El líder hiperactivo es un tipo de líder lleno de energía, con gran capacidad para generar trabajo, para sí mismo y para sus colaboradores.
Altamente comprometido y entusiasta, pleno de ideas y de energía, dispara acciones, iniciativas, ideas... y espera que su equipo le siga y esté a la altura de su compromiso y energía.
... Y eso sucede a veces... pero en otras ocasiones no...
El líder hiperactivo tiende a producir actividad, a innovar y emprender, pero es un tipo de líder que también sufre de ciertas carencias que le pueden poner en aprietos.
En primer lugar esa hiperactividad, ese continuo fluir de ideas e iniciativas pueden adolecer de un orden coherente y de un plan realista. Si no se controla o no recibe el adecuado apoyo y asesoramiento, el líder hiperactivo puede conducir a un brillante juego de fuegos de artificio, a grandes esfuerzos y planes pero sin resultados a medio plazo.Los antiguos esfuerzos son sustituidos por otros nuevos sin llegar a cuajar, sin producir efectos perdurables.
Además el líder hiperactivo puede llegar a despegarse de su equipo, incapaz de seguirle, como ciclista que demarra en la alta montaña y deja atrás al pelotón. Puede agotar a su equipo o crear en el una sensación de falta de realismo y metas demasiado ambiciosas.
El líder hiperactivo puede ser un gran líder en dos circunstancias: cuando dirige un equipo de alto rendimiento y altamente entregado o cuando está adecuadamente asesorado y ayudado por colaboradores cercanos que moderan la energía y realizan la planificación y adaptación ala realidad.
Si no es así, el líder hiperactivo puede quedarse sólo, sin un equipo capaz de seguirle y, por tanto, sin un equipo al que realmente liderar.
Altamente comprometido y entusiasta, pleno de ideas y de energía, dispara acciones, iniciativas, ideas... y espera que su equipo le siga y esté a la altura de su compromiso y energía.
... Y eso sucede a veces... pero en otras ocasiones no...
El líder hiperactivo tiende a producir actividad, a innovar y emprender, pero es un tipo de líder que también sufre de ciertas carencias que le pueden poner en aprietos.
En primer lugar esa hiperactividad, ese continuo fluir de ideas e iniciativas pueden adolecer de un orden coherente y de un plan realista. Si no se controla o no recibe el adecuado apoyo y asesoramiento, el líder hiperactivo puede conducir a un brillante juego de fuegos de artificio, a grandes esfuerzos y planes pero sin resultados a medio plazo.Los antiguos esfuerzos son sustituidos por otros nuevos sin llegar a cuajar, sin producir efectos perdurables.
Además el líder hiperactivo puede llegar a despegarse de su equipo, incapaz de seguirle, como ciclista que demarra en la alta montaña y deja atrás al pelotón. Puede agotar a su equipo o crear en el una sensación de falta de realismo y metas demasiado ambiciosas.
El líder hiperactivo puede ser un gran líder en dos circunstancias: cuando dirige un equipo de alto rendimiento y altamente entregado o cuando está adecuadamente asesorado y ayudado por colaboradores cercanos que moderan la energía y realizan la planificación y adaptación ala realidad.
Si no es así, el líder hiperactivo puede quedarse sólo, sin un equipo capaz de seguirle y, por tanto, sin un equipo al que realmente liderar.
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