identificar la inteligencia artificial en su conjunto con ese manejo de datos. Hay espacios relevantes en la inteligencia artificial y la robótica que no se basan en datos y cualquiera sabe lo que nos pueda traer el futuro.

Identificar inteligencia artificial con datos solo conduce a errores de entendimiento y a limitar sus posibilidades.


lunes, 20 de febrero de 2023

Cuatro preguntas a contestar por un sistema de navegación de un robot o vehículo autónomo

Un concepto muy importante cuando hablamos de robots móviles, es el de navegación.

Nos referimos a robots del tipo AMR ('Autonomous Mobile Robots') pero también, por ejemplo, al caso de vehículos autónomos o vehículos de exploración espacial tipo 'rover'.

Todos ellos son sistemas robóticos que deben desplazarse por un espacio más o menos abierto en el que, eventualmente, se encuentran con límites y obstáculos. En algunos casos ese espacio no es completamente abierto,  como cuando el robot se mueve por grandes edificios o instalaciones como fábricas, almacenes u hospitales, pero dadas las características de amplitud de ese espacio, a efectos técnicos los podemos considerar, creo, similares a un espacio abierto.


Navegación


En esencia, cuando hablamos de navegación, y esto se aplica no sólo a robots o vehículos autónomos, sino también a seres vivos, estamos hablando del desplazamiento completo de un ente, digamos el robot, desde una localización a otra diferente.

Realizar esa navegación implica mucho más que la planificación del camino a seguir. Implica, también, por ejemplo, conocer o detectar los obstáculos o restricciones que en ese camino el ente, el robot, se puede encontrar y reaccionar adecuadamente.


Las cuatro preguntas y las cuatro áreas de la navegación


De cara a entender y caracterizar adecuadamente las problemáticas que abarca la navegación, Robin R. Murphy, en su libro 'Introduction to AI robotics' identifica cuatro preguntas a contestar que, a su vez, darán lugar a los problemas técnicos a resolver y a campos de trabajo consiguientes. Las cuatro preguntas son las siguientes:


  • '¿A dónde voy?' Pregunta que tiene que ver un poco con los objetivos, a dónde quiero ir y por qué. Esta pregunta se contesta con una disciplina o área de estudio de la inteligencia artificial denominada planificación de la misión ('mission planning') y tiene que ver con la función deliberativa que mencionábamos al hablar de arquitecturas operativas en robots. Con cierta frecuencia, no obstante, desde el punto de vista de la robótica, la contestación a esta pregunta se saca fuera del campo de la navegación, entendiendo que ésta, la navegación, comienza cuando el robot ya tiene un objetivo marcado.

  • '¿Cuál es el mejor camino para llegar hasta allí?' Pregunta que se contesta con las técnicas de planificación de caminos ('path planning'), probablemente el área más representativa y que mayor atención ha recibido dentro del campo de la navegación.

  • '¿Dónde he estado?' Aunque el enunciado de la pregunta pueda conducirnos a pensar otra cosa, esta pregunta en el campo de la robótica y la inteligencia artificial se contesta mediante la construcción de mapas, unos mapas que se basan en lo que el robot ha percibido de su entorno hasta el momento mediante sus sensores. Es cierto que en ocasiones, en entornos controlados, estos mapas se apoyan en elementos externos como balizas, pero en el caso más general, el robot debe ir descubriendo el mapa mediante sus capacidades sensoras y de percepción y el procesamiento mediante los algoritmos adecuados del tipo, por ejemplo, de SLAM ('Simultaneous Localization And Mapping').

  • '¿Dónde estoy?' En este caso se trata de que el agente, el robot o vehículo, sepa en cada momento dónde se encuentra. Esto entra dentro del campo de la localización ('localization'). Algunas técnicas en este campo son bien conocidas como el uso de la geolocalización (GPS, magnetómetros, etc), odometría, sensores de distancia o rango, etc.


Cada una de estas preguntas, como se puede observar, cuando se traslada al mundo de la robótica, da lugar a áreas de estudio, a diferentes algoritmias y, en algunos casos a nuevas capacidades sensoras.


Conclusiones


La navegación es un campo de la inteligencia artificial y/o de la robótica que, seguramente, está ganando y ganará aún más peso a medida que se desarrollan y extienden los robots móviles, tanto industriales como  de servicio, y también los vehículos autónomos de todo tipo.

Un campo en el que, entiendo, hay ya muchos avances, pero que seguramente vea todavía progresos, especialmente, creo, en temas de comportamiento más dinámico por ejemplo ante la aparición de obstáculos imprevistos u otros vehículos  o agentes móviles, incluyendo a los humanos.


miércoles, 15 de febrero de 2023

La educación y el espectáculo

Desde que hace unos años, concretamente desde 2018, en que inicié mi andadura profesional por cuenta propia, probablemente, sin duda en realidad, la actividad a que más tiempo dedico es a la docencia, algo que siempre me ha gustado, algo que realmente es una vocación y va más allá de una mera actividad profesional.

