Cuando hablamos de temas como la producción entre iguales, los prosumidores o conceptos similares, parece que, implícitamente, estamos pensando en la economía digital, en lo que se ha dado en llamar la economía de los bits.
Los ejemplos clásicos que ilustran estos conceptos de colaboración incluyen la wikipedia, las comunidades de software libre, las redes sociales, etc. En todos los casos hablamos, de alguna manera, de crear y compartir información, de intercambiar bienes cuyo soporte es más lógico que físico.
Parece que en ese ámbito aplica muy bien la gratuidad y el empuje de Internet, la eliminación de barreras de entrada para la producción y, por tanto, la democratización y fragmentación de esa producción.
¿Son aplicables estos conceptos a la esfera de los bienes físicos, a la fabricación, a la economía de los átomos?
Don Tapscott y Anthony Williams, en su libro 'Wikinomics' contestan a esta pregunta de manera positiva y afirman:
"aunque es cierto que la producción entre iguales resulta idónea por naturaleza para los productos compuestos por bits, no lo es menos que muchos de los atributos y de las ventajas de la producción entre iguales pueden reproducirse también en la fabricación de productos hechos de átomos"
y rematan:
"Cada día que pasa nos acercamos más a una realidad crecientemente colaborativa, diseñando y desarrollando productos físicos en redes de empresas e individuos cada vez más descentralizadas, usando métodos que son cada vez más un reflejo de los utilizados para producir intangibles como el conocimiento. Pronto los métodos colaborativos de los desarrolladores de software libre serán tan trasladables a los automóviles y los aviones como ya lo son a los programas informáticos y las enciclopedias."
Lo cierto es que, tal y como afirman los propios autores, ese concepto de colaboración wiki es más complejo en el mundo de los átomos. Al fin y al cabo, en mayor o menor medida, para producir bienes materiales se precisa una inversión, una planta productiva y unos materiales. Esto supone una barrera de entrada efectiva que, en muchos casos, impide que los individuos de forma aíslada puedan participar con la misma facilidad que en el mundo del conocimiento y la información.
Parece que el concepto wiki de colaboración se aplica mejor, en el mundo de los átomos, entendiéndolo como una colaboración en redes de empresas, más que de particulares. Los autores utilizan como ejemplo principal, el desarrollo del Boeing 787 en que la compañía americana ha constituido una impresionante red mundial de empresas colaboradoras y ha ampliado el concepto tradicional de relación con esas empresas, introduciendo unas enormes dosis de transparencia y delegación.
Creo que la condición para que el concepto colaborativo en la economía de los átomos se extienda a los individuos, es preciso encontrar nichos en que los costes de los elementos de producción, así como de materiales y stock sean mínimos. Uno de estos nichos, un eslabón de la cadena de valor, podría ser el diseño o la simulación utilizando tecnologías de CAD/CAM que, en el fondo, convierten una fase de la producción de átomos, en un microcosmos de bits.
Mientras tanto, mientras esos nichos no se generalicen, la wiki de los átomos seguirá destinada a aplicarse en el mundo empresarial más que el individual aunque, eso si, con un enfoque diferente e innovador, más trasparente y creativo, respecto a las asociaciones de empresas tradicionales.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
lunes, 27 de septiembre de 2010
El difícil equilibro entre la generosidad y el negocio en el mundo 2.0
Alguno de los aspectos que más llaman la atención de la otrora llamada nueva economía y actualmente denominada economía digital o, simplemente, economía sin un adjetivo específico, es la presencia de los sorprendentes elementos de gratuidad, así como las connotaciones culturales y personales que lleva consigo, connotaciones que nos hablan de generosidad, de colaboración, de contribución y que nos llevan a hablar de conceptos como la economía del regalo o la economía de la atención.
Sin embargo, al final existen unos incentivos, que con frecuencia tienen carácter económico, para esa generosidad. No sólo existen estos incentivos, sino que además, para la sostenibilidad de todo el modelo, es necesario que los diferentes agentes reciban las recompensas suficientes, en general de tipo monetario.
En su libro 'Wikinomics', Don Tapscott y Anthony Williams tocan de una forma u otra este tema, en diversos pasajes del mismo. En concreto, en el capítulo dedicado a las plataformas para la colaboración (entre las que analizan, por ejemplo, Flickr, Craiglist, Technorati o Del.icio.us) dedican varias páginas a reflexionar sobre el particular.
Tras considerar, por ejemplo, cómo los fundadores de Flickr vendieron ésta a Yahoo haciendo una generosa caja con ello, cómo Craiglist obtiene unos jugosos beneficios o cómo Google contrata a desarrolladores como Paul Rademacher quien de forma altruista había desarrollado anteriormente la página Housingmaps combinando capacidades de Craiglist con las de Google Maps, los autores se preguntan:
"¿Significa eso que la cultura de la generosidad es poco más que una pantalla de humo con la que se disimula lo que, en el fondo, no es más que un fenómeno de explotación comercial?".
Además, y considerando el valor que los usuarios aportan a las redes sociales, a las wikis y, en general, a las plataformas de colaboración, afirman;
"No hay ningún motivo por el que los ... contribuidores en línea no puedan compartir las recompensas generadas por su trabajo".
Esto no supone una negación de que los propietarios de las plataformas puedan o deban percibir su propio beneficio económico, sino que se deben buscar modelos que recompensen también a los usuario finales, auténticos protagonistas de la adición de valor.
