Cuando hablamos de objetivos, ya sea como aspiración de una empresa o departamento, ya sea en el ámbito de la dirección de proyectos, se ha impuesto la política, la buena práctica si se quiere, de adoptar objetivos SMART.
¿Qué significa esto?
Pues, SMART es un acrónimo (nada casual, por supuesto), que significa:
- Specific (específico), que exprese con claridad lo que se quiere conseguir
- Measurable (medible)
- Achievable (factible)
- Realistic (realista)
- Timed (planeado)
Parece muy razonable ¿verdad?
Como norma general creo que alcanzaríamos un gran consenso en considerar que las características SMART son deseables y una buena guía para establecer objetivos.
Sin embargo, fijarnos este tipo de objetivos puede limitarnos cuando hablamos de innovación, de disrupción, de cambios profundos. Al menos esto es lo que sostiene Richard Gerver en su libro 'El cambio'
Nos dice:
Los objetivos SMART funcionan cuando se buscan unos resultados establecidos, pero limitan el potencial de la transformación e incluso de la evolución en la práctica.
¿Será que en efecto, el realismo o la especificidad nos limitan en la creatividad, en la búsqueda de opciones?
Probablemente, si. Probablemente sacrifiquen creatividad en aras de la eficiencia, al menos una eficiencia de corto.
Entiendo que, en el fondo, es natural. SMART es una buena herramienta para entornos conocidos pero, cuando nos adentramos en lo ignoto... ¿cómo saber qué reglas se deben aplicar? ¿quién nos enseñará a atrapar cisnes negros?
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