jueves, 30 de junio de 2011

#macrotweet: un antecedente lejano de la tecnofobia y la cultura

Con tanto revuelo, es importante ver la historia desde una óptica diferente... Incluso antes de que tuviéramos una pantalla en nuestro cuarto de estar, nos rondaban por la cabeza las mismas preocupaciones. Hubo un tiempo durante los años veinte en que los críticos culturales temían que los estadounidenses perdieran su capacidad para digerir una extensa novela de calidad o incluso un artículo prolijo de revista. El culpable del mal: Reader's Digest

Nick Bilton
'Vivo en el futuro...y esto es lo que veo'

miércoles, 29 de junio de 2011

El enjambre: la norma del 5%, el feedback y el liderazgo en medios sociales

El enjambre, las agrupaciones coordinadas de individuos del mundo animal, los enjambres de abejas, los bancos de peces o, incluso, la poética metáfora del murmuration (bandadas de estorninos) utilizada por Tapscott y Williams nos permiten ilustrar el movimiento en los medios sociales.

Pero se trata de algo más que una metáfora o una imagen ilustrativa.

Al parecer, las reglas que gobiernan el comportamiento de estas agrupaciones, guardan semejanzas con el comportamiento de grupos humanos y, en concreto, con el comportamiento en medios sociales.

Nick Bilton, en su libro 'Vivo en el futuro...y esto es lo que veo' nos habla de dos reglas relevantes: la norma del 5% y el feedback.

La norma del 5% se debe al biólogo Jens Krause y, basada en una serie de experimentos, viene a decir que, para que un grupo humano (o de peces) consiga un objetivo común, basta con que el 5% de ese grupo, que actúan en cierto sentido como lideres, se dirijan hacia el objetivo.

El feedback hace mención a algo que es fácilmente observable en medios sociales y que, de hecho, hace ya mucho tiempo, en los primeros tiempos de este blog, y sin ningún basamento teórico ni experimental, me llevó a escribir el artículo, 'La popularidad y el efecto bola de nieve'. El fenómeno del feedback, Nick Bilton lo explica así:

"Online, al igual que en los estudios de la vida real, el feedback desempeña un papel clave. Un individuo hace algo que es copiado y, cuanto más se copie, más fuerte será el impulso de copiarlo de los demás.
...
Cualquier individuo puede encontrar algo interesante y enviárselo a un grupo y, si es estimulante y atractivo, ellos a su vez lo comparten con sus propias comunidades"

El fenómeno de la bola de nieve, o del feedback, pueden explicar tanto lo que se denomina viralidad, como también explicar el liderazgo en la red.

De alguna forma, encendida la mecha inicial, tanto la viralidad (la propagación de un contenido por la red) como el liderazgo, parecen realimentarse a si mismos.

Quizá lo difícil sea prender esa mecha inicial, conseguir una masa crítica de interés, seguidores o contactos, tal vez alcanzar el 5%.

Como ya hemos visto en repetidas ocasiones, las reglas que parecen regir en el mundo del social media, se encuentran fuertemente fuertemente arraigadas en nuestros comportamientos sociales anteriores e independientes de las herramientas que los soportan.

lunes, 27 de junio de 2011

La economía de la confianza

El mundo global y las nuevas tecnologías, en especial lo que tiene que ver con Internet, Web 2.0 y social media, han dado lugar a nuevos conceptos económicos y nuevos modelos de negocio.

En este blog ya hemos hablado de conceptos como la economía de la atención o de la economía del regalo. Muy relevante para lo que viene era, en concreto, el artículo que titulábamos 'Mercados no monetarios en Internet' donde resumíamos alguna idea de Chris Anderson al respecto y, en concreto, hablábamos de dos componentes no monetarios: la atención y la reputación.

Bastante relacionado con ese concepto de reputación y su valor económico se encuentra lo que Nick Bilton denomina "mercados de confianza" en su libro 'Vivo en el futuro...y esto es lo que veo'.

En cierto sentido, estos mercados de confianza tienen que ver con el papel de filtros de información que las comunidades de anclaje y las redes sociales juegan, tal y como exponíamos en el artículo "Naciones, comunidades y filtros frente a la superabundancia de información". Las redes sociales, nuestras redes sociales, constituyen unas comunidades de anclaje. Lo que esas comunidades publican y comentan constituyen en gran parte los 'inputs' de información que recibimos. Como parte de esos 'inputs', además, se incluyen las recomendaciones y opiniones que se vierten, lo que enlaza directamente con el concepto de reputación online.

