viernes, 6 de febrero de 2015

El liderazgo en aprietos (VI): el líder ausente

El líder ausente, ese líder que no está o no parece estar.

Enfrascado en sus asuntos, apenas se relaciona con su equipo. Quizá sólo lo hace con los colaboradores más cercanos, pero no con el resto del equipo.

No conoce ni sus nombres, no reconoce sus caras, no sabe bien a qué se dedican ni mucho menos sus circunstancias personales.

Muchas son las causas que conducen a un líder ausente.

Quizá se trata de un líder cautivo, que desea, pero no puede, trabajar con su equipo.

Quizá se trate de un líder escaparate que piensa que su equipo no es el 'público objetivo' de su presunto liderazgo.

Quizá se trate de un líder tímido o introvertido (de los que hablaremos en otro post) al que le cuesta esa cercanía.

Quizá sea un líder de hielo, muy bajo en empatía y que utiliza la lejanía como arma de autoridad.

Tal vez, simplemente, no valora la relación con su equipo o cree en estructuras fuertemente piramidales en que la comunicación en cascada hace fluir visiones, motivaciones e información.

En cualquier caso, se trata de un líder invisible para su equipo. Quizá le perciben en comunicaciones escritas (boletín interno, correos, Intranet,...)  o en grandes eventos en salones de actos, pero no le ven por los pasillos, en el café o en el puesto de trabajo.

El líder ausente puede ejercer un cierto liderazgo si tiene un conjunto de colaboradores cercanos fieles y al tiempo empáticos y buenos comunicadores en las distancias cortas, si domina la comunicación de masas (ya que no la cercana) o o si goza de un enorme prestigio en la organización.

Pero en cualquier caso, se trata de un líder 'cojo', un líder al que le falla uno de los elementos más importantes del liderazgo que es la relación.

Puede ejercer un cierto liderazgo...pero debería preocuparse de mejorar su presencia y su relación.

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