lunes, 16 de marzo de 2020

Diez principios para una buena gestión de procesos de negocio


He estado leyendo recientemente la segunda edición del libro 'Fundamentals of Business Process Management' de Marlon Dumas, Marcello La Rosa, Jan Mendling y Hajo A. Reijers, un libro excelente que reseñaré en breve.

No he recogido apenas artículos sobre el mismo en este blog, porque, a pesar de su indudable calidad, es un libro muy centrado en explicar su materia y no he encontrado, o no he sabido encontrar,  ese tipo de ideas, a veces colaterales, pero brillantes, distintas o curiosas que alimentan muchos de los artículos de este blog.

No obstante, y ya al final del libro, me he encontrado con un contenido que sí quisiera plasmar aquí. Se trata de diez principios para una buena gestión de procesos de negocio, diez principios que en realidad no son invención de los autores sino que a su vez recogen de un artículo de terceros, diez principios compactos en su enunciado, aunque retadores en su ejecución práctica, diez principios que, en concreto, son éstos:

  • Conciencia del contexto: BPM no se puede aplicar como una receta rígida, sino que debe adaptarse a la situación y contexto de la organización en que se realiza.

  • Continuidad: BPM es una actividad para realizar de forma continua, no como un proyecto aislado.

  • Habilitación: es decir, BPM no debe actuar como un proyecto 'apagafuegos' sino crear capacidades en la organización en que se aplica.

  • Holismo: es decir, amplitud de miras. BPM no debe concentrarse en un foco aislado sino ser amplio e inclusivo en su alcance.

  • Institucionalización: BPM debe embeberse en la estructura organizativa, no mantenerse como una actividad ad-hoc.

  • Implicación: BPM debe involucrar a los diferentes 'stakeholders', incluyendo la participación de los empleados.

  • Entendimiento compartido: BPM debería crear un significado compartido, no limitarse a un lenguaje y actividad de expertos.

  • Propósito: BPM debe añadir valor estratégico, no hacerlo por sí mismo.

  • Simplicidad: BPM debe tener sentido económico y no tener mayor alcance o complejidad que el realmente necesario.

  • Apropiación de la tecnología: BPM debería hacer un uso oportuno de la tecnología y no considerar a la tecnología como un mero subproducto.

Si se observa con atención, podríamos eliminar las siglas BPM de los enunciados y aplicarlos en casi su totalidad a prácticamente cualquier iniciativa estratégica y de transformación. 

Aunque no creo que eso les reste validez. En realidad, lo que eso viene a confirmar, es que BPM es una iniciativa estratégica y de transformación. Una iniciativa, incluso, de transformación digital, dada la importancia de la tecnología digital en cualquier actividad de mejora de procesos.

Así que, ya puestos, podríamos decir que estos diez principios son aplicables a la transformación digital y, si se repasan con calma, creo que así es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario