El sentido de urgencia...
Algo que se valora como positivo... y que lo es. Algo que impele a la acción, a tomarse en serio las situaciones, a actuar sobre ellas...
Pero el sentido de urgencia no puede convertirse en un salvoconducto para la precipitación, no puede ser una excusa para suspender el pensamiento y el análisis, no puede ser el habilitador de decisiones irracionales y, a la postre, erróneas.
En el acelerado mundo actual, un mundo donde, al menos en lo laboral, se valora lo ejecutivo, lo rápido,la acción relámpago, podemos acostumbrarnos a tratar situaciones simplemente exigentes con graves crisis, confundir los avisos con las alarmas y, bajo esas amenazas supuestamente inminentes y graves, reaccionar sin pensar, decidir sin analizar, actuar, sin rumbo, sin sentido...pero, eso si, rápido.
Tina Nunno en su libro 'The wolf in CIOs clothing' nos dice:
The inclination to take action, can often override the instinct to stop and check if we ae dealing with a false alarm.
No se trata de la manida 'parálisis por el análisis'. Se trata de equilibrio, de racionalidad, de perspectiva...
Se trata de mantener un liderazgo activo y ejecutivo, pero no alocado.
Se trata, en fin, de no generar, y no gestionar, falsas alarmas...
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