miércoles, 22 de mayo de 2024

La renta básica universal como rendición

Mucho se ha escrito, y supongo que se seguirá escribiendo, a propósito del eventual impacto de la automatización en el empleo, sobre si la creciente introducción de tecnologías, incluyendo la inteligencia artificial capaz de realizar tareas propias de los así llamados 'white collars', acabará haciendo inviable la disponibilidad de empleo para todas las personas y si eso conducirá a un desempleo crónico y masivo. 


Automatización y empleo


A este respecto suelo decir que, para ser sinceros, nadie sabe realmente si ese escenario es posible. Existen informes de entidades de prestigio en un sentido y en otro, que afirman ese desempleo y que lo niegan.

La argumentación más optimista, y que intuitivamente considero más próxima a la realidad, es la que, basándose en pasadas revoluciones tecnológicas, afirma que, aunque se destruyen y destruirán muchos empleos, se crean y crearán otros nuevos y que el balance neto, o al menos así nos lo enseña la historia, será positivo.

Vuelvo a decir que creo que nadie lo sabe realmente, y yo tampoco, pero mi opinión es cautamente optimista. 

Optimista porque, con base en el pasado y un cierto razonamiento cualitativo, considero más viable ese incremento neto de empleo que lo contrario y más teniendo en cuenta la cantidad de puestos de trabajo que, sorprendentemente, se quedan sin cubrir y las crecientes necesidades en campos como la atención social o la tecnología misma.

Pero cauto porque, aparte de que no estoy cien por cien seguro de que la visión optimista sea cierta, sólo intuyo que lo es, también suelo recordar que, el que el empleo neto crezca no quiere decir que no haya ganadores y perdedores, no quiere decir que no vaya a haber empresas y sectores que sufrirán y desaparecerán, y que muchas personas quedarán, en efecto, sin empleo y para el resto existe y existirá una creciente necesidad de contaste aprendizaje, 'reskilling' y evolución.


La Renta Básica Universal


Ante la eventualidad de este posible desempleo crónico y masivo, una de las soluciones que se plantea es la de la renta básica universal, un tema del que, cierto es que brevemente, me ocupé en el capítulo final de mi libro 'Robots en la sombra'. 

Ahí razonaba cómo, desde un punto de vista meramente teórico, esa renta básica universal es o debería ser viable, aunque también expresaba alguna reserva sobre nuestra capacidad efectiva de implantarla adecuadamente, de gestionar la transición desde la situación actual a una en que existiese esa renta básica universal.


Impactos personales


Pero, aparte de su eventual viabilidad y conveniencia económica, la renta básica universal plantea también preguntas más profundas, preguntas que tiene que ver con la motivación, con el propio desarrollo, con la autoestima.

A pesar de cierta visión negativa del trabajo como una carga a soportar que muchas personas sostienen, a pesar de que tantas y tantas personas afirman que trabajan sólo para ganar dinero, creo que el trabajo tiene otro valor mucho mayor que eso.

El trabajo, o al menos eso creo yo, forma parte de tu identidad. El trabajo es una forma de estar en el mundo, una forma de aportar tu parte a que éste sea mejor, una forma de relacionarte con personas, de lograr cosas y una forma de desarrollar tus propias capacidades intelectuales y relacionales.

En ese sentido, la ausencia de empleo, plantea problemas personales, psicológicos y casi diría que éticos y morales.

Y éstos no creo que los resuelva por sí sola la renta básica universal.


La rendición


Acabo de terminar la lectura del libro 'Digital humanism: for a humane transformation of democracy, economy and culture in the digital age' de Julian Nida-Rümelin y Nathalie Weidenfeld, una panorámica de problemáticas relativas a la relación del ser humano con la tecnología, de manera muy sobresaliente, aunque no únicamente, con la inteligencia artificial.

En uno de sus últimos capítulos, los autores se ocupan de esta temática del posible desempleo y de la renta básica universal. Y he encontrado un párrafo que me ha llamado la atención, y que ha resonado en mi. Dice:


The introduction of an unconditional basic income would be tantamount to capitulation. Instead of a strategy of integration and inclusion in the working society, the final and then soon irreversible withdrawal from the working society would be rewarded.


Es decir, si aceptamos, como personas y como trabajadores, la renta básica universal, el vivir de esa renta básica universal, estaríamos renunciando a volver a integrarnos alguna vez en el mercado laboral, a desarrollarnos personalmente con base en un trabajo y, a priori, a aportar nuestro esfuerzo y contribución a la generación de bienes y servicios o a mejorar esta sociedad.

Y eso será una rendición. Una grave rendición. Una rendición de la sociedad pero, aún más, una lamentable rendición personal.


Conclusiones


Aunque nadie lo sabe, es posible que alguna vez lleguemos a sufrir un desempleo masivo, estructural y crónico. Y, si eso fuese así, cabe suponer que sería necesaria la renta básica universal o algún mecanismo similar. 

Sin embargo, y más allá de la viabilidad y sostenibilidad económica de esa eventual renta básica universal, desde un punto de vista de desarrollo personal, desde una perspectiva psicológica, humanista y casi ética, confiarnos a ella, renunciar a desarrollarnos a través del trabajo y la contribución activa a la sociedad, no puedo dejar de percibirlo como un grave paso atrás y como, en efecto, una rendición. 


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