domingo, 29 de noviembre de 2009

La marca como promesa

No he podido recuperar la cita exacta, se me ha perdido entre la inmensidad de las páginas escritas, pero hace unos días, leyendo el libro "Tu marca personal" de Hubert Rampersad, vi cómo trasladaba el autor la noción de la marca como una promesa... como una promesa que se debe cumplir. Él se refería fundamentalmente, cómo no, a una marca personal, donde la autenticidad y la coherencia, el estar a la altura de la promesa que uno mismo supone, es fundamental.

Sin embargo, si bien se piensa, toda marca es una promesa. Una promesa de calidad, o de felicidad, o de placer, o de comodidad, o de fiabilidad, o de innovación o de... Los atributos de una marca, la imagen que transmite, forman parte de una promesa. Y los productos y servicios, como los compromisos personales, deben estar a la altura de la promesa que emite la marca que los ampara, si no quieren perder una credibilidad en el mercado que luego puede ser muy difícil de recuperar.

Promesas, cumplimiento... Parece que últimamente todos los conceptos de management están teñidos de un aura ética.

Me sorprende...y me gusta. Lo prometo.

martes, 24 de noviembre de 2009

Redes sociales y gap generacional

Parece que las diferencias entre generaciones son un fenómeno general y que no se libran de él ni siquiera las redes sociales. Así, algunas redes parecen apropiadas para personas maduras y profesionales, como LinkedIn o Xing, mientras que otras parecen territorio natural para los jóvenes, como pueden ser Tuenti, MySpace o, incluso Facebook.

Puediera tener algo que ver esta diferencia con la adscripción de sus miembros a la población de nativos o de inmigrantes digitales que decía Marc Prensky. Pudiera ser, simplemente, que la especialización de cada red atraiga a un público diferente. Algo podrá haber de todo eso pero, probablemente, todo esto no sea más una mera manifestación, una manifestación digital, eso sí, del gap generacional de toda la vida.

Sea como fuere, las empresas, las que gestionan las redes y las que se anuncian en ellas, las que mantienen grupos y las que se promocionan, deben tener en cuenta estas diferencias a la hora de su gestión y promoción.

Como dice Richard Emerton, citado por Juanma Roca en su libro "Revolución LinkedIn":

"Ahora las compañías intentan aprovechar las nuevas tecnologías para hacer posible una estrategia que entusiasme a los jóvenes sin que aliene a los tradicionalistas"

domingo, 22 de noviembre de 2009

Revolución LinkedIn: cuando lo que cuenta es la pasión.

El mundo de la Web 2.0, el mundo de las wikis y los blogs, de los foros y las redes sociales, de la interactividad y de la desintermediación, es un mundo rico en ideas que aparecen y desaparecen, que se muestran y difunden, un mundo efervescente donde no cuenta tanto el rigor y la exactitud de un post o un tweet, donde no es tan importante que cada aportación sea rigurosamente exacta y probada, cuanto que el conjunto, el agregado, crea un nivel de información y conocimiento social como probablemente nunca antes se haya conocido. Es, como mencionaba hace ya bastantes meses en un post en otro de mis blogs, el poder del conocimiento en construcción.

Es esa efervescencia, ese conocimiento en construcción, esa pasión por el nuevo fenómeno 2.0 lo que, de alguna manera, rezuma y desborda en el libro "Revolución LinkedIn" del periodista lucense Juanma Roca cuya lectura he finalizado hace unos días.

Se trata de un libro no muy bien estructurado, no muy maduro, con las ideas poco desarrolladas y del que nadie espere aprender mucho. Pero, a cambio, es un libro que desborda pasión, que abunda en interesantísimas referencias, que pasan como un rayo ante nosotros, a bloggers, escritores, personalidades del mundo 2.0 e ideas de todo tipo de autoridades y gurús de la tecnología, la sociología, el pensamiento.

Un libro que, lo que pierde en rigor, lo gana en pasión. Un libro del que he aprendido muy poco pero que, de forma inmediata, me ha impulsado a hacer un mayor uso de la red LinkedIn. Un libro confuso, pero efectivo. Un hijo, probablemente legítimo, de esta revolución 2.0 y de este mundo de conocimiento en construcción.

