viernes, 29 de noviembre de 2019

La industria 4.0 contada por Antoni Garrell y Llorenç Guilera

'La industria 4.0 en la sociedad digital' es un libro, claro, sobre industria 4.0, pero el apellido 'en la sociedad digital' es significativo porque no se trata de un libro completamnete tecnológico ni de gestión de la tecnología, sino que adopta una perspectiva más amplia que incluye la caracterización de la sociedad digital o aspectos como formación o políticas industriales.

El libro se estructura en doce capítulos como sigue:
  • 'Capítulo 1. Las sucesivas revoluciones industriales:' hace un repaso histórico por la evolución de la industria, enfatizando las cuatro revoluciones.

  • 'Capítulo 2. La sociedad 4.0:' Analiza dos aspectos que han transformado la sociedad: la velocidad de los procesadores y la conectividad. y luego analiza ciertos elementos caracterizadores de la sociedad digital como son el comercio digital, la aparición de los prosumidores (productores y consumidores), edificios inteligentes o ciudades inteligentes. Finaliza hablando de algunos aspectos culturales y de humanidades digitales.

  • 'Capítulo 3. Las tecnologías de la Industria 4.0:' Hace un repaso de tecnologías que se integran en el concepto de Industria 4.0 como son el Big Data, , la visión artificial, los robots industriales (incluyendo los autónomos y colaborativos), Internet Industrial de las Cosas, Ciberseguridad, fabricación aditiva (impresión 3D) y realidades virtual, aumentada y mixta

  • 'Capítulo 4. La industria de los productos inteligentes:' hablan de los productos inteligentes que conciben como aquellos capaces de captar datos de su entorno y adaptar el comportamiento en función de ellos. Se nos habla del ciclo de vida de estos productos y de los nuevos sistemas de fabricación

  • 'Capítulo 5. La logística en la Industria 4.0:' Analiza los retos para la logística y del uso de algunas aportaciones tecnológicas como la visión artificial, los robots autoguiados o los drones

  • 'Capítulo 6. Materiales intelientes y nanotecnologías:' Se habla de los nuevos materiales como los materiales cromoactivos, los materiales con memoria de forma, o el significado y aplicaciones de la nanotecnología incluyendo espacio para el grafeno.

  • 'Capítulo 7. Marco ético y socioeconómico de la industria 4.0:' Cambia completamente la orientación del análisis hacia los aspectos éticos y socioeconómicos tratando temas como la problemática de la producción y distribución de agua y alimentos ante la explosión demográfica, la crisis del modelo energético, los problemas climáticos o el analfabetismo. Finaliza hablando del denominado tercer entorno, un nuevo entorno virtual en que las personas deben desenvolverse. También aborda problemáticas de tipo laboral, del uso de la información y de la toma de decisiones.

  • 'Capítulo 8. Las necesidades energéticas:' Hace un breve análisis de las energías usadas en la industria y comenta algunas posibles aportaciones como el uso del hidrógeno, fuentes de energía alternativas como el sonido, etc

  • 'Capítulo 9. La sostenibilidad:' Trata aspectos como las energías limpias, el control del agua o el reciclaje

  • 'Capítulo 10. Los retos de la industria 4.0:' Comenta aspectos como la necesidad de la innovación, de la concentración empresarial , la cooperación o la ética. También analiza el fenómeno de la globalización y aboga por una nueva política industrial y regulación de mercados.

  • 'Capítulo 11. La necesidad de adaptar la formación:' Se plantea la importancia del capital humano y se apuesta por una formación a un tiempo humanista y digital. Luego baja más al detalle anaizando las capacidades necesarias en los nuevos trabajadores y propone tres ejes para la nueva educación (cooperación entre el mundo educativo y productivo, uso de herramientas adecuadas y tutorización personalizada apoyada por inteligencia artificial)

  • 'Capítulo 12. Hoja de ruta para implantar el modelo de industria 4.0:' Propone una hoja de ruta en diez fases para la implantación de la industria 4.0.
Se trata de un libro serio, de visión amplia y abarcadora del fenómeno de la industria 4.0 y su contexto. A cambio, diría que adolece un poco del defecto que rodea a todo el discurso de la industria 4.0 y que en ese sentido puede no ser completamente achacable a los autores: la poca claridad del concepto en sí mismo, de qué hablamos realmente donde cada autor, creo, acaba haciendo su propia interpretación. Cada tecnología o cada opción estratégica o de gestión puede ser interesante por sí misma, pero el conjunto resulta algo difuso.

De todas formas, lo que sí es cierto es que este libro proporciona una perspectiva muy amplia, cubriendo en mayor o menor medida todos las perspectivas posibles, por lo que el lector se puede formar su propio juicio y tener información sobre todos los aspectos que eventualmente integran la industria 4.0 y concentrarse en aquellos que le resulten más relevantes o compararlos con otras visiones.

Antoni Garrell

(Fuente: Sección Ficha en Asamblea Social de la Izquierda de Cataluña.)

Antoni Garrell
Antoni Garrell i Guiu, nacido en L’Espluga de Francolí en 1953, es ingeniero industrial y especialista en gestión de la innovación y economía del conocimiento. Fue cofundador de Cercle pel Coneixement, promotor de la Fundació Indicis centrada en cuestiones de sostenibilidad y clima y presidente de la Fundación Reial Monestir Poblet.

Desde 1998 es director de la Fundació de l’Escola Superior de Disseny. Es autor de siete libros sobre diseño, sistemas digitales y multimedia, entre ellos La competitividad y sus claves, y de más 400 artículos sobre economía técnica. Director de la colección “Papeles para el debate”, está casado y es padre de dos hijas. Además, es coordinador y portavoz de la plataforma El País de Demà que se presentó el pasado 21 de septiembre en el monasterio de Poblet.

Puedes saber más del autor visitando su página oficial o siguiéndole en twitter donde se identifica como @AntoniGarrell.

Llorenç Guilera

(Fuente: Página oficial de Llorenç Guilera)

Llorenç Guilera
Natural de Vic (Osona), provincia de Barcelona. Doctor en Psicología e Ingeniero Industrial.

Especializado en Neurociencias aplicadas a la Creatividad, a las competencias directivas y a la mejora de la memoria y de las capacidades cognitivas.

Profesor creador del Taller de Inteligencia Eficaz. Profesor de Creatividad en la Escuela Superior de Diseño de la Universidad Ramon Llull.

Profesor del Máster de Psicocreatividad de la Universidad Autónoma de Barcelona. Profesor de Competencias directivas en la Escuela de Turismo CETT de la Universidad de Barcelona.

Puedes saber más del autor visitando su página oficial o siguiéndole en twitter donde se identifica como @LGuilera.

