miércoles, 16 de febrero de 2022

¿En el umbral de una explosión robótica?

El mercado de la robótica parece ser un mercado saludable, pero podría ir a más, a mucho más.

Vamos a comentarlo.
 

Algunos datos de mercado


De acuerdo con los datos para el año 2020, de la International Federation of Robotics, existen en el mundo más de tres millones de robots industriales en operación y, en el año 2020, se vendieron cerca de 400.000 nuevas unidades (383.545) lo que supone, a pesar del efecto de la pandemia, un ligero crecimiento y, más importante aún, sitúa a 2020 como el tercer año más exitoso de la historia (por unidades vendidas) tras el 2018 y 2017. Esto parece un indicador de un crecimiento muy importante, transitoriamente ralentizado por la pandemia, pero que parece razonable se recupere este año o el que viene.

Por cierto, y como dato interesante, España se sitúa como décimo país del mundo en el mercado de robots industriales, aunque en 2020 sufrió un retroceso en unidades vendidas.

Si atendemos a los robots de servicio, un subsector que, como la misma fuente hace ver, es algo más intangible, los datos nos hablan de un crecimiento del mercado de un 12% en 2020, siendo las principales categorías la de los robots de transporte y logística, seguidos por los de limpieza y los médicos. Interesante destacar que de las algo más de mil empresas (1.067) que se identifican como fabricantes en este subsector, el 17% se consideran startups (fundadas en 2016 o posteriormente). 

En cuanto a los robots sociales, y aunque sin duda se trata de un mercado actualmente más modesto, datos de Business Wire, por ejemplo, nos hablan de un mercado valorado en 2.000 M$ en 2020 pero que se espera se multiplique casi por seis, hasta los 11.400 M$ en 2026.


¿Una explosión robótica?


Estos datos nos hablan de un mercado saludable y en crecimiento pero, digamos, sólo eso, un buen mercado con buenas perspectivas.

¿Nada más?

Bueno, con base en datos, al menos datos de que yo dispongo, nada más.

Pero hay alguna intuición, que quisiera compartir. 

Tengo la intuición, sólo la intuición, una intuición que ya verbalicé hace unos meses en el post 'La robótización inevitable', de que estamos en los umbrales de una explosión robótica. Una explosión que va a sacar a los robots de su preferente entorno industrial actual para acercarlos a los servicios y, sobre todo, a los hogares. Creo que, en realidad, esa robotización se está produciendo ya de forma casi inadvertida, pero que va a crecer mucho y sin que nos demos mucha cuenta, porque no será con base en productos espectaculares como robots humanoides (aunque alguno puede haber, claro) sino en base en la creciente incorporación de capacidades robóticas (capacidad de comunicación por voz, de cierta expresividad, capacidad de cierta interacción con su entorno, de ciertos niveles de autonomía e inteligencia) en todo tipo de equipos y dispositivos.

Y creo que, cuando nos queramos dar cuenta, estaremos rodeados de robots y, lo que es más, nos habremos acostumbrado a ellos y nos parecerán normales y que forman parte de nuestra vida como sucede hoy en día, por ejemplo, con los smartphones.

Esa es mi apuesta, y no tengo más base para ella que datos no concluyentes y mi propia intuición.

Pero esa intuición se ve reforzada cuando leo, de la mano de autores tan cualificados como Stuart Russell y Peter Norvig y en las últimas páginas de su libro 'Artificial Intelligence. A modern approach', lo siguiente:


we see that AI systems are at the cusp of moving from primarily software-only systems to useful embedded robotic systems. The state of robotics today is roughly comparable to the state of personal computers in the early 1980s: at that time personal computers were becoming available, but it would take another decade before they came commonplace. It is likely that flexible, intelligent robots will first make strides in industry (where environments are more controlled tasks are more repetitive, and the value of investment is easier to measure) before the home market (where there is more variability in environment and tasks).


Es interesante la comparativa con la situación del ordenador personal a finales de los 80. Desde luego, si el mercado de los dispositivos robóticos siguen una evolución parecida a la de los ordenadores personales en esa época, estaríamos, en efecto, en los umbrales de una explosión robótica, una explosión que, probablemente, dependerá más de fuerzas de mercado y del acierto en los casos de uso y soluciones propuestas, que del concepto o la tecnología que creo suficientemente preparadas ya para dar el salto al mercado masivo.


Conclusión


Como esta eventual explosión robótica es sólo una intuición, o una apuesta, poca conclusión se puede obtener. Lo que queda, realmente, es esperar y observar y, si me acuerdo, quizá dentro de tres, cinco, o como mucho diez años, volver la vista atrás, analizar cómo hemos cambiado, y ver qué tal ha envejecido este post. 


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