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viernes, 20 de noviembre de 2009

Einstein y la marca personal

Albert Einstein, esa especie de moderno Aristóteles, polifacético y lleno de geniales intuiciones, ya nos dió, hace muchos años, todo un consejo, toda una lección de ética y una introducción a lo que hoy día llamamos "marca personal":

"intenta no convertirte en un hombre de éxito, sino en un hombre de valor."

Toda una declaración de principios, toda una afirmación ética y de valores para la construcción personal y para ese liderazgo ético, esa marca personal, que tan de moda se encuentra...y que tanto nos reconforta.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Selección de contactos en redes sociales

Continuando con la lectura de "Revolución LinkedIn" me he encontrado con un debate, en el fondo ya algo manido, sobre las mejores políticas de contactos en redes sociales en general y en LinkedIn en particular. El debate se centraba acerca de si era mejor la cantidad o la calidad de los contactos. No me quedó claro cuál se consideraba mejor opción: me pareció que había opiniones o testimonios en ambos sentidos. Pero sí me valió para pensar un poquito acerca del tema y examinar mi propio comportamiento en ese sentido.

He leído recomendaciones acerca de que no se admita un contacto si no se le conoce realmente...consejo que puede ser muy razonable. Pero también he leído a quien aboga por tener una gran cantidad de contactos alegando, de alguna manera, que para eso sirven las redes sociales: para tener contactos y cuantos más se tengan, más posibilidades se encuentran abiertas.

He repasado también el libro donde por primera vez oí hablar de la famosa teoría de los seis grados. Curiosamente, la primera vez que leí sobre este concepto fue en un libro, no sobre redes sociales, sino sobre tecnología peer-to-peer. Allí se mencionaba la teoría de los seis grados, y el "experimento del mundo pequeño" de Stanley Milgram realizado con correo postal.

Tras todo ello, tengo la sensación de que, como en todo, depende de tener una cierta coherencia y equilibrio.Pienso que, en efecto, una red social que no se extienda, que no tenga una cierta cantidad de contactos, es una red pobre, que añade poca utilidad. Pero igualmente pienso que contactos de baja calidad, con los que no nos une nada o que nada nos pueden aportar tampoco tiene sentido. No encuentro una receta...pero sí una cierta política más o menos laxa de una cierta apertura pero sin que "valga todo".

Lo que sí me parece interesante, y en cierto sentido lo aplico, especialmente en mi presencia en LinkedIn, es el hecho de que hay algunos tipos de contactos que son especialmente valiosos y deseables. Cuando leí sobre el experimento del mundo pequeño, recuerdo cómo se explicaba que los contactos tienden a situarse en una especie de clusters cuasi-cerrados, es decir en grupos que exhiben alta cohesion y conectividad interna pero pocas interacciones externas. Grupos que en el mundo analógico tendrían mucho que ver con la geografía y, quizá, la clase social pero que, en el mundo digital, en el universo 2.0, probablemente tengan más que ver con intereses o experiencias comunes. En cualquier caso, un cluster no deja de ser un sistema más o menos cerrado y, en ese sentido, menos en red y menos social.

Con esa idea en mente, cuando analizo una red de contactos, especialmente en el terreno profesional, terreno en que parece que se mueve LinkedIn, valoro especialmente los contactos que me pueden permitir saltar de un cluster a otro, de un grupo de interés a otro. Así, valoro muchos contactos de otras empresas, de otros sectores, de otras profesiones, de otros paises. Y es así porque este tipo de contactos que cruzan los clusters te abren posibilidades completamente nuevas. No me resulta especialmente útil, no hoy en día, tener decenas de contactos, como tengo, de compañeros de mi propia empresa. Sin embargo, podrán ser contactos muy valiosos en el futuro si ellos o yo cambiamos de compañía o de actividad. Ahora, los contactos que realmente me añaden valor social o profesional son los que se encuentran fuera de mi radio más inmediato, de mi radio físico o de interacción diaria y, aunque de esos debo reconocer que tengo pocos, los valoro mucho...y los busco más que los otros.