Sin embargo, y quizá para quitarnos ese regusto de haber perdido los ideales 2.0, de haber renunciado al mejor espíritu de la colaboración, generosidad y meritocracia, también advierten a los propietarios de plataformas de colaboración acerca de la necesidad de no ignorar las motivaciones no económicas de sus usuarios:
"La clave es abrirse y dar a los usuarios control y libertad. Si usted antepone la rentabilidad a todo lo demás ... arruinará la red que está construyendo"
Como en tantas cosas, la solución parece estar en el equilibrio. Varias son las motivaciones que sostienen la Web 2.0 y la economía wiki. En un lado se encuentran la generosidad, la reputación y la colaboración y en otro, ni más ni menos relevante, se encuentran los incentivos económicos y la necesidad de construir modelos sostenibles.
Lo difícil es encontrar la fórmula adecuada, el mantener ese difícil equilibrio.
Sin embargo, al final existen unos incentivos, que con frecuencia tienen carácter económico, para esa generosidad. No sólo existen estos incentivos, sino que además, para la sostenibilidad de todo el modelo, es necesario que los diferentes agentes reciban las recompensas suficientes, en general de tipo monetario.
En su libro 'Wikinomics', Don Tapscott y Anthony Williams tocan de una forma u otra este tema, en diversos pasajes del mismo. En concreto, en el capítulo dedicado a las plataformas para la colaboración (entre las que analizan, por ejemplo, Flickr, Craiglist, Technorati o Del.icio.us) dedican varias páginas a reflexionar sobre el particular.
Tras considerar, por ejemplo, cómo los fundadores de Flickr vendieron ésta a Yahoo haciendo una generosa caja con ello, cómo Craiglist obtiene unos jugosos beneficios o cómo Google contrata a desarrolladores como Paul Rademacher quien de forma altruista había desarrollado anteriormente la página Housingmaps combinando capacidades de Craiglist con las de Google Maps, los autores se preguntan:
"¿Significa eso que la cultura de la generosidad es poco más que una pantalla de humo con la que se disimula lo que, en el fondo, no es más que un fenómeno de explotación comercial?".
Además, y considerando el valor que los usuarios aportan a las redes sociales, a las wikis y, en general, a las plataformas de colaboración, afirman;
"No hay ningún motivo por el que los ... contribuidores en línea no puedan compartir las recompensas generadas por su trabajo".
Esto no supone una negación de que los propietarios de las plataformas puedan o deban percibir su propio beneficio económico, sino que se deben buscar modelos que recompensen también a los usuario finales, auténticos protagonistas de la adición de valor.
Sin embargo, y quizá para quitarnos ese regusto de haber perdido los ideales 2.0, de haber renunciado al mejor espíritu de la colaboración, generosidad y meritocracia, también advierten a los propietarios de plataformas de colaboración acerca de la necesidad de no ignorar las motivaciones no económicas de sus usuarios:
"La clave es abrirse y dar a los usuarios control y libertad. Si usted antepone la rentabilidad a todo lo demás ... arruinará la red que está construyendo"
Como en tantas cosas, la solución parece estar en el equilibrio. Varias son las motivaciones que sostienen la Web 2.0 y la economía wiki. En un lado se encuentran la generosidad, la reputación y la colaboración y en otro, ni más ni menos relevante, se encuentran los incentivos económicos y la necesidad de construir modelos sostenibles.
Lo difícil es encontrar la fórmula adecuada, el mantener ese difícil equilibrio.
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viernes, 24 de septiembre de 2010
La lucha por un futuro social y móvil
En los últimos días, ha existido un runrún de rumores y desmentidos en varios frentes pero que presentaban un demoninador común: el rastro de estrategias competitivas que apuntaban a un maridaje entre el móvil y las aplicaciones sociales.
Creo que el primero que llegó a mis oídos, o mejor, a mi pantalla, fue la posibilidad de que en breve, Tuenti actuase como operador móvil virtual.
Algo después se ha rumoreado, se ha desmentido, y se ha vuelto a rumorear, que Facebook estaba desarrollando un teléfono móvil propio.
Finalmente, he escuchado, más bien leído, las declaraciones de Erich Schmidt, CEO de Google, afirmando que sus prioridades estratégicas se centraban en la web social y en el móvil.
El tiempo nos dirá qué había de cierto en estos rumores y cómo se concretan las estrategias, pero sí parece claro que las grandes compañías del mundo digital avistan un futuro en que movil y social media irán de la mano reforzándose mutuamente y creando un más que apetecible mercado, un mercado por el que parecen luchar los gigantes de Internet, las operadoras de telecomunicaciones y, quizá, aunque no aparezcan en los rumores, los fabricantes de dispositivos.
En esta lucha, puede que quien más tiene que ganar y que perder sean los operadores de telecomunicaciones. Probablemente, y versionando de forma oportunista el título del famosísimo artículo, de Nicholas Carr, cada vez más podemos decir que 'Communications don't matter'. La capacidad de interconexión y transporte, a pesar de las altísimas inversiones que requieren, son una commodity por ser indiferenciadas.
La lucha está en el valor añadido y en el contacto con el cliente. Y en ese terreno, las aplicaciones, y muy especialmente las aplicaciones sociales, son 'killer application'. Si, además, la cultura de la ubicuidad, de la conexión constante y de la interacción social continua sigue acentuándose, como es previsible, esto provocará que los contactos sociales digitales cada vez en mayor medida se produzcan en cualquier lugar e instante, como ya promueven hasta el extremo aplicaciones como Twitter o Foursquare. Por ello, es natural y comprensiible la alianza entre lo social y lo móvil.
