Ayer, y mientras viajaba en mi coche, escuchaba sin prestarle mnucha atención una de estas típicas tertulias radiofónicas sobre análisis económico que han proliferado tanto en los últimos años.
No le estaba haciendo mucho caso pero sí que cacé al vuelo un comentario que me dejó pensativo...y algo alicaído.
Señalaba el tertuliano que un indicador de la grave carencia de innovación y vitalidad empresarial de que adolece España es que todas las empresas del IBEX-35 desde hace muchísimos años, son empresas maduras, nacidas mucho tiempo atrás. Comentaba que desde tiempo inmemorial no había entrado en ese índice privilegiado ninguna empresa joven, de creación relativamente reciente.
Y claro, se me venían a la mente empresas, no españolas, por supuesto, como Google, que han logrado en muy pocos años convertirse en auténticos colosos mundiales.
Y con todo ello, me quedó la triste sensación de que el analista radiofónico podía tener algo de razón, que un 'efecto colateral' del índice IBEX puede ser la medida indirecta de la innovación...y que, ésta, por desgracia, no parece ser muy alta en nuestro país.
miércoles, 7 de abril de 2010
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