Nada nuevo bajo el sol, ninguna idea que no se haya expresado ya en alguna parte...pero me apetecía pensar y escribir sobre ello.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Decálogos de marca personal

Hace unos meses oí hablar, por primera vez, del concepto de marca personal, un nombre atractivo y una idea que, a priori, me interesa, en el que quisiera profundizar (lo que seguro que genera algunas entradas en este blog) y que, aparentemente, apuntala ese fenómeno de la individualización y autoafirmación que, paradójicamente, acompaña al hiperconectado, colaborativo y plano mundo de la Web 2.0.

Para abrir boca me viene bien apuntar la recopilación de dos decálogos para la construcción de marca personal que recoge Juanma Roca, en su último libro "Revolución LinkedIn", el cual tendré ocasión de comentar próximamente.

El primer decálogo lo publicó Dan Schawbel en 2008 y nos recomienda lo siguiente:
  • Convertirse en un activo indispensable tanto para los colegas de trabajo como para los clientes dentro de esa red de contactos.
  • Posicionarse a uno mismo como la persona adecuada a la cual dirigirse y, por tanto, con la que contactar.
  • Generar autoconfianza en uno mismo.
  • Centrarse en el valor social, no en el valor monetario.
  • Construir listas de contactos antes de que se necesite contactar con ellos
  • Extender y publicitar esa marca personal en diferentes foros.
  • Convertirse en alguien tan reconocido que hasta quien no conoce a esa persona hable de ella.
  • Hacer tan visible esa marca que nadie se olvide de ella y nadie pueda evitarla.
  • Ser un creador o productor de contenido , no sólo un simple consumidor de éste.
  • Tener mentalidad abierta y de generación de una amplia red de conexiones.
El segundo es obra de Meg Guiseppi y aconseja:
  • Autogooglearse a uno mismo, esto es, buscarse a uno mismo en Google.
  • Colocar en las alertas de Google el nombre de uno mismo para estar al tanto de todo lo que surge en la red alrededor de esa persona.
  • Comprar el dominio "minombre.com"
  • Crear una seña de identidad o marca propia para tu correo electrónico , postal o lo que sea.
  • Unirse a las principales redes comenzando por Facebook, LinkedIn y Twitter.
  • Comenzar a bloguear.
  • Lanzar una página web propia.
  • Escribir reseñas de libros para Amazon, Barnes and Noble...
  • Introducirse en asociaciones profesionales.
  • Compartir el propio conocimiento y experiencia en diferentes foros.
El primero es mas filosófico y de fondo, el segundo más práctico y tecnológico...pero entre los dos nos empiezan a dar una idea, no solo de cómo conseguir esa marca personal sino, también, de en qué puede consistir ese concepto.

martes, 10 de noviembre de 2009

Las tribus de Godin o el liderazgo 2.0 llevado al extremo

Hace unos días acabé de leer "Tribus", el último éxito de Seth Godin, el afamado y provocativo nuevo gurú del marketing y del liderazgo 2.0 que, significativamente, subtitula a su última obra "Necesitamos que tú nos lideres".

No se trata de un libro científico ni de un tratado sesudo. Godin construye se libro, casi su alegato, con base en pequeños razonamientos que rara vez ocupan más de una página y que, aunque no hilvanados de una forma completamente ordenada, ni formando un auténtico corpus de doctrina, al final sí que producen en el lector un impacto profundo de reflexión, desafío y motivación para el nuevo liderazgo, la iniciativa y la innovación.

Teñido de una profunda creencia en la filosofía 2.0, que va mucho más allá de las herramientas que la soportan en Internet, Godin apuesta por la formación de tribus como grupos de interés y de líderes al frente de esas tribus, unos líderes visionarios, que desarrollan su liderazgo en red, con honestidad, con persistencia, con fe...

Un liderazgo que no se limita a la empresa sino que se extiende y actúa en todo el entramado social y cuya primera premisa es querer liderar.

Un libro cortito, muy fácil, muy ameno, y que no puedo dejar de recomendar, tanto por lo motivadora y desafiante que resulta su lectura, como por el hecho de ayudar a conocer a uno de los gurús mas controvertidos y seguidos del management actual.

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