miércoles, 1 de marzo de 2023

La equivocada mitología del fracaso

Bueno, equivocada en mi muy personal pero también muy convencida opinión.

Se ha puesto de moda desde hace algunos años, la verdad es que no sé cuándo empezó la cosa, la que denomino mitología del fracaso, casi diría la apología del fracaso.

Directivos, gurús del management, deportistas, y por qué no decirlo, también meros charlatanes o cajas de resonancia, nos intentan convencer de que fracasar 'es fantástico' (perdón por la ironía).

Los personajes más admirados y triunfadores, nos quieren convencer de que triunfaron porque fracasaron mucho, y pretenden quitarnos el miedo al fracaso, e invitan a él, al fracaso, aunque preciso es reconocerlo, con alguna salvaguarda, no menor hay que reconocerlo, de que fracasemos 'rápido', fracasemos 'barato' y, por supuesto, que aprendamos del fracaso.


Los motivos corporativos para la mitología del fracaso


Hay motivos, y diría que justificados, e incluso muy justificados e interesantes, para esa defensa del fracaso

Los hay desde un punto de vista empresarial y pensando, especialmente, en el campo de la innovación. Una organización conservadora y temerosa, temerosa del fracaso, nunca será una organización innovadora. Una organización que no se atreva a intentar cosas por miedo a fracasar está seguramente, y paradójicamente, abocada al fracaso como organización a corto o medio plazo. 

Y más en el mundo digital y cada vez más acelerado en que vivimos. 

Por eso, para conseguir organizaciones innovadoras, es preciso que tanto a nivel de gestión como cultural, se sea consciente de que la innovación y el emprendimiento van a conducir a una proporción, seguramente no menor de fracasos o, mejor digamos, cosas que no funcionaron técnicamente, o mucho mas importante y frecuente, que no funcionaron en el mercado.

Y por eso, gurús tan relevantes como Tom Peters, nos dicen que probemos y que fallemos y que luego ya ajustaremos. Eso sí, rápido.

Y, por eso, y siguiendo la filosofía derivada de modelos como 'agile' o 'lean startup' se anima a fracasar aunque invirtiendo poco tiempo y esfuerzo en cada intento (de ahí los modelos iterativos que promulgan, y conceptos como el producto mínimo viable). La idea es buena aunque, más que animar a fracasar, habría que animar a intentar...que en el fondo es lo que quieren decir, lo que pasa es que es más espectacular y mediático el animar a fracasar que a intentar. 


Tom Peters

Pero, seamos claros, incluso aunque apliquemos este tipo de metodologías, en cada iteración, con cada producto mínimo viable, con cada prototipo, se busca el éxito y la confirmación de tus hipótesis y tu modelo de negocio. 

Buscamos el éxito, sin duda, sin duda, lo que ocurre es que somos conscientes de que es probable que no no lo alcancemos a la primera, y queremos estar preparados para ello y para gestionarlo.


Los motivos personales para la mitología del fracaso


Desde un punto de vista personal, digamos que de formación del carácter, el mensaje acertado que trae consigo la mitología del fracaso es hacer consciente a las personas de que el fracaso existe, está omnipresente, y que se deben mentalizar para reconocerlo, aceptarlo, aprender de él, y sobre todo, para superarlo..

El miedo al fracaso es inmovilizador, no sólo para las organizaciones, también para las personas.


Sir Ken Robinson

Y por eso, personajes tan notorios como el malogrado Sir Ken Robinson, nos invitan a prepararnos para estar equivocados


Los motivos deportivos para la mitología del fracaso


Desde el punto de vista deportivo...bueno, creo que los motivos tienen más que ver con el marketing, con el apoyo por parte de personalidades relevantes, atractivas y llamativas para los jóvenes, de esa especie de apología del fracaso.

Es cierto que, claro, la NBA la gana un sólo equipo cada año y el resto, de alguna forma, fracasan. Y lo mismo sucede con el Mundial, con 'la Champions' o con La Liga. Y es cierto que sólo un atleta puede ganar la carrera o tener el record del mundo y el resto, de alguna manera, fracasan.

Y, claro también, si el mismísimo Michael Jordan, al que muchos consideran el mejor jugador de la historia del baloncesto, te dice, como reza el cartel de cabecera, que triunfó gracias a haber fracasado muchas veces...pues el mensaje tiene fuerza, no vamos a decir que no.

Y los expertos en marketing y comunicación (tanto empresariales como deportivos), no parece fácil que desaprovechen tamaña ocasión.


Los aprovechable de la mitología del fracaso


Hay, pues, motivos más que justificados, para defender la casi inevitabilidad del fracaso en los ámbitos tanto corporativo como personal. 

Hay motivos para invitar a ser conscientes de esa realidad y a aceptarla. 

Hay motivos para invitar a gestionar ese fracaso casi inevitable, para que no nos paralice, sino todo lo contrario. 

Hay motivos para invitar a a aprender de él. 

Y hay motivos para, ante la inevitabilidad del fracaso, intentar forjar un carácter resiliente que nos permita superarlos, tanto a nivel individual como grupal o empresarial.


Un mensaje equivocado


Pero creo que el mensaje es equivocado. Y creo es especialmente equivocado si pensamos en las generaciones jóvenes, las que están acabando sus estudios o, mejor aún, iniciando su carrera profesional.