En la medida que esas recomendaciones y opiniones condicionan y orientan nuestro comportamiento, no sólo social sino también como consumidores, tienen un evidente valor económico, un valor económico que se acreciente según la confianza que tengamos en quien valora o recomienda. No se trata ya, aunque tenga su importancia, de la confianza que nos genere una empresa o una marca, se trata de que nuestra confianza se encuentra en cierto sentido intermediada, inluída, filtrada, por nuestras redes sociales, nuestras comunidades de anclaje.

El saber gestionar e influir a esas redes sociales, el ser capaz de generar y hacer que se transmita y fluya la confianza, constituye un desafío de primer orden para cualquier departamento de marketing o comunicación.

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viernes, 24 de junio de 2011

#macrotweet: la paradoja de la simplicidad

Los propósitos y principios simples y definidos dan lugar a un comportamiento  inteligente y complejo. Las reglas y normas complejas dan lugar a un comportamiento simple y estúpido.

Dee Hock, citado por David Allen
'Organízate con eficacia'

miércoles, 22 de junio de 2011

El esfuerzo por no perdernos nada

Quizá, pera entender esa suerte de atención contínua a que Internet y los medios sociales no someten, esa contínua interrupción, esa falta de concentración que, en opinión de Nicholas Carr, nos conduce a la superficialidad, no baste con una visión del individuo como un sujeto en cierto modo pasivo, siendo 'atacado' por los medios electrónicos que lo someten a la dictadura de la atención contínua.

Leyendo a Nick Bilton, un autor que como vimos hace poco no parecía estar de acuerdo con Nicholas Carr en lo relativo al efecto negativo de Internet sobre nuestros cerebros (ver artículo 'Consumívoros y contenido extenso o Bilton versus Carr' en este mismo blog), y en concreto en su libro 'Vivo en el futuro...y esto es lo que veo', me encuentro una visión ligeramente diferente, una visión del individuo obsesionado, sí, pero tomando un papel activo en el consumo de la información que los medios le ofrecen.


Lo observo en una cita que el autor hace de Linda Stone, quien fuera ejecutiva de Apple y que nos dice:

"Cuando miráis compulsivamente vuestro correo, o correís desaforadamente a vuesto buzón, o abrís Facebook...no se trata sólo de que seáis obsesivos o de que tratéis de eludir el trabajo. Habéis sucumbido a algo mucho más profundo." Y a continuación bautiza al fenómeno como "atención parcial contínua", o mejor, "un esfuerzo por no perdernos nada".

No me queda claro cómo podemos no tomar esto como algo casi patológico. Al fin y al cabo, no deja de exhibir rasgos obsesivos. Sin embargo, parece una característica de los 'más adaptados' a los nuevos medios sociales, quizá de los mejor dotados para el presente y el futuro que el mundo del conocimiento y la hiperconectividad nos traen.

Tal vez esté cambiando la forma de adquirir conocimiento y lo que antaño pudiera ser un obstáculo para absorberlo a través de la lectura y la concentración, ahora se esté convirtiendo en la mejor arma. Tal vez las habilidades cognitivas más valiososas se estén desplazando hacia la capacidad de consumir casi en paralelo, multitud de pequeños bocados de información.

Y, tal vez, la tensión subyacente, la sensación de obsesión, deriven de una todavía parcial inadaptación de nuestros hábitos y nuestras capacidades cognitivas a esos nuevos medios.

lunes, 20 de junio de 2011

Horacio, la tecnofilia y la tecnofobia

Como tantas y tantas cosas que afectan a nuestras vidas, las nuevas tecnologías tienden a conducir a posiciones discrepantes, a filias y fobias, a veces a posiciones extremas.

Por un lado nos encontramos con los más rabiosamente innovadores, los mas geeks, frikis, nerds o 'early adopters' sistemáticos. Aquellos que lo prueban todo, lo adoptan todo, a veces por su verdadero interés y otras, simplemente, porque es nuevo o quizá por un cierto tecno-exhibicionismo. Estaríamos hablando, en este caso, de una cierta tecnofilia.