Ficha técnica:

EDITORIAL: Marge Books
AÑO: 2019 
ISBN: 978-8417313852
PAGINAS: 290

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miércoles, 27 de noviembre de 2019

Impuestos sobre los robots: la inconveniencia y el absurdo


Cuando se analiza el impacto que la revolución digital tiene y tendrá en la sociedad, uno de los temas importantes que surge es la automatización, la robotización y la eventual destrucción de empleo que puede generar.

Dentro de ese planteamiento, una idea que se baraja es la posibilidad de imponer impuestos específicos para los robots de forma que, con esos ingresos, se pueda financiar un cierto nivel de bienestar para las personas que pierden el empleo por culpa de la automatización.

Una idea, esta de los impuestos a los robots, que considero en primer lugar desafortunada pero no sólo eso: directamente bastante absurda, sin una posibilidad realista de aplicación, porque no refleja la realidad de lo que la automatización es.

No pretendo ser polémico ni agresivo, pero sí asertivo. Sígame el lector, si así lo desea, en el razonamiento y me encantará conocer su opinión.


El contexto

La idea del impuesto sobre los robots, que ya lleva un tiempo sobrevolando eventos, debates y programas, aunque bien es cierto que con escasa concreción, surge de la creencia, probablemente cierta, de que estamos en los umbrales de una automatización masiva, de un despliegue a gran escala de nuevos y más inteligentes robots, de una implantación casi exponencial de la automatización de todos los ámbitos del trabajo en la industria y los servicios.

Si eso es así, y no parece improbable en absoluto, se automatizarán muchas tareas hoy en día realizadas por personas. Por tanto, y a pesar del general convencimiento de que la innovación y las nuevas tecnologías destruyen ciertos empleos pero crean otros nuevos, probablemente más empleos que los que destruyen, se abre paso el miedo a una reducción masiva de la necesidad de mano de obra humana.

Y si esas previsiones se cumpliesen podrían suceder en esencia dos cosas: o un aumento salvaje del paro o bien una drástica reducción de forma generalizada de las horas que compondrían una semana laboral normal (por decir algo, podríamos pasar de las 40 horas semanales a las 20 horas semanales).

En esas circunstancias, o admitimos y sufrimos un empobrecimiento generalizado de las personas, y también un riesgo aún mayor que el actual de no poder sostener el estado del bienestar, o bien debemos tomar alguna medida de amplio alcance que compense de alguna forma los ingresos en forma de salarios perdidos por las personas debido a la eliminación o acortamiento del empleo.

De entre las opciones posibles, una de las que más ha dado de qué hablar es la llamada renta básica  universal.


La renta básica universal

Dicho de una forma sencilla, la renta básica universal serían unos ingresos que recibirían los ciudadanos por el sólo hecho de serlo, sin necesidad de trabajar.

La idea es que, si no es posible dar empleo más que a un número relativamente reducido de personas y con un volumen de horas menor que el actual, para que estas personas puedan vivir dignamente (y de paso,por cierto, para que sigan existiendo como consumidores) es necesario asignarles una suerte de sueldo, asignación o subsidio, sólo por el hecho de existir y ser ciudadanos.

Es una opción a considerar pero supone, de forma implícita, entre otras cosas, que la riqueza que se genera en una economía, se mantiene o incluso se incrementa respecto a la actual o lo que es lo mismo, se destruye empleo pero no riqueza. Por tanto, en teoría existiría riqueza suficiente en la sociedad como para proporcionar a sus ciudadanos unas rentas similares o mayores a las actuales, aunque sea sin trabajar o trabajando mucho menos. Es decir, la eficiencia que introduce la automatización nos permitiría generar riqueza suficiente para que, la falta de empleo, no afectase al bienestar e ingresos de los ciudadanos. 

En esa ecuación, aparte de los ingresos personales habría que considerar, creo, también la financiación de pensiones o asistencia sanitaria, para que se mantuviese el mismo nivel de bienestar.

Es una opción no exenta de dificultades y debate, pero no parece absurdo el planteárselo al menos como hipótesis de trabajo y hacer estudios rigurosos y con números, de la viabilidad, sostenibilidad y conveniencia de la idea.


La fiscalidad en un mundo automatizado

Sin embargo, en las hipótesis precedente, parece necesario un cambio importante del modelo fiscal. Salvo que se tributase seguridad social e IRPF sobre esa renta universal, cosa que a lo mejor no es del todo lógico ni eficiente, lo que parece necesario hacer es incrementar la fiscalidad sobre las empresas.

La lógica sería la siguiente: dado el nivel de automatización, la eficiencia conseguida y la eliminación masiva de masa salarial, parece que, a igualdad de riqueza generada, a igualdad de productos y servicios generados y vendidos, las empresas manejarían márgenes mucho más altos, beneficios antes de impuestos mucho mayores, puesto que tendrían unos costes mucho menores en salarios. Por tanto, sería al menos en teoría viable un incremento notable de la recaudación sobre las empresas (tal vez incrementando los conceptos o tipos impositivos, tal vez confiando en que, la misma carga fiscal aplicada sobre beneficios mucho mayores sería suficiente para proporcionar unos mayores ingresos a las administraciones suficientes para garantizar la financiación de todo el sistema).

Con ese incremento recaudatorio, podríamos, a priori, financiar el estado del bienestar y la famosa renta universal.

De nuevo: es una idea sometida a mucho debate y que precisa estudios rigurosos incluyendo un análisis numérico concienzudo. Pero, a priori, parece al menos razonable considerarlo y estudiarlo. 

Pero, entre los modelos que se proponen como cambio fiscal hay uno que apuesta por gravar con impuestos a los robots. El razonamiento viene a ser: ya que un robot quita el trabajo de humanos, hagamos que ese robot cotice a la seguridad social para sostener a los humanos que sustituye. O si se prefiere, aunque artificial, un robot es un trabajador y, por tanto, hagamos que cotice como tal.

Esa idea, creo que, en cuanto a oportunidad es desacertada pero en cuanto a implementación práctica es directamente absurda.

Veamos por qué.


La inconveniencia

Los impuestos son, principalmente, un mecanismo de recaudación para las administraciones. Mediante impuestos obtienen éstas la financiación que necesitan para su mantenimiento y para la prestación a los ciudadanos de servicios de todo tipo que incluyen la asistencia sanitaria, la limpieza, las infraestructuras, las jubilaciones o los subsidios sociales. 

Pero aparte de esa misión recaudatoria, los impuestos cumplen algún otro papel secundario pero muy relevante. Sirven, por ejemplo, como mecanismo de redistribución de la riqueza, gravando más a las personas físicas o jurídicas con mayores ingresos. Pueden servir también como herramienta de política económica, poniendo más o menos dinero en el mercado (según disminuya o aumente la presión fiscal) constituyendo así un mecanismo de activación o enfriamiento de la economía.

