Si hace un par de semanas veíamos las cualidades que caracterizaban una buena estrategia de ventas y, por extensión, a un buen vendedor, anoto ahora las características que el mismo autor anterior, Dan Schawbel, atribuye a un emprendedor.
En este caso son siete y, aparte de caracterizar al emprendedor, forman parte de su marca personal:
- Visión: que les proporciona perspectiva, orientación hacia el futuro y hacia la consecución de unos objetivos, resultados y metas específicos.
- Creatividad: que les permite formular planes e ideas nuevas de acuerdo, por una lado, con su visión y deseos, pero también, por otro, de acuerdo con la realidad del mercado.
- Tenacidad: en la persecución de sus metas, lo cual actúa también como motor para un trabajo incansable e intenso.
- Pasión: por su proyecto, su idea y su negocio, una pasión por lo demás contagiosa lo que sirve para atraer a empleados, clientes e inversores.
- Capacidad para resolver problemas: tomándose los problemas en serio pero, a la vez, exhibiendo la capacidad para decidir y actual con rapidez.
- Competitividad: búsqueda de la mejora continua para aventajar a la competencia.
- Carácter polifacético: puesto que con frecuencia tienen que asumir una gran variedad de roles como son: consejero delegado, jefe de personal, director se sistemas de información, director de marketing o director financiero.
Estas son las cualidades que atribuye Dan Schawbel a un emprendedor. Y probablemente todos tendamos a estar de acuerdo con ellas.
Sin embargo, son tan relevantes, tan útiles, tan importantes, que al menos yo tendería a pedirlas para un directivo, un mando intermedio, para un autónomo... casi para cualquier profesional que aspire al éxito o, a veces, a la simple supervivencia.
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