En el ámbito popular, e incluso el profesional, diría que vivimos una época de optimismo tecnológico. Se cree en el impacto de las tecnologías, muy especialmente las TIC, en la economía y en la sociedad en su conjunto y se cree, además, que ese progreso va a continuar, y de forma acelerada... exponencial.
Tiendo a ser de esa opinión...pero también existen puntos de vista contrarios. Espectacular en ese sentido es la frase de Peter Thiel, co-fundador de PayPal y que menciona Martin Ford en su libro 'The rise of the robots':
We were promised flying cars, and instead what we got was 140 characters.
La frase, además proveniente de un innovador, es tremenda y refleja una cierta decepción al comparar la promesa que las tecnologías de la información e Internet trajeron consigo y su reflejo popular en cosas tan aparentemente banales como es la existencia de Twitter.
Martin Ford remata comparando con los adelantos del siglo XIX y nos dice:
This lack of broad-based progress stands in stark contrast to what a person who lived through the final decades of the nineteenth century and the first half of the twentieth would have experienced. Indoor plumbing, cars, aeroplanes, electricity, home apliances, and public sanitation and utility systems all came widespread use during this period.
Es comprensible, creo, la posición de Ford y Thiel y, planteado así, parece que, en efecto, twitter palidece frente a disponer de agua corriente, electricidad y coches... pero no estoy convencido que la apreciación sea completamente justa, completamente ajustada a la realidad.
La revolución de las TIC no es, ni de lejos, sólo Twitter (y cuidado que, aunque tecnológicamente no creo que twitter sea ningún gran alarde, como impacto en comportamientos y en velocidad de difusión de información su influencia no creo que sea despreciable).
Quizá es que nos hemos olvidado de que no hace tanto no existían los teléfonos móviles... o no nos demos cuenta de cuánto ha cambiado eso nuestras vidas, ni cuánta eficiencia han introducido en muchas actividades diarias. Quizá olvidemos, ya que de móviles hablamos, que en 2000, lo de tener Internet en la palma de la mano era casi una fantasía... y hoy es tan habitual que los más jóvenes seguramente no se imaginan una vida sin ello. Quizá nos hayamos olvidado que no hace tantos años, conseguir información sobre un tema podía significar una cara y lenta revisión bibliográfica....porque no teníamos ni Google ni la Wikipedia. Quizá hayamos olvidado que hace un par de décadas no podíamos conectarnos a Internet desde nuestras casas, o leer las noticias online y que nos enterábamos al día siguiente por el periódico escrito de lo que había ocurrido el día anterior. Quizá no valoremos lo que era para la actividad empresarial ha supuesto la informatización de los procesos y el almacenamiento en bases de datos,las ingentes eficiencias que eso ha introducido, el brutal incremento de productividad. Tal vez nos olvidemos que las TIC han hecho posible secuenciar el ADN y resolver otros muchísimos complejos problemas.
Y esto no se ha detenido. Las posibilidades que se abren con Internet de las Cosas, con el Cloud Computing, con Big Data, con Machine Learning, con la generalización, por fin, de la inteligencia artificial, con el desarrollo de la robótica, con la nanotecnología, con los wearables, con los por fin viables coches eléctricos o con los intentos, que empiezan a parecer serios, de viajar a Marte, son tan inmensas... y muchas de ellas tan próximas, casi, casi tan actuales que, no sólo no creo que el impacto de las tecnologías en general, y las TIC en particular no sólo es comparable a los avances del siglo XIX sino que creo que, además, aún no hemos visto nada...pero que estamos muy cerca de verlo...
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