domingo, 22 de marzo de 2020

Telefónica: dos años después


Dos años después, aún quiero acordarme de Telefónica, la que fue mi empresa durante más de 25 años.

Dos años después de ese 22 de Marzo de 2018 en que dije adiós para iniciar una nueva, y la verdad es que fructífera y enriquecedora, nueva etapa profesional y casi personal.

Dos años después de un día a la vez emotivo y extraño

Dos años después sin embargo, todo el país y todo el mundo está sumido en una gravísima pandemia, y no parece que haya mucho lugar ni para fastos ni para nada que no tenga que ver con la lucha contra el trístemente célebre covid19.

Así que, dos años después, aunque la efeméride es para mi todavía muy importante, voy a ser breve. 

Y sólo voy a decir que tras ese lapso, me sigo sintiendo emocionalmente unido a la que fue mi empresa y todavía orgulloso de ella y que, precisamente en esta crisis del coronavirus, ha estado de nuevo a la altura.

A estado a la altura, primero demostrando que su particular apuesta por la banda ancha y la fibra, que fue una opción estratégica propia, aunque luego arrastrara a todo el sector y todo el país, hoy demuestra todo su sentido y valor social, sirviendo como base para el teletrabajo, para tantas y tantas videoconferencias, para tanta formación online, para tantas tantas comunicaciones entre familias y personas, como muy bien expresaba recientemente José María Álvarez-Pallete en la carta enviada a la plantilla, y que permiten que aunque el país se haya ralentizado, no se haya parado a pesar del confinamiento y el así llamado distanciamiento social. 

Y luego tomando una actitud activa y rápida en apoyar al país y las personas dando minutos y opciones adicionales de ocio de forma gratuita como una forma de paliar, de nuevo, el efecto de la pandemia.  

Durante 25 años acumulé muchos motivos para sentirme orgulloso de Telefónica y, dos años después, sigo sumando algunos más.

Y, para finalizar, sí me voy a permitir olvidarme unos minutos del virus y traer a colación, de nuevo, el vídeo con el que me despedí de la que fue mi empresa, y que todavía me produce un cierto cosquilleo cuando lo vuelvo a visualizar. 
Dos años después, no me he olvidado de Telefónica.

Gracias y, hasta siempre.

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