Quizá la tendencia competitiva sea a crear ecosistemas completos o servicios extremo a extremo en que se ofrezca el terminal, la aplicación y las comunicaciones empaquetadas. O quizá se luche por sólo pares de la ecuación: móvil más aplicación o aplicación más comunicaciones, en un modelo, ésta última combinación, de tipo cloud computing.
Sea como fuere, lo que los rumores apuntados más arriba nos revelan es la existencia de un jugoso mercado, un mercado ya existente pero al que se le prevé fuerte crecimiento, y la lucha furiosa de los gigantes involucrados por posicionarse y liderar ese mercado emergente.
Vienen tiempos interesantes.
Creo que el primero que llegó a mis oídos, o mejor, a mi pantalla, fue la posibilidad de que en breve, Tuenti actuase como operador móvil virtual.
Algo después se ha rumoreado, se ha desmentido, y se ha vuelto a rumorear, que Facebook estaba desarrollando un teléfono móvil propio.
Finalmente, he escuchado, más bien leído, las declaraciones de Erich Schmidt, CEO de Google, afirmando que sus prioridades estratégicas se centraban en la web social y en el móvil.
El tiempo nos dirá qué había de cierto en estos rumores y cómo se concretan las estrategias, pero sí parece claro que las grandes compañías del mundo digital avistan un futuro en que movil y social media irán de la mano reforzándose mutuamente y creando un más que apetecible mercado, un mercado por el que parecen luchar los gigantes de Internet, las operadoras de telecomunicaciones y, quizá, aunque no aparezcan en los rumores, los fabricantes de dispositivos.
En esta lucha, puede que quien más tiene que ganar y que perder sean los operadores de telecomunicaciones. Probablemente, y versionando de forma oportunista el título del famosísimo artículo, de Nicholas Carr, cada vez más podemos decir que 'Communications don't matter'. La capacidad de interconexión y transporte, a pesar de las altísimas inversiones que requieren, son una commodity por ser indiferenciadas.
La lucha está en el valor añadido y en el contacto con el cliente. Y en ese terreno, las aplicaciones, y muy especialmente las aplicaciones sociales, son 'killer application'. Si, además, la cultura de la ubicuidad, de la conexión constante y de la interacción social continua sigue acentuándose, como es previsible, esto provocará que los contactos sociales digitales cada vez en mayor medida se produzcan en cualquier lugar e instante, como ya promueven hasta el extremo aplicaciones como Twitter o Foursquare. Por ello, es natural y comprensiible la alianza entre lo social y lo móvil.
Quizá la tendencia competitiva sea a crear ecosistemas completos o servicios extremo a extremo en que se ofrezca el terminal, la aplicación y las comunicaciones empaquetadas. O quizá se luche por sólo pares de la ecuación: móvil más aplicación o aplicación más comunicaciones, en un modelo, ésta última combinación, de tipo cloud computing.
Sea como fuere, lo que los rumores apuntados más arriba nos revelan es la existencia de un jugoso mercado, un mercado ya existente pero al que se le prevé fuerte crecimiento, y la lucha furiosa de los gigantes involucrados por posicionarse y liderar ese mercado emergente.
Vienen tiempos interesantes.
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miércoles, 22 de septiembre de 2010
Esbozo de un análisis de viabilidad 2.0
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La verdad es que la pregunta es amplia, muy amplia. No tiene una contestación única y yo no tengo todo el abanico de posibles respuestas.
Sin embargo, sí me parece factible, y de una amplitud razonable como para constituir un artículo de blog, el aclarar un poco la idea que manejo, el mensaje que quise transmitir, y esbozar algunas pistas acerca de cómo realizar el análisis de viabilidad que sugiero.
Lo primero que debería decir y, quizá para decepción de quien esto pueda leer, es que en el fondo no voy a ser muy original porque, precisamente, el artículo anterior no es más que una llamada al sentido común, al rigor y a no ignorar que existen unos móviles, unas dificultades y unos objetivos y que, una vez concebida una ilusión, ese rigor y ese realismo deben acompañarla para bajarla a tierra, para convertirla en realidad, y para que esa realidad sea viable y no una mera quimera, un powerpoint o un discurso.
Y las respuestas que se me ocurren, y que esbozo, no son originales porque, en el fondo, lo único que sugiero es utilizar las técnicas de gestión empresarial habituales, las mismas que se utilizan para evaluar inversiones, casos de negocio, etc
Viabilidad técnica y viabilidad económica
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Sin entrar en muchos detalles, creo que para iniciativas en el mundo 2.0 o de social media, en general, la viabilidad técnica, operativa y legal estarán normalmente aseguradas. Por ello me centro más en la viabilidad económica.
Escenarios
Hablar de ilusiones 2.0 o iniciativas 2.0 es, además, muy amplio y es imposible abordar todas las posibilidades. Por ello, sugeriré ideas sobre el análisis para algunos escenarios específicos. En concreto:
- Implantación de una aplicación social como negocio o línea de negocio
- Presencia en medios sociales como imagen de marca
- Social media como canal de atención a cliente
- I+D colaborativa
Aplicación social como negocio o línea de negocio
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En este caso, entiendo que se debería plantear un caso de negocio en que se analizasen los costes y los ingresos y se estudiase la rentabilidad del negocio.