En el otro extremo se encuentran aquellos que se resisten a cualquier cambio y, no sólo eso, incluso tienden a ver peligros y catástrofes irreversibles ligadas a la adopción de las nuevas tecnologías. Nos desplazamos ahora hacia la posición que llamaríamos tecnofobia.

La nanotecnología, la ingeniería genética, la movilidad, la neurociencia... y tantas y tantas otras tecnologías, nos fascinan a la vez que nos asustan, llevando, quizá en los casos menos reflexivos, a uno de los dos extremos: la tecnofilia o la tecnofobia.

En su libro 'Vivo en el futuro...y esto es lo que veo', Nick Bilton, que tiende a situarse más cerca de los tecnófilos, y que critica en varios momentos a los que se resisten a admitir nuevas tecnologías y/o les atribuyen todo tipo de peligros, nos lo cuenta de esta forma:

"El miedo a lo nuevo y el miedo a lo desconocido son aflicciones comunes. En el peor de los casos pueden impedir o detener la innovación. Sin embargo, lo normal es que este tipo de hipocondría tecnológica... afecte a gran parte de la población y que ésta quede dividida entre quienes, temerosos de perderse algo, enseguida se apuntan a nuevas experiencias, y aquellos cuyo miedo les hace sentirse desorientados y rezagados."

Como tantas y tantas cosas que afectan a nuestras vidas, también aquí resulta conveniente el adecuado equilibrio.


A los más tecnoadictos, conviene recordarles que por interesantes, útiles, sugerentes y hasta hermosas que las nuevas tecnologías e innovaciones puedan resultar, no dejan de ser un medio para mejorar nuestras vidas y las de los demás, para caminar hacia una sociedad mejor. Pero, ni las tecnologías son un fin en sí mismas, ni cualquier nueva tecnología será necesariamente exitosa o útil por el hecho de ser nueva.

A los más temerosos y agoreros o, incluso, como dice Bilton, a los más tecnohipocondríacos, habría que hacerles ver que la innovación es necesaria para el progreso, que la tecnología, tomada en su conjunto, ha sido siempre beneficiosa para la humanidad y que muchas innovaciones y tecnologías han sido tachadas de catastróficas (Bilton menciona el libro o el ferrocarril, por ejemplo)...para luego acabar perfectamente integradas en la sociedad de una forma natural y ayudar al desarrollo de esa sociedad.

Al final, y como diría Horacio, el autor clásico, en tecnología, como en tantas y tantas otras cosas que afectan a nuestras vidas, la respuesta probablemente se encuentre en el equilibrios, en el "dorado término medio".

viernes, 17 de junio de 2011

Naciones, comunidades y filtros frente a la superabundancia de información

En su fantástico e icónico libro 'La economía de la larga cola', Chris Anderson nos hablaba de la importancia de los "filtros", es decir, mecanismos que nos permitían seleccionar, en el maremagnum de información y de productos accesibles en la larga cola, acceder a aquello que realmente podía ser de nuestro interés (buscadores, recomendaciones, etc).

En su libro 'Vivo en el futuro...y esto es lo que veo', Nick Bilton incide en una idea parecida...pero quizá más estimulante.

Primero repasa el concepto de nación como una "comunidad imaginada" de Benedict Anderson. Decía este autor que una nación era "una comunidad política imaginada como intrínsecamente limitada y soberana" y era una comunidad imaginada porque, en realidad, los miembros de una nación apenas se conocen entre sí. Una persona conoce a decenas o centenas de sus conciudadanos, nada más. Sin embargo, se imagina la existencia del resto y, a pesar de que ese resto es imaginado, eso no le impide, bien al contrario, sentirse que forma parte de esa comunidad.

Este concepto de comunidad imaginada no se circunscribe a la nación. También puede extenderse a cualquier grupo. Puede ser el de los vegetarianos, el de la clase media, el de los aficionados de un equipo, etc.

Nick Bilton recoge este concepto de comunidad imaginada y lo aplica al mundo de Internet y a las redes sociales y concluye que las redes sociales nos permiten sentirnos que formamos parte de una comunidad, unas comunidades imaginadas que él denomina "comunidades anclaje".

Y va más allá para afirmar, sin utilizar explícitamente, cierto es, la palabra filtro, que son esas comunidades anclaje las que nos permiten sobrevivir sin angustia y movernos cómodamente por el universo de la superabundancia de información que Internet supone.

