La pomposidad y grandilocuencia que con cierta frecuencia inundan la literatura empresarial, o que emanan de las declaraciones de visión y misión más orientadas al público interno y externo que a una verdadera orientación estratégica, tienden a magnificar el liderazgo de mercado, la importancia que para él suponen la innovacion y del liderazgo tecnológico, o la excelencia en lo que a producto se refiere.
No será aqui donde restemos importancia a la innovación y tampoco donde despreciemos, sino todo lo contrario, las bondades de un producto excelente.
Sin embargo el juego competitivo real es más complejo, probablemente más duro...pero en ocasiones también algo más benevolente.
Y, en ese sentido, ni es cierto que como decía el refrán, el buen paño en el arca se venda... ni tampoco lo es que tener un paño de mediana calidad no pueda proporcionar unas buenas ventas y una buena posición competitiva.
Hay muchos otros factores: la marca, el posicionamiento, la distribución, el precio... en fin, todos los elementos del marketing mix tradicional y algunos más que influyen en el liderazgo de mercado.
Así, una estrategia válida, especialmente en compañías que ya son líderes en un mercado, es no empeñarse en ser los líderes tecnológicos (lo que puede requerir muchos recursos y una agilidad que quizá no esté al alcance de muchas compañías grandes). sino la de convertirse un 'seguidor rápido' es decir, que aunque no ostente el liderazgo tecnológico sí sea capaz de reconocer las novedades e innovaciones relevantes en el mercadoy proporcionar una respuesta suficientemente rápida y sólida a las que vayan apareciendo.
En esa línea parece manifestarse Geoffrey Moore en un pasaje de su libro 'Crossing the chasm' cuando nos dice:
To maintain leadership in a mainstream market, you must at least keep pace with the competition. It is no longer necessary to be the technology leader, nor is it necessary to have the very best product. But the product must be good enough, and should a competitor make a major breakthrough, you have to make at least a catch-up response.
En cierto modo parece un alivio para las compañías líderes y una cierta injusticia o un riesgo manifiesto para startups y retadores.
Sin embargo, creo que, ni los líderes de mercado pueden confiarse, puesto que reconocer las innovaciones y responder con rápidez es una capacidad que tampoco es fácil de adquirir y sostener en el tiempo, ni las startups y retadores deben desanimarse puesto que, ya sea por falta de respuesta de los líderes o ya sea por alcanzar esquemas win-win, sigue habiendo espacio, probablemente más que nunca, para la innovación y la disrupción.
Uno de esos esquemas win-win, aunque no el más atractivo es, por supuesto, el de ser comprado a buen precio, pero hay formas más sugestivas y que más intrínsecamente desarrollan el tejido industrial como son los de la innovación abierta, una forma de colaboración entre empresas, típicamente alrededor de un núcleo que coordina un líder de mercado pero al que tienen acceso en situaciones ventajosas, pequeñas empresas que puedan ostentar el liderazgo tecnológico.
La lucha es dura, pero en la innovación parece haber, a pesar de los pesares, sitio para todos.
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