Vimos en el artículo anterior cómo, entre los mercados no monetarios ligados a Internet, existía una economía de la reputación, una economía de la reputación que, aunque inicialmente gratuita, puede ser monetizable.
Pero también comentamos que para muchos individuos, la recompensa era de tipo psicológico, en forma de motivación y satisfacción y sin contrapartida económica.
Chris Anderson, en su libro 'Gratis', pone en relación de alguna manera esta idea de la reputación con la jerarquía de necesidades de Maslow y afirma:
"Cuando todas las necesidades físicas quedan satisfechas, el bien más importante pasa a ser capital social.".
Ya tuvimos ocasión de señalarlo cuando buscábamos las razones de la compartición en Internet pero ahora se centra más, si se quiere, en el aspecto social
Por si nos faltasen razones de índole práctica, parece que el auge de la Web 2.0 y las redes sociales, está plenamente justificado por motivos psicológicos.
jueves, 29 de julio de 2010
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