miércoles, 11 de mayo de 2016

Sobre las dudas acerca del impacto de las TIC en la economía y la sociedad



En el ámbito popular, e incluso el profesional, diría que vivimos una época de optimismo tecnológico. Se cree en el impacto de las tecnologías, muy especialmente las TIC, en la economía y en la sociedad en su conjunto y se cree, además, que ese progreso va a continuar, y de forma acelerada... exponencial.

Tiendo a ser de esa opinión...pero también existen puntos de vista contrarios. Espectacular en ese sentido es la frase de Peter Thiel, co-fundador de PayPal y que menciona Martin Ford en su libro 'The rise of the robots':

We were promised flying cars, and instead what we got was 140 characters.

La frase, además proveniente de un innovador, es tremenda y refleja una cierta decepción al comparar la promesa que las tecnologías de la información e Internet trajeron consigo y su reflejo popular en cosas tan aparentemente banales como es la existencia de Twitter.

Martin Ford remata comparando con los adelantos del siglo XIX y nos dice:

This lack of broad-based progress stands in stark contrast to what a person who lived through the final decades of the nineteenth century and the first half of the twentieth would have experienced. Indoor plumbing, cars, aeroplanes, electricity, home apliances, and public sanitation and utility systems all came widespread use during this period.

Es comprensible, creo, la posición de Ford y Thiel y, planteado así, parece que, en efecto, twitter palidece frente a disponer de agua corriente, electricidad y coches... pero no estoy convencido que la apreciación sea completamente justa, completamente ajustada a la realidad.

La revolución de las TIC no es, ni de lejos, sólo Twitter (y cuidado que, aunque tecnológicamente no creo que twitter sea ningún gran alarde, como impacto en comportamientos y en velocidad de difusión de información su influencia no creo que sea despreciable).



Quizá es que nos hemos olvidado de que no hace tanto no existían los teléfonos móviles... o no nos demos cuenta de cuánto ha cambiado eso nuestras vidas, ni cuánta eficiencia han introducido en muchas actividades diarias. Quizá olvidemos, ya que de móviles hablamos, que en 2000, lo de tener Internet en la palma de la mano era casi una fantasía... y hoy es tan habitual que los más jóvenes seguramente no se imaginan una vida sin ello. Quizá nos hayamos olvidado que no hace tantos años, conseguir información sobre un tema podía significar una cara y lenta revisión bibliográfica....porque no teníamos ni Google ni la Wikipedia. Quizá hayamos olvidado que hace un par de décadas no podíamos conectarnos a Internet desde nuestras casas, o leer las noticias online y que nos enterábamos al día siguiente por el periódico escrito de lo que había ocurrido el día anterior. Quizá no valoremos lo que era para la actividad empresarial ha supuesto la informatización de los procesos y el almacenamiento en bases de datos,las ingentes eficiencias que eso ha introducido, el brutal incremento de productividad. Tal vez nos olvidemos que las TIC han hecho posible secuenciar el ADN y resolver otros muchísimos complejos problemas.

Y esto no se ha detenido. Las posibilidades que se abren con Internet de las Cosas, con el Cloud Computing, con Big Data, con Machine Learning, con la generalización, por fin, de la inteligencia artificial, con el desarrollo de la robótica, con la nanotecnología, con los wearables, con los por fin viables coches eléctricos o con los intentos, que empiezan a parecer serios, de viajar a Marte, son tan inmensas... y muchas de ellas tan próximas, casi, casi tan actuales que, no sólo no creo que el impacto de las tecnologías en general, y las TIC en particular no sólo es comparable a los avances del siglo XIX sino que creo que, además, aún no hemos visto nada...pero que estamos muy cerca de verlo...

lunes, 9 de mayo de 2016

Sobre el impacto de la revolución tecnológica en el empleo

Me encuentro leyendo 'The rise of the robots' de Martin Ford, libro en que se nos ofrece una visión distópica de la tecnología, y muy especialmente del negativo impacto de ésta, fundamentalmente la automatización y la robotización, en el empleo.

