viernes, 27 de agosto de 2010

Ideas sobre comunicación y cognición 2.0 (II). Infografías

Introducción

Me resulta llamativo el extraordinario auge que observo en la presencia de infografías como parte del contenido de artículos en blogs, con frecuencia como parte nuclear y articuladora del discurso e, incluso, en bastantes casos, como contenido único del artículo.

Las infografías no son realmente nada nuevo. LLevan años estando presentes, por ejemplo, en atlas de diversas materias, como ilustraciones de conceptos complejos, como pósters en congresos...

En cierto modo, las 'slides' que utilizan programas de storyboard como el conocidísimo Powerpoint, son una forma sencilla de infografía...y existen infografías que parecen construidas a base de enlazar en una única composición varias de esas 'slides'.

¿Qué valor cognitivo y de comunicación tienen las infografías? ¿Qué mérito y qué eficacia?

El valor de las infografías

Generar una buena infografía considero que supone un importante esfuerzo de estructuración y conceptualización del conocimiento, un esfuerzo que, sin duda, paga dividendos de aprendizaje al propio 'compositor' ayudándole en la ordenación de sus propios conocimientos. A esto se añade un trabajo complementario de diseño gráfico para conseguir un aspecto atractivo. El blogger, o lo que sea, que genera una infografía original merece mucho crédito.

El blogger que simplemente utiliza una infografía ajena, en el fondo lo que añade es viralidad, reenviar un conocimiento ya generado. Escaso es el mérito aunque pueda añadir valor a sus seguidores fieles.

Pero, quizá, desde un punto de vista cognitivo y de comunicación sea más interesante razonar cómo se percibe desde el lector.

Creo que el valor cognitivo y educativo de una infografía es muy alto cuando se están explicando conceptos o fenómenos que implican la presencia de formas espaciales complejas, cuando despiezan elementos compuestos, cuando se señalan partes de un todo.

Se me ocurre que el futuro podrían ser las videoinfografías, es decir, vídeos anotados con textos o imágenes (en realidad esto ya existe) y, en este caso, podrían ser especialmente aptos para explicar formas espaciales tridimensionales, o movimientos no planos. De hecho, y en el entorno de la educación digital, hace unos meses que tuve la oportunidad de contemplar un brillante video que explicaba los movimientos de la tierra (rotación, traslación, etc) así como el volumen relativo y movimiento del resto de planetas del sistema solar. Era realmente clarificador al tiempo que atractivo y espectacular.

El peligro de las infografías

A cambio de ese poder estructurador y de la capacidad explicativa, se corre el riesgo de perder información de detalle, de no captar conceptos abstractos o intangibles o de proporcionar una visión en exceso simplificada.

Será casi un arte por parte del editor de infografías el utilizarlas para expresar las ideas a las que mejor se adaptan y para recurrir al texto u otros recursos en el resto de los casos.

Además, pienso que las infografías pueden favorecer los receptores 'vagos', receptores que quieren el conocimiento de una forma simple, rápida, sin mucho esfuerzo ni análisis. La infografía pone gran parte del esfuerzo cognitivo en el lado emisor facilitando sin embargo, la vida y el aprendizaje del receptor... siempre que no se acomode demasiado.

La 'vagancia cognitiva' es un peligro que acecha a todo el mundo 2.0 en que cada vez tiene más aceptación 'lo corto' como el microblogging, el SMS o el mensaje instantáneo y 'lo fácil' como el vídeo... y la infografía.

La vagancia del receptor puede ser un desafortunado daño colateral del meritorio esfuerzo cognitivo, comunicativo y de diseño del emisor.

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