Evidentemente, es imposible conocer y procesar por un individuo toda la información que en Internet habita y que en Internet se crea. Sin embargo, si establecemos una red social, si seguimos las noticias, comentarios y enlaces que esa comunidad virtual nos ofrece, una comunidad a la que concedemos crédito y con la que nos sentimos en comunión de intereses puesto que son nuestros propios contactos, los que hemos elegido o aceptado, podemos llegar a estar al tanto de la información y noticias que esa comunidad maneja y, con ello, gestionar una cantidad manejable de información y, sin embargo, gozar de la sensación de habernos enterado de todo lo que nos queríamos enterar.

El autor nos pone el ejemplo del uso de Twitter por las mañanas como una forma rápida y manejable de enterarse de lo que sucede. Uno sólo lee los tweets de las personas a las que sigue y, con esa lectura, se obtiene una sintética pero a la vez amplia imagen de lo que está sucediendo, al menos en tu comunidad.

La comunidad, la red social, actúa no sólo como anclaje sino como filtro de información. Internet, que genera la sobreabundancia de información, también nos ofrece un medio para gestionarla eficazmente.

miércoles, 15 de junio de 2011

Dimensiones de la calidad en productos y servicios

Leyendo sobre dirección de operaciones, repasando, en realidad, un antiguo manual, me he encontrado con una lista de las dimensiones de la calidad que no he querido dejar de consignar en este blog, aunque sólo sea como unas notas que pueda consultar posteriormente... a la vez que la pongo a disposición de mis visitantes y lectores.

Se distingue entre las dimensiones de calidad en productos y en servicios. Veámoslo.

DIMENSIONES DE LA CALIDA DE PRODUCTOS

En este caso, las dimensiones de la calidad han sido identificadas por David Garvin. Son las siguientes:
  • Actuación las características operativas del producto, sus prestaciones, probablemente lo que más coincide con el concepto 'vulgar' de calidad.
  • Rasgos: características secundarias pero atractivas de un producto (ej. las bondades de la radio de un coche).
  • Fiabilidad: probabilidad de un funcionamiento correcto, habitualmente medido mediante el MTBF.
  • Durabilidad: vida operativa esperada de un producto.
  • Conformidad: adecuación de un producto a sus especificaciones de diseño.
  • Capacidad de servicio: asociado, típicamente, al servicio posventa y la posibilidad y velocidad de las eventuales reparaciones.
  • Estética: autoexplicativa...y subjetiva.
  • Calidad percibida: relacionada con la reputación de la empresa.
DIMENSIONES DE LA CALIDAD DE LOS SERVICIOS

Las ideas sobre calidad en servicios provienen de los estudios de Parasuraman, Zeithaml y Berry quienes identificaron diez dimensiones o factores genéricos en la calidad de los servicios que las empresas prestan a sus clientes.
  • Tangibles: la prueba física del servicio, como pueden ser, por ejemplo, los típicos camiones marrones de UPS.
  • Fiabilidad: constancia de la actuación y consistencia del servicio.
  • Grado de respuesta: voluntad y/o facilidad de los empleados para prestar el servicio.
  • Competencia: adecuada capacitación de los trabajadores para prestar el servicio.
  • Amabilidad: gentileza, cortesía, consideración...
  • Credibilidad: confianza que se genera, honestidad de los trabajadores.
  • Seguridad: ausencia de peligros, riesgos o dudas.
  • Acceso: Facilidad de contacto con el servicio.
  • Comunicación: ofrecimiento de información (ej. en atención médica, información del médico a paciente o familiares)
  • Comprender al cliente: entendimiento de sus necesidades.
Aunque parece una selección bastante acertada y plenamente vigente de las dimensiones de calidad, me quedo con ciertas ganas de leer teorías más modernas al respecto, especialmente en el caso de los servicios.

¿Qué papel se le concedería hoy día, por ejemplo, a la involucración de los clientes en el diseño/prestación de los servicios? ¿Y a la RSC de la empresa? ¿al consumo energético? ¿A los factores sociales? ¿a la innovación? ¿a la conveniencia? ¿al respeto al medio ambiente? ¿a la experiencia de cliente?

martes, 14 de junio de 2011

#macrotweet: solitarios e innovación

En toda especie son los solitarios los que se atreven a experiencias nuevas. Son una cuota experimental que va a la deriva.

