No sé qué gurú lo dijo por primera vez. Tengo en mi mente a Lou Gerstner, antiguo CEO de IBM, pero puede que fuese otro el merecedor del reconocimiento. Lo dijera quien lo dijera, es una máxima que los grandes cambios, las grandes transformaciones de las compañías y de las instituciones, deben partir de un sentimiento de urgencia, de crisis, de necesidad imperiosa de acometer una transformación profunda.
Sin embargo, la experiencia enseña que, cuando no se controla, la urgencia conduce a la ansiedad, a los nervios, a la improvisación e, incluso, y sorprendentemente, a la burocracia y el inmovilismo.
¿Por qué burocracia e inmovilismo?
Porque ante la necesidad de sentir que se actúa y se controla una situación, se generan planes y más planes, se definen KPIs, se solicitan incesantes informes, se convocan innumerables reuniones de crisis y de seguimiento.
Al final, la organización trabaja más para esas reuniones e informes que para definir una verdadera estrategia y sobre todo para implementar de forma profunda el plan, realizar las acciones y conseguir, en definitiva, los resultados buscados y la transformación efectiva.
Es decir, lo que debía ser el inductor del cambio, pasa a ser el salvoconducto para la inacción.
Me alegra ver en un gurú como John P. Kotter una reflexión en este sentido que tanto y tanto coincide con mi propia experiencia.
En un momento de su libro 'Accelerate (XLR8)', en efecto, nos dice:
Sometimes, people may be running around to meetings and more meetings, or generating reports and more reports. And from distance this can look like a sense of urgency around important issues. But these actions really represent a kind of anxiety-driven false urgency, which usually produces only self-protective activity rather than productively pushing the organization into prosperous future.
En el fondo de esta burocracia laten, creo, los nervios y puede que, incluso, el miedo a actuar de verdad.
Y en este punto no puedo evitar acordarme del maestro Yoda de Stars Wars y su famosa frase:
El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira. La ira lleva al odio. El odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti.
¿No puede haber algo de ese miedo en el inmovilismo que deriva de la burocracia? ¿Y no nos conduce ese miedo al lado oscuro?
Tal vez podríamos reformular las enseñanzas de Yoda para el mundo corporativo actual y afirmar:
El miedo es el camino hacia el inmovilismo. El miedo lleva a las reuniones. Las reuniones a los informes. Los informes a la inacción.
¿Hay miedo en ti?
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