Como costes habría que tener en cuenta, por ejemplo, los costes de desarrollo/implantación de la herramienta SW (pudiera ser muy diferente, además, la realización de un desarrollo propio o la adopción de software de terceros). Los costes incluirían recursos humanos, posibles subcontrataciones, posibles licencias de SW (por ejemplo, de base de datos)... Además, deberíamos estimar los costes tanto de alojamiento de las aplicaciones (en nuestro propio CPD o en el de un tercero) como de la conectividad necesaria. Probablemente, y como un medio social no es algo estático, deberíamos contemplar partidas anuales de mantenimiento, no solo correctivo, sino también evolutivo del SW así como de la administración del sistema y explotación del mismo. Deberíamos tener en cuenta, la eventual necesidad de mantener una plantilla de community manager o similar...así como un equipo comercial, salvo que se confíe únicamente en la viralidad, que ayudase a atraer clientes e ingresos. Probablemente habría que dedicar partidas también a actividades de marketing, publicidad, promoción y relaciones públicas. Todos estos conceptos, y seguramente muchos más, entrarían en el apartado de costes, algunos de inversión inicial y otros de gasto recurrrente.
¿Y en el apartado de ingresos? Bueno, deberíamos definir un modelo de negocio y hacer supuestos. Por pensar en lo más sencillo, supongamos que pretendemos sostener el negocio únicamente mediante publicidad. Bien, sería necesario definir una aproximación a los medios (banners, anuncios, enlaces patrocinados, etc) que utilizaríamos, lo que cobraríamos por ellos y la demanda estimada a lo largo de varios años.
Con todo ello, deberíamos construir una visión temporal de ingresos y gastos, lo que se denominan los los flujos de caja, y analizar la rentabilidad del negocio. Para ello, y aunque puedan existir otras vías, se podría recurrir a técnicas como el Valor Actual Neto (VAN), la Tasa Interna de Rendimiento (TIR) o alguna otra técnica similar de análisis de inversiones o relacionadas.
No olvidemos, además, con mentalidad pura de inversor, que incluso aunque el negocio resultase viable, el presunto inversor podría encontrar inversiones más atractivas, de mayor rentabilidad... y que la idea de invertir en la red social cayese en el olvido.
Presencia en medios sociales como imagen de marca
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¿Y el retorno? Bueno, aquí nos movemos en el mundo de lo intangible. Sin embargo, ya en disciplinas tan rigurosas como la contabilidad se valoran los intangibles, el fondo de comercio. Supongo que podríamos, por ejemplo, estimar la variación (se entiende que positiva) del fondo de comercio y confrontar ese beneficio intangible (pero reflejado en libros) frente a los costes que nos supone.
Social media como canal de atención a cliente
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Deberíamos de valorar los costes, por ejemplo costes unitarios por incidencia o consulta, de utilizar canal telefónico, correo, autoservicio web...o twitter e imaginar qué publico o en qué circunstancias utilizaría un canal u otro, si conseguiríamos que el público se inclinase hacia canales más costosos o más baratos. Desde un punto de vista meramente económico nos interesaría, por supuesto, atraer al público a canales baratos... aunque, probablemente la calidad de atención no sea la misma. ¿Sería Twitter un canal más barato que el autoservicio web o que un correo? Deberíamos tener números para saberlo.
I+D colaborativa
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Está claro que, por una parte, recibe muchas aportaciones gratuitas de la comunidad...pero también resulta evidente que debe aportar sus propios técnicos o investigadores. Hay que tener en cuenta y valorar, asimismo, el riesgo de perder exclusividad de la explotación de una innovación por lo que el retorno de ésta puede ser inferior al obtenido en una I+D autocontenida tradicional. En este caso, no veo claro qué metodología concreta seguir, pero sí parece que hay que estimar económicamente las alternativas...y optar.
Conclusiones... provisionales
Ya lo advertía al principio. No he dado una metodología completa ni cerrada y no he inventado nada nuevo que no exista ya en el mundo empresarial. El análisis, además, adolece de una cierta improvisación y puede que no exhiba un gran rigor. Las técnicas a aplicar deberían analizarse con mayor cuidado y es posible que existan técnicas mejores no citadas. Pero creo que, al menos, la idea queda más clara.
En el fondo, y como decía al principio, no se trata más que de rigor y sentido común. Las ilusiones son buenas e impulsan la innovación, el crecimiento y hasta la motivación. Pero una vez concebida la idea, una vez albergada la ilusión, llega la hora de bajarla a tierra, llega la hora de la realidad, llega la hora de los números, llega la hora de la viabilidad.
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lunes, 20 de septiembre de 2010
Las ilusiones 2.0 frente al test de la viabilidad
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Con frecuencia, cuando leo libros, artículos o blogs sobre asuntos relacionados con Internet, con Web 2.0, con Social Media y, en general, con la economía digital, no dejo de pensar que me encanta lo que leo, que me encanta el entusiasmo y la pasión debordadas, a veces cercanas al fanatismo pero que, si queremos ser sensatos, si pretendemos que este nuevo mundo digital sea sostenible, si deseamos pasar de fantasías a realidades, debemos estar atentos a los hechos, a la viabilidad de los negocios, a la sostenibilidad de todo el modelo.