Y sirven también, y a eso voy, como mecanismo de incentivación o desincentivación de ciertas actividades económicas. Por eso, por ejemplo, se pide un menor IVA para el ámbito de la cultura (así se incentiva el consumo de bienes culturales) o se gravan con montañas de impuestos el alcohol o el tabaco ya que se consideran perjudiciales para las personas a nivel individual y para la salud pública a nivel global.

Y es por ese papel incentivador por el que considero muy inoportuno y gravemente desacertado, el asignar impuestos a los robots. Si hacemos eso, estaríamos castigando la innovación, la eficiencia, la mejora del tejido productivo, la competitividad, casi diría que el futuro de nuestra sociedad. Si queremos ser más competitivos y queremos ser alguien relevante en este mundo de la robótica, la automatización y la inteligencia artificial, más vale que lo incentivemos y no que lo castiguemos con nuevos impuestos, unos impuestos, ya les vale, especialmente dedicados a estas tecnologías.

Pero incluso esta idea, a pesar de lo desacertada que la considero, me parece todavía planteable, analizable y debatible. Y me encantaría oír argumentaciones (si se apoyan en datos aún mejor) a favor y en contra de esta idea de los impuestos a los robots.


El absurdo

Pero donde creo que entramos directamente en el terreno de lo absurdo, es cuando pensamos en una aplicación práctica de esta idea de gravar a los robots.

Y el problema surge, en el fondo, de la imposibilidad de definir qué es un robot y cómo los vas a identificar, cuantificar y gravar.

Creo que, quienes apuestan por los impuestos a los robots se están dejando llevar por la fantasía y la ignorancia. Se están imaginando que esos robots a los que vamos a gravar son androides como C3PO o Terminator. Se han dejado llevar por la metáfora y se han creído que esos robots que eventualmente  nos van a quitar los trabajos, tienen cara y ojos, personalidad e individualidad, que son seres artificiales pero perfectamente individualizados e identificables y que se dedican específicamente a sustituirnos. Y que son los únicos entes que lo hacen.

No es así. No es así en absoluto.

Lo que nos puede quitar los puestos de trabajo es la automatización en general, la progresiva realización de más y más tareas por medio de ingenios, físicos o lógicos, donde los robots, supuesto que sepamos definirlos e identificarlos, cosa dudosa, son sólo algunos de los actores implicados. En realidad existe un continuo de tecnologías, unas más visibles y otras menos, unas más modernas y otras más tradicionales, que automatizan, unas más y otras menos, tareas que, en otro caso, realizaríamos las personas.

¿Qué vamos a gravar exactamente? O, dicho de otra forma: ¿qué es un robot? 

Vale, si pensamos en el entorno industrial podemos pensar que los típicos brazos articulados de las fábricas son robots: automatizan tareas antes realizadas por personas y quitan trabajo a las personas así que vamos a gravarlos. Vale ¿y los vehículos autoguiados que transportan materiales y productos terminados a en elaboración dentro de una fábrica o almacén? ¿Son robots? Seguramente se diría que si, que son elementos que automatizan el transporte y que quitan trabajo a personas en almacenes y fábricas. Vale, pero entonces ¿y las cintas transportadoras? ¿Son robots? Al fin y al cabo también automatizan el transporte y eliminan trabajo de personas ¿no?. Y si una cinta transportadora puede ser un robot ¿no lo es un ascensor? ¿y una escalera mecánica? ¿y un oleoducto?

¿En serio vas a gravar a las escaleras mecánicas y los oleoductos? 

¿Y a una calculadora? Elimina montañas de trabajo en materia de realización de cálculos. ¿Las vamos a gravar?

Y ya puestos, ¿por qué no gravamos también a las lavadoras y los lavavajillas? ¡Anda que no eliminan trabajo humano! ¡Ah! Y los robots de cocina, o las aspiradoras tipo 'Roomba'... La de empleos de servicio en el hogar en forma de amas de llaves, limpiadoras, mayordomos, cocineras que todos estos ingenios nos han hecho perder

Y si no ¿cuál es el criterio? ¿que los robots tengan cara y ojos? ¿brazos? ¿que hablen?

La cosa suena quizá más absurda si en lugar de los robots físicos pensamos en software. Llevamos décadas haciendo software que automatiza total o parcialmente ciertas tareas. A lo mejor, en la simplicidad e ignorancia, se piensa en gravar a chatbots o robots RPA... porque en su nombre consta la palabra robot o 'bot' y porque alguno habla y parece tener personalidad.

Pero si consideramos como robot a un chatbot porque habla, exhibe una cierta lógica y elimina trabajo realizado por humanos...¿no deberíamos considerar también como robots las automatizaciones vía IVR (esa que, en el teléfono, nos pide que pulsemos un número u otro según lo que queramos hacer) que se implementan sobre centralitas y que utilizan en tantos y tantos servicios de atención a cliente? También son automatizaciones, también hablan y también eliminan muchísimo trabajo y empleo de humanos. Entonces, cuándo gravemos a los robots, ¿vamos a grabar también a las centralitas de voz? ¿en serio?

Si ahora pensamos en robots RPA, hablamos de unos módulos software que eliminan trabajo repetitivo realizado por humanos interaccionando con pantallas de aplicaciones y documentos electrónicos. Y claro, los consideramos robots porque realizan el trabajo que habitualmente harían personas y porque además, alguien pensó en su momento que llamarle robots a esos módulos software era atractivo. Pero un antecedente de RPA son las macros, los 'mini-programitas' incrustados en documentos como las hojas de cálculo... y que también automatizan labores repetitivas realizadas por personas eliminando así la necesidad de esas horas de trabajo humano. Si me dices que un software RPA es un robot, también lo serían las macros ¿no? De hecho algún fabricante de RPA habla de 'macros on steroids' para referirse a su producto, Y si vas a grabar a los robots RPA... ¿en serio me vas a gravar también por las macros que utilice en Excel?

¿Si? ¿No? Te ofrezco otra alternativa, a ver qué te parece: en lugar de hablar de 'Automatización Robótica de Procesos' la rebautizamos y la llamamos 'Automatización supercalifragilística-espialidosa de procesos'. Ya no son robots, ya no tiene que pagar impuestos ¿no?

Ahora que lo pienso, los clientes de correo electrónico cada vez automatizan más reglas y filtros para hacer más sencillo el tratamiento del correo o quitarnos spam...ahorrando trabajo de personas. ¿Vas a gravar los clientes de correo electrónico? Y ahora caigo en que el propio correo electrónico elimina puestos de trabajo de carteros, transportistas, clasificadores... ¿Vamos a gravar el correo electrónico?

¿Y los ERP? ¿Y los CRM? ¿Y las pruebas automatizadas en DevOps? ¿Y los programas de gestión de nóminas? ¿Y los de contabilidad? ¿No automatizan todos ellos trabajo y nos eliminan muchísimas horas de actividad y por tanto de empleo de humanos?

