En un campo como es el liderazgo, caracterizado por la movilización de las personas y los equipos, parece que no caben los caracteres introvertidos.
El líder introvertido, en efecto, busca espacios para sí mismo, para la reflexión, para el análisis, para la lectura de informes y documentos, o quizá para la relación en distancia corta, cara a cara pero tiende a evitar reuniones numerosas, escenarios o grandes aforos.
El carácter introvertido, como nos explica Susan Cain en su libro 'Quiet. The power of introverts', no necesariamente coincidente con el tímido, es aquel que encuentra la energía en sí mismo, en la reflexión, la introspección y la soledad.
Un carácter que no es contradictorio con el liderazgo, puesto que de esa reflexión pueden surgir más ideas, más innovación, más productividad o mejores decisiones.
Sin embargo, el líder introvertido, para evitar el peligro, debe vigilarse y gestionarse a sí mismo. Debe forzar sus apariciones públicas en los foros necesarios, debe obligarse a la interacción con los colaboradores, debe, en fin, permanecer alerta para que su carácter introvertido no le conviertan en un líder ausente.
Con una rigurosa gestión personal puede ser un gran líder. Si cede excesivamente, sin embargo, a su natural introvertido, puede en el fondo, dejar de ejercer como líder.
El líder introvertido, en efecto, busca espacios para sí mismo, para la reflexión, para el análisis, para la lectura de informes y documentos, o quizá para la relación en distancia corta, cara a cara pero tiende a evitar reuniones numerosas, escenarios o grandes aforos.
El carácter introvertido, como nos explica Susan Cain en su libro 'Quiet. The power of introverts', no necesariamente coincidente con el tímido, es aquel que encuentra la energía en sí mismo, en la reflexión, la introspección y la soledad.
Un carácter que no es contradictorio con el liderazgo, puesto que de esa reflexión pueden surgir más ideas, más innovación, más productividad o mejores decisiones.
Sin embargo, el líder introvertido, para evitar el peligro, debe vigilarse y gestionarse a sí mismo. Debe forzar sus apariciones públicas en los foros necesarios, debe obligarse a la interacción con los colaboradores, debe, en fin, permanecer alerta para que su carácter introvertido no le conviertan en un líder ausente.
Con una rigurosa gestión personal puede ser un gran líder. Si cede excesivamente, sin embargo, a su natural introvertido, puede en el fondo, dejar de ejercer como líder.
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