Por suerte, empieza a ser reconocido, quizá todavía no del todo aplicado en el mundo corporativo, el hecho de que el error, o mejor, el ciclo ensayo-error-aprendizaje, es el mejor mecanismo para la adquisición de conocimiento, para la innovación y para el desarrollo de nuevas ideas, nuevos productos, nuevos servicios, nuevas empresas...
Así nos lo recuerda Eric Ries en el comienzo de su famoso libro 'Lean startup' cuando, a despecho de lo que normalmente figura en la literatura sobre grandes directivos y afamados emprendedores, a los que si dibujan como una especie de visionarios con un camino trazado, nos hace ver que la realidad es muy otra, que el fracaso existe...y abunda, que las visiones no siempre se realizan, que los emprendedores muchas veces no triunfan.
Tan crudo como esto:
The grim reality is that most startups fail. Most new products are not successful. Most new ventures do not live up to their potential.
No es ésta una visión pesimista en absoluto, aunque lo pueda parecer. Es sólo un axioma. Un axioma... y un baño de realidad.
La innovación y el emprendimiento vienen acompañados con frecuencia por fracasos puntuales. Pero, si se reconoce y gestiona este axioma, esos fracasos son sólo jalones en el camino, pequeñas batallas perdidas que refuerzan la voluntad, la visión y el método para ganar la guerra.
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