La tecnología a veces nos ilusiona. La vemos como un motor de innovación, de transformación y de progreso.
Pero la tecnología, en otras ocasiones, nos asusta. Nos inquieta a dónde nos puede llevar, nos aterra pensar que en un futuro no tan lejano las máquinas sean más inteligentes que los humanos y que se atrevan a tomar el control.
Y el casi sorprendente renacer de la inteligencia artificial, la consagración del Deep learning, el auge de la robótica o la emergencia del Big Data e Internet de las Cosas parecen confirmar tanto esperanzas como temores.
Comienza a resultar creíble ese eventual 'surpaso' de la humanidad por las máquinas, el advenimiento de la singularidad que predijo Ray Kurzweil.
¿Son los temores fundados? ¿Cómo luchar ante eso? ¿Debemos intentar frenar el progreso? ¿Podemos, siquiera?
No parece que haya una respuesta clara, ni siquiera una unanimidad en cuanto a la posibilidad de la singularidad o si, en efecto, es peligrosa para la raza humana. Y mucho menos parece estar claro cómo comportarnos ante el avance tecnológico y si temerlo o no.
Al final de su libro 'The Seventh Sense', Joshua Cooper Ramo nos explica, cuál es, para él, la receta, cuál es la esperanza de la humanidad en la carrera contra las máquinas:
Our greatest hope in the race against the totalizing machines and those who control them, our finest insurance for liberty and prosperity instead of madness, is not technology. Our greatest weapon will not be our bombers, our drones, or our financial strenght. It will be our own humanity.
La humanizad, su misma humanidad es la receta de nuestra especie.
Es esperanzador...aunque poco clarificador.
Muchas preguntas me surgen al respecto pero, quizá la primera, la fundamental, tal vez la más desasosegante es: ¿sabemos qué es realmente la humanidad?
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