"La capacidad de hablar implica poder. Conlleva propiedad y el control que confiere la propiedad.".
Otra nueva reflexión de Christopher Locke en 'El manifiesto cluetrain'. En efecto, la palabra, hablada o escrita, es un arma poderosa. Tener la capacidad para hablar, para hacer llegar las propias ideas y propuestas, las propias opiniones, es una forma de empowerment.
Se supone que la Web 2.0 habilita a que muchas personas puedan hablar y comunicarse, habilita el que se difundan los mensajes, aumenta de forma espectacular el volumen de receptores potenciales y, según eso, está repartiendo poder a amplias masas de la población y sería, por tanto, una importante fuerza democratizadora.
Esa es la visión optimista e inspiradora de la Web 2.0, su lado más conocido y amable. Veremos, algunos posts más adelante, que ese optimismo, bastante generalizado por otra parte, respecto a la capacidad democratizadora y niveladora de la Web 2.0 no es del todo compartida por otros teóricos de la red.
sábado, 15 de mayo de 2010
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