Vamos a verlo.
Recordando ideas básicas sobre automatización de procesos
De forma muy sencilla, podemos decir que automatización es la realización por parte de máquinas, de procesos y tareas antes realizadas por personas (u animales).
Aunque existe, y es muy importante, la automatización que involucra elementos físicos (como la automatización que se produce en procesos industriales y, por ejemplo, plantas de fabricación), prefiero centrarme en este post en la automatización de procesos de negocio de oficina u administrativos, donde se trabaja fundamentalmente con información y documentos (todo ello en formato digital), más que con materiales físicos.
He mencionado la palabra procesos de negocio. ¿Qué es un proceso de negocio? De forma sencilla, en mi libro 'Robots en la sombra', los defino como:
Un conjunto de actividades que, coordinadas, producen un resultado de negocio
El tratamiento de pedidos de cliente es un proceso de negocio, el tratamiento de reclamaciones también, o la sección de un candidato para incorporarse a una empresa.
Los procesos implican una serie de actividades que se enlazan mediante una lógica que puede incluir incluir simples secuencias, o ramificaciones, basadas o no en condiciones , bucles, etc. Esas actividades atómicas que componen los procesos, es lo que con frecuencia se denomina tareas. En cierto modo, podemos pensar que un proceso se compone de tareas (que es donde realmente 'se hace algo') y elementos que le dan lógica y estructura (las secuencias, ramificaciones y bucles) y que enlazan de alguna forma las actividades o tareas.
En los procesos manuales, las tareas las realizan personas, y las decisiones de lógica, también las adoptan las personas (normalmente de una manera bastante informal y basada en su experiencia).
Cuando automatizamos procesos de negocio, lo que hacemos es sustituir, total o parcialmente a personas por máquinas. En el caso de procesos de negocio de oficina, las sustituimos total o parcialmente por aplicaciones o sistemas de información. Estas aplicaciones ejecutan total o parcialmente, todas o algunas de las tareas y, además, realizan las decisiones lógicas y estructurales acerca de qué actividad hay que hacer a continuación aplicando las famosas secuencias, ramificaciones y bucles. Además, de automatizar las tareas y la lógica, el tercer gran elemento de una automatización de procesos es el almacenamiento y recuperación de información.
No voy a entrar en detalles, pero, aunque hay muchas soluciones de automatización de procesos tradicionales, algunas muy de nicho, las más generalistas son los sistemas empresariales (CRM y ERP) y los sistemas orientados a proceso como los BPMS ('Business Process Management Systems') o los CMS ('Case Management Systems') sin despreciar la multitud de soluciones 'ad-hoc' hechas a medida por las diferentes organizaciones.
Reglas y flujos
En cualquier caso, en todas esas automatizaciones tradicionales, las tareas siguen procedimientos más o menos fijos y basados en reglas. Y la estructura del proceso, su lógica, también sigue unas reglas reflejadas generalmente en un flujo.
Una gran fortaleza de esta forma de actuar es su eficiencia y también su previsibilidad, y recuerdo que la previsibilidad o, si se prefiere, la repetitividad de un proceso, es un atributo esencial del concepto de calidad.
Automatización inteligente
Dicho de forma muy sencilla, la automatización inteligente no es más que introducir elementos de inteligencia artificial en la automatización.
Esto se lleva haciendo desde hace unos pocos años, pero hasta ahora los elementos inteligentes se han venido centrando en aspectos particulares.
Así, por ejemplo, una forma de introducir automatización inteligente es, simplemente recurrir a procesamiento de lenguaje natural y a reconocimento y generación de voz para relacionarse con las personas (los típicos chatbots).
También los robots RPA ('Robotic Process Automation') utilizan, por ejemplo, inteligencia artificial para extraer información de a partir de texto libre contenido en webs, correos y documentos, o variantes de la visión artificial como el OCR para extraer texto de imágenes.
También se ha ido haciendo más común el invocar módulos de inteligencia artificial para, por ejemplo, hacer un análisis de sentimiento, o para tomar una decisión con base en algún modelo de machine learning previamente entrenado.
Pero todas estas formas de incluir inteligencia artificial apenas cambian el hecho de que la estructura del proceso se sigue basando fundamentalmente en reglas y flujos predefinidos, y que la mayor parte de las tareas siguen estando perfectamente procedimentadas.
La irrupción de los modelos generativos
Y en esto surgen y sobre todo, se generalizan, los modelos generativos que, como comentábamos en el post anterior, son enormemente potentes, muy transversales y muy flexibles pero que, a cambio, no siguen unas reglas cerradas y completamente previsibles, a veces 'alucinan' y, en general, no podemos estar del todo seguros de 'lo que van a hacer' y si lo van a hacer de la mejor manera posible, ni siquiera de si lo van a hacer bien.