¿Vas a gravar a los ERP, a los CRM, a las automatizaciones de pruebas o al software de contabilidad o nóminas? ¿en serio?


Seriedad

Creo que algunos aspirantes a pensadores del mundo digital, a legisladores modernos o quizá presuntos salvadores de un mundo sin empleo, deberían conocer un poco más la realidad digital antes de atreverse a proponer una medida de tanto calado como esos presuntos impuestos a los robots... que en el fondo no sabemos lo que son.

Deberían pasar del discurso de tertulia o evento a la realidad de la tecnología y los números. Estoy seguro de que descubrirían cosas y cambiarían, espero, de opinión.

En cualquier caso, pediría seriedad y rigor.

Nuestra competitividad y progreso, el empleo en nuestra sociedad, la sostenibilidad de nuestro sistema de protección social, de pensiones o de jubilaciones, nuestra economía del bienestar, la realización de las personas y tantas otras cosas valiosas están en juego hoy día y dependen en buena medida de cómo gestionemos la tecnología, el empleo y los impuestos en este mundo super-automatizado. Muy grandes son los riesgos pero también, por suerte, muy grandes las oportunidades.

Pero hemos de trabajar con rigor. Con mucho rigor.

Por favor, seamos serios en los análisis y en las propuestas. 

Nos va mucho en ello.


lunes, 25 de noviembre de 2019

La leyenda de los ordenadores personales sin disco duro


Pues si, existieron.

Los ordenadores personales sin disco duro existieron... aunque para las nuevas generaciones puedan parecer increíbles, inviables, inútiles...

No seré original al contar anécdotas de la perplejidad que causa el choque generacional en materia de tecnología. Cómo, lo que en un tiempo que a los más maduros (por decirlo de alguna manera) aún nos parece cercano, existieron unas soluciones tecnológicas que los más jóvenes ni siquiera han oído mencionar y les provocan sorpresa y perplejidad.  

Es harto conocida ya la anécdota de quien no sabe explicar por qué el icono de 'Guardar' que existe en tantas aplicaciones tiene ese dibujo (el de un disquette).

No seré original, por tanto, pero es que esta vez lo he vivido tan de cerca, tan en primera persona, que no resisto la tentación de contarlo.

Este fin de semana, una de mis hijas (no daré más datos por prudencia, pero ya es adolescente) observó el lomo de un libro dedicado a Windows 3.1 que tengo en mi estantería (no es que un libro sobre Windows 3.1 a estas alturas añada mucho en materia tecnológica, pero es que siempre me ha dado pena deshacerme de un libro).

El caso es que le hizo mucha gracia la mención a una versión tan antigua de Windows, una versión que ella no había oído ni nombrar. Le expliqué que en su momento fue todo un éxito y la primera versión realmente estable y popular de Windows (quizá hubiera sido más justo si le hubiese mencionado la 3.0, pero no venía al caso). Y, como ilustración, le dije que yo había probado la versión Windows 2.0 que aún venía en disquettes... (¿en qué?). Entonces, cuando le quería contar lo incómodo que resultaba tener que estar cambiando continuamente de disquette, ella empezó a no entender algo. ¿Cómo que cambiar de disquette?

Y caí en la cuenta de que le tenía que explicar que en mis primeros tiempos con ordenadores personales (principios/mediados de los años ochenta) la mayoría de los clónicos no disponían de disco duro y los que lo tenían, eran de 20 Mb. Y eso se consideraba todo un lujo, todo un alarde de potencia

Mi hija no daba crédito ¿un ordenador personal sin disco duro? ¿Cómo era posible?

El remate fue cuando, además, le conté que en aquella época no disponíamos de conexión a Internet. Y entonces ya sí que no entendió nada. Ella, acostumbrada a encontrarlo todo en la red y poder almacenar fotografías en su smartphone, conocía ahora, por primera vez, la realidad, la antigua realidad, de unos ordenadores sin disco duro y sin conectividad.

Y es que somos conscientes del tiempo y de los cambios que trae consigo cuando miramos atrás, y más aún si lo hacemos de la mano de los más jóvenes.

Y es que, además, unas décadas son mucho tiempo para una vida humana pero, hablando de tecnología, son toda una eternidad.

Pero si. Los ordenadores personales sin disco duro existieron. Y fueron enormemente útiles, probablemente una de las puntas de lanza de la revolución digital que hoy día disfrutamos.

Quizá para nuestros hijos, esos computadores personales primeros, no sean más que historia, pasado, probablemente antiguallas. 

Pero, para los que los vivimos, usamos y disfrutamos, para los que iniciamos con ellos la revolución digital, su lugar no son los desvanes, el desprecio ni el olvido sino, más bien, la admiración y la leyenda...

viernes, 22 de noviembre de 2019

La guía Agile de PMI y Agile Alliance

La 'Agile practice guide' es fruto de un trabajo conjunto entre PMI (Project Management Institute) y la Agile Alliance para hacer confluir, de alguna manera, la visión más tradicional y amplia del PMI con la muy específica de Agile y crear una guía práctica para éste segundo caso.

La guía, que es de una extensión media-corta, se estructura en siete capítulos:

  • '1- Introduction' comienza hablando de los enfoques predictivo y agile y luego presenta la guía con una explicación de los capítulos que la componen.

  • '2- Introduction to agile' habla brevemente de los proyectos de alta incertidumbre (donde encuentra su territorio natural el enfoque agile). Luego explica el manifiesto agile y la actitud que supone. Habla brevemente de Lean y Kanban y finaliza con unas consideraciones sobre la incertidumbre y la complejidad en los proyectos.

  • '3- Life cycle selection' Explica cuatro ciclos de vida (predictivo, iterativo, incremental y agile) y cuándo resultan adecuados. También habla de modelos mixtos.

  • '4- Implementing agile: creating an agile environment' habla de cómo poner en marcha una iniciativa agile. Nos habla fundamentalemente de las personas: del equipo y los roles.

  • '5- Implementing agile: delivering an agile environment' adopta un enfoque algo más metodológico y así, por ejemplo, introduce una serie de buenas prácticas agile: retrospectivas, preparación y refinamiento del backlog, reuniones diarias y demostraciones y revisiones. También habla de cómo resolver algunas problemáticas y del seguimiento y medida de proyectos en el enfoque agile.

  • '6- Organizational considerations for project agility' comenta aspectos diversos y algo heterogéneos como gestión del cambio, cultura organizacional, contratos, oficina de proyectos, coordinación interequipos o estructura organizativa.

