Como ya mencionamos en el artículo anterior acerca de la actividad de las personas en los medios sociales, Charlene Li y Josh Bernoff en su libro 'El mundo groundswell' insisten en que hay que "concentrarse, no en las tecnologías, sino en las relaciones".
Con esa guía e inspiración, nos brindan una arriesgada prueba del algodón para intentar reconocer qué tecnologías sociales pueden ser exitosas. Para ello, basta con formularse estas cinco preguntas:
- ¿Permite a la gente conectarse entre sí de formas novedosas? La esencia de este mundo social es la relación. En la medida que la forma de conectarse sea original y con un cierto factor de viralidad nos acercaremos al éxito.
- ¿Es sencillo registrarse? Quizá muy evidente, pero se trata de que sea muy sencillo el entrar en esa tecnología social (sin equipamientos especiales u otro tipo de particularidades) y, a poder ser, de forma gratuita.
- ¿Cede poder a la gente? Es importante que las empresas no acaparen el poder en la relación o el contenido. Las personas son las reinas del mundo social. Es casi una premisa del universo 2.0
- ¿Genera la comunidad suficientes contenidos como para mantenerse a sí misma? Es importante que se facilite la creación de contenidos y que se pueda reutilizar fácilmente el contenido de terceros. Sin contenidos no hay sobre qué conversar, ningún motivo para la relación.
- ¿Es una plataforma abierta que invita a asociarse? Las plataformas abiertas (por ejemplo la apertura que logra Facebook con su API), son fermento para la innovación, la evolución, el crecimiento y, en definitiva, el interés de la tecnología.
Garantizar el éxito, y menos en un mundo tan cambiante e inasible como es Internet y las tecnologías sociales es casi imposible. Pero una respuesta afirmativa a este sencillo cuestionario, sí que parece que pone unas buenas bases para ese éxito.
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