Aquellos que frecuentamos los social media y la Internet en su versión más 2.0 nos hemos acostumbrado a disfrutar de estos medios, a intercambiar ideas y ocurrencias en ellos. Hemos creído en las teorías sobre la inteligencia social, la democratización y la accesibilidad al conocimiento, el intercambio de ideas, la creatividad de las personas, la colaboración y la innovación.
Hemos asignado unos valores positivos a estos medios y hemos asumido como buena la hipótesis de que estamos ante herramientas potenciadoras del conocimiento, del talento, del mérito.
Por eso, no ha podido dejar de parecerme relevante, aunque sólo sea como contrapeso y aviso para navegantes, prestar atención a una advertencia que hace Seth Godin en su libro '¿Eres imprescindible':
"¿Dónde escondes tu perspicacia? Tienes un montón de ideas grandes y no te faltan grandes avances. Tengo un amigo que cada día dice algo muy perspicaz, y una vez a la semana, algo impresionante. Y ya está. Al final del año cuenta con excelentes posts en su blog y un montón de tweets en el Twitter para presumir de ellos. ¿Y si hubiera aprovechado al menos una de estas ideas y hubiera luchado lo bastante contra la resistencia como para hacer algo interesante con ella."
Unas líneas antes hace esta incisiva pregunta:
"¿Dónde estaba tu arte mientras estabas 'twitteando'?"
... una frase demoledora ¡que no tardé mucho en convertir en un tweet! :-)
Y quien estas advertencias hace no es un personaje de pensamiento conservador, sino más bien innovador y provocativo Y no es tampoco una persona ajena a Internet y los medios sociales. Al fin y al cabo, mantiene su propio blog de frecuente actualización.
¿Es posible que, como parece afirmar Godin, los medios sociales o Twitter sean un refugio para la mediocridad? ¿Es posible que nos creen una falsa ilusión de modernidad, talento o innovación que nos anestesie de alguna manera para llevar a cabo una verdadera acción, un verdadero pensamiento, una verdadera transformación?
Si lo pienso un poco me parece que sí es posible. Quizá no es tanto que sirvan de refugio para la mediocridad sino que los medios sociales y la web 2.0 nos puede hacer pensar en una falsa brillantez, una falsa ilusión de talento que nos impida progresar. Y lo que es más peligroso, la dedicación a los medios sociales, asociada a esa ilusión de talento y mérito, nos puede apartar de la acción, de la transformación, de la verdadera innovación y del arte tal y como lo entiende Godin.
Sin embargo, tampoco creo que esa función de refugio y anestesia sea consustancial a los medios sociales. Todo lo contrario, la web 2.0 y los social media constituyen una gran herramienta para la difusión de ideas y noticias, para el debate y el intercambio, para el consejo y la ayuda.
La diferencia puede estar, aparte de en la propia valía de cada individuo, en el uso que de estos medios haga y, lo que es más importante, si la presencia en esos medios sociales es un distractor o actúa como un ingrediente más del desarrollo del talento, el pensamiento y la innovación, un ingrediente que, ni puede ser único, ni puede apartar de la acción.
viernes, 4 de febrero de 2011
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