Creo que una de las grandes revoluciones que impone el mundo digital no es ya sólo el enorme abaratamiento de costes, las gigantescas mejoras en procesamiento y almacenamiento o la calidad y potencia de la computación y algoritmias de todo tipo.
Uno de los efectos que siempre me han parecido evidentes del mundo digital es el borrado de fronteras entre los diversos elementos que lo integran. Lo digital posibilita la actual convergencia entre comunicaciones y tecnologias de la información (TIC), habilita la transmisión y almacenamiento de todo tipo de informaciones (textuales, gráficas, matemáticas, de movimiento, etc) sobre los mismos soportes, su envío a través de las mismas redes y su tratamiento a través de similares procesadores.
Esa es parte de la magia e importancia de lo digital.
Pero esta convergencia tecnológica también conlleva cambios en la experiencia y hábitos de los usuarios, de las personas, en el consumo de informaciones y medios. En la medida que la tecnología subyacente es similar o cuando menos convergente, los medios se pueden entremezclar abriendo nuevas posibilidades y haciendo más rica la experiencia del usuario.
Esta última idea aparece expresada claramente en un párrafo del libro 'Googled' de Ken Auletta. En concreto, nos dice lo siguiente, citando a Irwin Gotlieb, CEO de GroupM:
"A medida que todos los medios de comunicación evolucionen hacia la presentación digital, la distinción entre los distintos tipos será cada vez menos relevante, o quizá incluso irrelevante. Supongamos que estoy leyendo mi periódico en un dispositivo electrónico y que veo la fotorgrafía de un entrenamiento de la Super Bowl y entonces hago clic en la foto para ver un vídeo de sesenta segundos de esa jugada ¿En ese momento estoy leyendo un periódico o viendo la televisión? ¿No habrá dejado de ser relevante esa distinción?"
En ese párrafo se habla de periódicos, pero piénsese también, por ejemplo, en libros, libros electrónicos con enlaces a vídeos o fotografías, a enciclopedias o cualquier otra extensión que la imaginación nos pueda señalar y que se pueda implementar en tecnología digital. ¿Sique eso siendo un libro? ¿Es un reportaje? ¿Qué es?
Aunque la fuerza de la costumbre o el amor por medios tradicionales como son los libros nos pueda generar ciertas resistencias, lo cierto es que esa continuidad digital puede aportar, y seguramente lo aportará masivamente en un próximo futuro, nuevas experiencias, nuevas formas de recibir la información, la cultura, el arte o el ocio.
La continuidad digital y su riquísima aportación a la experiencia de usuario parece un brillante futuro que ya casi, casi, es un emergente presente.
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