Erri de Luca
'El peso de la mariposa'

lunes, 13 de junio de 2011

Consumívoros y contenido extenso o Bilton versus Carr

Hace un par de meses repasábamos las ideas que vertía Nicholas Carr en su último libro 'Superficiales'. El razonamiento fundamental de Carr, basándose en algunos principios de neuroplasticidad, era que el modo de trabajo con Internet, con sus constantes interrupciones en forma de mensajes, actualizaciones, tweets, etc afectaba a nuestra atención que tendía a separarse de la lectura profunda y concentrada para centrarse en ese régimen casi frenético de interacciones, en una atención superficial. Dada la existencia del fenómeno de la neuroplasticidad, la adaptación anatómica del cerebro a la actividad intelectual que realiza, concluía que esa continua interrupción moldea de forma permanente nuestro cerebro y no de forma metafórica sino física.

En su libro 'Vivo en el futuro...y esto es lo que veo', Nick Bilton, bien es verdad que sin aportar una teoría o unos datos alternativos, parece disentir de este razonamiento. De esta forma lo razona:

"Si tu principal miedo es que nuestra habilidad para reflexionar o para concentrarnos en un asunto se vea arrollada por el torrente de nueva información, relájate. Incluso con este cambio el contenido extenso no morirá. Los niños pueden parecernos distraídos pero pueden pasarse una media de tres horas diarias jugando con videojuegos, lo cual me suena a contenido extenso. Si no se terminan un libro en dos días o no se están quietos viendo un programa de televisión, no es porque no puedan concentrarse: es porque no hemos adaptado nuestro modo de contar historias a sus nuevos intereses. Son 'consumívoros', hurgando, consumiendo, distribuyendo y regurgitando contenidos en paquetes de bytes, aperitivos y comidas completas"

Parece, pues, que Bilton atribuye esa presunta falta de concentración más bien a una falta de adaptación de los contenidos a los intereses de esa nueva generación de 'consumívoros' y a una cierta resistencia al cambio o miedo al futuro, más que a una incapacidad para consumir lo que él determina contenido extenso. De hecho, Bilton vierte las afirmaciones que hemos visto más arriba después de repasar las resistencias que sufrieron en sus primeros tiempos algunos otros avances como la imprenta, el ferrocarril o la televisión.

¿Quién tiene razón?

Parecen más fundamentados teóricamente y más rigurosos los razonamientos de Carr...pero más esperanzadores y más acordes con la experiencia del pasado las afirmaciones de Nick Bilton.

El tiempo dará y quitará razones. El tiempo... y 'los consumívoros'.

viernes, 10 de junio de 2011

El excedente cognitivo de Clay Shirky

'Cognitive surplus' es un libro que, quizá, podríamos encuadrar en el campo de la sociología pero que, dada las conexiones que establece con las tecnologías sociales, y las repercusiones económicas del modelo de colaboración que describe, prefiero encuadrar en esa ambigua pero atractiva área de 'tendencias' de la economía y sociedad digitales.

El eje de la argumentación de Clay Shirky es que, en el mundo desarrollado y postindustrial surgido a partir de la segunda mitad del siglo XX, ha aparecido un nuevo y poderoso recurso: el tiempo libre o, mejor, el excedente cognitivo asociado a ese tiempo libre. Un tiempo libre que en las últimas décadas se había volcado, fundamentalmente, en ver la televisión pero que, en los últimos años, con la aparición y auge de Internet y los medios sociales, parece desviarse hacia actividades más productivas, creativas y solidarias de colaboración en la red.

Para que ese tiempo libre tenga un verdadero impacto, para que se convierta realmente en un excedente cognitivo y en un recurso, es necesario que se junten los medios, las motivaciones y la oportunidad. A cada uno de estos tres elementos dedica Clay Shirky un capítulo (segundo, tercero y cuarto) después de haber desarrollado en el primero el concepto de 'excedente cognitivo' y de haber hecho una comparativa histórica con el consumo de ginebra en el Londres del siglo XVIII.

En el siguiente capítulo, Shirky analiza los aspectos culturales derivados y necesarios para una productiva colaboración y compartición.

A continuación, en el sexto capítulo de la obra, analiza los diferentes niveles en que esta colaboración pude impactar: el nivel personal, el comunitario, el público y el cívico, en orden creciente de influencia y beneficio social.