El mensaje, repetido insistentemente, y repetido de manera superficial, y sin entender lo que hay detrás, sin entender el mundo empresarial, sin entender los mecanismos de la innovación y el emprendimiento, sin entender las filosofías agile o lean startup, convertido en un mero slogan que anuncia Michael Jordan, como bien pudiera anunciar unas deportivas de Nike, es equívoco y puede que peligroso.

Puede transmitir la falsa idea de que el fracaso no importa, de que no pasa nada. Y como el fracaso no importa, puede invitar a la complacencia, a la mediocridad, a la pasividad. 

Puede invitar a hacer las cosas superficialmente, sin análisis y sin rigor. ¡Total, si fracaso no pasa nada! ¡Fracaso rápido, fracaso barato y aprendo! ¡Qué fácil! ¡Cómo mola!

Y puede invitar a la desidia y ausencia de esfuerzo. ¡Total, para qué esforzarme! Ya aprenderé y ya triunfaré después de haber fracasado n-mil veces ¿no?

****

Pues no.

Las cosas no funcionan así.

No, tampoco para Michael Jordan.


El riesgo del fracaso


¡Por supuesto que pasa algo si fracasas! No es inocuo en absoluto. No te lo creas

Cualquier fracaso en el mundo empresarial, cuesta tiempo, cuesta recursos, cuesta dinero. Ninguna empresa se puede permitir continuos fracasos. Ninguna. Por mucho que innove. Por mucho que aprenda. Que nadie se engañe ni os engañe.

E, incluso la empresa con la cultura más abierta e innovadora que te puedas imaginar, no permitirá, no te permitirá en concreto a ti, si eres el profesional que lo lidera, el fracaso repetido y mucho menos si la iniciativa fracasada no ha sido gestionada con extremo rigor, con extremo esfuerzo y con mucho criterio.

Y el fracaso también tiene coste personal. Por más consciente que seas de que el fracaso existe, por más que ya lo hayas experimentado, por más que aprendas de él y se te abran nuevas posibilidades, el fracaso duele y desgasta. Si tienes un poco de sangre en las venas, no te va a dejar indiferente.

Y ¡por favor! que nadie te ponga a Michael Jordan como ejemplo de fracaso. ¿Jordan? ¡Por Dios bendito! ¿Pero has visto jugar a Michael Jordan? ¿De verdad te crees que triunfó por sus fracasos? ¿De verdad te crees que no le importaba fracasar? ¿De verdad te crees que no se esforzaba? ¿De verdad te crees que no buscaba el éxito casi desesperadamente?


Un cambio de valores o al menos de mensaje


Aunque, como he dicho, hay motivos, y perfectamente justificados e interesantes, para cierta teoría del fracaso, muy especialmente, como también decía, en los ámbitos de la innovación y del desarrollo de la personalidad, creo que los valores, y el mensaje que los promueve, deben cambiar. Cambiar radicalmente.

Y muy especialmente, insisto, si estamos hablando a los jóvenes.

Hay que volver a invitar al éxito y la búsqueda del éxito. Una búsqueda, eso sí, respetuosa con los valores éticos, y consciente de la realidad casi inevitable del fracaso

Pero éxito. no fracaso. Unos valores donde se busque el éxito, y un éxito apoyado en el foco, en el rigor y el esfuerzo.

Sin ninguna duda.


Un mensaje para Michael Jordan


Y, aunque sé que, evidentemente, no vas a leer este artículo, tengo un mensaje para ti, mi muy admirado Michael Jordan. Y el mensaje es:


No me vendas una moto


Y por si no queda claro, te digo aún más: 


No intentes convencerme de que triunfaste gracias a todo lo que fallaste. 'De eso nada, limonada'. Triunfaste porque tenías unas capacidades físicas extraordinarias. Triunfaste porque te esforzaste y entrenaste 'como si no hubiera un mañana'. Y triunfaste porque tenías una enorme confianza en ti mismo y tus posibilidades y una mentalidad ganadora fuera de lo común. Vale, y también un buen equipo. Fue por eso, no por los fallos. Seguro. No me vendas motos.


Conclusión: un mensaje para los jóvenes


Y para cualquier lector, pero muy especialmente para los jóvenes que puedan leer esto, mi mensaje es que te olvides de tanto fracaso y tanto fallo y te prepares y luches para triunfar y tener éxito, signifique el éxito lo que signifique para ti. Deja de buscar el fracaso, aunque sea rápido y barato, y busca el éxito. Y búscalo con conocimiento, con rigor y con esfuerzo.

Personalmente, estoy completamente seguro, de que te estoy dando el mensaje adecuado.

Michael Jordan. Finales 1998 

Sé que es atrevido por mi parte pedírtelo. Se que es difícil que me creas, cuando te estoy diciendo cosas diferentes a las que te dicen Tom Peters, Ken Robinson o el mismísimo Michael Jordan. Cuando te hablo desde mi blog personal cuando ellos te hablan desde anuncios, desde charlas y grandes eventos, desde libros, desde medios de comunicación masivos.

Pero tengo un último arma, un último argumento.

Si todavía no me crees, haz el siguiente ejercicio: visualiza un partido de Michel Jordan. A poder ser de  playoffs y con los Bulls. A poder ser unas finales. Compara sus palabras, las que aparecen en la cabecera de este post, con lo que vean tus ojos que dice 'de verdad' Jordan en la cancha.

Ya me contarás. 


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