En su libro 'Wikinomics', y hablando en este caso de lo que llaman los neoalejandrinos (la colaboración y producción entre iguales en el campo de la ciencia y la investigación), Tapscott y Williams proporcionan un ejemplo adecuado, siquiera en grado de tentativa o de declaración de intenciones, de lo que quiero decir.
Encuentro primero una frase que parece inspiradora, entusiasta, puede que idealista:
"cada vez son más abundantes las pruebas de que compartiendo y colaborando -cuando se hace del modo correcto- se crean oportunidades para aprovechar una serie de bienes públicos y para elevar el nivel de todos los partícipes de un sector o una industria concretos."
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"Pero antes, debemos reconocer que los modos de interacción ... tienen viabilidad comercial, capacidad productiva y posibilidades de servir de impulso para las compañías privadas."
Se trata de algo así como un análisis de viabilidad de la inspiradora idea de una ciencia e investigación colaborativas.
Y así debe de ser.
El entusiasmo, la ilusión, el compromiso, son encomiables y, sin duda, necesarios para generar innovación, nuevas ideas, nuevos productos, nuevos modelos. Pero algunas ideas, puede que muchas, a pesar de lo atractivas que puedan resultar, no llegarán a convertirse en negocios o progresos sostenibles. Es por ello que el entusiasmo debe ser contrapesado por los hechos, la ilusión por el test de la viabilidad.
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viernes, 17 de septiembre de 2010
El patrón neuronal (II): autoorganización y serendipia
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Descubríamos este patrón neuronal en el cerebro y en las redes neuronales artificiales y, en una pirueta que justificaba la existencia del artículo, aventurábamos la posibilidad de que ese patrón se replicase en las redes sociales, lo que daría una supuesta base para justificar la existencia de una inteligencia social superior a la inteligencia individual de cada uno de sus nodos, es decir, de cada una de las personas que constituyen la red social.
En este artículo incrementamos un poco más el grado de atrevimiento y sugerimos una aproximación a la innovación y la serendipia como mecanismo social.
Existen muchas topologías de redes neuronales artificiales. La más famosa, probablemente, sea el perceptrón y, en concreto, el perceptrón multicapa. Las redes neuronales artificiales se distinguen por aspectos como son su topología, sus algoritmos y su mecanismo de aprendizaje. Así, el perceptrón multicapa es sometido a lo que se denomina un aprendizaje supervisado, es decir, la red es sometida a una sucesión de ejemplos de entradas y de salidas válidas. Con ello el perceptrón se va ajustando y, al finalizar el entrenamiento, es capaz de, ante una entrada, proporcionar la salida correcta.
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Lo que parece absolutamente asombroso, es la capacidad de algunas tipologías de redes neuronales para el descubrimiento, digamos, "espontáneo" (aunque a esa espontaneidad nos referimos con ciertas reservas).
En el caso de que el patrón neuronal tenga algún viso de realidad, y en la medida que los mapas autoorganizativos sean una especialización realista de ese modelo neuronal, podríamos estar en un camino, siquiera en una burda aproximación, al mecanismo social de la innovación y de la serendipia.

Sin embargo, aunque pueden existir descubrimientos casuales, seguro que los hay, podríamos aplicar la teoría artística que reza 'procura que la inspiración te encuentre trabajando'.
En esa línea, podríamos pensar que muchos descubrimientos se producen porque, de alguna forma, lo que hemos aprendido nos conduce a ello. Existen, creo, teorías que indicarían que la intuición va en ese línea.
Si volvemos al patrón neuronal y su presunta aplicación a las redes sociales, podríamos pensar que si la interconexión entre personas y la trasmisión de sus conocimientos adoptasen una topología similar a la de un mapa autoorganizativo, esos colectivos podrían ser capaces, tras estar sometidos repetidamente a unas entradas, unos estímulos, llegar a producir salidas, esto es, descubrimientos, nuevos y sorprendentes, sin ningún tipo de enseñanza o aprendizaje dirigido.
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Si la propia existencia de un patrón neuronal aplicable a la sociedad y la inteligencia social es atractivo y sugerente, la posibilidad de que dicho patrón neuronal sea además capaz de explicar la innovación y la serendipia en redes sociales, resulta, simplemente, alucinante.
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miércoles, 15 de septiembre de 2010
El patrón neuronal (I): la sociedad como cerebro
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Una de las bondades de los patrones es que pueden aplicarse en problemáticas en apariencia bastante diferentes y exportar lo ya conocido para un caso de aplicación exitosa a la siguiente problemática. Permiten, por tanto, un aprendizaje y progreso acelerados.
Quizá, y de nuevo en el mundo de la empresa, ése sea el fundamento del benchmarking. Un patron que haya funcionado en un entorno y empresa, quizá pueda proporcionarnos la solución en otro entorno y/o empresa diferente. Y las conclusiones que para un patrón conocido hayamos obtenido, podrían ser exportables al nuevo contexto de aplicación.
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Es bien conocido desde hace ya bastantes años cómo el cerebro está compuesto por unas células denominadas neuronas. Las neuronas, compuestas fundamentalmente de un cuerpo central o núcleo, un eje o axón y unas terminaciones denominadas dendritas, establecen conexiones entre sí mediante las denominadas sinapsis. Aparentemente, las neuronas actúan a modo de procesador muy sencillito así como un transmisor de impulsos. Aparentemente también, el pensamiento y el conocimiento natural reside en esa capacidad de procesamiento y, fundamentalmente, en esa interconexión de millones y millones de neuronas y la interacción y transmisión de impulsos entre ellas.