Mi espectro de temas es variado y abarca la tecnología, la innovación, la transformación digital, la inteligencia artificial, la robótica, el análisis y automatización de procesos...es decir, temas en general muy relacionados  con la tecnología, y en muchos casos con la tecnología más avanzada y disruptiva.

Pero también hago alguna asesoría, que junto con los programas in-company me ayudan a mantener el contacto con la actividad empresarial y del día a día. 

Y también me dedico a la comunicación, en forma de artículos, libros, conferencias, mesas redondas.


El conocimiento como valor


En el fondo, concibo todo ese tipo de actividades, asesoría, docencia, escritura, eventos, etc como una forma de transmisión del conocimiento, un conocimiento que heredo de mi experiencia y que me preocupo de incrementar vía lectura, estudio y experimentación. Todos estas formas de actividad profesional, como digo, las concibo como una forma de transmisión del conocimiento, aunque tanto los medios como los fines sean diferentes según el caso.

Y el conocimiento es para mí muy importante, tanto que lo incluyo en mi declaración de valores personales, precedido, sólo, de la honestidad y el compromiso.


Tecnología y espectáculo


La tecnología, especialmente la tecnología emergente, es por desgracia campo abonado para la comunicación superficial e incluso la frivolidad. Y muy especialmente algunas de las áreas que más me atraen y a los que más me dedico como es la inteligencia artificial.

Tanto en los medios de comunicación generalistas, como incluso en medios digitales, blogs, etc, presuntamente especializados, abundan por desgracia los análisis superficiales o precipitados y los titulares e incluso argumentaciones exagerados cuando no directamente equívocos o incluso mentirosos.

Es la búsqueda, supongo, de la atención y la notoriedad. En un mundo hiperconectado y con exceso de información y acontecimientos, conseguir la atención es difícil, muy difícil: Es por eso que se acuñó el término de economía de la atención. Y, claro, con base en esa lógica de la atención, se recurren a técnicas de 'clickbait', a titulares espectaculares, a contenidos cortos multimedia llamativos.

Se recurre, en definitiva, al espectáculo.

Puede pensarse que eso no es grave. Y en algunos casos a lo mejor no lo es. A veces se trata casi puro entretenimiento.

Y puede que sea comprensible. Seguramente lo es... pero en general no resulta muy saludable. Porque esos contenidos llamativos son frecuentemente superficiales, inexactos o directamente falsos.

Y no olvidemos que la tecnología es, cada vez más, un motor de cambio económico y social. Entenderla mal, puede llevar a decisiones equivocadas a nivel cultural pero también empresarial o incluso legal.


Comunicación y espectáculo


Decía antes que todas las variantes de mi actividad profesional actual tienen que ver con la transmisión de conocimiento, pero que no todas usan los mismos medios y fines.

Aunque, personalmente, no puedo evitar un cierto toque pedagógico en toda mi actividad, lo cierto es que, en el caso de la comunicación, entendiendo en este caso la comunicación sobre todo como las charlas y conferencias, el objetivo el algo diferente. 

Aunque siempre existe una cierta trasmisión de conocimiento, entiendo que en una charla, especialmente una charla breve como se tiende en la actualidad, es más importante la inspiración, la movilización y el impacto que la abundancia de conocimientos.

En ese sentido, las técnicas de 'espectáculo' son muy importantes, tremendamente importantes. Es importante el storytelling, es importante el lenguaje no verbal, son importantes los elementos multimedia, es importante la puesta en escena. Es importante, en definitiva, el espectáculo.

Aunque muchas de mis investigaciones se dirigen a los aspectos técnicos, he leído libros y libros sobre comunicación en público, he visualizado cientos de charlas TED, me he fijado y me fijo en cómo actúan algunos de los mejores speakers, locutores de radio y presentadores de televisión.

Así que nadie se equivoque: me gusta el espectáculo, el buen espectáculo. Y no sólo me gusta: creo que ese espectáculo, bien entendido y bien utilizado, no sólo es una técnica poderosa en sí misma, sino también muy conveniente, casi imprescindible, para la comunicación... y también para transmitir conocimiento objetivo.

Y esto del conocimiento objetivo me lleva ya al mundo de la educación.


Educación y espectáculo


¿Cuál es el objetivo de la educación?

Pues conseguir que los receptores de esa educación adquieran nuevos conocimientos y/o nuevas habilidades. Los puede transmitir el profesor directamente o lo pueden adquirir los alumnos mediante su propia investigación, trabajo o dinámicas. Pero al final, el alumno debe llevarse algún conocimiento y/o habilidad que no tenía.

