Confieso que busco el titular. Confieso que quiero llamar la
atención y promover el debate... Pero es por un buen motivo y con causa, creo
yo, justificada.
El concepto de Transformación
Digital ha alcanzado esa situación, de dudosa conveniencia pero tan común
en el mundo de la tecnología, en que se habla mucho de ella, sin que exista un
concepto claro y generalmente admitido, sin que exista un conocimiento profundo
pero con abundancia, eso sí, de opiniones, artículos, publicaciones, predicciones
y todo tipo de habladurías y ‘escriturías’.
Eso que en inglés se llama ‘hype’ pero que no se me ocurre cómo expresarlo
adecuadamente en español.
Y en ese campo abonado para la confusión, abundan, o al menos
a mí se me han dado con frecuencia a contemplar, artículos, sin duda
interesantes y bien intencionados, que proclaman en su título frases como ‘No os engañéis: la transformación digital no
va de tecnología’ o bien ‘La
transformación digital va de personas’ o la fusión de ambos: ‘La transformación digital no va de
tecnología sino de personas’. U otras variantes de la misma idea que
intentan desplazar el foco de lo tecnológico a lo humano.
Se trata con frecuencia de artículos interesantes,
fundamentados, bien intencionados y con una buena dosis de razón. Pero se trata
también de artículos que, como yo ahora, parecen buscar el titular, parecen buscar
el sorprender con esa apelación a lo humano con la desventaja de que, en esa
sorpresa, puede anidar en este caso la confusión, una indeseable, creo yo,
confusión.
La Transformación Digital va de personas, nos dicen… ¡Claro!
¿Y qué actividad humana no va de personas? El fútbol va de personas, la pintura
va de personas, la literatura va de personas, la economía va de personas, la
salud va de personas, la historia va de personas… Pero el fútbol es diferente
de la literatura y ésta de la economía. Y poco tiene que ver la historia con la
atención sanitaria.
No es que las personas no sean importantes. ¡Por supuesto
que lo son! Son lo más importante sin duda ninguna… pero no son la
característica diferencial de la Transformación Digital, y la palabra diferencial es en mi razonamiento la
clave.
La Transformación Digital surge por la existencia de las
tecnologías digitales, unas tecnologías que habilitan cambios profundos en
procesos y modelos de negocio, que alteran las reglas que rigen sectores
económicos enteros, que llevan consigo la capacidad de cambiar la forma de
relacionarnos y de aprender, que pueden impulsar incluso cambios sociales, macroeconómicos o en nuestros propios
hogares.
Y eso es lo diferencial. Eso es lo que hace que estemos
hablando de Transformación Digital y no de una nueva tendencia artística, un
éxito deportivo o una nueva teoría económica.
¿Y qué pasa con las personas en la Transformación Digital?
Pues que son una pieza fundamental. No estoy diciendo lo
contrario. Por supuesto que la transformación digital va de personas. Se
necesitan líderes que entiendan e
impulsen la transformación. Y los líderes son personas. Se necesita aprender
nuevas técnicas y nuevas habilidades
y eso lo hacen, eso lo deben hacer, las personas. Se producen cambios en los
modelos de relación entre empresas y clientes y entre los propios usuarios. Y
los clientes y los usuarios son personas. Se producen cambios culturales y esos son impulsados por personas y afectan a
personas. El factor humano es imprescindible como impulsor y es el principal
afectado como sujeto paciente de una Transformación Digital.
Pero eso no es esencialmente distinto, no es
diferencialmente distinto, de lo que ocurre ante una fusión entre empresas,
ante una expansión internacional o ante otras transformaciones a que las
empresas, las organizaciones o la sociedad pueden estar sometidas.
Lo que hace diferente a la Transformación Digital de otras
transformaciones es la tecnología digital o, por mejor decirlo, el conjunto de
tecnologías y soluciones digitales.
¿Significa entonces que debemos aprender tecnología digital
para hacer una Transformación Digital?
Sí y no.
Significa que sí, algunos actores, los investigadores, los
creadores de productos y tecnologías digitales, los implantadores de esas
soluciones y algunos consultores deberán conocer las tecnologías digitales.
Significa que los líderes, los estrategas y los directivos
deberán conocer, no el detalle de la tecnología, pero sí las amenazas y oportunidades que éstas crean en su empresa y sector, y cómo
sortear las amenazas y sacar el mejor provecho de las oportunidades.
Y significa que a todos, a todos, nos interesa conocer cómo
se usan las tecnologías digitales en la medida que lo precisemos o lo deseemos
para nuestra actividad tanto profesional como personal.
Y si ignoramos que la Transformación Digital es una
transformación que nace de las posibilidades tecnológicas, podemos caer en el
error de no estudiar esas tecnologías, no conocerlas, no formarnos en ellas, no
saber entenderlas ni aplicarlas.
La Transformación Digital va de personas. Por supuesto. Pero
eso, con todo y lo importante que es, no es el aspecto diferencial. Lo
diferencial es la tecnología y, específicamente, las tecnologías digitales.
Por eso
me permito, respetuosamente, llamar la atención. Por eso busco, serenamente, el
debate y el titular. Por eso, sin despreciar un ápice el factor humano ni a
quienes lo reclaman e impulsan, quiero advertiros: no os engañéis, la
Transformación Digital SI va de tecnología.
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Artículo publicado en Pulse el 10/09/2017 y en Medium en la misma fecha
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