¿Por qué son importantes las marcas?
¿Por qué se invierte tanto en un logo, unos colores, un nombre, una imagen...?
Desde luego, es para vender más...pero ¿por qué?
Todos tenemos, creo, la experiencia de elegir productos por su marca. Muchas veces, al menos ese es mi caso, elegimos la marca conocida, o nuestra marca habitual. Y, con frecuencia, no nos importa pagar más, con tal de que sea un producto conocido, de la marca de nuestra confianza.
¿Por qué?
La propia frase anterior contiene la respuesta: confianza.
Una marca es una promesa. Una promesa de una calidad o una experiencia de cliente. Basamos esa confianza, bien sea en nuestra experiencia anterior con esa marca, o quizá nos dejamos impresionar por la publicidad, por testimonios de terceros o, simplemente, porque es la que elige la mayoría.
Sea como fuere, sea una elección racional o irracional, esté basada en experiencia propia o ajena, lo cierto es que una marca se convierte en depositaria de nuestra confianza. Y esa confianza que hemos puesto en la marca es la que nos hace elegirla, sentirnos seguros con ella y cómodos cuando la elegimos.
En su libro, 'The inevitable', Kevin Kelly aborda esta idea cuando nos dice:
Since we prefer to deal with someone we can trust, we will often pay a premium for that privilege. We call that branding.
Justo lo que acabamos de decir: puesto que confiamos en la marca, elegimos comprar sus productos y, por esa confianza, no sólo elegimos sus productos sino que, además, pagamos un premium por ellos.
No resulta extraña, pues, la inversión que las compañías hacen en branding. Una buena parte de sus resultados, tanto en ingresos como en margen, dependen de que esa su marca sea conocida por nosotros y sepa ganarse nuestra confianza...
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