El sector tecnológico se ve constantemente abrumado por la aparición de nuevas tecnologías, nuevos conceptos, nuevas arquitecturas, nuevas revoluciones.
Aparecen palabras y palabros, ideas que se ponen de moda, 'buzzwords', innovaciones que prometen un mundo mejor, más eficiente, más eficaz, más perfecto, más feliz...
Pero, pasado un tiempo, ¿qué sucede con esas palabras de moda? ¿Qué ha pasado con conceptos como la arquitectura CORBA, la orientación a objetos, el e-business, el SCM, el ERP, el CRM, SOA, los Web Services, y un largo etcétera de acrónimos y conceptos tecnológicos diversos? ¿Qué fue de su promesa y su revolución?
En algunos casos se han producido fracasos. Hay tecnologías que no han alcanzado las metas que se marcaron o que no tuvieron el éxito esperado.
Pero hay otros casos, quizá la mayoría, en que lo que ha ocurrido es mucho más simple.
Cuando Eric A. Marks y Bob Lozano, en su libro 'Executive's guide to cloud computing', nos hablan del ciclo de vida del cloud computing y describen la última fase, la que supone la madurez de la adopción del cloud computing, los autores razonan lo siguiente:
"Chances are, as with client-server or Internet technologies, they are at the maturity stage when they are so ingrained in our culture that they simply 'are'. Therefore, the cloud maturity stage is not a planning stage; it is an industry milestone that, when it is upon us, will matter very little because our attention will be focused on other emerging business and technology trends."
Una idea similar, expresaba Nicholas Carr al final de su libro 'El gran interruptor'.
Las tecnologías, cuando tienen éxito, acaban pasando desapercibidas. Pasan a formar parte de nuestro día a día, de nuestro entorno y nuestra cultura... y dejan de parecer innovaciones. Es el sino de la tecnología y de la innovación: el gran éxito es acabar pasando desapercibido cediendo el protagonismo a tecnologías o tendencias emergentes.
Esas tecnologías o tendencias emergentes, que aún tienen todo por demostrar, serán sin embargo las que acapararán la atención, los titulares, los congresos y las charlas. Las tecnologías vencedores, las exitosas, compartirán, paradójicamente, un destino similar al de las tecnologías fracasadas, esto es, el anonimato, casi, casi, el ostracismo.
Las tendencias dominantes del presente serán, probablemente, las grandes olvidadas del futuro.... tal y como ya ocurrió con las grandes innovaciones del pasado.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
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