Un conocimiento o habilidad que esperamos, claro, que sea útil y que, en el caso del conocimiento, además, que sea cierto.

¿Y el espectáculo? ¿Qué papel juega el espectáculo en la educación?

Pues si, también en educación tiene que haber algo de espectáculo. Es importante afinar las técnicas pedagógicas y de comunicación para que los contenidos resulten atractivos, motivadores, e incluso divertidos.

El problema con el espectáculo en educación es cuando éste se convierte en un fin por sí mismo y no en un medio. 

Veámoslo de esta manera: en la educación de posgrado, en escuelas de negocio, en academias, en programas in-company, el alumno, no sólo es alumno, es también el cliente. Es quien recibe el servicio y quien paga por él. Y, claro, a un cliente se le quiere tener contento. El espectáculo es atractivo y, por tanto, ayuda a tener a esos alumnos/clientes contentos.

Luces de colores, abundancia multimedia, frases altisonantes, ejemplos sencillitos, juegos, tópicos, polémicas...todo ello contribuye al espectáculo y convierte una clase, seguramente, en muy divertida e incluso inolvidable. 

Pero ¿y el conocimiento? ¿y la certeza de ese conocimiento? ¿Qué obtiene el alumno?

A veces mucho, pero otras veces poco y en otras ocasiones, incluso, conceptos erróneos, porque directamente se les han transmitido mal o porque se ha hecho de una forma tan ambigua, tan 'light', que ellos mismos han sacado las conclusiones equivocadas.

Aunque no estoy siendo muy explícito, por prudencia y elegancia, puedo asegurar que tengo en mi mente ejemplos concretos de esto que digo, de esta transmisión ambigua o directamente incorrecta de conocimientos. De hecho, ya recogí en el post titulado 'Una voz en el desierto: luchando contra algunos mitos sobre tecnología e innovación', varios equívocos a que me enfrento con cierta frecuencia, algunos de los cuales derivan, precisamente, de mensajes erróneos también en formación. 

Es necesario dejarlo claro: el espectáculo también es importante en docencia. Es importante porque ayuda a aumentar el interés por una materia, porque ayuda a mantener la atención en una clase y porque, bien usado, favorece la comprensión. Es algo que yo mismo busco, incesantemente, como forma de mejorar mi propia capacidad pedagógica.

Lo que me resulta inadmisible es la utilización del espectáculo a costa del rigor y de la transmisión del conocimiento cierto, del verdadero conocimiento, su empleo como sucedáneo e incluso como sustitutivo de esa verdadera transmisión de conocimiento o habilidades, su empleo, simplemente, para una engañosa satisfacción de esos clientes que son los alumnos. 


Una reflexión para docentes


Para mis compañeros de actividad docente, humildemente sugeriría, por tanto, el sistemático autoexamen crítico de su propio empleo del espectáculo. Si concluyen que lo emplean poco, a lo mejor les sugeriría incluso que buscasen incrementarlo, que explorasen formas de implementarlo para mejorar su propia capacidad comunicativa y docente.

Y advertiría, también humildemente, pero al tiempo, muy seriamente, en contra de la falta de rigor y de conocimiento al que mal uso o un uso excesivo de ese espectáculo puede conducir.

Como docentes creo que tenemos una responsabilidad muy seria con nuestros alumnos y, si me apuran, con la sociedad.


Conclusión: una reflexión para estudiantes


Y a los estudiantes, y no me refiero sólo, ni siquiera principalmente, a chicos jóvenes en instituto o universidad, sino también a profesionales e incluso directivos, a que se examinen a sí mismos y que estén muy atentos a qué valoran realmente en una formación.

Es lógico preferir una clase amena. Es lógico casi esperarla, pedirla y valorarla. Pero mucho más importante, es esperar y exigir que, más allá del espectáculo, haya verdadera transmisión de conocimiento, de un conocimiento útil y cierto.

No olvidéis que en el fondo sois los clientes en este negocio. Y, como clientes que sois, al final, acabaréis recibiendo aquello que valoréis.

Pensároslo bien: ¿De qué depende vuestra satisfacción? ¿Qué vais a exigir?


lunes, 13 de febrero de 2023

Comportamientos biológicos y traslación a robots

Hace unos veinte días publicaba en este mismo blog el artículo 'Comportamientos reactivos y los conceptos de inteligencia e inteligencia artificial'  en  que, a partir de aportaciones procedentes del libro 'Introduction to AI robotics' de Robin R. Murphy,  reflexionaba sobre lo que los comportamientos reactivos nos hacen cuestionarnos sobre el significado del concepto 'inteligencia'.

En el post de hoy, continuo con la misma fuente y más o menos, el mismo tema, los comportamientos reactivos, pero ahora desde un punto de vista, digamos, un poco más descriptivo y menos especulativo, 

Y lo hago para registrar la interesante clasificación que de los comportamientos animales hace la autora en dicha obra, y algún comentario, que seguramente ampliaré en el futuro, sobre su traslación al caso de robots.


