lunes, 27 de septiembre de 2010

El difícil equilibro entre la generosidad y el negocio en el mundo 2.0

Alguno de los aspectos que más llaman la atención de la otrora llamada nueva economía y actualmente denominada economía digital o, simplemente, economía sin un adjetivo específico, es la presencia de los sorprendentes elementos de gratuidad, así como las connotaciones culturales y personales que lleva consigo, connotaciones que nos hablan de generosidad, de colaboración, de contribución y que nos llevan a hablar de conceptos como la economía del regalo o la economía de la atención.

Sin embargo, al final existen unos incentivos, que con frecuencia tienen carácter económico, para esa generosidad. No sólo existen estos incentivos, sino que además, para la sostenibilidad de todo el modelo, es necesario que los diferentes agentes reciban las recompensas suficientes, en general de tipo monetario.

En su libro 'Wikinomics', Don Tapscott y Anthony Williams tocan de una forma u otra este tema, en diversos pasajes del mismo. En concreto, en el capítulo dedicado a las plataformas para la colaboración (entre las que analizan, por ejemplo, Flickr, Craiglist, Technorati o Del.icio.us) dedican varias páginas a reflexionar sobre el particular.

Tras considerar, por ejemplo, cómo los fundadores de Flickr vendieron ésta a Yahoo haciendo una generosa caja con ello, cómo Craiglist obtiene unos jugosos beneficios o cómo Google contrata a desarrolladores como Paul Rademacher quien de forma altruista había desarrollado anteriormente la página Housingmaps combinando capacidades de Craiglist con las de Google Maps, los autores se preguntan:

"¿Significa eso que la cultura de la generosidad es poco más que una pantalla de humo con la que se disimula lo que, en el fondo, no es más que un fenómeno de explotación comercial?".

Además, y considerando el valor que los usuarios aportan a las redes sociales, a las wikis y, en general, a las plataformas de colaboración, afirman;

"No hay ningún motivo por el que los ... contribuidores en línea no puedan compartir las recompensas generadas por su trabajo".

Esto no supone una negación de que los propietarios de las plataformas puedan o deban percibir su propio beneficio económico, sino que se deben buscar modelos que recompensen también a los usuario finales, auténticos protagonistas de la adición de valor.

Sin embargo, y quizá para quitarnos ese regusto de haber perdido los ideales 2.0, de haber renunciado al mejor espíritu de la colaboración, generosidad y meritocracia, también advierten a los propietarios de plataformas de colaboración acerca de la necesidad de no ignorar las motivaciones no económicas de sus usuarios:

"La clave es abrirse y dar a los usuarios control y libertad. Si usted antepone la rentabilidad a todo lo demás ... arruinará la red que está construyendo"

Como en tantas cosas, la solución parece estar en el equilibrio. Varias son las motivaciones que sostienen la Web 2.0 y la economía wiki. En un lado se encuentran la generosidad, la reputación y la colaboración y en otro, ni más ni menos relevante, se encuentran los incentivos económicos y la necesidad de construir modelos sostenibles.

Lo difícil es encontrar la fórmula adecuada, el mantener ese difícil equilibrio.

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