  • '7- A call to action' Un breve cierre que anima a seguir en contacto con las comunidades agile y de dirección de proyectos.
A los capítulos propiamente dichos se une una larga serie de anexos:
  • 'A1 PMBOK Mapping Explica brevemente cómo aplica al caso agile cada una de las áreas de conocimiento del PMBOK

  • 'A2 Agile Manifesto Mapping estabece una correspondencia entre los valores del manifiesto agile y lo descrito en la guía

  • 'A3 Overview of agile an lean framewors hace un repaso express por los diferentes frameworks agile, tocando Scrum, eXtreme Programming, Kanban, Crystal, Scrumban, Feature-Driven-Development (FDD), Dynamic Systems Development Method (DSDM) y Agile Unified Process. Además comenta alguna idea para escalar estos frameworks a equipos grandes o multiequipos.

  • 'X1 Contributors and reviewers simplemente, listado de organizaciones y personas que han participado

  • 'X2 Attributes that influence tailoring una guía de alto nivel para la personalización de agile

  • 'X3 Agile suitability filter tools propone un modelo para evaluar lo apropiado de usar un enfoque agile
La 'Agile practice guide' es, creo, un librito oportuno que aporta una visión preliminar del mundo agile y cómo encaja con la visión de dirección de proyectos más tradicional. Es una guía correcta, que no brillante, y que sirve muy bien como introducción aunque probablemente precise de un estudio más detallado, tanto del framework agile de nuestra elección, como de la propia doctrina de dirección de proyectos contenida en el PMBOK.

Ficha técnica:
AÑO: 2017 
ISBN: 978-1628251999
PAGINAS: 210


lunes, 18 de noviembre de 2019

Estructura de la planta de automatización industrial


Cuando hablamos de tecnología digital y de robotización, solemos pensar, consciente o inconscientemente, más en el ámbito de la prestación de servicios y de los procesos administrativos, comerciales o de oficina que en el mundo industrial o de la fabricación.

Y en cierto modo es paradójico, teniendo en cuenta que el propio término 'robotización' parece que debería sugerirnos mirar hacia las impresionantes plantas robotizadas que ya desde hace bastantes años existen en las factorías, quizá de forma más visible en lo que a la automoción se refiere. 

Lo cierto es que el mundo industrial es más desconocido y está más ausente de los discursos 'modernos' sobre tecnología, incluso cuando se habla de 'industria 4.0'.

Buscando información sobre Internet Industrial de las Cosas, he tenido la oportunidad recientemente, de informarme y actualizarme sobre automatización industrial y he intentado, como suelo hacer, estructurar un poco la información y los conceptos.

En ese sentido, me ha resultado interesante, y es lo que recojo en este post, dos modelos, dos arquitecturas si se quiere, que he encontrado comentadas en el libro 'Hands-On Industrial Internet Of Things' de  Giacomo Veneri y Antonio Capasso.

El primero nos muestra el modelo CIM (Computer Integrated Manufacturing). En el modelo se ve una versión simplificada de la Pirámide CIM con cinco niveles y, flanqueándola a derecha e izquierda, qué tipo de equipos y sistemas encontramos en cada nivel (derecha) y qué tipo de redes (izquierda). Me refiero a la siguiente figura:


Pirámide CIM frente a equipos y redes industriales
El siguiente modelo, que quizá, más que modelo es una ilustración, nos muestra esos equipos y redes pero en unas capas algo más visuales y probablemente más ilustrativas. Sería la siguiente:


Esquema de equipos y redes en entorno industrial

En ambas formas de presentarlo, observamos en la parte inferior, justo en contacto con el proceso físico, a los sensoresactuadores incluyendo válvulas, compresores y bombas.

Encontramos en el nivel de supervisión, e intermediados por una red especializada en tiempo real ('fieldbus') al primer nivel de control con PLCs, DCSs y microcontroladores.

Subimos un nivel más, a través de otra red especializada (bus de control) y pasamos a la supervisión con sistemas como los SCADA.

A partir de ahí, ya los sistemas, aunque del ámbito industrial, se parecen más a los sistemas de información de otros campos y, así tenemos los MES (Manufacruring Execution System) y los registros de activos.

En la cima de la pirámide, ya cruzamos plenamente con la informática de gestión, con los ERP (Enterprise Resource Planning) y también redes más comunes (Ethernet / WiFi)

No voy a detenerme a describir cada tipo de equipo o sistema porque, aparte de resultar largo, lo que realmente quiero destacar es esa visión general y, sobre todo, esa estructuración de lo que nos podemos encontrar en el ámbito industrial, en el campo de la automatización, con sólo una excepción notable: los robots industriales.

Habrá que rellenar ese hueco en algún momento...

lunes, 11 de noviembre de 2019

Factores que impulsan el despegue de Internet de las Cosas


Aunque resulta bastante sencillo visualizar y entender lo que es Internet de las Cosas, quizá no resulta tan fácil definirlo o, más bien, acotarlo y saber dónde empieza una solución de conectividad a ser Internet de las Cosas y donde no llega. 

Y eso es así porque, aunque solemos hablar de Internet de las Cosas como una tecnología, en realidad no es tal sino, más bien, un concepto o un tipo de soluciones que aúnan en su seno un conjunto de varias tecnologías. 


There is no one specific new technology or invention, but rather a set of already existing technologies that have been developed. These have created an ecosysten and a technology environment which makes the connection of different things possible, efficient and easy from a technical perspective, profitable from a market perspective, and attractive from a productions-cost perspective.

Esto es, Internet de las Cosas es realmente un ecosistema de tecnologías que hace viable e interesante la creación de soluciones que implican a dispositivos diferentes interconectados a través de Internet.

Pero ya hace muchos años que disponemos de tecnologías para la conexión de dispositivos, para la comunicación de estos dispositivos entre sí, y para la actuación de determinados sensores y actuadores sobre un entorno físico, sea éste industrial o no. 

¿Por qué entonces este interés en Internet de las Cosas? ¿Por qué tan altas expectativas? ¿Por qué se espera tanto impacto? ¿Por qué ese despegue desde ya y con perspectiva de aumentar los próximos años?

Los mismos autores citados, y en la obra citada, identifican una serie de factores habilitadores de Internet de las Cosas. En concreto, se trata de estos siete: 
  • Nuevos y más avanzados sensores: uno sensores con más capacidades, más maduros y con menores costes y diseñados para ocultar sus complejidades e interactuar de forma sencilla a través de interfaces digitales. Sensores que, además, se han estandarizado en la familia de estándares IEEE 1451.

  • Nuevas redes y conectividad inalámbrica: y en este aspecto se apunta a las redes de área personal (PAN, Personal Area Networks) y redes de baja potencia (LPN, Low Power Networks), como mecanismos de interconexión entre sensores y dispositivos, optimizando el ancho de banda y el consumo de energía.

  • Nuevos procesadores y microprocesadores: procedentes del campo de los dispositivos móviles, de mucha potencia, bajo precio y funcionando bajo frameworks abiertos.

