La fabricación digital, aquella que utiliza diseños digitales y que democratiza los medios de diseño y fabricación poniéndolos al alcance de particulares y pequeñas empresas, utilizando tecnologías como la impresión 3D, las máquinas CNC, los escáneres 3D o el hardware libre, invierte la lógica económica tradicional... lo que la convierte en semilla de una eventual tercera revolución industrial.
De forma similar a aquella en que lo digital ha convertido en gratuitos tantos y tantos bienes de naturaleza informativa, cultural o intelectual como música, vídeos e incluso libros (economía de los bits), ahora convierte en gratuitos algunos de los elementos que tradicionalmente no sólo tenían un precio sino que además eran costosos en la fabricación de bienes físicos (economía de los átomos).
Así se explica en el libro 'Makers' y su autor, Chris Anderson, ya ha estudiado anteriormente los modelos de negocio asociados a la gratuidad en su libro que, de forma significativa, se titulaba 'Gratis'.
Los tres elementos que ahora se convierten en gratuitos son, según este autor, los siguientes:
- Variedad: en la fabricación digital no cambia mayormente el fabricar todos los productos iguales o todos diferentes ya que no se trabaja orientado a los grandes lotes. Aunque entiendo que hay un cierto coste de diseño, la variedad de fabricación propiamente dicha es gratuita.
- Complejidad: Para una impresora 3D, es indiferente imprimir un objeto simple o complejo. La complejidad, pues, es gratuita.
- Flexibilidad: De igual forma, como al contrario que las máquinas herramienta tradicionales, los medios de fabricación digitales, las máquinas, son similares con independencia del diseño a fabricar, la flexibilidad es gratuita.
Se me ocurre pensar que, a pesar de todo, desde un punto de vista unitario la fabricación digital es menos eficiente (el trabajar en pequeños o nulos lotes puede hacer perder alguna economía de escala) que la fabricación en masa tradicional.
También se me ocurre pensar que, en algunos casos, el coste, como he mencionado antes, está en el diseño, no en la fabricación.
Quizá eso pudiera llevar a pensar que la gratuidad no es tal. Pero probablemente sí sea fácil admitir una gran bajada de coste en estos factores que, en la fabricación tradicional son unos grandes generadores de gasto.
También se me ocurre pensar que, en algunos casos, el coste, como he mencionado antes, está en el diseño, no en la fabricación.
Quizá eso pudiera llevar a pensar que la gratuidad no es tal. Pero probablemente sí sea fácil admitir una gran bajada de coste en estos factores que, en la fabricación tradicional son unos grandes generadores de gasto.
Sea pues, gratuidad, o rebaja drástica de costes, el carácter revolucionario y transformador en cuanto a modelo de negocio que la fabricación digital supone está ahí, desafiando e invitando a un tiempo.
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