Uno de los elementos fundamentales de un modelo de negocio es la proposición de valor.
De alguna forma todos nos hacemos a la idea de lo que es: se trata de aquello que le aportamos a los clientes, aquello que tiene que hacer que nuestro producto o servicio le resulte atractivo.
Siendo esto cierto, es importante poner más foco en el cliente y darse cuenta de que lo que cliente quiere es que le satisfagamos alguna necesidad.
Volveremos en unas fechas a hablar abundantemente de proposición de valor cuando comentemos el libro 'Diseñando la propuesta de valor' de Alex Osterwalder e Yves Pigneur. Sin embargo, antes de llegar allí, me encuentro una frase muy asertiva de Steve Blank y Bob Dorf en su libro 'The startup owner's manual'. Dice así:
Think of a value proposition as a contract between the customer and your company where the customer "hires" your startup to solve a problem.
No es que, en el fondo, nos aporte un concepto diferente, pero esa forma de expresarlo, es como si el cliente contratarse a tu startup para resolverle un problema, expresa muy claramente lo que debemos conseguir y para qué queremos una proposición de valor.
Es una forma de llevar la orientación al cliente a su máxima expresión.
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