A veces, quizá por falta de conocimientos, quizá por falta de disciplina o, más probablemente porque la magnitud del empeño abruma, se acometen grandes iniciativas sin un fin claro, sin una plan.
Existe una ambición y un objetivo difuso que parece deseable y lejano.
Y se inicia la marcha.
Uno de los casos en que eso puede suceder es en proyectos de gran magnitud como una reingeniería de procesos o la definición e implantación de una arquitectura empresarial.
Quizá se confía en la intuición. Quizá se considera un rasgo de iniciativa y arrojo. Quizá se piensa que no se es capaz de fijar unos objetivos hasta que no se haya avanzado en el camino.
Creo que es un error.
Creo que es muy importante tener una idea clara de los objetivos que queremos lograr, de cuáles son los 'entregables' del proyecto que acometemos y cómo llegar a ellos. Es necesario tener una visión y es necesario, siguiendo la metodología tradicional de dirección de proyectos, un alcance, una planificación, unas tareas...
Es cierto que en proyectos de gran alcance es difícil ver con nitidez todos los detalles y que una planificación detallada o una descomposición de tareas finas no se pueden lograr quizá al principio.
Es cierto que, por ejemplo, en el caso de una arquitectura empresarial, los detalles del modelo de procesos o de información o de la arquitectura tecnológica no es fácil establecerlos con nitidez en las primeras fases. Es cierto que en un proyecto complejo puede resultar algo lejano el definir los pasos de su despliegue.
Es cierto, también, que en proyectos complejos es necesario tener cierta flexibilidad y capacidad de adaptación. Es cierto que, como el algún artículo he afirmado, es importante 'saber conducir'...
Pero hay que tener una visión, un objetivo, un fin...y una idea de cómo llegar.
Incluso sabiendo conducir no se llega a ningún sitio...si no se sabe dónde se quiere llegar.
En el ámbito específico de la arquitectura empresarial, me alegra encontrar una idea parecida en el libro 'Launching an enterprise business architecture practice' de Guy Sereff cuando afirma:
one of the paramount habits of highly effective Enterprise Business Architects is the ability to begin with the end in mind.
Definir e implementar una arquitectura empresarial es uno de esos proyectos complejos y abrumadores. Por ello, ese 'fin en la mente', ese sentido de dirección, de objetivo...es fundamental.
Difícil lograr el éxito en caso contrario.
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