Finaliza el libro con un capítulo 'Looking for de mouse' que recopila una serie de consideraciones de las que destacaría una larga serie de consejos para hacer el mejor uso, a través de los medios sociales, de todo el potencial que encierra el excedente cognitivo.

'Cognitive surplus' es un libro interesante, atractivo, estimulante que, sin profundizar en aspecto tecnológicos ni económicos, sino manteniendo un punto de vista más bien sociológico, nos explica, sin embargo, tanto el motivo como potencial que pueden alcanzar Internet y los medios sociales que en la red se apoyan.

Clay Shirky
Nacido en 1964, y licenciado en arte por la Universidad de Yale, Clay Shirky es un reputado consultor, profesor y escritor acerca del impacto económico y social de las nuevas tecnologías.

En los años 90, dedicó parte de su actividad al teatro trabajando, por ejemplo, como diseñador de iluminación para varias compañías experimentales.

En el mismo 1990 se convirtió en vicepresidente del capítulo de Nueva York de la Electronic Frontier Foundation escribiendo ya artículos sobre tecnología y actuando, incluso, como perito experto en cultura de internet en un juicio.

Ha sido profesor de nuevos medios del Hunter College y conferenciante en la Harvard Kennedy School.

Es autor de varios libros entre los que se incluyen 'Here comes everybody' y 'Cognitive surplus' y ha escrito numerosos artículos en medios como Business 2.0, New York Times, Wall Street Journal, Harvard Business Review y Wired.

Ficha técnica:
TITULO: Cognitive surplus. Creativity and Generosity in a Connected Age
EDITORIAL: Penguin
AÑO: 2010
ISBN: 978-1-846-14218-5
PAGINAS: 242

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jueves, 9 de junio de 2011

#macrotweet: La experiencia y las historias en el mundo online

hay otra cosa por la que el consumidor de la nueva generación pagará online: mejores experiencias, que a menudo nacen de historias mejor contadas.
Nick Bilton
'Vivo en el futuro... y esto es lo que veo'

miércoles, 8 de junio de 2011

Superando adversidades en social media

Un último artículo, antes de la reseña final, para dar por terminada esta larga serie dedicada a aquellos aspectos que más me han llamado la atención del libro 'Cognitive surplus' de Clay Shirky.

En el último capítulo, que titula 'Looking for the mouse', el autor dedica varias páginas a proporcionar ideas sobre cómo triunfar en el mundo del social media, pero no tanto en modo de recetas para el éxito sino, más bien, proporcionando ideas sobre cómo superar las adversidades o las desventajas.

Clasifica Clay Shirky estas ideas en tres bloques o categorías:
  • Inicio: creación de nuevas oportunidades
  • Gestión del crecimiento inicial
  • Adaptación, a medida que los usuarios generan sorpresas

INICIO: CREACIÓN DE NUEVAS OPORTUNIDADES
  • Empezar por lo pequeño: evitar iniciativas faraónicas y proyectos que sólo funcionarán cuando sean muy grandes. La idea debe funcionar en pequeña escala y crecer a partir de ahí.
  • Preguntar '¿por qué?': como una forma de entender las motivaciones de los usuarios.
  • El compòrtamiento sigue a la oportunidad: los usuarios desarrollan un determinado comportamiento si se les brinda la oportunidad para hacerlo. Según la teoría del autor, las personas tienen una motivación que, si encuentra la oportunidad, se manifestará como comportamiento.
  • Convertir 'lo social' en el comportamiento por defecto: hacer que el comportamiento social, la conexión, la compartición, sea muy sencilla, que sea el comportamiento por defecto de las aplicaciones sociales.
GESTIÓN DEL CRECIMIENTO INICIAL
  • Cien usuarios son más complejos que mil y que una docena: En la pequeña escala funciona la intimidad y en la grande, los grandes números, pero el tamaño intermedio es muy difícil de gestionar. Es importante establecer una fuerte cultura inicial desde el principio para que luego escale sin perder su carácter.
  • La gente es diferente. Más gente es más diferente: Si en otros entornos el crecimiento en número tiende a uniformizar los comportamientos, en los entornos sociales se agudizan las diferencias entre los usuarios más implicados y comprometidos y los más accidentales y periféricos. Una estrategia puede ser, como hace Wikipedia, proporcionar diferentes rangos de participación.
  • La intimidad no escala: a medida que crece el tamaño de la red, no se puede aplicar la intimidad. Es necesario alcanzar ciertos tipos de compromisos y decisiones para gestionarlo.
  • Promover una cultura de colaboración: como una forma de que se mantenga una cierta cultura, unas ciertas normas, pues los propios usuarios las promoverán y reforzarán.
ADAPTACIÓN
  • Mientras más rápido aprendas, más rápido te puedes adaptar: aprender de los usuarios, se entiende...
  • El éxito genera más problemas que el fracaso: puesto que genera expectativas, facilita la aparición de fenómenos como el 'spam', etc. La forma de defenderse es la anticipación, el imaginar lo que puede suceder en caso de éxito y tomar medidas preventivas.
  • La claridad es violenta: lo que significa, a pesar de lo que el epígrafe pueda hacer pensar, que en un grupo son necesarias unas ciertas normas, un cierto gobierno. Sin embargo, para que los usuarios acepten esas normas y ese gobierno, es necesario que la pertenencia al grupo les aporte suficiente valor.
  • Intenta cualquier cosa. Inténtalo todo: a pesar de la necesidad de gobierno, es imprescindible proporcionar un entorno para la experimentación, para crear cosas nuevas.
Algunas reglas son casi evidentes, otras son más complejas de entender y, quizá, necesitan un espacio y una explicación más extensas. Tal vez, lo mejor sea referirse a la fuente, al libro donde estas ideas se exponen.