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Este patrón en que, a partir de interconexiones más o menos complejas y ajustables de procesadores simples, se genera un esquema de pensamiento o conocimiento superior, es a lo que denomino el patrón neuronal.
Hasta aquí no es más que un resumen, muy simplificado, del funcionamiento del cerebro y el significado de las redes neuronales artificiales.
Pero el pensamiento que hace unas semanas se me vino a la mente y que me resultó muy sugerente, fue el paralelismo que existe entre el pensamiento natural o el de las redes neuronales artificiales y el que emerge de las redes sociales.
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Si eso es así, y si el patrón neuronal tiene alguna validez, la sociedad conectada sería algo así como un gran cerebro, un cerebro con unas capacidades infinitamente superiores a la de cada uno de sus procesadores, cada una de sus neuronas, cada uno de nosotros.

En un próximo artículo, exploraremos algún otro aspecto del patrón neuronal. En este caso, asociado al concepto, tan de moda, de la serendipia.
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lunes, 13 de septiembre de 2010
Paradojas y desigualdades de la eficiencia en la empresa
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"A finales de la década de 1990, P&G puso en marcha un estudio interno y descubrió que estaba gastándose 1.500 millones de dólares en I+D, una inversión que generaba montones de patentes, pero sólo utilizaba menos de un 10% de ellas en sus propios productos."
Al leerlo se me vino a la mente la famosa frase de John Wanamaker acerca de la publicidad y que ya mencionamos hace un tiempo en el artículo 'Una gran verdad sobre la publicidad':
"La mitad del dinero que gasto en publicidad se desperdicia, pero no sé de qué mitad se trata."
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¿Por qué se trata de una forma tan diferente a la I+D, al Marketing y a las Operaciones? ¿Por qué se permite una eficacia tan baja, un retorno tan incierto de la I+D (un uso del 10% de los resultados según el estudio de P&G) o del marketing (un 50% de la inversión en publicidad según la jocosa y poco científica observación de Wanamaker), mientras se exprime tanto a las Operaciones?
No puedo creer, y no creo, en un defecto directivo generalizado. Creo, más bien, que por sus propias características, por su apoyatura en la ingeniería, la ciencia y la tecnología, las Operaciones son más cuantificables, más medibles, más repetitivas, más predecibles en definitiva. Y eso, que en el fondo es una ventaja a la hora de gestionar adecuadamente, se vuelve en su contra cuando se trata de la exigencia de productividad.
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Si fuésemos capaces de medir con tanta precisión el retorno de la I+D o de la publicidad, estoy seguro que se verían sometidos, al menos en épocas de vacas flacas, al mismo riguroso examen y exigencia de productividad que se produce en el área de operaciones. Mientras eso no suceda, la gestión de la productividad en I+D y marketing seguirá siendo más laxa, más intuitiva y más del tipo invierto/no invierto que una auténtica gestión de eficiencia como se produce en Operaciones.
Paradójico, si, pero es que aún no hemos averiguado cómo eliminar la paradoja.
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viernes, 10 de septiembre de 2010
Twitter: asincronía y diálogo
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¿Y Twitter? Desde un punto de vista teórico, Twitter es un mecanismo asíncrono. Una persona publica un tweet...y la eventual respuesta se puede producir, caso de producirse, en cualquier momento del tiempo.
Sin embargo, en el caso de Twitter, y en el fondo también en el del correo electrónico y otros medios similares como el SMS, los foros o las redes sociales, la verdadera naturaleza sincrónica o asincrónica la acaba marcando el usuario: su presencia y su voluntad de establecer diálogo.
He podido presenciar en Twitter una rápida sucesión de preguntas y respuestas, una verdadera conversación, un diálogo compuesto de textos de 140 caracteres. Aunque el medio es, en sí mismo, asincrónico, el uso lo ha convertido en síncrono, puesto que las personas involucradas estaban presentas, activas y con voluntad de establecer esa conversación.
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En este caso se ha puesto de manifiesto la asincronía de Twitter.
Lo que me preguntaba es la adecuación de Twitter para establecer un verdadero diálogo de esa forma. En un medio en principio muy ágil como es Twitter, cuyos usuarios suelen estar muy pendientes de la red y sus contactos, esas horas transcurridas pueden constituir la muerte de la conversación al contrario de lo que, probablemente, suceda en el correo electrónico. Tengo la sensación de que contestando tantas horas más tarde, la persona que me ha enviado su comentario debe pensar que ya, simplemente, no le voy a responder.
Quizá sea así, quizá no, pero esa reflexión me lleva a pensar que aunque Twitter, desde un punto de vista meramente teórico sea un medio asíncrono, el uso que se hace del mismo le lleva a ser de una naturaleza, digamos, 'cuasi-síncrona' en la que, en la mayoría de los casos, la conversación o es síncrona o, simplemente, no es.
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miércoles, 8 de septiembre de 2010
Autoselección y el éxito de la producción entre iguales
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Sin duda inciden efectos como la motivación, el afán de logro y la notoriedad. Ya hemos visto en este mismo blog, en relación con esta temática, la razón del fracaso de las burocracias según Gary Hamel, la importancia de creer en lo que se hace según Seth Godin, la recompensa psicológica de la reputación que arguía Chris Anderson o las razones para la colaboración y la motivación 2.0 según Nicholas Carr.
