miércoles, 18 de diciembre de 2019

Lo que podemos hacer mejor que las máquinas


El formidable avance de la tecnología, en especial todo lo que tiene que ver con automatización, robotización e inteligencia artificial, con frecuencia asusta. Hay quien piensa que las máquinas van a llegar a superarnos en todo y a convertirnos a los humanos en algo accesorio, innecesario.

Hay con frecuencia bastante de fantasía y ciencia-ficción en algunas de las visiones que se vuelcan en medios pero, sin embargo, parece una preocupación razonable si pensamos, por ejemplo, en el empleo, intentar entender cuál es el papel de las personas en unos entornos que sí cabe esperar sean crecientemente automatizados y con unas automatizaciones cada vez más avanzadas e inteligentes.

Un poco en esa línea Marc Vidal, en su reciente libro 'La era de la humanidad' y en el capítulo que titula "La singularidad humana", identifica seis elementos (que parece entender que no son los únicos) en que el cerebro humano es superior a lo que pueden conseguir las máquinas. Extraigo y reformulo ligeramente sus ideas que apuntan a estas seis características:

  • Experiencias: Las máquinas nos ganan, y muy claramente, en la gestión de datos. Sin embargo, las personas somos capaces de generar y sentir emociones y de aprender de las experiencias.

  • Improvisación: Las máquinas nos ganan en general, y de nuevo por goleada, en la realización de tareas claras y repetitivas. Sin embargo, las personas tenemos capacidad de improvisar, de generar soluciones o cursos de acción ante imprevistos.

  • Combinar ideas: Las máquinas tienden a estar especializadas en algún tipo de tareas, que realizan muy bien y en las cuales nos superan con nitidez. Sin embargo, las personas somos capaces de combinar ideas diversas, mezclarlas para obtener soluciones o nuevas ideas.

  • Preguntar: Es algo que se ha comentado con frecuencia en la literatura ligera sobre automatización e inteligencia artificial: las máquinas son muy buenas contestando preguntas, pero somos las personas las que somos capaces de formular las preguntas adecuadas.

  • Pensamiento crítico: Las máquinas hacen lo que les hemos pedido hacer. Acatan órdenes. Y son muy disciplinadas, sin duda. Las personas no somos tan disciplinadas pero eso tiene un lado positivo: el pensamiento crítico, la capacidad para cuestionar las cosas, buscar alternativas y, en definitiva, generar nuevas opciones e innovar.

  • Ayuda y colaboración: Las personas somos capaces de generar resultados superiores cuando trabajamos juntos. Y eso porque no somos uniformes sino diversos, y en la combinación de conocimientos, habilidades y talentos diversos, podemos conseguir resultados más ambiciosos.

Es arriesgado afirmar, si hemos de ser prudentes, que los avances en tecnología, muy especialmente en inteligencia artificial, no puedan conseguir dotar a las máquinas de alguna de esas características al menos hasta algún nivel pero, al menos en el momento actual, y parece que durante bastantes años, este tipo de capacidades son netamente humanas y un territorio donde nos podemos desenvolver con comodidad, apoyándonos en la tecnología como ayuda, pero disponiendo de territorio propio como humanos para nuestra aportación y desarrollo.

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