La creatividad tiene menos de genialidad de lo que parece. La creatividad es reflexión y es, sobre todo, conectar ideas y experiencias aprendidas o vividas para, mediante esa recombinación, dar una solución original a un problema actual.
El síntoma externo puede parecer genialidad...pero tiene mucho de aprendizaje previo, formal o experiencial, y mucho de estimular mediante alternativas a nuestro cerebro y darle la oportunidad para que encuentre esa conexión que finalmente resulta ser genial.
Pero es, como se ve, un proceso cognitivo, un proceso reflexivo, lo notemos o no.
Ya nos advertía Nicholas Carr en su 'Superficiales' cómo las distracciones e interrupciones continuas a que los medios tecnológicos actuales nos someten, evitan la concentración y el pensamiento profundo. Pero no se trata sólo de tecnología. Se trata también de ritmo de vida, de estrés, de llamadas, de velocidad, quizá de precipitación...
En su libro 'The naked presenter', Garr Reynolds, a propósito de la fase de preparación de una presentación, y como demostración de la necesidad de alejarse de distracciones, cita a John Cleese, conocido comediante británico quien, en el Creativity World Forum celebrado en Bélgica en 2008 decía:
a main problem for many of us today is that we are always in a hurry -our minds scattered as if juggling many balls in the air. If we are racing around all day with a busy mind [] we are not going to have many creative ideas. We must slow down our minds to see connections.
La conclusión, pues, es clara, para Cleese, para Reynolds, y para nosotros:
One key to being more creative, is to avoid interruption.
Así que, por favor, la próxima vez que me veas concentrado, la próxima vez que esté absorto garabateando en un papel, o paseando arriba y abajo sin prestar atención a lo que ocurre alrededor... por favor, por favor... ¡silencio! ... estoy creando...
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