Casi todas estas ideas giraban, sin embargo, más alrededor del concepto de motivación que de los de eficacia y eficiencia.
Y sin embargo, esos casos paradigmáticos de la wikinomía son claros exponentes de éxito, de eficacia, de consecución de objetivos.
Don Tapscott y Anthony D. Williams en su libro 'Wikinomics' nos aportan una razón para esa eficacia:
"la producción entre iguales aprovecha motivaciones voluntarias de una manera que propicia la asignación de la persona adecuada a la tarea adecuada con mayor eficacia que las empresas tradicionales. La razón es la autoselección. Cuando las personas se autoseleccionan para llevar a cabo tareas creativas basadas en conocimientos, es más probable que escojan tareas para las que poseen una cualificación excelente que si la elección depende de gerentes."
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En defensa de los gerentes, apuntar que las comunidades de productores entre iguales gozan de dos ventajas que están fuera del alcance de los gestores de empresas:
- equipos humanos altísimamente motivados
- recursos humanos cuasi-infinitos
Lo importante y lo difícil, ahora, es saber cómo aprovechar todo ese potencial.
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lunes, 6 de septiembre de 2010
Principios de economía Wiki
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Me refiero, en este caso, a un libro de título parecido. Se trata de 'Wikinomics' de Don Tapscott y Anthony D. Williams, un libro ligeramente antiguo ya para lo rápido que se mueve el mundo y las ideas en esto de la economía digital (data de 2006) pero que, por lo que llevo leído hasta ahora, parece conservar casi intacta su vigencia y actualidad.
Y como hice en su momento con el libro de Levitt y Dubner, inicio la presumible serie de artículos dedicados a este libro con unos primeros apuntes, unas primeras notas, todavía con escaso comentario, más bien como un mecanismo de estructuración y recuerdo.
Y si el primer artículo de la serie dedicada a 'Freakonomics' se titulaba 'Principios de economía freaky' este se tenía que titular, por fuerza, 'Principios de economía wiki'.
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- Apertura: se trata de que las empresas hagan sus fronteras más flexibles, más porosas, en aspectos como la colaboración con personas y organizaciones externas, la adopción de estándares o la eliminación de la confidencialidad sobre la información corporativa.
- Producción entre iguales: lo que supone, probablemente no la eliminación, pero sí la relajación de las jerarquías y unos nuevos modelos de producción más colaborativos y menos jerárquicos. El ejemplo paradigmático es el de la Wikipedia cuya semejanza de nombre con el título del libro y el tipo de economía que denomina, no es casual.
- Compartir: referida muy especialmente a la propiedad intelectual pero que comprende también capacidad informática, ancho de banda o conocimiento científico
- Actuación global: es decir, reconocer la existencia de un mundo globalizado, 'plano' como diría Thomas L. Friedman, y traducirlo en una gestión de activos personales e intelectuales que trascienda culturas, disciplinas y fronteras. Los autores parecen más partidarios de un 'pensar global y actuar global' que de la forma tradicional del aforismo que recomendaba 'pensar global y actuar local'.
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- Producción entre iguales
- Ideágoras
- Comunidades de prosumidores
- Nuevos alejandrinos
- Plataformas abiertas
- Plataformas productivas globales
- Centros de trabajo wiki
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viernes, 3 de septiembre de 2010
Ideas sobre comunicación y cognición 2.0 (IV): Gramáticas, netiquetas y lenguaje no verbal
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Las herramientas sociales y, probablemente, parte de la cultura moderna, parecen sin embargo rehuir las palabras o, al menos, comprimirlas, apretarlas, deformarlas, reducirlas a su mínima expresión.
No es sólo que canse más leer en una pantalla que en un papel y, por ello, las buenas prácticas de diseño web aconsejen no incluir textos muy largos; no es sólo que parecemos vivir una época acelerada en que estamos bombardeados por informaciones y por necesidades de acción y nos resulta difícil dedicar mucho tiempo a una información, a un 'input' específico. Es que, además, y quizá como una consecuencia o manifestación de esos fenómenos, las herramientas sociales cada vez nos impulsan a comprimir más los mensajes.
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Esa misma interfaz de usuario se presenta en el recuadro para la actualización de estados en redes sociales tan populares como Facebook, LinkedIn o Tuenti.
Hemos pasado del blogging al microblogging donde el rey es Twitter con sus mensajes de tan solo sólo 140 caracteres y donde, además, caben referencias y signos para indicar Retweets y hashtags.
Y si los estados de las redes sociales se actualizan mediante un recuadro de tamaño visualmente reducido, con cada vez mayor frecuencia esa actualización se produce mediante una integración automatizada, precisamente, con Twitter con lo que volvemos a su mundo de los 140 caracteres. Y esta misma tendencia comienza a observarse en los comentarios de blogs donde, más que con un comentario, nos encontramos con un breve tweet que menciona al artículo del blog.
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En primer lugar perdemos gramática, al menos la gramática tradicional. Para poder comprimir ideas en tan poco espacio, nos vemos obligados a introducir abreviaturas, a eliminar preposiciones y artículos, a forzar frases, a saltarnos reglas... y, como alternativa, contruir algo así como unas nuevas gramáticas con reglas conocidas por los fans de los medios sociales como, por ejemplo, la gramática twitter con sus signos RT, sus referencias y sus hashtags. Elaboramos unos nuevos vocabularios, unos nuevos diccionarios de abreviaturas y símbolos (#FF, RT, pq, grax, etc)...Inventamos, en fin, un nuevo lenguaje más conciso, más rápido...pero quizá menos rico, con menor capacidad expresiva, con menos matices, más superficial.