  • Sistemas operativos en tiempo real: donde la batalla competitiva ha llevado a disponer de plataformas más sofisticadas y potentes.

  • Tecnología de virtualización: que, bajo el modelo cloud, proporciona servicios bajo demanda de forma flexible y personalizada, que minimiza el CAPEX (inversión) necesario poniendo el peso, por el contrario, en el OPEX (gasto)

  • Convergencia de TI y tecnología operacional: que permite una adopción mayor de elementos de catálogo comercial en segmentos donde la práctica tradicional era el hardware personalizado.

  • Difusión de móviles y redes sociales: que crea la cultura en los consumidores de encontrar la información a través de Apps.

En esta enumeración lo que quizá me sorprende es que, en el apartado de la conectividad, no se mencione la difusión y evolución de las nuevas redes móviles WAN, y muy especialmente, las expectativas sobre 5G.

En cualquier caso, la consecuencia, en palabras de los propios autores son: 

The preceding factors are making it possible to transition from a vertical, legacy platform with an application organized hierarchically, with the data confined in silos, to a horizontal. modular, and cloud-based platform. This new platform uses a standarized API layer that provides high interoperability  capabilities and the ability to share data and information betweeen applications.

Es decir, que se posibilitan soluciones de amplio espectro, modulares, apoyadas en la nube y basadas en APIS estandarizadas.

Más que interesante.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Arquitecturas Cloud Nativas con Tom Laszewski et al.

'Cloud Native Architectures' es, fiel a su nombre, una descripción amplia y rigurosa de los diferentes aspectos de las arquitecturas cloud nativas, es decir, de aquellas que se crean desde el principio en la nube, con sus mejores prácticas y técnicas de diseño. Aunque, casi, casi, lo podemos considerar un manual completo sobre cloud computing, su tecnología y su gestión, en la que se incluye también análisis sobre patrones de migración hacia la nube, partiendo no desde situación cloud nativa, sino desde legados.

El libro, algo extenso, se estructura en doce capítulos:
  • 'Introducing Cloud Native Architectures' comienza dando una definiciónde las arquitecturas cloud nativas y a continuación define un modelo de madurez cloud native que va a guiar el discurso en el resto de libro, un modelo con tres ejes: servicios cloud nativos, diseño centrado en la aplicación y automatización. A medida que explica el modelo, también aprovecha para introducir otros conceptos como agile y DevOps, cloud híbrida, multicloud, etc

  • 'The Cloud Adoption Journey' desarrolla los mecanismos de adopción y sobre todo migración hacia la nube. Acaba explicando una serie de patrones de migración pero antes toca temas como los diferentes drivers para ir a la nube (agilidad, coste, seguridad, gobierno, expansión de la compañía, etc). También nos habla del modelo operativo, de la gestión del proyecto, del riesgo, aseguramiento de la calidad, etc y algunos aspectos de diseño como las 'landing zones', el diseño de la red, etc

  • 'Cloud Native Application Design' primero introduce algunos patrones de diseño de sistemas para luego desarrollar la idea de contenedores y serverless.

  • 'How to choose Technology Stacks' Comienza hablando del ecosistema de actores (proveedores cloud, ISVs y consultoras) para luego abordar los mecanismos de adquisición (incluyendo marketplaces y catálogos de servicios, consideraciones de licenciamiento y open source). Sigue con algunos modelos de gestión de servicios y termina con consideraciones sobre sistemas operativos.

  • 'Scalable and Available' Introduce el concepto de la hiper-escala. Luego desarrolla cómo son las arquitecturas always-on e incluso las infraestructuras auto-curativas ('self-healing'). Finaliza explicando una serie de herramientas especificas. incluyendo Simian army, Docker, Kubernetes, etc

  • 'Secure and Realiable' Aborda ahora lo relativo a seguridad explicando elementos como los firewalls, los logs y la monitorización, gestión de la identidad, encriptado, etc. Finaliza introduciendo, de nuevo, herramientas concretas para este campo como Okta, Centrify, etc

  • 'Optimizing Cost' Cuenta algunos conceptos de economía cloud y luego aborda algunas buenas prácticas incluyendo la optimización del tiempo de computación y del almacenamiento. Finaliza, de nuevo, presentando algunas herramientas concretas, como Cloudability o AWS Trusted Advisor.

  • 'Cloud Native Operations' Se centra ahora en lo que es la operación en la nube, comparando primero el modelo tradicional, con el modelo en la nube imbuido de los conceptos de apificación y DevOps. Habla, también, de los equipos reducidos (equipos 'dos pizzas') y de los proveedores de servicio. Entre las herramientas que presenta en esta ocasión se encuentran por ejemplo, Slack y Github.

  • 'Amazon Web Services' Explica con cierto detalle la solución AWS de Amazon, eestudiándola en los tres ejes del modelo.

  • 'Microsoft Azure' Presenta la plataforma Azure según los tres ejes.

  • 'Google Cloud Platform' Cuyenta la solución de Google, de nuevo, según los tres ejes del modelo de madurez.

  • 'What's Next? Cloud Native Architecture Trends' Finaliza, intentando visualizar las tendencias en cloud para los siguientes tres años. Habla de cosas como una mayor abstracción de los servicios de infraestructura, una mayor presencia de la inteligencia artificial y el machine learning, un camino hacia la completa automatización de la operación, del desarrollo nativo en la nube, etc.
'Cloud native architectures', es un muy buen libro sobre cloud, que adopta una visión sobre todo de arquitectura de sistemas, pero que también hace incursiones en otros dos sentidos: por un lado, hacia algo más de detalles tecnológicos, lo que lo acercaría ligeramente al mundo de los desarrolladores y, por otro, hacia el mundo de la gestión con elementos de operación, proyectos, equipos y gestión del cambio.

Un buen libro, interesante, con muchos conceptos, y de complejidad entre media y media-alta.

Tom Laszewski

(Fuente: Traducción y ligera elaboración propia de la sección 'Acerca de' en su perfin LinkedIn)

Tom Laszewski
Un tecnólogo y líder reconocido en cloud computing. Ha trabajado con clientes variados desde ISVs hasta startups pasando por empresas medianas y globales. Posee una amplia experiencia en la arquitectura de soluciones basadas en la nube, en incubar, construir y dirigir equipos globales, en el desarrollo de partnership tecnológicos, gestión de proyectos empresariales y definir e implementar estrategias de adopción de cloud.

Estableció el equipo AWS Global Solution Implementers and Influencers (GSII) Solution Architects (SA), haciendo crecer el equipo hasta 45 arquitectos de soluciones, y colaborando en la gestión de un negocio de un billon de dólares.

Primer miembro de la Americas Enterprise Technologist construyendo ralaciones con directivos de clientes de Fortune 1000, diseñando soluciones cloud nativas y dando soporte a transformaciones en gran escala.