En el próximo artículo, una reseña de esa referencia para quien desee más conocimientos o beber de la fuente original.

martes, 7 de junio de 2011

#macrotweet: Excedente cognitivo, la esencia y la oportunidad

The fusing of means, motive and opportunity creates our cognitive surplus out of the raw material of accumulated free time. The real change comes from our awareness that  this surplus creates unprecedent opportunities, or rather that it creates an unprecedent opportunity for us to create those opportunities for each other.

Clay Shirky
'Cognitive surplus'

lunes, 6 de junio de 2011

Escalas de valor social: personal, comunitario, público y cívico

Me ha resultado interesante la escala de valor 'social' que se puede crear con el excedente cognitivo y la interacción social (a través de los social media u otros mecanismos) tal y como la plantea Clay Shirky, en su libro 'Cognitive surplus'.

Las posibilidades de conexión e interacción que Internet y los medios sociales han abierto, el bajísimo coste de esa conexión y el enorme segmento de población que puede involucrarse, han hecho que el valor que se puede obtener de la participación y colaboración voluntaria de individuos se multiplique y que ya no se circunscriba, como tendía a pensarse en el pasado, a pequeños grupos cerrados.

En ese contexto, el excedente cognitivo, las capacidades intelectuales y de colaboración liberadas por la expansión del ocio, pueden crear enormes cantidades de valor.


Clay Shirky establece cuatro niveles diferenciados:
  • Valor personal ('personal'): es una recompensa personal que obtenemos por el hecho de ser activos en lugar de pasivos, creadores en lugar de consumidores. Es el tipo de energía que mueve a los grandes aficionados a diferentes 'hobbies'. Diría que este valor se produce por satisfacer las capas altas de motivación en la pirámide de Maslow, desde la afiliación a la autorrealización, pasando por la estima. En este nivel de valor las personas actúan en su propio nombre, pero obtienen valor de la interacción con lo demás.
  • Valor comunitario ('communal'): Un conjunto de contribuciones descoordinadas pueden crear valor personal, pero cuando se establecen verdaderas conversaciones y colaboraciones es cuando se alcanza el valor comunitario. El ejemplo que nos propone el autor es el de Meetup.com, una comunidad para unir y copmpartir experiencias entre mujeres con depresión postparto.
  • Valor público ('public'): El valor público es similar al comunitario en cuanto a su interactividad, pero es mucho más abierto, permitiendo casi a cualquiera unirse a la comunidad si ese es su deseo. Shirky propone el ejemplo del proyecto Apache como paradigma de la creación de valor público.
  • Valor cívico ('civic'): el valor cívico añade a la interactividad y la apertura, la existencia de un objetivo común explícito que busca mejorar la sociedad.

