El término sincronía, hace referencia a la coincidencia en el tiempo o simultaneidad de hechos o fenómenos. Cuando nos refererimos a comunicación quizá deberíamos matizar un poco la definición y, de forma simple y no del todo académica, decir que una comunicación es síncrona cuando existe una estrecha correspondencia temporal entre un mensaje y otro, entre pregunta y respuesta. La asincronía, por el contrario, se produce cuando existe un desacoplamiento temporal entre un mensaje y otro. Así, una conversación cara a cara, o una conversación telefónica serían síncronas mientra que, por ejemplo, el correo electrónico es, típicamente, asíncrono.
¿Y Twitter? Desde un punto de vista teórico, Twitter es un mecanismo asíncrono. Una persona publica un tweet...y la eventual respuesta se puede producir, caso de producirse, en cualquier momento del tiempo.
Sin embargo, en el caso de Twitter, y en el fondo también en el del correo electrónico y otros medios similares como el SMS, los foros o las redes sociales, la verdadera naturaleza sincrónica o asincrónica la acaba marcando el usuario: su presencia y su voluntad de establecer diálogo.
He podido presenciar en Twitter una rápida sucesión de preguntas y respuestas, una verdadera conversación, un diálogo compuesto de textos de 140 caracteres. Aunque el medio es, en sí mismo, asincrónico, el uso lo ha convertido en síncrono, puesto que las personas involucradas estaban presentas, activas y con voluntad de establecer esa conversación.
Por el contrario, hay otras situaciones, como la que he vivido hoy y que me hizo pensar en este artículo, en que la comunicación es asíncrona. Ayer, a última hora de la noche, publiqué un tweet. Hoy por la mañana tenía una respuesta. Como no suelo tuitear en el trabajo, no he vuelto a contestar, de nuevo, hasta la noche.
En este caso se ha puesto de manifiesto la asincronía de Twitter.
Lo que me preguntaba es la adecuación de Twitter para establecer un verdadero diálogo de esa forma. En un medio en principio muy ágil como es Twitter, cuyos usuarios suelen estar muy pendientes de la red y sus contactos, esas horas transcurridas pueden constituir la muerte de la conversación al contrario de lo que, probablemente, suceda en el correo electrónico. Tengo la sensación de que contestando tantas horas más tarde, la persona que me ha enviado su comentario debe pensar que ya, simplemente, no le voy a responder.
Quizá sea así, quizá no, pero esa reflexión me lleva a pensar que aunque Twitter, desde un punto de vista meramente teórico sea un medio asíncrono, el uso que se hace del mismo le lleva a ser de una naturaleza, digamos, 'cuasi-síncrona' en la que, en la mayoría de los casos, la conversación o es síncrona o, simplemente, no es.
viernes, 10 de septiembre de 2010
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