Quizá uno de los motivos por los que los juegos gocen de tanto predicamento hoy en día como herramienta de management sea porque en los entornos laborales actuales las reglas ya no están tan claras como antaño.
En un mundo que se desplaza desde lo industrial y mecanizado hacia los servicios, la experiencia de cliente y la innovación, los caminos ya nos están claramente delimitados, los procedimientos no suelen ser aplicables, las recetas no son conocidas.
Los procesos de negocio tradicionales y las directrices o procedimientos operativos, buscan la calidad y la eficiencia con base en el carácter determinista de aquello que describen y regulan.
Y es un loable y muy necesario empeño.
Pero no sabemos, ni queremos probablemente, regular la creatividad, o las experiencias.
Y en ese entorno, pues, nos encontramos ante unos objetivos difusos, ante unos caminos que más que simplemente recorridos, deben ser explorados.
Y ahí es donde los juegos encuentran sus sitio.
Ilustración de Gamestorming que ilustra la diferencia entre proceso y juego |
While a business process create a solid, secure chain of cause and effect, gamestorming creates something different: not a chain, but a framework for exploration, experimentation, and trial and error.
Esa exploración, esa apertura de posibilidades, es lo que convierte a los juegos en unas grandes herramientas para la creatividad y la innovación.
Y si, además, son divertidos...
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