Y ya en las primeras páginas nos lanza el autor una advertencia para intentar que no nos engañemos:

In the past, automation technology has tended to be relatively specialized and to disrupt one employment sector at a time, with workers then switching to a new emerging industry. The situation today is quite different. Information technology is a truly general-purpose technology, and its impact will occur across the board. Virtually every industry in existence is likely to become labor-intensive as new technology is assimilated into business models.

Es cierto que tendemos a pensar, creo que con razón, que el impacto de la tecnología en la sociedad en su conjunto, y en el desarrollo y bienestar del ser humano es  siempre positivo. Pero también lo es que cualquier cambio puede tener su impacto negativo... y la tecnología está induciendo un enorme cambio. 

Como nos dice Martin Ford, nos habíamos acostumbrado a pensar que aunque una tecnología o, incluso, un nuevo modelo de negocio, pueda destruir algún tipo de puesto de trabajo, aunque puntualmente o de forma localizada se pueda destruir empleo, la nueva tecnología implica nuevos desarrollos o nuevas necesidades que harán que el balance neto sea positivo o, al menos, neutro.

Sin embargo, Ford nos intenta convencer de que en la revolución actual, que tiene a las TIC en su mismo epicentro, el impacto en el empleo es negativo y de forma generalizada, que las tecnologías digitales y la automatización, destruyen empleo en todos los sectores y tipos de actividad.

Creo que mantengo mi optimismo sobre la tecnología en sentido general. Sigo creyendo que, de una forma u otra, aunque sea a medio plazo, el impacto será siempre positivo... Sin embargo, la advertencia de Martin Ford parece suficientemente seria y bien fundamentada como para tenerla en cuenta.



Incluso aunque el efecto final de la tecnología sea positivo, asusta pensar que el coste del cambio pueda ser  demasiado alto, que pueda condenar a grandes sectores de la población, a amplios tipos de trabajadores, quizá a una economía y una generación enteras, al desempleo e incluso la pobreza.

Vale la pena, pues, que, como sociedad, 'le echemos una pensada' y pongamos en marcha los mecanismos técnicos, sociales o políticos necesarios para conducir el desarrollo en la dirección correcta. Y vale la pena, como individuos, que nos aseguremos, hasta donde sea posible, de ser valiosos por nosotros mismos y ser capaces de ejercer un amplio abanico de actividades en el ámbito profesional, para tener más posibilidades de no quedarnos obsoletos e inútiles para una actividad laboral cada vez más dominada por el software, los automatismos y los robots.


viernes, 6 de mayo de 2016

Ideas sobre Internet de las Cosas con Samuel Greengard

'The Internet Of Things' es un libro de carácter eminentemente divulgativo que nos explica las ideas básicas de Internet de las Cosas y su impacto en la vida diaria, actual y futuro pero que no explica realmente la tecnología que hay por detrás y sólo insinúa fundamentalmente vía ejemplos, los diferentes servicios y soluciones que se pueden agrupar bajo el amplio epígrafe "Internet de las cosas"

El libro se estructura en siete capítulos:
  • The Internet changes everything: Comienza con una narración de un día de una familia que hace uso intensivo de Internet de las cosas para luego remontarse a los orígenes y finalizar definiendo los conceptos fundamentales de Internet de las Cosas.

  • Mobility, clouds, and digital tools usher in a connected world: repasa otra serie de tecnologías que habilitan y potencian el Internet de las cosas como son los smartphones y la movilidad, el cloud computing, social media o Big Data.

  • The industrial internet emerges: se centra en lo que denomina el Internet Industrial, es decir, la infraestructura de la conexión de dispositivos, como son los sensores, la conectividad, la liocalización, etc

  • Computer devices get smart: en que nos habla ya de plataformas y de soluciones y servicios en diferentes sectores como en banca, transporte o distribución.

  • Putting the Internet of Things to work: aborda algunas problemáticas o necesidades para la implantación de soluciones como son los estándares, las capacidades de los sensores o la fiabilidad.

  • The reality and repercussions of a connected world: explora el impacto de Internet de las Cosas, sus implicaciones sociales y humanas e incluso amenazas como la seguridad y el cibercrimen.

