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Sin embargo, si ahora nos detenemos un poco más, y comenzamos a pensar en vínculos, como 'networking', como una forma de acceder a nuevas ideas, de crear nuevas oportunidades, de abir puertas, resulta que lo que realmente importa no son los vínculos más cercanos, los vínculos fuertes. Lo que realmente nos aporta son los vínculos débiles.
Así lo expresa Richard Florida en su libro 'Las ciudades creativas', citando al sociólogo de las redes sociales Mark Granovetter:
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Enseñanza útil si queremos emplear nuestra red de contactos, reales o electrónicos, para algo más que las relaciones personales, si deseamos que nos sirvan también como una fuente de creatividad y oportunidades.
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Por un lado, que este tipo de medios electrónicos, que permiten prescindir del contacto real cara a cara, favorecen precisamente los vínculos débiles frente a los fuertes: más vínculos aunque con menos fuerza. En ese sentido, parece que las redes sociales electrónicas potencian la creatividad y las oportunidades.
Por otro lado, y tal y como recogía hace ya un tiempo en un artículo en este mismo blog en que elucubraba sobre los contactos y la teoría de los seis grados en redes sociales, parece que es una buena política en la selección de contactos, favorecer aquellos vínculos que, si bien más débiles, nos aportan variedad y nuevas perspectivas: contactos de diferentes naciones, de diferente actividad profesional, de diferente cultura.
Ya no es, como reza el refrán, que "en la variedad esté el gusto". Es que ahora, como nos demuestran Florida y Granovetter, en la variedad están la oportunidad, la riqueza y la creatividad...
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