Los valores público y cívico no son sólo los más deseables, los más elevados sino, además, y por desgracia, los más difíciles de alcanzar. Requieren para su consecución que los miembros de la comunidad, al menos de su núcleo, exhiban un alto nivel de compromiso y trabajen duro. Además, precisan de un cierto nivel de autogobierno y de foco para evitar distracciones que les alejen de su objetivo. Como se citaba en el pasado artículo 'El origen del cambio en los pequeños grupos' el valor público o cívico no suele tener su origen en conversaciones casuales o en iniciativas individuales. El valor suele emerger del trabajo de grupos pequeños que poco a poco van creciendo en tamaño e importancia.

Repasemos.
  • A base de acción y creación alcanzamos el valor personal.
  • Si a eso le añadimos conversación y colaboración llegamos al valor comunitario.
  • La apertura conduce al valor público.
  • Y el objetivo de mejora de la sociedad acompañado de esfuerzo, autogobierno y foco nos conduce a la capa más alta, el valor cívico.
¿Parece que está en nuestras manos, no? ¿A qué esperamos, pues?

viernes, 3 de junio de 2011

#macrotweet: El origen del cambio en los pequeños grupos

If we want to create new forms of civic value, we need to improve the ability of small groups to try radical things... It's from groups trying new things that the most profound uses of social media have hitherto come and will come in the future.
Clay Shirky
'Cognitive surplus'

miércoles, 1 de junio de 2011

Condiciones para una economía del conocimiento y la compartición

¿Qué hace posible que la economía del conocimiento se convierta en una realidad? ¿Qué condiciones tienen que producirse para que se alcance de forma efectiva la compartición del conocimiento?

Clay Shirky, en su libro 'Cognitive surplus'  acude a otra autoridad, a otro autor, para intentar dar respuesta a estos interrogantes.

En concreto, cita a Dominique Foray y su libro 'Economics of Knowledge'. Dominique Foray es un economista francés director del College of Management of Technology en la École Polytechnique Fédérale de Lausanne y cuyas áreas de investigación se centran en la economía, gestión de la tecnología, conocimiento e innovación a niveles tanto micro como macro.

Pues bien, este economista identifica cuatro condiciones, cuatro pilares para que se produzca una auténtica economía del conocimiento.
  • Tamaño de la comunidad: se trata de algo muy simple, cuanto mayor sea el conjunto de personas capaces de entender un hecho, mayores serán las probabilidades de que esas personas sean capaces de trabajar juntas para hacer algo con ese conocimiento.
  • Coste de compartir el conocimiento: a medida que bajan los costes de transmitir y compartir el conocimiento, mayor será el número de personas con conocimiento. Se citan varios hitos en ese camino de reucir los costes de compartición: la imprenta, el telégrafo y, hoy día, Internet.
  • La claridad de lo que se comparte: la claridad de lo que se transmite e, idealmente, la capacidad de reducirlo a algo así como una receta, facilita el traspaso de información y, sobre todo, la comprensión de la misma por mas personas.
  • Normas culturales de los receptores: no basta con tener una gran comunidad, bajo coste de compartición y claridad en lo compartido. Para sacar partido a todo esto es necesario que los miembros de la comunidad se entiendan unos a otros, de manera que sean capaces de trabajar y colaborar juntos. Como ejemplo de este tipo de cultura de comunidad, se nos proponen las comunidades de software libre y, específicamente, la construida en torno a Apache o Linux.
Todas estas características parecen confluir en la expansión de los medios sociales ligados a Internet. Es evidente la rebaja de costes de compartición que Internet supone y parece evidente también que, por eso mismo, y por su universalidad, facilita enormemente la existencia de comunidades con masa crítica suficiente para aprehender los hechos y colaborar.

Por otro lado, no está implícito en Internet, pero sí es cierto que ligado a Internet, a la Web 2.0 y a los Social Media, suele venir aparejada una cultura de entendimiento, de compartición, de trabajo desinteresado y colaboración que parece el caldo de cultivo adecuado para la explosión de la economía del conocimiento.

¿La claridad de lo compartido? Eso me parece encontrarse más en las capacidades individuales del comunicador. Pero lo que sí es cierto es que es tanta la información, tanto el conocimiento en la red, que difícil parece no encontrar, si nos lo proponemos, el conocimiento que buscamos exspresado de forma clara y sencilla.

Las condiciones de Foray, pues, parecen alumbrar de forma clara el motivo por el que Internet está disparando la sociedad y economía del conocimiento.