  • A networked future emerges: explora brevemente lo que puede traer el futuro para finalizar dibujando una ficción de cómo podría ser la vida conectada hacia 2025.
'The Internet Of Things' es un libro que puede servir para abrir los ojos a un fenómeno nuevo para quien no lo conozca pero que profundiza muy poco en el mismo, no describe realmente la tecnología subyacente, y no estructura del todo este nuevo área de conocimiento. Es más una llamada de atención sobre el fenómeno, acompañada de cuatro ideas, que un verdadero tratado sobre la materia. En ese sentido, me ha parecido más o menos divertido de leer, pero algo flojo en cuanto a contenido.

Samuel Greengard

(Fuente: Traducción y ligera elaboración propia de la biografía del autor en su página personal)

Samuel Greengard
Escritor, periodista y conferenciante.

Vive y trabaja en West Linn, Oregon y ha escrito profesionalmente desde 1981.

Autor de 'The Internet of Things' (MIT Press, 2015) y el 'AARP Crash Course in Finding the Work You Love: The Essential Guide to Reinventing Your Life' (Sterling, 2008).

Escribe regularmente en Communications of the ACM (Association for Computing Machinery), Baseline magazine, Channel Pro, CIO Insight, CMO y muchas publicaciones de tecnología y negocio.

Ha escrito cientos de artículos, incluyendo escritos para AARP, the magazine, American Way, America West, Amtrak’s Arrive, Discover, Engineering Inc., Hemispheres, Industry Week, Home, iQ, Los Angeles, MSNBC/MSN Online, PM Network (The Project Management Institute), Southwest Spirit, Westways, Wired y The Writer.

También realiza trabajos, incluyendo folletos, charlas, white papers e informes anuales. Su trabajo ha aparecido en materiales para Charles Schwab & Co., Cisco Systems, Honda, IBM, Intel, Korn/Ferry, Microsoft, Oracle y Sun Microsystems.

Ha aparecido en numerosos programas de radio y televisión, incluyendo programas en KABC radio, en Los Angeles y en Fox Television. Ha recibido numerosos premios, incluyendo un Maggie en 1997 al mejor artículo en una revista comercial.

Ha hablado para muchos grupos y realizado charlas para grandes organizaciones.

En el pasado fue Presidente de la American Society of Journalists and Authors, ha servido como conferenciante invitado para la Universidad de Wisconsin y Madison Writer’s Workshop y es formador en el UCLA’s Writer’s Program.

Puedes saber más del autor visitando su página personal o seguirle en twitter donde se identifica como @samthewriter.

jueves, 5 de mayo de 2016

En Pulse: La inteligencia y el liderazgo de la transformación digital



¡Transformación!

 Ese es el imperativo y el eslogan.

 ¡Transformación!

 Y le ponemos un apellido:

¡Transformación digital!

 Transformación digital que afecta a la tecnología, a los modelos de negocio, a las estrategias, a la relación con el cliente, a su experiencia, a los procesos, a los sistemas.... Transformación digital que cambia la cultura, las formas de participación y el liderazgo.

 Y los líderes, o los que aspiran a serlo, nos llaman a la transformación…

 ¡Transformación!

 Las palabras resuenan en nuestros oídos pero ¿Resuenan de verdad? ¿Resultan creíbles? ¿Nos mueven a la acción? ¿Consiguen objetivos? ¿Transforman realmente?

 Hay dos defectos y dos peligros que observo en las llamadas de los líderes a la transformación.

 Un defecto es el de la vacuidad del mensaje. Vale, transformación digital pero ¿Qué visión me ofreces? ¿Qué quieres conseguir? ¿Dónde está la estrategia? ¿Dónde los indicadores?¿Dónde los objetivos medibles?¿Dónde las acciones? ¿Dónde un plan de proyecto?¿Qué transformación me propones exactamente?