Ha ocupado posiciones importantes en Oracle y Amazon Web Services. Es co-autor de cinco libros y numerosos white papers y es un solicitado conferenciante.

Puedes saber más del autor visitando su perfil en LinkedIn o siguiéndola en twitter donde se identifica como @migrating2cloud.
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jueves, 7 de noviembre de 2019

¿Qué hace a Internet Industrial de las Cosas diferente del IoT 'normal'?


Hace algunas fechas finalicé la lectura del libro 'Hands-On Industrial Internet of Things: Create a powerful Industrial IoT infrastructure using Industry 4.0' de Giacomo Veneri y Antonio Capasso, realmente un buen libro que proporciona perspectiva no sólo sobre Internet Industrial de las Cosas sino, en general, sobre toda la automatización industrial.

Y el primer aspecto del libro que quiero entresacar en este post es la diferencia entre el Internet de las Cosas que podríamos denominar 'normal' o de consumo, aquel que no lleva consigo el apellido de industrial, y su variante industrial, el IIoT.

Todavía bastante al principio del libro, los autores identifican ocho factores que hacen a Internet Industrial de las Cosas diferente de su primo no industrial:

  • Seguridad Aunque la ciberseguridad es crucial también en el entorno no industrial, en los ambientes industriales adquiere un cariz diferencial por razones como que el ciclo de vida de los dispositivos es más largo, y con frecuencia se basan en procesadores, chips y sistemas operativos legados no pensados para conectarse a través de Internet, lo que significa que 'habitan' en la red de área local (LAN) aislados mediante firewall del exterior.

  • Criticidad/disponibilidad Es crítico que los sistemas industriales permanezcan en funcionamiento ya que, de lo contrario, las pérdidas pueden implicar serias pérdidas económicas.

  • Legados y diversidad de fuentes de datos en los entornos industriales en los que debe operar IIoT, existen multiplicidad de tecnologías legadas así como diversidad de fuentes de información procedentes de equipos y sistemas como PLC, SCADA, DCS, ERPs,...

  • Redes industriales que tienen características singulares como el hecho de ser especializadas y deterministas y atendiendo a decenas de miles de robots, sensores y controladores.

  • Complejidad de 'las cosas' en general, los objetos, las 'cosas' son bastante mas complejos en los ambientes industriales que los que nos podemos encontrar en los entornos de consumo.

  • Prioridades diferentes, unas prioridades que en el entorno industrial apuntan a la robustez, resiliencia y disponibilidad, siendo, por el contrario, menos relevantes aspectos como la usabilidad y la experiencia de cliente tan importantes en el sector consumo.

  • Flexibilidad Dado que los equipos industriales como PLCs, CNC, etc se reprograman con cierta frecuencia para adaptarse a nuevos procesos productivos, las soluciones IIoT deben proporcionar una flexibilidad equivalente.

  • Propiedad intelectual que es un asunto especialmente sensible en el mundo industrial

A la espera de un estudio más detallado, estos ocho factores más que explicarnos en qué son diferentes las soluciones IIoT frente a las IoT, nos apuntan al por qué de esas diferencias.


lunes, 4 de noviembre de 2019

Diez beneficios que traen consigo los smart contracts


Dentro del mundo del blockchain, uno de los conceptos más en alza y probablemente más prometedores es el de los contratos inteligentes ('smart contracts').

El nombre de contrato inteligente es ligeramente engañoso e incluso limitado para designar la idea más amplia de las aplicaciones distribuidas (DApps) que tanto impulso reciben a partir de la plataforma Ethereum.

Aunque la idea de las aplicaciones distribuidas es de mayor alcance y aunque en muchos casos los contratos inteligentes no pueden ni siquiera considerarse estrictamente contratos (en el sentido legal), lo cierto es que uno de los usos de este concepto es el de la implementación automatizada de acuerdos entre partes (se considere o no a esos acuerdos como verdaderos contratos).

En el libro 'Blockchain technology - Smart contract, sus autores, Bashar Almunyyer y Abdallah Daodiah, definen de esta forma los contratos inteligentes:

A smart contract is a computer program designed to facilitate, verify and enforce an agreement.

Una definición muy orientada a su uso para implementar acuerdos entre partes, sin considerar otras opciones de las DApps. Los mismos autores, abundan en la explicación del concepto, con esa orientación a implementación automatizada de acuerdos, afirmando:

Smart contracts are self-verifying, self executing agreements that can function autonomously.

Estos autores, una vez establecida esa definición, identifican diez beneficios de los Smart contracts (si se prefiere, de los acuerdos implementados como Smart contracts) frente a contratos o acuerdos tradicionales. Los diez beneficios que apuntan son los siguientes:

  • Precisión al tratarse de acuerdos automatizados, no existe lugar para la imprecisión. Una vez correctamente definidos, son completamente claros y precisos.

  • Trasparencia los términos y condiciones del acuerdo son claramente visibles para todas las partes involucradas.

  • Claridad de las comunicaciones Dada la necesidad de definir con precisión los resultados del acuerdo, no hay lugar para los maos entendidos o malas interpretaciones.

  • Velocidad Los acuerdos recogidos en Smart contracts se ejecutan como software y, por tanto, lo hacen muy rápidamente, pudiendo ahorrar muchas horas con respecto a lo que ocurre en contratos tradicionales.

  • Seguridad utilizan los niveles más altos de encriptación y seguridad existentes en la actualidad. con lo que, sin poder garantizar su absoluta invulnerabilidad, si, al menos, el mayor nivel de protección.

  • Eficiencia obtenida como subproducto de la velocidad y precisión.

  • Sin papeles ya que viven y se ejecutan en el mundo virtual.

  • Almacenamiento y backup la información se almacena de manera permanente y son recuperables en caso de pérdida.

  • Ahorros ya que eliminan la necesidad de muchos intermediarios (abogados, testigos o bancos, por ejemplo).

  • Confianza debido a su naturaleza trasparente, autónoma y segura. que elimina posibilidades de manipulación.

A estos diez beneficios, los autores añades, a modo de 'bonus' el adicione de Resultados garantizados porque, virtualmente, eliminan la necesidad de litigios y juicios.

Aunque quizá la consideración de los Smart contracts tan ligados a una implementación de acuerdos sea algo limitada, esta lista de beneficios nos pueden ayudar a comprender algunos de los porqués del auge de los contratos inteligentes.

viernes, 1 de noviembre de 2019

El ingenio colectivo según Linda Hill, Greg Brandeau, Emily Truelove y Kent Lineback

'Collective genius' es un libro a caballo entre la innovación y el liderazgo. Lo que nos muestra es, precisamente, el modelo de liderazgo de la innovación que los autores deducen como más efectivo tras trabajar con directivos de empresas claramente innovadoras. En esencia la propuesta consiste en que el líder, no tiene tanto que crear una visión e impulsar la innovación, como se entendería en un liderazgo más tradicional, sino en crear la cultura y el ambiente adecuados para que esa innovación surja y se desarrolle.

