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Un presunto contrapeso. En el libro de Gary Hamel, que tanto estoy citando en este blog, se nos indica que uno de los modelos a imitar para el nuevo management innovador, es el de los mercados y su eficiente y adaptativo mecanismo de asignación de recursos. Y, a propósito de este asunto, razona de la siguiente forma el porqué los mercados son más eficientes que las empresas en esa asignación de recursos:
"A diferencia de las grandes compañías... los mercados no sufren las rigideces de asignación... Los mercados son apolíticos y carecen de sentimientos... Los ejecutivos senior, por el contrario, suelen tener un interés personal en perpetuar el statu quo. Ahí está el problema."
En una aparente paradoja (que, en realidad, probablemente no sea tal), en el momento en que más se desea destapar la individualidad de los empleados y tener en cuenta sus sentimientos y factores de motivación, sin embargo, necesitamos directivos que actúen dando la espalda a sus propios sentimientos, intereses y apriorismos.
Curioso...
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