Liderar la transformación digital no es sólo lanzar un mensaje, por atractivo que éste pueda ser y de moda que pueda estar. Es necesario el rigor y la concreción. Es necesario especificar la transformación para una organización concreta, tu organización, líder, con una estrategia definida, comunicada y documentada, unos objetivos concretos, unos planes concretos, unos recursos, unos plazos, unos responsables… Sin esto, el mensaje no pasa del eslogan, de la propaganda… y se disuelve en su propia vacuidad…

 El otro defecto, hermano del anterior, es el de la grandilocuencia. ‘Vamos a ser los líderes de…’, ‘Vamos a cambiar el sector…’, ‘Vamos a establecer las reglas del juego…’ ¿Seguro? ¿Es tu organización realmente capaz de cambiar las reglas de un mercado? ¿Es realmente capaz de ser líder? ¿Tienes la tecnología, los recursos, la estrategia y la energía para ser líder? Y… ¿es necesario? Aspirar al liderazgo de un mercado o un sector, aspirar a marcar las reglas del juego, es bueno, muy bueno…pero está al alcance de muy pocos, y tu organización pudiera no ser una de ellas. Es mas, pudiera no ser necesario. Tu organización, líder, tu negocio, tu empresa, pueden ser perfectamente prósperas y sostenibles sin necesidad de que seas el líder mundial. La ambición puede ser buena, pero si no va acompañada del necesario realismo deja de ser ambición para convertirse en quimera.

 Una llamada a la transformación grandilocuente y vacía se muere. Se muere por falta de un plan real y se muere por falta de credibilidad ante la organización que el líder dice querer transformar.

 La transformación digital es necesaria, es atractiva, es positiva…

 ¡Quiero la transformación!

 Estoy dispuesto a contribuir, a trabajar, a innovar, a aportar…

 Aquí me tienes, líder. Te espero y te añoro.

 Sólo un ruego:

 La próxima vez que llames a la transformación digital, inspírame con tu ambición y tu pasión, inflama mis sentimientos con lo atractivo de tu mensaje, háblale a mi corazón pero, por favor, por favor, no te olvides de hablarle también a mi inteligencia…

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Artículo publicado en Pulse el 3/05/2016
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miércoles, 4 de mayo de 2016

En medio del tablero: la leyenda de Sisa y el motivo del progreso exponencial

La leyenda de Sisa es bien conocida y, aparte de explicar el origen del ajedrez, se usa con frecuencia para ilustrar el crecimiento exponencial.

Así se cuenta en Wikipedia esta leyenda

Al noroeste de la India (seguramente en el actual Pakistán o Afganistán), había un poderoso brahmán llamado Rai Bhalit, tan rico y rodeado de tantos placeres que de ninguno de ellos podía gozar. Ordenó al más inteligente de sus sirvientes, llamado Sisa, que creara un juego capaz de entretenerle. 

Pasado algún tiempo Sisa presentó a su señor el ajedrez, un juego que emulaba la guerra y que se jugaba en un tablero con sesenta y cuatro casillas, alternativamente blancas y negras dispuestas en ocho filas y ocho columnas. 

El brahmán quedó tan encantado que le permitió escoger su recompensa. Sisa le dijo: «Señor, soy hombre modesto, y me conformaría con que me paguéis un grano de trigo por el primer cuadrado, dos por el segundo, cuatro en el tercero, ocho en el cuarto, etc.». 

El brahmán, encantado por la modesta petición de Sisa accedió en seguida, pero su alegría pronto se trocaría en ira cuando se dio cuenta de que ni con todo el trigo de su país alcanzaría a pagar semejante suma. La cifra es 264 - 1 es decir, 18 446 744 073 709 551 615 (18,4 trillones) de granos de trigo.

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Curva exponencial
Así es el crecimiento exponencial: empieza con cifras modestas... pero las multiplica cada vez. Pasado un tiempo, el crecimiento es cada vez mayor, enorme... exponencial. Esto es lo que se ilustra en la figura.

La ley de Moore es una versión tecnológica moderna, y contrastada, de ese crecimiento exponencial. La ley que, enunciada en 1965 por Gordon E. Moore, co-fundador de Intel, establecía que cada año se duplicaría el número de transistores integrados por unidad de superficie en un chip.  

