El líder de hielo es un tipo muy especial de líder.
Una persona lejana, fría, quizá irónica, pero que inspira un temor reverente sobre sus colaboradores lo que les impulsa a la obediencia sin fisuras. Un líder difícil e incómodo. Un líder exigente que emplea un modo muy particular de estilo cohercitivo.
Para la existencia de este tipo de líder deben aunarse una personalidad muy concreta y especial, junto con un mando formal, jerárquico, típicamente en la cima de la organización.
El líder de hielo ejerce un poder despótico pero sin estridencias.
Aunque muy incómodo para sus colaboradores, el líder de hielo es capaz de conseguir resultados por su capacidad para impulsar la acción. Sin embargo, es un liderazgo orientado a lo operativo o a lo financiero, al resultado inmediato, al esfuerzo por el objetivo cercano.
Su propia frialdad y el temor que inspira, le impiden crear una visión inspiradora, conseguir la fidelidad profunda, entusiasmar. Si sale de la organización, ésta no se resiente sino que respira aliviada.
El líder de hielo no promueve, sino que suele castigar, el riesgo, la creatividad y la innovación.
Un líder de hielo es un gran conseguidor de resultados y puede ser un buen gestor, pero difícilmente un inductor del cambio, un transformador,
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