El libro apenas incluye conceptos teóricos y más bien se dedica a ilustrar las ideas, que en el fondo son muy pocas, con la historia de los directivos y empresas más relevantes que sirven de base al análisis. Los contenidos se estructuran en 9 capítulos agrupados en tres partes como sigue:
  • 'Introduction

    • 'Chapter 1: What collective genius look like' habla de la importancia de la innovación como fuente de ventaja competitiva y, apoyándose en el caso de Pixar y su presidente, Ed Catmull, identifica tres elementos que hacen los grandes los líderes de la innovación: crear organizaciones que colaboran, promover el aprendizaje basado en el descubrimiento e impulsar un modelo de decisión integrativo.

    • 'Chapter 2: Why collective genius need leadership: the paradoxes of innovation' identifica una paradoja básica y es que se necesita el talento individual pero también que ese talento individual se integre para producir una innovación colectivamente. De ahí deriva otras seis paradojas que deben equilibrar polos aparentemente opuestos: individuo versus colectivo, soporte versus confrontación, aprendizaje frente a rendimiento, improvisación frente a estructura, paciencia frente a urgencia y enfoques de abajo a arriba y de arriba a abajo.

    • 'Chapter 3: recasting the role of the leader' toma como modelo a Vineet Nayar, CEO de HCL Technologies y concluye que hay que cambiar el modelo de liderazgo hacia un modelo en que el líder no tenga todas las respuestas sino que ceda su equipo el poder de innovar.


  • 'Part I: Leaders create the willingness to innovate

    • 'Chapter 4: Creating a community' Se basa en el caso de Luca de Meo, CMO en Volkswagen y concluye que la mejor forma de que las personas deseen innovar es que se sientan parte de una comunidad.

    • 'Chapter 5: Beyond purpose: values and rules of engagement' Adopta el caso de Kit Hinrichs, socio de Pentagram, para hablar de la importancia de los valores compartidos y de unas reglas de compromiso que deben incluir la confianza, el respeto mutuo, la confianza mutua o la influencia mutua.


  • 'Part II: Leaders create de ability to inovate' recuerda la necesidad de las tres capacidades de las empresas innovadoras: colaboración, aprendizaje basado en descubrimiento y toma de decisiones integrativa y dedica a cada una de ellas un capítulo

    • 'Chapter 6: Creative abrasion'
    • propone esta abrasión creativa que consiste en crear una especie de mercado donde las ideas compitan a través del discurso y el debate y lo ilustra mediante el caso de Greg Brandeau en Pixar.

    • 'Chapter 7: Creative agility', una agilidad creativa que consiste en la capacidad de aprender mediante el intento de diferentes opciones y observación de los resultados. En este caso, Phillipp Justus de eBay en Alemania, sirve como modelo.

    • 'Chapter 8: Creative resolution' La resolución creativa, en el fondo, no es más que tomar una decisión. Tras haber creado y debatido ideas, haber intentado diferentes opciones y aprendido de ellas, se trata de elegir finalmente un camino y apostar por él. Esta capacidad se ilustra con el caso de Bill Coughran, responsable de ingeniería en Google.


  • 'Part III: Collective genius 2.0: inventing the future

    • 'Chapter 9: Cultivating an innovation ecosystem' afirma que la innovación cada vez se circunscribe menos a las fronteras de una organización y que es preciso cultivar ecosistemas de colaboración e innovación.
Y finaliza con un epílogo 'Where will we find tomorrow's leaders of innovation?' donde resume las características de los líderes de la innovación.

'Collective genius' es un libro a ratos ameno que transmite un conjunto muy reducido de ideas que ilustra a través de un amplio desarrollo de historias concretas de líderes y casos en empresas concretas y bien conocidas. Aunque ese es un estilo exitoso de escribir libros de management, en mi caso hubiese preferido acortar más los ejemplos y, a cambio, un mayor desarrollo conceptual y metodológico.

Linda A. Hill

(Fuente: Traducción y ligera elaboración propia de su ficha de profesor en Harvard.)

Linda A. Hill
Linda A. Hill es profesora de Administración de Empresas en Harvard Business School y presidenta de la Leadership Initiative, estando considerada una de las mayores expertas en liderazgo. Es co-autora de 'Collective Genius: The Art and Practice of Leading Innovation', co-fundadora de Paradox Strategies y co-creadora del Innovation Quotient. Fue designada por Thinkers50 como una de las pensadoras de management más importantes del mundo en 2013 y recibió el premio Thinkers50 Innovation Award en 2015.

Su investigación se centra en la implementación de estrategias globales y liderazgo de la innovación, construcción de ecosistemas y organizaciones innovadoras, desarrollo de líderes para la innovación y el papel del comité en el gobierno de la innovación. Es autora de reputados artículos y libros sobre liderazgo incluyendo su libro 'Collective Genius: The Art and Practice of Leading Innovation' . 'Collective Genius' fue nominado por Business Insider como uno de los 20 mejores libros de negocios en 2014 y recibió la Gold Medal for Leadership, Axiom Business Book Award. En 2015, Hill, junto con los otros co-autores, recibió el primer Warren Bennis Prize por el artículo en Harvard Business Review “Collective Genius” basado en el libro. Hill es también co-autora de 'Being the Boss: The 3 Imperatives of Becoming a Great Leader' seleccionada por el Wall Street Journal como uno de los “Five Business Books to Read for your Career in 2011” y autora de 'Becoming a Manager: How New Mangers Master the Challenges of Leadership'. Sus libros se encuentran disponibles en múltiples idiomas. Ha sido autora o co-autora de numerosos artículos en Harvard Business Review incluyendo “Where Will We Find Tomorrow’s Leaders”, “Winning the Race for Talent in Emerging Markets” y “Are You a High Potential?”. Participa en HBS Press Pocket Mentor series Managing Up, Hiring, Becoming a New Manager, and Negotiating Outcomes.

Ha presidido numerosos programas ejecutivos incluyendo el seminario "Organization Presidents", el programa High Potentials Leadership y Building a Culture of Innovation.

Hill ha estado al frente del desarrollo de varios programas de aprendizaje innovadores para mandos, incluyendo Breakthrough Leadership, ganador del Brandon Hall Group Award for Best Advance in Unique Learning Technology en 2013 y programas de desarrollo como High Performance Management.

Puedes saber más de la autora visitando su perfil en LinkedIn o siguiéndola en Twitter donde se identifica como @Linda_A_Hill.

Ficha técnica:

EDITORIAL: Ingram
AÑO: 2013
ISBN: 978-1422130025
PAGINAS: 320