Tanto la visión legendaria de Sisa, como la más moderna de Moore, nos ayudan a entender el impacto de las tecnologías y del crecimiento exponencial

Como veíamos en 'Exponential Organizations', la digitalización, la preponderancia de la información, es un factor decisivo, un habilitador, del crecimiento exponencial. Y en esa digitalización, en esa transformación digital, nos encontramos inmersos.

Pero hay un detalle adicional. Algo simple que nos revela Martin Ford en 'The rise of the robots'

The revolution now under way is happening not just because of the acceleration itself but because that acceleration has been going on for so long that the amount of progress we can now expect in any given year is potentially mind-boggling.

Así es. No se trata sólo de que la digitalización induzca un cambio acelerado, exponencial. Es que además, llevamos ya unos cuantos años de digitalización. Por tanto, no estamos en el principio de la curva, donde los crecimientos  son moderados. Estamos ya en una parte avanzada de la curva donde la cantidad de progreso es espectacular.

Si volvemos a la leyenda de Sisa, lo que nos ocurre es que ya no estamos en las primeras casillas. Ahora, estamos en medio del tablero.


martes, 3 de mayo de 2016

Nueva sección fija: 'En Pulse'

He decidido publicar de vez en cuando algunos artículos en 'Pulse', la herramienta de publicación de LinkedIn (algo así como un foro o un blog compartido para todos los miembros de esta red social de carácter profesional)

Sin embargo, cuando publique algo en 'Pulse' no sólo lo haré allí sino que, un día o dos después, una semana a lo sumo, publicaré aquí en Blue Chip el mismo artículo.

Para agrupar todos los artículos de estas características voy a crear una nueva sección, 'En Pulse' que se unirá a las existentes de 'Libros', 'Macrotweets', 'Colaboraciones' y 'Presentaciones'.

En realidad, los lectores de este blog notarán poca diferencia, salvo que los artículos de la sección siempre llevarán la etiqueta 'En Pulse', se podrán acceder a todos desde un recuadro de la derecha (el recuadro de 'secciones fijas') y que siempre haré mención en el artículo a que ya ha sido publicado en Pulse.

Hoy mismo, espero publicar en Pulse el primero de estos artículos y, antes de que acabe la semana, presumiblemente el Jueves, aparezca aquí, en Blue Chip, inaugurando así la nueva sección.

Espero que os interese.

lunes, 2 de mayo de 2016

Enunciando el peligro de la robotización para el empleo



En el artículo anterior hablábamos de cómo la tecnología nos hacía perder algunas capacidades cognitivas, ya que 'las máquinas' las hacían por nosotros. Y nos preguntábamos si eso debería asustarnos o no.

Cambio ahora de fuente, y paso a leer 'The rise of the robots' de  Martin Ford...pero parece que no se nos pasa el susto...sino que se acrecienta.

En lo que parece ser la tesis principal del libro, ya en sus primeras líneas, el autor nos mete el miedo en el cuerpo afirmando:

This shift will ultimately challenge one of our most basic assumptions about technology: that machines are tools that increase the productivity of workers. Instead, machines themselves are turning into workers, and the line between the capability of labor and capital is blurring as never before.

Un causa motiva el párrafo: los enormes avances en robótica e inteligencia artificial permiten que las máquinas en general, y los robots en particular, pasen de ser un apoyo para los trabajadores humanos a que se conviertan ellas mismas, las máquinas, en "los trabajadores

Y dos consecuencias, dos peligros, se nos anuncian.

Por un lado, que la tradicional separación entre capital y trabajo se está borrando y tendiendo a concentrarse en el capital. ¿Por qué? Porque si los robots son capaces de asumir el trabajo humano, y dado que los robots forman parte de los activos en que invierte una compañía...la fuerza de trabajo, los robots, las máquinas, pasan a ser propiedad del capital, a ser capital ellos mismos.

Y la segunda, y más grave: la desaparición masiva de empleos.

¿Tiene razón Martin Ford en su distópica visión de la tecnología y la robótica?

Queremos creer que no...pero en realidad es difícil saber qué pensar...

En siguientes artículos, le 'escucharemos' atentamente a ver si nos tranquiliza o nos inquieta aún más...