Plenamente ingenioso resulta, eso sí, la compresión de elementos no verbales en el propio lenguaje de Internet. Así, elaboramos las normas de buen comportamiento y protocolo, la netiqueta, que nos indica cómo ser 'educados' en este mundo virtual. Ingenioso a la par que rápido es también la adopción de símbolos, los emoticonos, para expresar emociones y matices que normalmente recoge el lenguaje no verbal, los gestos.
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Tiene su valor comunicativo y cognitivo este lenguaje comprimido. El valor deriva, precisamente, de su brevedad y rapidez. Probablemente se pierdan detalles pero, a cambio, se gana en velocidad y viralidad. Los conocimientos son más básicos...pero se difunden con mayor rapidez y amplitud.
Los nuevas formas de expresión ganan en velocidad y alcance lo que pierden en precisión y profundidad. Utilizando un símil de gestión, diría que los nuevos lenguajes 2.0, en lo tocante a comunicación y cognición ganan en eficiencia pero pierden eficacia.
¿Un equilibrio afortunado?
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miércoles, 1 de septiembre de 2010
Sostenibilidad y modelo de Internet: una cuestión de números
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Para el Sr. Linares, y según nota de prensa emitida por la compañía, "el principal problema al que se enfrenta el sector en la actualidad pasa por el grave desacoplamiento existente entre el crecimiento del tráfico, el coste de la red y los ingresos que genera."
Según ello "el esfuerzo de los agentes del sector debe centrarse en tratar de equilibrar estas variables junto con la inversión en redes, y necesariamente desde la base de un nuevo modelo que permita generar valor, puesto que el actual no es sostenible a futuro"
D. Julio Linares apoyaba su argumentación con algunos datos interesantes. Así, y con respecto al número de hogares y equipos conectados afirmaba que "un mercado que en 2009 contaba con 1.000 millones de hogares, 4.600 millones de personas y 1.400 millones de máquinas conectadas y que en 2020 sumará 1.200, 6.000 y 40.000 millones de hogares, personas y máquinas conectadas, respectivamente, lo que asciende a más de 50.000 millones de dispositivos, todos ellos conectados."
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"más de 850.000 nuevas altas diarias en las redes sociales, más de 50 millones de blogs actualizados cada segundo o con 500 nuevas aplicaciones diarias"
Finalmente, insistía en el importantísimo crecimiento del mercado móvil y de las aplicaciones (este último punto, por cierto, me ha recordado algunos de los recientes razonamientos de Chris Anderson sobre la muerte de la web) para afirmar que "El acceso móvil a Internet, que será mayoritario en 2013, ha fomentado el desarrollo de aplicaciones, pasando de 50.000 a más de 300.000 en tan sólo un año, de junio de 2009 a junio de 2010, seis veces más, aunque sólo 30.000 cuentan con más de 500.000 usuarios."
A los pocos minutos, casi diría que a los pocos segundos, se producían las primeras reacciones en medios como Twitter y algo después en algunos blogs. En concreto, y a modo de ejemplo, Enrique Dans al poco rato, creo que escasas horas después, publicaba un post en su blog encabezado por el expresivo título ¿Quiebra del sistema? Nada más lejos de la realidad.
En los comentarios a las noticias y artículos que he tenido ocasión de leer predominaban las valoraciones negativas y se daban algunas descalificaciones, aunque debo reconocer que he encontrado muchos más comentarios juiciosos y mesurados, siempre en mi opinión, de lo que esperaba.
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Sí decir que me resulta llamativo, aunque esperable, la carga emotiva que domina muchos artículos y comentarios. Se avistan peligros, se intuyen abusos, se descalifican personas y empresas...
Pensémoslo bien: por suerte o por desgracia, de lo que se está hablando es de modelos de negocio y de sostenibilidad en el sentido más económico y menos ecológico del término.
Me llaman la atención y quisiera entender los nuevos modelos de negocio, en especial, los que se originan en el mundo de Internet y en torno a la economía del regalo, la economía de la atención y la gratuidad, elementos de los cuales no hace tanto hemos hablado a partir de la lectura del libro Gratis de Chris Anderson. Y es que, aunque Internet y los medios sociales parezcan algo mágico, al final hay unas infraestructuras y unos equipos humanos, unas inversiones y unos gastos, una serie de costes en definitiva y unas expectativas de beneficios y, para que la nube siga funcionando, es necesario que éstos, costes e ingresos, y por ende, beneficios, se encuentren adecuada y racionalmente acompasados.
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Sin duda, las preferencias y deseos de clientes y usuarios, o los movimientos de producción entre iguales como el software libre o la wikipedia ejercerán su poderosa influencia y contribuirán a nuevos modelos e ideas.
Pero, al final, los modelos supervivientes lo serán, no sólo porque satisfagan a cliente y usuarios, que también, sino porque sean sostenibles económicamente y, en ese sentido, la sostenibilidad de Internet y los modelos de negocio alrededor de la nube serán, en definitiva, no una decisión emotiva sino, fundamentalmente, nos guste o no, una cuestión de números.
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