Comportamientos


Y me interesa comenzar aclarando de qué hablamos con el término 'comportamiento', porque en el ámbito de que nos estamos moviendo, etología y robótica, tiene, creo, un significado más restrictivo que el que aplicamos en el lenguaje de la calle.

En concreto, Murphy nos dice que:


A behavior is a mapping of sensory inputs to a pattern of motor actions that then are used to achieve a task.


Creo que esta definición restringe el término comportamiento a aquellos que se disparan por estímulos externos. Una forma de actuar o conducirse que provenga de la propia iniciativa, reflexión o decisión, me parece que queda excluida de esta definición de comportamiento ('behavior').  


Tipos de comportamientos en animales


Es sabido que las realidades de la naturaleza, muy especialmente los seres vivos y, más aún, los seres humanos y su cerebro o sistema nervioso, son fuente de inspiración para la inteligencia artificial y la robótica, así que no es extraño que a la hora de estructurar los comportamientos robóticos, se mire la forma en que estos se producen en la naturaleza.

La autora, en esa línea, nos resumen los tipos de comportamientos que se dan en animales, y nos habla de tres categorías:


  • Comportamientos reflejos: Se trata de reacciones estímulo-respuesta directas, como cuando levantamos la pierna al ser golpeada en el punto justo de la rodilla con un martillito, como hacen los médicos precisamente para ver el estado de esos reflejos. Son comportamientos muy rápidos y que se encuentran de alguna manera impresos en los circuitos neuronales de los seres vivos.

  • Comportamientos reactivos: Comportamientos que se ejecutan de manera inconsciente pero que vienen precedidos por alguna forma de aprendizaje y consolidación. La autora lo ejemplifica con la denominada 'memoria muscular' de que se habla en deporte y cómo, con base en entrenamiento, la buena técnica, por ejemplo en carrera o en movimientos de golf, se interioriza y llega a ejecutar inconscientemente. No obstante, este tipo de comportamientos puede modificarse por atención consciente

  • Comportamientos conscientes En que realmente se presta esa atención consciente. Son ya de naturaleza deliberativa y nos acercan, aunque creo que no llegan a ellos, a los comportamientos que consideramos excluidos de esta clasificación como los procedentes de la propia iniciativa.


Traslación de los comportamientos reactivos a los robots


Probablemente trate en algún artículo futuro algo más sobre la implementación, la traslación digamos, de este tipo de comportamientos a los robots.

Los comportamientos reflejos tienen una traslación relativamente sencilla, y muy conseguida hoy en día, siendo recogidos en la capa reactiva de la arquitectura operativa de los robots e incluso hay roboticistas que sólo incluyen estos comportamientos reflejos en la capa reactiva.

Como digo, está muy conseguida aunque alcanzar un comportamiento global adecuado, a partir de un conjunto de comportamientos individuales, creo que puede tener su cierta ciencia. 

También me resulta muy interesante la capacidad para conseguir unas manifestaciones externas bastante inteligentes sólo a partir de este tipo de comportamientos y aún más algo que tengo pendiente de investigar, y que también es observable en la naturaleza, que es el comportamiento inteligente de un conjunto amplio de individuos (bancos de peces, enjambres de aves o insectos, etc) a partir de comportamientos muy simples de sus miembros, algo que en robótica nos lleva al 'swarm robotics').

Los comportamientos reactivos, que precisan aprendizaje, creo que nos conducen al campo de la inteligencia artificial, al machine learning e incluso a mecanismos de aprendizaje propios de los robots, algunos de los cuales ya hemos comentado en este blog.

Los comportamientos conscientes creo que, desde un punto de vista robótico, no precisan una verdadera consciencia, algo polémico y al menos por el momento fuera de nuestro alcance. Creo, lo seguiré investigando, que es suficiente con una actuación de la capa deliberativa de la que aún hemos hablado poco, sin necesidad de verdadera consciencia,

La autora nos advierte, además, de un conflicto terminológico. Nos hace ver que en el campo de la etología, el término comportamiento reactivo se refiere a una habilidad o comportamiento aprendido, mientras que en robótica se tiende a utilizar ese término 'reactivo' como sinónimo de comportamiento reflejo.


Conclusiones


Una vez más, la observación de la naturaleza y las conclusiones alcanzadas por disciplinas como la biología, la neurociencia o la etología pueden iluminar los caminos de investigación e innovación en materia de inteligencia artificial y robótica.

En el caso de los comportamientos comentados, veo claro un paralelismo, casi una traducción directa, en la parte más refleja, menos deliberativa, mientras que, en los niveles superiores, reactivo y consciente, creo que es más una inspiración y orientación que una guía clara.

Pero demos tiempo a la investigación...