miércoles, 20 de enero de 2010

Pienso... luego no dirijo

"Resulta imposible profundizar mucho en una idea cuando se dirige un negocio, sean cuales sean las horas que éste conlleve; dicho simplemente, a menos que uno sea un insensible, las preocupaciones y el sentido de la responsabilidad ocupan un espacio cognitivo precioso. Es posible que uno pueda estudiar, meditar o escribir si uno es un empleado, pero no cuando se dirige un negocio, a no ser que sea un irresponsable.".

Sorprendente, y se me antoja que algo exagerada, esta afirmación de Nassim Nicholas Taleb. No creo que forme parte del núcleo central de su pensamiento. Es sólo una nota a pie de página en la sección de agradecimientos de su afamado libro "El cisne negro".

Algún fondo de verdad, no obstante, sí parece ocultar esta frase. El directivo tiene muchos estrés, muchos temas en que intervenir, muy poco tiempo para decidir, muy poco para pensar...

Aún así, quisiera pensar que, aunque rápido, y quizá menos de lo que deseara, algo sí que piensa. Más nos vale...

2 comentarios:

  1. Un buén directivo debería saber cuales son los asuntos en los que gastar su tiempo y cuales son los asuntos que debería saber delegar.

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  2. Completamente de acuerdo, aunque entiendo que es más fácil decirlo que hacerlo y que en parte va con la persona y el estilo de dirección.

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