Y sin embargo, cada vez se utilizan más para automatizar y es previsible que esto se incremente rápidamente, especialmente a medida que los agentes de IA ('Agentic AI') madure y se extiendan estas soluciones.
Y ahí surge la tensión: ¿Cuándo tiene sentido usar una automatización basada en modelos generativos y cuándo una más tradicional basada en reglas y flujos?
La automatización de tareas individuales mediante herramientas generativas
Si nos centramos no en la estructura del proceso de negocio, sino en tareas individuales, resultan claramente aplicables en muchas ocasiones las herramientas generativas y se hace cada vez más el uso de soluciones generativas de tipo chatbot (como ChatGPT, Copilot chat, Gemini, etc) aunque, en este caso, el uso habitual es en modo 'copiloto', es decir, la persona sigue realizando o responsabilizándose de la tarea, lo que ocurre es que ayudada en buena medida por un asistente generativo.
Es una forma de automatizar en que aún queda un poquito, menos cada vez pero un poquito, de intervención humana. El que quede un poco de intervención humana resta un puntito de la eficiencia posible, y quizá resta algo más de la optimización de tiempos posible frente a una automatización completa, pero a cambio, protege contra alucinaciones y errores absurdos, y permite mantener bastante el control.
La automatización inteligente de procesos: decisiones y planes
Más comprometido, aunque hacia eso apuntan las tendencias, es cuando queremos usar un modelo generativo para que decida la estructura del proceso, es decir, qué lógica de tareas a seguir, e incluso, qué tareas hay que realizar.
A eso es a lo que apuntan los modelos razonadores y los agentes que se apoyan en esos modelos razonadores. Aplicar esta forma de automatizar procesos es enormemente potente y flexible y proporciona a la automatización una gran capacidad de adaptación a las circunstancias, casi de improvisación, ausente en las automatizaciones tradicionales.
A cambio, la automatización en su conjunto, el proceso, es menos predecible, menos repetible (¿de menor calidad?), puede que no siempre optimice la eficiencia y parece más sujeto a errores, incluso errores absurdos.
La conveniencia de usar esta forma de automatizar basada en modelos generativos (normalmente razonadores) en lugar de métodos más tradicionales, dependerá en parte de hasta qué punto estos modelos maduren y demuestren que son fiables, que se equivocan poco y que no lo hacen de forma catastrófica. No excluyo la eventual realización de 'fine tunning' o de entrenamiento de modelos especializados en ciertos ámbitos de automatización como forma de conseguir esa fiabilidad.
Pero creo que hay otro factor que es la naturaleza del proceso.
La naturaleza del proceso: 'ad-hoc e investigación
Si el proceso de negocio, ya por su propia naturaleza, tiene unas tareas muy claras, con reglas muy claras, parece que, al menos en cuanto a eficiencia, pueden ser mejores los métodos tradicionales aunque, por ejemplo, no cabe excluir escenarios en que incluso estas soluciones tradicionales se apoyen en algunos aspectos en modelos generativos. Por ejemplo, se puede describir en lenguaje natural la lógica del proceso a un sistema generativo (o un asistente generativo) el cual crea esa lógica en notación BPMN, la cual se incorpora ya un BPMS (y esto se puede hacer de forma trasparente).
Un campo donde sí veo bastante directa y próxima la aplicación con ventaja de soluciones generativas es en el caso de procesos que, por su propia naturaleza, son dinámicos y bastante desestructurados, con una lógica que se construye en tiempo de ejecución. Serían los típicos procesos soportados por herramientas de 'Case Management' y modelados en BPMN como procesos 'ad-hoc' (ej, tratamiento de reclamaciones, diagnóstico de averías, etc) o procesos de recopilación de información e incluso investigación donde, de hecho, los modelos razonadores y, especialmente actuando en modo 'deep research', demuestran ya una gran utilidad.
Conclusiones
Aunque la tendencia a utilizar soluciones inteligentes (y muy especialmente los agentes inteligentes) parece imparable, puede que no siempre sea la mejor opción de automatización de procesos, al menos de momento.
Ya actualmente los modelos generativos o soluciones basadas en modelos generativos, encuentran un gran espacio en la automatización de tareas individuales (fundamentalmente actuando como copilotos o asistentes de personas). Igualmente, parecen tener un campo prometedor y ya parcialmente acometido, para la automatización de procesos con una lógica no del todo estructurada y que se construye dinámicamente en tiempo de ejecución.
Más comprometido puede ser el uso para la automatización de procesos de estructura compleja pero clara y, de forma natural, basada en reglas. En ese caso, todavía se podría conseguir mayor eficiencia y sobre todo fiabilidad con esquemas más tradicionales de automatización, aunque esto puede irse modificando según lo que sean capaces de demostrar los modelos razonadores y los agentes.
Creo, de todas formas, que hay otro elemento muy importante a tener en cuenta y que afecta tanto a analítica inteligente como a automatización inteligente, pero ese lo reservo para un siguiente post.
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