Gran parte de las características y habilidades humanas, tienen un carácter innato o adquirido en edades tempranas, pero también en gran medida son aprendibles, desarrollables y gestionables.
El liderazgo no es una excepción y el carisma que tanto asociamos a ese liderazgo, tampoco. El carisma, aunque parezca mentira, se puede trabajar y desarrollar.
Nick Morgan, en su libro 'Power cues' nos indica cómo:
Most of us are not charismatic most of the time because we don't manage and focus our emotions.
Gestionar y enfocar nuestras emociones.
No parece fácil pero desde luego es posible. Existen técnicas (veremos algunas) que acompañadas de práctica, mucho autoconocimiento, mucho autocontrol y el deseo de utilizarlas honestamente y con autenticidad, pueden desarrollar ese carisma.
Vale la pena el intento.
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